Noticia de Interés
Es difícil para los fieles cristianos entender por qué están siendo culpados por algunos de sus propios líderes religiosos de haber inspirado el ataque terrorista que mató a 50 en un club nocturno gay en Orlando, realizado por un musulmán que juró lealtad al Estado Islámico. Ver aquí nuestra reflexión sobre el ataque.
A principios de la semana pasada Robert N. Lynch, obispo de San Petersburgo, Florida, publicó un comunicado en su blog donde culpó a las enseñanzas de la Iglesia Católica, que debido a la denigración de la comunidad LGBT causó la violencia en Orlando.
Afirmó que «es la religión, incluyendo la nuestra [católica], que sobre todo verbalmente, a menudo alimenta el desprecio hacia los homosexuales, lesbianas y transexuales».
El Obispo Lynch parece creer que doctrinas católicas «plantan la semilla del desprecio, y a continuación el odio, que en última instancia puede conducir a la violencia».
Tal vez el Obispo Lynch este tratando de mostrar su solidaridad con las familias en duelo por la pérdida de sus hijos, en un intento equivocado para recordar a aquellos que perdieron a sus seres queridos que son hijos de Dios, independientemente de su orientación sexual.
O tal vez esté tratando de desviar la atención de las duras enseñanzas sobre la homosexualidad que tienen los seguidores del Islam, al dar a entender que las enseñanzas de la Iglesia Católica no son diferentes de las de Islam y deben ser rechazadas.
Cualquiera que sea la razón, la declaración escandalosa del obispo de la Diócesis de San Petersburgo, Florida no se compadecen con la realidad y para muchos es un ataque injustificado a los católicos.
Es ingenuo pensar que un terrorista islámico este motivado por las enseñanzas cristianas tradicionales sobre la moralidad de la conducta homosexual y la santidad de la unión matrimonial entre un hombre y una mujer.
Su intento de encontrar la equivalencia moral entre las enseñanzas del cristianismo y la violencia islamista sugiere una profunda ignorancia de ambos.
En su intento de ser «inclusivo», el Obispo Lynch siempre ha tratado de ayudar a la Iglesia ajustarse a la cultura, y parece condenar el hecho de que las enseñanzas de la Iglesia son universales y no se pueden cambiar a medida que cambia la cultura.
El mes pasado el Obispo Lynch se refirió a tener que pagar un «precio muy alto por ser una Iglesia universal», teniendo en su seno posiciones como las de la iglesia africana que está claramente contra la homosexualidad.
Y, en enero de 2015, después de la legalización del «matrimonio» del mismo sexo en Florida, el Obispo Lynch se basó en el Papa Francisco, según él, para distanciarse de las enseñanzas católicas sobre el matrimonio en una columna de opinión para el Tampa Bay Times escribió contra «las nociones que podrían sugerir que parejas del mismo sexo son una amenaza incapaz de relaciones marcadas por el amor y la santidad y, por lo tanto, incapaces de contribuir a la edificación de la iglesia y la sociedad en general».
Hay que recordar que no es la primera vez que el Obispo Lynch ha provocado la ira de los fieles católicos. Cuando este mes el Obispo Lynch anunció su inminente retiro al frente de la Diócesis de San Petersburgo, la familia de Terri Schiavo tuvo la oportunidad de reflexionar sobre el legado del obispo Lynch relacionado con Terri.
En el caso Schiavo, el Obispo Lynch apoyó al marido de Terri quien argumentó que su esposa no hubiera querido ser mantenida viva en lo que creía era un «estado vegetativo», mientras que los padres de Terri, los Schindler, sostuvieron que Terri no estaba en un estado vegetativo. Para la familia Schindler, el Obispo Lynch se alineó al lado del marido y los médicos en contra de los deseos de los padres y la familia.
Aún así, el Obispo Lynch tiene muchos partidarios dentro de la diócesis y más allá, sobre todo aquellos que aprecian su promoción de la «justicia social» y su voluntad de hacer un llamamiento a la Iglesia para realizar un cambio de las actitudes sociales, sobre todo en la sexualidad humana.