La sintonía con el pueblo.
Lombardi señaló que «es absolutamente impresionante» la correspondencia de los gestos y palabras del nuevo pontífice «con el mundo de hoy». Y para explicar esa correspondencia, dijo:
«Pienso que ha respondido a una expectativa profunda y permanente de la humanidad entera, que es la necesidad, el deseo de amor a la humanidad, de perdón, de relación sincera, cercana, de consuelo y de aliento».
Destacó cómo el Papa
«ha tocado las cuerdas más profundas de la sensibilidad y de la personalidad humanas en general, porque esto ha sucedido en todos los continentes, países y situaciones diversas de la vida de hombres y mujeres de nuestro tiempo».
«Creo que la lectura más simple -dijo, en referencia a este impacto mundial que ha logrado Francisco- es también la más verdadera, es decir, haberse concentrado en el anuncio sobre el amor de Dios, sobre su misericordia, su cercanía a todos, su deseo de bien y de salvación para todos sus criaturas. Es algo que ha sido entendido por la eficacia de los gestos y de las palabras simples con las que fue dicho».
En cuanto a lo que se puede esperar para el año próximo, Lombardi señaló:
«Creo que debemos esperar que este gran impulso de renovación, de eficacia en el anuncio del mensaje cristiano esencial, que Francisco ha logrado, pueda difundirse en la Iglesia, porque hasta ahora vemos que todo está muy concentrado en torno a su persona; aunque sabemos que en muchos países del mundo la gente ha vuelto a confesarse, a participar en las celebraciones religiosas».
En concreto, esperan que el efecto Francisco se difunda hacia abajo y que su estilo de comunicación termine siendo el de toda la Iglesia.
El papa Francisco, dijo Lombardi,
«da un ejemplo, un modelo de relación pastoral, que debe volverse habitual en todas partes».
Incluso las reformas anunciadas, agregó,
«valen en tanto ayudan a esto, en tanto las estructuras, los instrumentos y las organizaciones estén efectivamente al servicio de este espíritu y del anuncio del Evangelio».
Esto es lo que el papa Francisco entiende por reforma, explicó Lombardi: que los instrumentos y las estructuras eclesiásticas se adapten mejor a la misión de la Iglesia
de «anunciar el Evangelio hasta las fronteras de este mundo, en las periferias, de las que tanto habla, en relación con los pobres y con las personas más necesitadas de la cercanía del amor del Señor».
Aseguró que estas reformas ya están en camino, que el Papa ha puesto en marcha «consultas, comisiones para hacer más transparente y más eficaz el testimonio de las estructuras, incluso en lo que concierne» a la administración vaticana.
Pero insistió en que lo verdaderamente importante es que esa estructura esté al servicio de la misión esencial de la Iglesia, que es transmitir el mensaje evangélico.
El padre Federico Lombardi también afirmó que la renuncia de Benedicto XVI tendrá sus consecuencias en los próximos pontificados y marcará el futuro de la Iglesia. Destacó la “gran lucidez” de Ratzinger para leer los signos de los tiempos y dar un paso al costado para la renovación.
«(La renuncia de Benedicto XVI al papado) es una opción que ha marcado este año y que seguirá marcando también las próximas épocas de la Iglesia -afirmó el padre Lombardi-. Pienso, de hecho, que tendrá sus consecuencias en lo que concierne a los próximos pontificados. Es la apertura de un camino, digamos de una posibilidad, que, como bien decía Benedicto, justamente en sus motivaciones para la renuncia, está en conexión también con los tiempos que estamos viviendo. No tanto, pues, con una simple situación personal, sino con la adaptación a los tiempos, con la aceleración y la acumulación de los problemas que traen. Y esto ha sido visto por el Papa (emérito) con gran lucidez y con gran humildad, para dar la posibilidad de una guía, que él ha definido de renovado vigor a la Iglesia, cosa que efectivamente ha sucedido y de un modo impresionante e inesperado».
Fuentes: Valores Religiosos, Signos de estos Tiempos