No es una profecía sino una realidad política y migratoria que rompe los ojos.
Europa occidental será una sociedad musulmana de aquí a las próximas tres décadas.
Y esto sucedería aunque Europa frene a cero la inmigración musulmana.
Porque los europeos nativos han decidido suicidar su sociedad.
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Están muy lejos de poder reponer la población que muere; cada vez son menos.
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Y tampoco están dispuestos a valorizar y batallar por su cultura.
Naturalmente habrá grupos de europeos que se rebelarán ante la posición hegemónica que irá construyendo el Islam.
Por lo que este proceso probablemente estará plagado de conflictos, aún más que los muchos de ahora.
Recomendamos leer Los Entretelones de la ‘Invasión’ Musulmana en Europa.
Veamos la fatídica tenaza demográfica que aprisiona a los europeos.
EL INNEGABLE FUTURO ISLÁMICO DE EUROPA
A fines del año 2017 del Centro de Investigaciones Pew ha publicado un estudio sobre la evolución demográfica de Europa para las próximas tres décadas: La población musulmana en crecimiento de Europa.
El mismo dice que aun deteniendo a cero la inmigración musulmana, la población europea no musulmana disminuirá y la población europea musulmana seguirá creciendo.
Qué tanto crezcan los musulmanes dependerá de la política de migración que adopte Europa, pero es imposible que los musulmanes no sean una parte cada vez más grande de la población del continente.
También el estudio muestra una clara diferencia entre Europa occidental y Europa oriental.
El crecimiento de la población musulmana es fuerte en Europa occidental y casi inexistente en Europa oriental.
Esta diferencia, y la política agresiva de la Unión Europea para presionar a los países de Europa Oriental a que acepten inmigrantes musulmanes, está generando una fractura en dicha institución.
Vayamos a las cifras para evitar las opiniones.
Al 2016 había alrededor de 26 millones de musulmanes en Europa, alrededor del 4.9% de la población, según Pew.
El porcentaje de musulmanes difiere según los países.
Representa el 8.8% en Francia, el 8.1% en Suecia, el 6.9% en Austria, el 6.3% en el Reino Unido, el 6.1% en Alemania
Pero el número de musulmanes es insignificante en Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía, la República Checa, los Estados Bálticos, Finlandia.
El estudio establece tres escenarios demográficos para Europa hacia el año 2050.
Uno es que Europa cierre la emigración, o sea inmigración cero.
El segundo es que el flujo de migración sea alto, como el registrado entre los años 2014 y 2016.
Y el tercero es que el flujo de la inmigración musulmana siga, pero a los niveles registrados antes del 2014.
Veamos que depara de futuro cada uno de esos tres escenarios.
ESCENARIO DE INMIGRACIÓN CERO
El escenario de migración 0 implicaría una disminución de 40 millones de personas en Europa.
Esto está determinado por el envejecimiento de la población y la baja tasa de fertilidad europea, que no puede reponer la población que muere.
Pero aún en este escenario, en que se detiene totalmente la inmigración, la población musulmana de Europa igual crecerá 10 millones.
Trepará a los 35 millones, llegando al 7.4% de la población del continente.
En resumen, incluso parando absolutamente la inmigración, la población musulmana europea aumentará 38% en las próximas 3 décadas.
La razón de esto es que los musulmanes son más jóvenes, tienen 13 años promedialmente menos que los no musulmanes, y las mujeres musulmanas tienen más hijos, o sea una mayor fertilidad que los no musulmanes
ESCENARIO DE INMIGRACIÓN COMO ENTRE 2014 Y 2016
El segundo escenario es el de alta inmigración, o sea que continúen los volúmenes registrados entre 2014 y 2016.
En este caso, la población no musulmana de Europa disminuiría en 30 millones.
Pero sería compensado con los musulmanes que crecerían a 76 millones.
Y llevaría a situar a los musulmanes como el 14% de la población europea para los próximos 30 años. O sea que se triplicaría.
