Un error en la línea de producción industrial de bebés.
Lesbianas blancas de Ohio están demandando a un banco de esperma que les envió el esperma del donante equivocado, de un hombre que era negro.
Están demandando al Midwest Sperm Bank por nacimiento equivocado y violación de la garantía, así como por pérdidas económicas y emocionales.
El Chicago Tribune informa:
Jennifer Cramblett, de Uniontown, Ohio, alega en la demanda presentada el lunes en la Corte de Circuito del Condado de Cook, que el Midwest Sperm Bank le envió los viales de esperma de un donante afro-americano en septiembre de 2011 en lugar de los de un donante blanco que ella y su pareja blanca habían ordenado.
Después de buscar a través de páginas las historias completas de donantes, alega la demanda, Cramblett y su pareja de hecho, Amanda Zinkon, eligieron el donante Nº 380, que también era blanco. Su médico en Ohio recibió viales del donante N º 330, que es afroamericano, dice la demanda.
Cramblett, de 36 años, se enteró del error en abril de 2012, cuando estaba embarazada y ordenó más viales para que la pareja pudiera tener otro hijo con el esperma del mismo donante, según la demanda.
Cramblett demandó al Midwest Sperm Bank, con sede en Downers Grove, Illinois, por nacimiento injusto y violación de la garantía – lo que implica que ella considera a los bebés negros defectuosos y preferiría que su hija, Payton, nunca hubiera nacido, citando las pérdidas emocionales y económicas que ha sufrido, el Tribune informa.
Ellas dice que no son racistas; ellas simplemente no quieren a un bebé negro y el bebé les salió del color equivocado.
La demanda señala que,
“el 21 de agosto de 2012 Jennifer dio a luz a Payton, una bebé hermosa de raza mixta. Jennifer se hizo cercana rápidamente a Payton y ella y Amanda la quieren mucho. Sin embargo, Jennifer vive (en una comunidad “de blancos”) cada día con temores, ansiedades e incertidumbre sobre su futuro y el de Payton”.
Cramblett dice también en la demanda que para cortarle el cabello a Payton debe ir a un barrio negro “en donde ella es obviamente distinta en apariencia, y no es muy bienvenida”.
Esta mujer comenta además que su “familia toda blanca e insensible de modo inconsciente” pueda tener alguno efecto negativo en su hija.
“Aunque se ve obligada a reprimir su individualidad entre miembros de su familia, las diferencias de Payton son irreprimibles y Jennifer no quiere que Payton se sienta estigmatiza o no reconocida solo por las circunstancias de su nacimiento”, señala la demanda. “El estrés de Jennifer y la ansiedad se intensifican cuando se imagina enviando a Payton a una escuela de blancos”.
Los terapeutas de Cramblett le han recomendado que por su bienestar y el de su hija, deberían mudarse a una comunidad racialmente distinta con buenas escuelas, indica la demanda.
«Cuando se fabrican los niños, se tiene el riesgo a sufrir una crisis de producción», dijo Dan Kennedy, director ejecutivo de Human Life de Washington.
Y Jorge Nicolás Lafferriere, del Centro de Bioética, Persona y Familia (Argentina) afirma que
“con la fecundación artificial, la transmisión de la vida humana abandona la gratuidad del don y entra en una lógica de producción. En el medio, los niños quedan sometidos a las manipulaciones de los adultos”.
Este caso nos enfrenta a tres problemas. Por un lado el racismo de estas lesbianas, que además se lo atribuyen al medio ambiente; no están del todo conformes con haber tendio un bebe inter racial.
El segundo problema es que probablemente usen este error de la clínica para hacer un juicio para ganar dinero extra a expensas de la bebé. Y viene a la memoria el caso de Marianita del 2010 suscitado en Perú, una niña que nació con síndrome de down y sus padres presentaron una demanda por estafa ante la clínica de fertilidad que les permitió tener a la niña.
Y en tercer lugar muestra una de las consecuencias de la fertilización in vitro, que es una técnica que además conlleva que para que nazca un niño, tengan que morir muchos hermanos de este niño; para que nazcan 20, tienen que morir 80.
La doctrina católica se opone a la fecundación in vitro por dos razones primordiales: primero, porque se trata de un procedimiento contrario al orden natural de la sexualidad que atenta contra la dignidad de los esposos y del matrimonio; segundo, porque la técnica supone la eliminación de seres humanos en estado embrionario tanto fuera como dentro del vientre materno, implicando varios abortos en cada proceso.
Fuentes: The Rights Writer, ACI Prensa, Signos de estos Tiempos