El amor mueve los corazones.
¿Usted ora «a favor» o «en contra de» las cosas y las personas? Es una pregunta interesante. Si el Señor está con nosotros, uno puede recordar, ¿quién contra nosotros?
Estamos hablando aquí de la forma en que nos acercamos a la oración. Podemos orar de una manera que es «negativa»: por ejemplo, para no ver a un cierto miembro de la familia que causa disrupciones o para que se la o lo reprenda; o podemos orar para amar a esa persona.
OPTAR POR LA POSITIVA
Con demasiada frecuencia, la forma negativa viene cuando nos involucramos en las minucias. En su lugar podemos elevarnos por encima de ellas.
No siempre necesitamos tomar de inmediato el conflicto – aunque sin duda hay momentos para la guerra espiritual.
A menudo, podemos ganar una «batalla» por la simple decisión de ser un transmisor de la bondad de Cristo. Ésta penetra en el «muro» como un láser.
EL EJEMPLO DE LA FAMILIA
Cada familia tiene una persona o más personas, de la quien es incómodo estar cerca, que pueda ser contraria, que puede incluso ser insultante, que tiene emociones desagradables, que pueda ser francamente mala.
Pero estamos llamados a emanar bondad, se nos llama a vaciarnos de la ira y el orgullo que nos hacen reaccionar de manera errónea en vez de que no temamos la situación.
La humildad y la falta de miedo son las barreras de contención que necesitamos. De esta manera estamos formando un verdadero escudo alrededor de nosotros mismos.
De esta manera ganamos la paz (especialmente en la época de las fiestas del año). Si nuestras emociones y el «yo» – nuestro ego – están demasiado involucrados, aquí es cuando sufrimos.
ROMPER LA CADENA REACTIVA Y ELEVARSE
Esto es «reactivo». Hay una reacción en cadena negativa. Esto es cuando las cosas que se dicen tienen un aguijón perdurable. La ortiga no resuelve nada cuando no somos humildes – al menos, no por mucho tiempo.
La persona pierde energía si no respondemos en forma negativa. Nosotros nunca vamos a lograr un aislamiento perfecto de las fuerzas de la oscuridad, pero sin duda es aconsejable evitar el mal cuanto sea posible.
Pero en situaciones de la familia y amigos nos santificamos por soportar las irritaciones que todos enfrentamos. Nos santificamos a nosotros mismos en nuestras familias.
No tema a esa persona en particular. Vea en ella un buen reto de Dios. Elévese por encima de ella. Véalo como una prueba. Véalo de esta manera y cuando usted tenga éxito usted experimentará una elevación de espíritu que proviene de crecimiento en Dios.
Fuentes: Spirit Daily, Signos de estos Tiempos