En este escenario Suiza tendría 30% de su población musulmana y Alemania, Austria, Francia, Bélgica y el Reino Unido 20%
Holanda, Italia, Dinamarca, Noruega y Finlandia se acercarían al porcentaje de estos últimos.
ESCENARIO DE LA INMIGRACIÓN ANTERIOR AL 2014
El tercer escenario es el de inmigración musulmana en volumen anterior al año 2014, que según Pew sería el más probable.
En este escenario la población no musulmana disminuirá en 36 millones.
Mientras que la población musulmana crecerá en 32 millones, llegando a 58 millones, o sea el 11.2% de la población total Europea, más que duplicándose.
Y en estos 30 años la población general que vive en Europa disminuiría 1%.
Suecia tendría 20% de su población musulmana, Francia el 17.4%, el Reino Unido el 16.7% y Bélgica, Holanda, Dinamarca, Italia, Alemania, Austria, Suiza, Noruega y Finlandia tendrían más del 10% de su población musulmana.
En cualquiera de estos tres escenarios la población musulmana de los países de Europa Oriental continuaría siendo insignificante.
Mientras que en Europa Occidental hay una constante que se mantiene en cualquiera de los tres escenarios.
Aun deteniendo a cero la inmigración musulmana a Europa, la población musulmana del continente crecerá 38% de aquí al 2050. Y si se mantienen las condiciones actuales los musulmanes se triplicarán.
Mientras que la población no musulmana de Europa decrecerá, tanto en términos proporcionales como absolutos.
De modo que la suerte del continente europeo ya estaría echada.
Va a ser un continente con un gran porcentaje de musulmanes, que dominará la vida social del continente.
Y en segundo lugar se va a ser cada vez más clara la fractura entre el este y el oeste de Europa.
Mientras los países del oeste estarán cada vez más islamizados, los del este mantendrán la población hegemónica europea sin problemas.
¿Es tan así?
FACTORES DE CORRECCIÓN DE LAS PROYECCIONES
Hay algunos datos que permitirían suponer que las estimaciones de Pew son conservadoras.
Hace 10 años ya se decía que en Francia la población musulmana estaba en 10%, sin embargo Pew habla que la población musulmana de Francia actual es el 8.8%.
En España Pew estima que hay 2.6% de musulmanes en el total de la población.
Sin embargo la Unión de Comunidades Islámicas de España estimaba que había 4.1% de musulmanes a fines del 2016, o sea 750 mil musulmanes más.
En Austria Pew estima una población musulmana de 6.9% del total, sin embargo el Fondo de Integración de Austria, que es una agencia del Ministerio de Asuntos Exteriores, estima que la población austríaca de musulmanes es el 7.9% de la población.
En Alemania Pew decidió no contar el millón de solicitantes de asilo que llegaron al país entre 2015 y 2016, porque dice que no se espera que reciban el estatuto de refugiados.
Sin embargo hay miles de inmigrantes condenados a la deportación, que continúan viviendo en Alemania durante décadas, porqué Alemania no es propenso a deportar musulmanes.
Por otro lado se pueden ver 3 elementos que podrían acelerar el crecimiento musulmán en Europa.
Uno es la conversión de los europeos hacia el Islam.
Un factor que se menciona en los cambios culturales es que las tendencias se aceleran al final de los procesos.
Un ejemplo lo vemos en la novela Sumisión de Michel Houellebecq, que es una ficción que transcurre en el año 2022.
Donde el protagonista es un profesor francés que se convierte al Islam, porque el rector musulmán de su Universidad le ofrece mejor horizonte profesional, dinero y múltiples esposas.
Y como él no era una persona religiosa no vio ninguna razón para no aprovechar esos ofrecimientos.
El segundo factor es la emigración hacia fuera de Europa occidental por parte de europeos no musulmanes.
En la medida que la sociedad se vaya islamizando y cambiando la cultura para respetar a la sharía, habrá europeos decidirán emigrar.
