I
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, que con tu bendición levantas y fortaleces nuestra frágil condición, mira con bondad a este servidor tuyo N.; aparta de él la enfermedad y devuélvele la salud, para que, agradecido, bendiga tu Santo Nombre. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
II
Para un niño enfermo
Señor, Dios nuestro, cuyo Hijo Jesucristo recibió con afecto a los niños y los bendijo, extiende benigno tu mano protectora sobre este servidor tuyo, enfermo en su temprana edad; así, recobradas sus fuerzas, y devuelto en perfecta salud a tu Santa Iglesia y a sus padres, pueda darte gracias de corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
III
Por un enfermo en peligro grave
Señor Jesucristo, Redentor de los hombres, que en tu pasión quisiste soportar nuestros sufrimientos y dolores, te pedimos por este hermano nuestro, que está enfermo; tú que lo has redimido, aviva en él la esperanza de su salvación y conforta su cuerpo y su alma. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
IV
Por un enfermo agonizante
Padre Misericordioso, Tú que conoces hasta dónde llega la buena voluntad del hombre, Tú que estás siempre dispuesto a perdonar nuestras culpas, Tú que nunca niegas el perdón a los hijos que acuden a Ti, compadécete de tu hijo/a que se debate en agonía; te pedimos que, ungido con el óleo Santo y ayudado por la oración de nuestra fe se vea aliviado en su cuerpo y en su alma, obtenga el perdón de sus pecados y sienta la fortaleza de tu gracia . Por Jesucristo, tu Hijo, que venció a la muerte y nos abrió las puertas de la vida y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
V
Bendición Papal «In artículo mortis»
Oremos: Señor Padre clementísimo y misericordioso, Dios de todo consuelo. Tú que no quieres que se pierda ninguno de cuantos creen en ti , conforme a la inmensidad de tu misericordia; mira propicio a tu siervo/a. Visítalo con tu gracia para que lo salves y concédele benignamente el perdón de todos sus pecados por los méritos de la Pasión y muerte de tu Hijo Jesucristo. Que cuando salga su alma de este cuerpo, encuentre en Ti su juez indulgente, y que, purificada de toda mancha en la Sangre de tu Hijo, merezca alcanzar los gozos eternos.
Y yo, haciendo uso del poder que me otorga la Sede Apostólica, y en nombre de nuestro Santo Padre el Papa, te concedo indulgencia plenaria y el perdón de todos tus pecados. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén.
Que Dios todopoderoso y rico en misericordia, por la muerte y resurrección de Cristo te perdone todas las penas de esta vida, te abra las puertas del Paraíso y te lleve a los gozos eternos.
R. Amén.