Aunque las temperaturas no han aumentado en las últimas décadas.
Este lunes, la Comisión Internacional de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) dio a conocer un nuevo informe sobre el calentamiento global, siete años después de la primera publicación. Esta se produce luego de más de una década en la que la temperatura de la Tierra no ha subido y en un año con record de bajas temperaturas en el invierno boreal. Y el informe reproduce la misma historia alarmista de siempre.
El documento habla de efectos significativos sobre las economías, los suministros de alimentos y la seguridad: el impacto del calentamiento global es cada vez más «duro, generalizado e irreversible», y en las últimas décadas el cambio climático «ha tenido impactos en los sistemas naturales y humanos en todos los continentes y los océanos». Sin embargo, muchos dicen que el texto es demasiado alarmista y políticamente correcto.
Pero lo cierto es que la comisión no es de expertos independientes sino política, que usa a los expertos, ha tenido numerosos desaciertos, no considera ciertos datos y actúa en forma propagandista del calentamiento global.
Y por otro lado, hemos visto que el desconcierto ha tomado a grandes medios católicos y obispos, que se han plegado a propagandear el calentamiento global sin tomar precauciones, por ejemplo las que denuncian otros medios católicos como éste.
SEGUNDO INFORME
Esta será el segundo de una trilogía de informes sobre las causas, efectos y soluciones al cambio climático, a partir de un cuerpo formado por algunos de los principales investigadores en el mundo.
En septiembre pasado en Estocolmo, se produjo un resumen sobre la ciencia física del cambio climático, con el argumento de que era real y los seres humanos eran la «causa principal».
Ahora, en Yokohama, Japón, el segundo grupo de trabajo del IPCC expondrá el impacto que el aumento de las temperaturas tendrá sobre los seres humanos, los animales y los ecosistemas en el próximo siglo.
El resumen es un corto y denso documento que resume los resultados en 30 capítulos, cada uno compuesto por una evaluación detallada de las investigaciones pertinentes que se han publicado desde 2007.
EL CONTENIDO DEL INFORME
Este informe apunta a una serie de efectos negativos que, en algunos casos, son “irreversibles”.
Millones de personas que viven en las zonas costeras en Asia se verán afectadas por las inundaciones, y los desplazados debido a la pérdida de tierras.
El proyecto dice que los rendimientos de los cultivos en todo el mundo se reducirán hasta en un 2% por década durante el resto del siglo.
Si el mundo se calienta por 4º C hacia el final de este siglo, esto supondrá un «riesgo significativo para la seguridad alimentaria a pesar de la adaptación».
El resumen dice que en el corto plazo, los niveles de calentamiento, que los científicos dicen que ya estamos comprometidos, plantean un riesgo muy alto para los hielos marinos y arrecifes de coral del Ártico.
Advierten que los océanos serán más ácidos a medida que se calientan, y las especies se desplazarán hacia los polos para escapar del calor.
Se pone énfasis en la seguridad alimentaria y el acceso a los alimentos para todos los ciudadanos del mundo, puesta en grave riesgo por las olas de calor que causan la muerte de las plantaciones.
Y finalmente se llega a hablar de la seguridad civil, ya que según expertos de la ONU la escasez de agua, de alimentos y el aumento de la pobreza harán crecer los movimientos migratorios, con la posibilidad de guerras y tensiones.
En definitiva, un escenario apocalíptico, garantizado por el hecho de que según la comisión, ahora los efectos no deseados del calentamiento global superan los efectos beneficioso sobre la vida en la tierra, y todo va a empeorar aún más. Un caldo de cultivo para hacer negocios.
DISENSOS INTERNOS EN LA COMISIÓN
El informe largamente esperado, sin embargo, ya ha desatado una tormenta después de que el profesor Richard Tol, economista de la Universidad de Sussex, ha pedido que su nombre sea excluido de la lista de redactores.
El profesor Tol es co-autor de la parte económica del informe y responsable de la elaboración de un resumen para los responsables políticos.
El informe, de acuerdo a los rumores iniciales, sostiene que el calentamiento global causado por el hombre han causado el final de este siglo, el desplazamiento de cientos de miles de personas, el estallido de muchas guerras, dañando la economía global de varias maneras.
Según el profesor Tol
«en el resumen se decían algunos medios inteligentes que podían manejar estos riesgos y que debemos operar juntos. Pero este paso fue eliminado y se habla sólo de los impactos del cambio climático y de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Perdimos nuestra oportunidad».
