Sorprendente Revelación de Jesucristo sobre cómo nos Ayudan los Ángeles [y cómo pedirles ayuda]

Para que se crearon los ángeles, cómo los usa Dios y cómo sintonizar con ellos.

A Dios nada se le escapa.

Así como lo creó todo, así lo conserva todo y así lo vigila todo.

Sin embargo ha encomendado la ejecución de los actos de su providencia a ministros que Él mismo se ha dado.

Estos ministros son los ángeles.

Les confió la administración del mundo y los hizo ejecutores de Su voluntad.

Algunos le dan gloria a través de su asistencia perpetua alrededor de su trono y otros lo asisten en el gobierno de Sus obras.

Una de sus obras son los seres humanos, que también se los encomendó a ellos. 

Y para ellos creó ángeles personales, que siempre están al lado de cada ser humano, lo velan, lo custodian, y por eso se les llama ángeles de la guarda.

Aquí hablaremos sobre la impresionante revelación que Jesucristo hizo a María Lataste sobre la relación que Dios estableció desde el principio entre los seres humanos y los ángeles, cómo actúan sobre nosotros los ángeles buenos y cómo lo hacen los ángeles malos, y cómo debemos actuar los seres humanos respecto a los ángeles, para obtener más beneficios.  

En la primera mitad del 1800 vivió en Mimbaste, Francia, una joven que apenas sabía leer y escribir, llamada María Lataste.

Entró como monja a los 22 años a un convento y murió a los 25.

Tuvo experiencias místicas muy pronto, se dice que su primera comunión a los 12 años y la confirmación, fueron el punto de inflexión de su vida.

Hacia fines de 1839, cuando tenía sólo diecisiete años, vio a Cristo presente en el altar de la pequeña iglesia parroquial, durante la elevación.

Estaba rodeado de sus ángeles, pero como velado por una nube luminosa que le impedía distinguirse perfectamente; esto sucedió varias veces.

Y durante las diversas experiencias místicas que siguieron, recibió instrucciones doctrinales de la boca misma de Jesús, dándole una impresionante educación espiritual y doctrinal.

Cuando tenía 19 años, su director espiritual le pidió que escribiera en cuadernos todo lo que Jesús le había dicho y lo que le diría en adelante, y recién salieron a luz en 1862.

Jesús le había dicho por ejemplo que pronto ascendería un Papa a la sede de San Pedro y proclamaría el dogma de la Inmaculada Concepción, y esto le fue dicho mucho antes de la elección de Pío IX y de la declaración del dogma de la Inmaculada en 1854. 

Y también le fue dicho que ella moriría antes de los 26 años.

Y entre las cosas en las que la instruyó Jesús fue sobre los ángeles.

Le dijo que Dios quiso completar toda su obra y resumirla, con la creación del hombre, compuesto de un cuerpo y un alma.

Por su alma el hombre está unido a los ángeles y por su cuerpo al resto de la creación.

Entonces se relaciona con la creación espiritual a través de su alma y con la creación material a través de su cuerpo.

Por lo tanto la unión más íntima del hombre es con los ángeles, porque debe durar para siempre.

En cambio la unión con las criaturas materiales es de mucho menor grado, porque es sólo transitoria y dura sólo hasta el tiempo de la entrada en la eternidad.

Jesús le dijo que hay una intensa comunicación entre el alma del hombre y los ángeles.

Y que si el hombre hace alianza con los ángeles buenos y si los sigue, será bueno.

Y si hace alianza con los ángeles malos, el hombre será malo y se volverá como ellos. 

Porque recordemos que cuando Dios informó a los ángeles sobre la encarnación de Su hijo como ser humano, hubo una rebelión de un tercio de los ángeles liderados por lucifer.

Fueron derrotados por el Arcangel MIguel al grito de «quién como Dios» y expulsados del cielo convirtiéndose en los ángeles malos, aunque conservaron sus dones sobrenaturales.

Y desde ese momento están en la Tierra tratando de tentar a los hombres para que pequen, pierdan la salvación y se vayan a vivir con ellos al infierno.

Ahora ¿qué reveló Jesucristo sobre cómo actúan los ángeles?

Nuestro Señor le dijo que manda la luz a los seres humanos a través de los ángeles.

Y los ángeles iluminan a los hombres de tres maneras: anunciándoles los misterios divinos, instruyéndolos y exhortándolos.

Por ejemplo, el ángel Gabriel cumplió frente a la Virgen María las tres funciones

Le anunció el misterio de la Encarnación: «He aquí, concebirás un Hijo».

Le instruyó sobre este misterio: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra».

Y la exhortó: «No temas, María».

También los ángeles muestran el bien, instruyen sobre el bien y exhortan a hacer el bien a los hombres

Y lo hacen tanto de forma visible como invisible.

