Sucedió el 3 de agosto de 2012 a una madre y esposa belga que durante los últimos 14 años no pudo caminar y en los últimos años ya no podía hablar, diagnosticada de una enfermedad incurable.
Pascale Gryson-Selmeci sufría de una enfermedad rara e incurable que le quitó el habla y la redujo a una silla de ruedas. A principios de este mes ella fue a misa en Medjugorje, sintíó que una fuerza pasó a través de ella, le habló a su marido, y se levantó de su silla.
Innumerables personas vieron con asombro el 3 de agosto, cuando una mujer belga se levantó de su silla de ruedas, aparentemente curada de su enfermedad incurable, después de recibir la Comunión durante la Misa vespertina en Medjugorje.
Pascale Gryson-Selmeci sufría de leucoencefalopatía, una rara enfermedad con síntomas parecidos a los de la esclerosis múltiple. Durante 14 años, la madre y esposa belga empeoró progresivamente. El año pasado, hasta su visita a Medjugorje, era no era capaz de hablar.
«Hace unos meses, mi esposo David y yo sentimos un llamado urgente de Medjugorje sin saber lo que la Virgen María nos había preparado, como una atracción absolutamente irresistible. La llamada me sorprendió mucho, sobre todo por el hecho de que tanto mi marido como yo lo sentíamos con la misma intensidad «, ella dice.
En la tarde del 3 de agosto, Pascale Gryson-Selmeci y su marido fueron a misa, a pesar de su fatiga y agotamiento. Fue en a los pocos días de su peregrinaje a Medjugorje.
«Me fui sin el respirador, ya que el peso de varios kilogramos de esta unidad en mis rodillas se había vuelto insoportable. A nuestra llegada, comencé a implorar al Espíritu Santo con una alegría que no puedo expresar. Le pedí que tomara posesión de todo mi ser. Le expresé mi deseo renovado de pertenecer a él, en cuerpo, alma y espíritu» dice Pascale-Gryson Selmeci.
«La celebración continuó con la Comunión, la estaba esperando con intensidad. Mi marido me llevó a la cola en la parte posterior de la iglesia. Un sacerdote cruzó el pasillo con el Cuerpo de Cristo. Se dirigió de inmediato a mi marido y a mí, superando a todos los demás».
«Nos alejamos para hacer sitio a los demás que comulgaban y empezar nuestra acción de gracias. Yo sentí un olor muy fuerte y dulce. Luego sentí una fuerza moviéndose a través mío, no calor, sino fortaleza. Los músculos no utilizados de mis piernas fueron cruzados por una corriente de vida» dice la mujer belga.
«Así que le dije a Dios: «Padre, Hijo, Espíritu Santo, si ustedes está haciendo lo que creo, para lograr este milagro impensable, entonces les pido por favor un signo, háganme comunicar con mi marido«.
«Me volví a mi marido y traté de decirle:»¿Hueles el perfume»?. El dijo que, en la forma más natural: «¡No, mi nariz está un poco cargada! Yo digo de «forma natural», ya que no había escuchado mi voz por un año. Para despertarlo, le dije ‘¡Hey! quiero decir, ¿me oyes?»
«Ahí supe que Dios había hecho su trabajo, y en un acto de fe, saqué mis pies de la silla y me puse de pie. A nuestro alrededor la gente se dio cuenta de lo que estaba pasando», dice Pascale-Gryson Selmeci.
«En los días que siguieron, mi condición mejoró. Yo ya no quiero dormir todo el tiempo, y los dolores debido a mi enfermedad dieron lugar a dolores de esfuerzo físico que fueron imposibles por 7 años»
Pascale Gryson-Selmeci es consciente de sus prioridades en la actualidad cuando su enfermedad incurable ya no le afecta.
«Mi mayor deseo, que es también el de mi marido, es ser fiel al Señor, a su gracia, tanto como podamos, no defraudarle. Así que para ser realmente práctica, lo que parece claro ahora es que voy a ser capaz de asumir mi responsabilidad y mi vida como madre y esposa. Esta es una prioridad», dice.
«Mi expectativa es también es llevar una profunda vida de oración y contemplación a lo largo de esta vida terrestre. También ser capaz de responder a todas las personas que me piden ayuda. Y también demostrar el amor de Dios en nuestras vidas. »
Fuentes: Medjugorje TV, Signos de estos Tiempos
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