«En particular hay un pasaje que dice que las personas que viven en los países asolados por la guerra son más vulnerables al cambio climático. Esto es cierto, pero creo que si usted le pregunta a los sirios si temen más el cambio climático o las armas químicas, ellos responderán las armas químicas. Es simplemente una tontería».
Según el profesor, el cambio climático es causado por el hombre, pero el resumen del informe «exagera su impacto en la economía».
Tol, sin embargo, fue criticado por sus colegas, que sugieren un conflicto de intereses:
«La contribución del profesor al informe está bajo escrutinio debido a que ha añadido una sección a último momento que publicitaba su trabajo. No ha querido corregirlo y luego no sorprende que ahora sea el único autor de los 410 que no apoyan el resumen».
ERRORES HISTÓRICOS DE LA COMISIÓN
Es posible que el profesor Tol haya levantado un escándalo sólo por razones personales, no se sabe con certeza. Pero oír hablar de «exageración» y «Apocalipsis», sobre un informe del IPCC no es sorprendente.
En sólo 7 años de trabajo la comisión ha producido varios errores de envergadura, solo citaremos dos.
Esta comisión de la ONU, de hecho, es la misma que predijo con tonos apocalípticos en 2007:
«Para el año 2035 los glaciares del Himalaya se derretirán».
Pero en 2009, el jefe de la comisión se vio obligado a hacer una disculpa pública, admitiendo que era un disparate colosal. Nadie se sorprenderá si se sigue produciendo este teatro ahora.
El segundo error de envergadura fue la predicción de que más de la mitad de Holanda se encontraría por debajo del nivel del mar, la cifra más exacta fue el 26%.
El científico holandés Arthur Petersen dice que este nuevo resumen ha sido puesto «bajo el microscopio» para evitar este tipo de errores.
LA PERVERSIÓN DEL SISTEMA
El tema es que el sistema es perverso.
En primer lugar, la verdad es que nadie es capaz de saber no sólo lo que va a pasar en el clima en 10, 50, 100 años, sino incluso la próxima semana (leer aquí). Muy poco se sabe sobre el clima y la forma en que los muchos factores que contribuyen a la interacción. Y los técnicos hacen poco para relativizar sus hallazgos y actúan más bien como propagandistas.
Por otro lado, la comisión IPCC está disfrazada de ciencia y para algunos es una gran estafa y hace daño político-económico a la comunidad (leer aquí), mientras usa la contribución de los hombres de ciencia (algunos de buena fe, muchos otros no) a las políticas medioambientales y energéticas que benefician a unos pocos grupos o países.
Esta comisión no es ni siquiera técnicamente una comisión de expertos. Los gobiernos eligen a los científicos que participan en la comisión y los gobiernos controlan lo que sale en el Informe. Un científico contratado por el gobierno – que depende de la financiación de su instituto de investigación – y cuyo futuro depende de la fuerza de la alarma que se pondrá en marcha, nunca puede ser verdaderamente independiente y evaluar objetivamente los datos de que dispone.
Pero esto es sólo la punta del iceberg. El presidente del IPCC, el indio Rajiendra Pachauri, en el cargo desde 2002, no sólo no es un científico del clima (es ex ingeniero de ferrocarriles), sino también tiene un claro conflicto de intereses, ya que es al mismo tiempo el fundador de un centro de investigación en la India (TERI), que se encarga de la investigación del clima y está involucrado en numerosos proyectos económicos y energéticos cuya financiación depende de las advertencias emitidas por el IPCC. Y a pesar de que ha estallado un escándalo hace unos años, Pachauri se mantuvo firmemente en su silla (leer aquí).
Pero el suyo no es el único caso de conflicto de intereses. Uno de ellos es el astrofísico Michael Oppenheimer, representante de veinte años del Fondo para Defensa del Medio Ambiente (FED), una de las más ricas organizaciones ecologistas estadounidenses, y otro es el australiano Ove Hoegh-Guldberg, biólogo marino, que durante veinte anos confecciona estudios para Greenpeace y WWF. Y una vez más, nos encontramos con el médico neozelandés Alistair Woodward, autor de varias obras para la promoción de la «terapia verde» y los compromisos ecologistas. Por otra parte, los tres han sido nombrados desde 2010 responsables de distintos capítulos: Oppenheimer (riesgos emergentes y vulnerabilidades), Hoegh-Guldberg (océanos), y Woodward 11 (salud humana). Estos personajes, gracias a las alarmas sobre el clima ven llover cientos de millones de dólares en sus organizaciones.
Fuentes: BBC News, La Nuova Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos