Buscan cambiar el mundo que creó Dios.
El plan de Dios para que la humanidad se desarrolle en la Tierra se ha cristalizado en la civilización occidental.
A la vista está que es la que ha producido el mayor bienestar material y espiritual de la humanidad.
Se ha ido construyendo de a poco, como todo lo que hace Dios, comienza con lo pequeño y con las contradicciones de todo lo que sucede en la Tierra.
El maligno sabe que esto es así y por eso hay demonios importantes especializados en destruir las bases concretas de nuestra civilización.
Aquí hablaremos sobre quiénes son esos demonios que están especializados en destruir las bases de la civilización, cuáles son esas bases que debemos rescatar y sobre el final indicaremos un rosario para ordenar a esos demonios que se alejen de la civilización occidental.
Los demonios son mucho más sofisticados de lo que suponemos y tienen un plan a largo plazo para destruir la civilización occidental, la civilización cristiana, que fue inspirada por Dios.
Porque saben que fue la Iglesia la que la construyó, amalgamando los aportes de los griegos y los romanos, a su propia comprensión del hombre y su destino sobrenatural.
Fue esta civilización la que sentó la primacía de la familia como su fundamento básico.
Las universidades y el progreso científico fue desarrollado a partir de los monasterios medievales, lo mismo que las artes.
El cristianismo desarrolló los hospitales, el derecho internacional, los derechos humanos, los sistemas económicos modernos.
Esta realidad, que es demostrada por historiadores incluso ateos, ha sido quitada de la mente moderna a través de la promoción constante de que cristianismo es igual a oscurantismo.
Si fuera así, ¿por qué hay tanto científicos cristianos considerados padres de las distintas disciplinas científicas?
Podemos nombrar a Louis Pasteur, pionero en la microbacteriología; Georges Lemaître, sacerdote católico que propuso la teoría de la expansión del universo y del Big Bang; Gregor Mendel, otro sacerdote católico, considerado el padre de la genética; Max Planck, creador de la mecánica cuántica; y podemos seguir y seguir mencionando nombres.
Hay 35 cráteres de la luna que llevan nombres de científicos jesuitas, ¿por qué? Porque ellos los descubrieron.
Lejos de constituir un obstáculo para la actividad científica, el cristianismo animó a la exploración del mundo físico y al progreso científico.
Lo hizo a través del criterio de que la historia marcha hacia adelante, hacia el progreso, y no en círculos como las religiones paganas creen.
También debido a la creencia revolucionaria para su tiempo, de que Dios creó un orden en el universo que puede ser conocido gradualmente por los hombres.
Y que creó al hombre a su imagen, con la capacidad de investigar y comprender los patrones racionales, divinamente establecidos, con los cuales opera el universo.
Pero hay un demonio que se ha encargado de construir la narrativa contraria a nivel popular.
Y lo ha hecho usando básicamente un sólo caso, el de Galileo, elaborando una narrativa mitad cierta y mitad falsa, y la ha hecho repetir hasta el cansancio.
Y hoy vemos que muchos cristianos defienden la narrativa de que la Iglesia fue un obstáculo para el desarrollo de la ciencia, naturalmente apoyado por el trabajo destructor de los protestantes.
Pero este no es el único demonio que está atacando al cristianismo. Hay otros menos conocidos.
El plan de los demonios va más allá, quieren destruir el alma de la civilización occidental.
Y hay 4 demonios más que están en la base de los problemas de insatisfacción y violencia en la humanidad, hoy.
Que conducen a las sociedades en una pendiente descendente y hacen que cada generación resulte peor que la anterior.
El primero, crea disgusto por una vida sencilla.
El segundo, repugnancia al sufrimiento de cualquier tipo.
El tercero, procura el olvido de la vida futura.
El cuarto, niega la naturaleza del hombre creada por Dios.
Veamos brevemente cada uno.
Primer demonio, el que produce disgusto por una vida sencilla.
Una de las verdades que nos hace libres es darnos cuenta de la sencillez para vivir la vida.
Y que involucra trabajo arduo y reveses, junto con avances.
Muy pocas cosas de verdadero valor vienen a nosotros sin un costo significativo.
Pero el hecho es que hoy en día se ha introducido la idea que la vida debe ser color de rosa.
Lo vemos en todas las publicidades.
Y cuando no es color de rosa, viene el resentimiento, la ira, la violencia, problemas de salud.
Muchos hoy en día piensan en la felicidad inmediata como un derecho divino.
Y cuando no se da, piensan que se ha producido un fallo en el sistema de alguna forma.
Debido a estas expectativas no realistas que introduce este demonio, se ha desarrollado la fantasía de que este mundo debería ser el paraíso.
Pero no puede serlo, no lo es.
Dios quiere que trabajemos arduamente en este mundo, que vivamos sencillamente y en paz; que tengamos también alegrías, pero que el verdadero gozo está luego de este mundo.
Y esto nos trae al segundo demonio que está produciendo repugnancia por el sufrimiento, ya sea físico o social, de cualquier tipo.
Ha logrado crear la idea de que todos los problemas deben ser solucionados por el gobierno, o los médicos, o la ciencia, o sea otros.
Hoy hay intolerancia a cualquier tipo de sufrimiento.
No podemos sufrir y este concepto es el que ha dado el desarrollo de la eutanasia.
Donde para eliminar el sufrimiento se elimina a la persona humana.
Por su parte, el trabajo del tercer demonio ha sido que la gente olvide la vida futura.
Es sorprendente la poca cantidad de gente moderna que piensa en el cielo.
Incluso los creyentes que van a la iglesia hablan poco del cielo, y los sacerdotes predican poco sobre él.
Este demonio ha logrado que nuestra principal preocupación sea hacer de este mundo un lugar más cómodo y agradable.
Incluso en nuestra llamada vida espiritual, nuestras oraciones, denotan una preocupación más mundana que celestial: Señor, arregla mis finanzas, arreglar mi salud, consígueme un trabajo mejor.
Casi como si estuviéramos diciendo, «que este mundo sea agradable y me quedaré aquí».
No está mal orar por esas cosas y trabajar para hacer de este mundo un lugar mejor.
Pero al final, nuestro hogar está en el cielo.
Y el cuarto demonio está actuando sobre la esencia de lo que significa el ser humano.
Actúa negando la naturaleza del hombre y contra la santificación de la vida humana.
Trata de refutar que somos hombres y mujeres creados por Dios.
E induce al criterio de la ideología de género, de que somos seres inconclusos que se tienen que construir a sí mismos.
Buscando de esta forma la revolución contra el sexo con que la persona ha nacido.
¿Entonces qué tenemos además del conocido demonio que trata de crear la idea de que el cristianismo es igual a oscurantismo?
Hay un demonio que busca sacar de nuestra época la idea de llevar una vida sencilla y nos trata de vender la idea de que la vida debe ser color de rosa.
Y con eso logra producir rabia e ira cuando la fantasía color de rosa no se cumple.
Hay otro demonio que crea repugnancia a cualquier tipo de sufrimiento, y con ello establece las condiciones para imponer la terminación prematura de la vida antes de nacer y al final de la vida, ¿saben a lo que me refiero no?
Hay otro demonio especializado en que la gente olvide la promesa de Dios del eterno gozo de vivir con Él en el cielo y de lo que hay que hacer para llegar allí.
Y que se centre en la vida en la Tierra.
Y hay otro demonio, muy activo últimamente, que abre las puertas a la negación de la creación perfecta de Dios, al proclamar que podemos ser del sexo que queramos por elección nuestra.
¿Y cómo podemos combatir a estos 4 demonios?
Orando contra ellos y nombrándolos directamente en cada uno de los misterios del rosario.
Porque los exorcistas saben que al nombrar un demonio adquirimos poder sobre él.
Lo que hacemos, es que cuando recemos el misterio correspondiente a cada día, nombrar al demonio y le exigimos que se vaya de nuestra civilización, de la manera siguiente:
Demonio, tu nombre es rechazo por la vida sencilla.
Por los misterios gozosos de la vida del Señor, te irás.
Demonio, tu nombre es intolerancia a la cruz.
Por los misterios dolorosos de la vida de Nuestro Señor, te irás.
Demonio, tu nombre es olvido de los cielos y obsesión por el mundo pasajero.
Por los misterios gloriosos de la vida del Señor y Nuestra Señora, te irás.
Demonio, tu nombre es olvido de la naturaleza humana perfecta.
Por los misterios luminosos de la vida de la Iglesia, del Señor y de Nuestra Señora te irás.
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre los demonios especializados en distintas áreas para destruir las bases de la civilización occidental.
Probablemente haya otros especializados en destruir otras áreas de la civilización, porque las cosas no se destruyen solas, hay alguien que trabaja para ello.
Y me gustaría preguntarte en qué otras áreas crees que hay demonios que están operando contra la civilización.
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