Pero la voluntad queda siempre libre, ni los ángeles ni Dios pueden darle movimiento hacia el bien si el hombre no lo quiere. 

Aunque los ángeles trabajan para disponer a los hombres hacia el bien.

Pero Dios permite actuar también a los ángeles malos sobre el hombre, pero no para que el hombre haga el mal, sino para probar al hombre y hacerlo luchar, para aumentar sus méritos y darle una corona más hermosa en el cielo.

Además, los ángeles malos solo tienen el poder que Dios les ha dado, y Dios nunca les permite tentar a nadie por encima de la fuerza de quien están tentando.

Los ángeles malos actúan en dirección opuesta a los ángeles buenos, empujan, hacia el mal, pero este movimiento puede ser repelido sólo en la medida en que la voluntad del que es tentado quiera recibir y aceptar las mociones de los ángeles buenos.

Para todo este auxilio cada hombre tiene un ángel de la guarda, tanto los que hacen el bien como los que hacen el mal, los que serán salvados como los que serán condenados.

En los justos los ángeles de la guarda trabajan para conservar su justicia y en los pecadores para que se vuelvan justos.

Estos ángeles velan por el hombre que les ha sido confiado desde el primer momento de su nacimiento, y permanecen con él hasta su muerte.

Pero no solo los hombres tienen ángeles de la guarda: cada ciudad, cada reino, cada familia, cada parroquia, cada comunidad tiene su ángel de la guarda.

Lo que no ves, tu ángel de la guarda lo ve por ti y lo que tú no puedes, tu ángel de la guarda puede por ti.

Protege nuestro cuerpo y nuestra alma quitándoles todo lo que les pudiera ser nocivo y lo hace sin que te des cuenta.

Pero responden a la voluntad de Dios y a veces Dios dejará pasar pruebas a los seres humanos para nuestro crecimiento.

El ángel de la guarda trabaja para quitar de nosotros los males del cuerpo y del alma.

Lucha contra nuestros enemigos, el demonio, el mundo, nuestras pasiones y nosotros mismos

Cuando lucha contra el Diablo, le impide tentarnos más allá de nuestras fuerzas, generándonos antídotos a los malos pensamientos y a las oportunidades de pecar que nos presenta.

Y si algunas veces no previene el ataque, duplica nuestras fuerzas.

También nos aleja del mundo, nos hace despreciarlo y volver nuestra mirada al cielo, al reino de Dios.

Lucha contra nuestras malas pasiones, efectos del pecado original, reduciendo su fuerza, y trabaja para asegurarnos una victoria que nos fortalezca.

El ángel de la guarda también nos incita a hacer el bien, iluminando nuestra inteligencia, mostrándonos la voluntad y el deseo de Dios, haciéndonos comprender la ventaja del bien y el peligro del mal.

Lleva nuestras oraciones a Dios para que Dios las reciba, le ofrece todas nuestras buenas obras, para que nos inscriba en el libro de la vida.

Ora por nosotros porque conoce nuestras necesidades y la impotencia en que nos encontramos para actuar por nosotros mismos. 

Él conoce mucho mejor que nosotros nuestra debilidad y nuestra impotencia, mucho mejor que nosotros la bondad de Dios y el deseo que tiene de ayudarnos, y sabe rezar mucho mejor que nosotros.

Nuestro Ángel de la Guarda nos seguirá a todas partes todos los días de nuestra vida.

Y cuando Dios nos saque de este mundo, nos presentará a Él y nos pondrá en el Cielo si somos justos, y hayamos satisfecho la justicia divina. 

Pero si tenemos que pasar por las llamas del purgatorio, él también orará y hará orar por nosotros

Y cuando seamos liberados nos llevará a la morada de los elegidos por la eternidad. 

¿Y cuál es nuestro deber hacia ellos según Jesucristo?

Le debemos respeto, porque es uno de los príncipes de la corte celestial, es el representante de Dios, es el ministro de Dios cercano a ti. 

Debemos honrar su dignidad y respetar su carácter como mensajero de Dios.

Le debemos obediencia porque Dios lo ha hecho nuestro protector, nuestro guardián y por lo tanto de alguna manera es tu superior. 

Debemos tener la docilidad de un hijo para con su Padre, porque obedecer a tu ángel de la guarda es obedecer a Dios que te lo dio.

Y le debemos amor, porque nuestro ángel de la guarda es nuestro protector y benefactor, eso exige reconocimiento, y el reconocimiento se demuestra por el amor.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo es que Dios actúa con los seres humanos a través de los ángeles y cuales son las claves para aprovechar mejor nuestra relación con los ángeles. 

Y me gustaría preguntarte si tu has pedido alguna vez la ayuda de tu ángel de la guarda o sentiste que te ha comunicado algo, y que sucedió.   

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