“El amor, en su libro, no aparece y sobre el mal no hay información”.
Al igual que Francisco contestó a Eugenio Scalfari, Benedicto XVI le contestó a otro ateo, el matemático Piergiorgio Odifreddi, que había escrito el libro «Querido Papa, te escribo» en el 2011. Odifreddi quedó muy contento con la respuesta, al punto que las 11 páginas de la contestación de Benedicto XVI formarán parte de unnuevo libro que escribirá.
Desde que Benedicto XVI dejó el Pontificado y se retiró a su ermita vaticana, esta es la segunda «salida» pública del Papa teólogo que mantiene con rigor su promesa de vivir oculto al mundo.
La misiva llegó a la casa del matemático el pasado 3 de septiembre.
«Muy pocas personas en el mundo», reconoció el propio autor en su blog personal, «pueden entender plenamente la sorpresa y emoción que se siente al recibir directamente en casa una carta inesperada de un Papa».
Los apartes revelados por el autor hacen notar el estilo apasible y considerado de Su Santidad, que si bien agradece el análisis que el autor hace de sus palabras, sobre todo de un discurso a la Curia Romana pronunciado en la Navidad de 2009, critica a su vez los defectos del escrito:
«Leí algunas partes con disfrute y provecho», aseguró el Papa emérito. «En otras partes, sin embargo, me maravillé de una cierta agresividad y un carácter temerario en la argumentación».
FE Y RAZÓN
En su respuesta, Benedicto XVI defiende la Teología como verdadera ciencia, ya que el autor propone que dicha categoría sólo sería aplicable a las matemáticas.
«En todos las materias específicas la ciencia tiene cada vez una forma propia, de acuerdo a la particularidad de su objeto», le explicó Su Santidad, quien le sugirió por lo menos reconocer que la Teología ha ofrecido resultados duraderos en el ámbito histórico y en el pensamiento filosófico.
«Una función importante de la teología es mantener la religión ligada a la razón y la razón a la religión. Ambas funciones son de suma importancia para la humanidad», expuso el Papa emérito.
Según Su Santidad, no se puede juzgar como «ciencia ficción» ciertos contenidos de la teología, como sugiere Odifreddi en su libro, por cuanto se tratan en el caso de teorías no comprobadas de «visiones y anticipaciones para llegar a un conocimiento verdadero» y la forma como las personas hacen uso de «la imaginación con la que tratamos de acercarnos a la realidad». Este ejercicio es el mismo empleado en las otras ciencias y que tiene muchos y detallados ejemplos, algunos de los cuales fueron citados por el propio Papa emérito.
Benedicto XVI responde a la acusación de Odifreddi de que la teología es una especie de ciencia ficción citando a Jacques Monod
“El gran Jacques Monod escribió frases que él mismo había incluido en su obra seguramente solo como ciencia ficción. Cito: ‘La aparición de los Vertebrados tetrápodas… se originó debido a que un pez primitivo «eligió» caminar para explorar la tierra, aunque solo fuera capaz de desplazarse en ella con saltos torpes, por lo que creó de esta manera un cambio de comportamiento, la presión selectiva gracias a la que se habrían desarrollado las articulaciones robustas de los tetrápodas. Entre los descendientes de este audaz explorador, de este Magallanes de la evolución, algunos pueden correr a una velocidad superior a los 70 kilómetros por hora…””.
LUCES Y SOMBRAS EN LA IGLESIA
Un tema en el cual Benedicto XVI expresa con firmeza su desacuerdo con su interlocutor es la crítica que el autor hizo a la Iglesia y la figura del Papa con motivo de los escándalos de abuso.
«Nunca he tratado de ocultar estas cosas», declaró el Papa emérito.
«Que el poder del mal penetre a tal punto en el mundo interior de la fe es para nosotros un sufrimiento que, por un lado, tenemos que soportar, mientras que, por otro lado, tenemos que, al mismo tiempo, hacer todo lo posible para asegurarse de que casos de este tipo no se repitan».
Sin embargo este reconocimiento no puede ser usado como para atacar a la Iglesia:
«En cualquier caso, no debe presentar esta desviación ostentosamente, como si se tratara de una suciedad específica del catolicismo».
«Si no es lícito callar sobre el mal de la Iglesia, tampoco se debe callar acerca de la gran huella luminosa de bondad y de pureza que la fe cristiana ha trazado a lo largo de los siglos», afirmó el Papa emérito.
Como muestra de este aporte, citó los ejemplos de grandes Santos como San Benito, San Francisco y Santa Clara de Asís, Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz, así como reconocidos benefactores como San Vicente de Paúl y la Beata Madre Teresa de Calcuta.
UNA CARITATIVA Y FIRME REPRENSIÓN
Benedicto XVI también rechazó con firmeza las afirmaciones del autor sobre la figura de Cristo:
«Lo que usted dice acerca de Jesús, no es digno de su rango científico», afirmó.
En este aspecto, en el que Odifreddi afirma que no existen conocimientos comprobables sobre la realidad del Mesías, el Papa emérito lo invitó
«en una forma decidida a ser un poco más competente desde el punto de vista histórico» y le citó varias obras de reconocido rigor para su documentación.
«Ante esto, lo que usted dice de Jesús es un hablar imprudente que no debiera repetirse».
El Pontífice emérito señaló al autor otras afirmaciones objetables y errores de interpretación de textos de la Sagrada Escritura, tras lo cual abordó aspectos más centrales del planteamiento del matemático y escritor.
“Si usted pretende sustituir a Dios con ‘La Naturaleza’, sigue en pie la pregunta sobre qué o quien es esta naturaleza. Usted no la define en ningún lugar y parece, por ende, una especie de divinidad irracional que no explica nada”.
«Quiero destacar especialmente, además, que en su religión de las matemáticas no son considerados tres temas básicos de la existencia humana: la libertad, el amor y el mal», destacó, al tiempo que señaló la vital importancia que tienen en la vida real de las personas.
«El amor, en su libro, no aparece y sobre el mal no hay información. Lo que sea que la neurobiología diga o no diga sobre la libertad, en el drama real de nuestra historia está presente como una realidad determinante y debe ser puesta en consideración», afirmó.
«Una religión que hace caso omiso de estas cuestiones fundamentales está vacía».
«Ilustrísimo Señor Profesor, mi crítica de su libro en parte es dura. Pero del diálogo hace parte la franqueza y sólo así puede crecer el conocimiento», declaró finalmente Benedicto XVI, quien valoró el «diálogo tan abierto con la fe de la Iglesia Católica» buscado por el autor.
Fuentes: Gaudium Press, Vatican Insider, Signos de estos Tiempos