Este tipo de migraciones es común en occidente dentro de los países.
En las últimas décadas ha habido migraciones desde las ciudades, que se han vuelto más peligrosas, hacia zonas suburbanas.
Por lo tanto podría haber una corriente migratoria hacia fuera de Europa, qué podría ser hacia las Américas, Israel, o Europa del este.
Y el tercer elemento a considerar es la escasa voluntad de sobrevivencia de la cultura europea.
Actualmente no se percibe espíritu de lucha de parte de los europeos.
Al contrario, hoy la sociedad de Europa occidental considera más peligrosos los crímenes de pensamiento contra los musulmanes – la islamofobia – , qué los delitos de robo, el asalto y la violación.
En Europa estamos asistiendo a un temor por ofender a los no cristianos.
Por eso se quitan los símbolos cristianos de los lugares públicos e incluso en Bélgica se quitó la cruz en la mitra de San Nicolás para no ofender a ningún niño.
Y en muchos países y ciudades se han cancelado celebraciones cristianas de la Navidad por las mismas razones.
Condonadas incluso por sacerdotes católicos, como por ejemplo Kevin O’Brien, decano de la Escuela Jesuita de Teología en la Universidad de Santa Clara, que ha manifestado “No creo que a Jesús le importe mucho si decimos Feliz Navidad o no”.
Todas estas tendencias llevan a pensar que el crecimiento musulmán – en cantidad de población y en poder – podría ser más rápido de lo que estima Pew.
¿Pero hay alguna tendencia en sentido inverso?
Se manifiestan actualmente atisbos de rebeldía de parte de sectores conservadores de Europa, que hoy parecieran marginales.
Los que son caricaturizados como nazis por los medios de comunicación del sistema.
Es incierto suponer que estos movimientos crezcan sustancialmente, pero podría suceder.
El otro elemento central es la voluntad de Dios en sentido inverso.
Hemos informado en otros artículos que el propio Jesucristo se está apareciendo a musulmanes en Medio Oriente y en África, generando una ola de conversiones importante. Ver aquí “Estamos ante una Impresionante Ola de Conversiones de Musulmanes al Cristianismo”.
Esto no parece suceder en Europa, pero perfectamente podría pasar en los próximos años.
Porque la pregunta es ¿Dios dejará que Europa occidental se convierta en una zona musulmana?
No tenemos la respuesta.
¿Y qué consecuencias tendrá este destino demográfico de Europa?
La sumisión al Islam en medio de conflictos.
EUROPA SOMETIÉNDOSE A ALÁ
Europa occidental probablemente se convierta en una sociedad progresivamente sometida a Alá en los próximos 30 años.
Porque el concepto de conversión que tiene los musulmanes varía del que manejan los cristianos.
Para los musulmanes conversión significa sumisión. Es más, la palabra islam significa sumisión.
Y la sumisión no requiere que la mayoría de la población se convierta al Islam.
Sino simplemente requiere que los no musulmanes reconozcan la superioridad del islam, y paguen la yizia, que es el impuesto islámico para practicar una religión no musulmana.
La historia ha demostrado que los musulmanes no necesitan tener una mayoría en la sociedad para tomar el control.
El crecimiento imparable de la población musulmana en Europa nos pone frente a una guerra cultural, que ya se está desarrollando y que muchos no ven, porque prefieren mirar para otro lado.
La cultura musulmana difiere radicalmente de la occidental respecto a los tabúes, al tratamiento de los sexos, las herencias, la familia y casamientos, la solución de conflictos, el régimen penal, etc.
Y los inmigrantes musulmanes no están dispuestos a asimilarse, cómo lo están demostrando las zonas liberadas que hay en todas partes de Europa y los estudios sociológicos europeos.
La última gran guerra cultural que realizó occidente fue la guerra fría.
Donde todo occidente se puso en campaña para demostrar su superioridad frente al contrincante soviético.
Sin embargo las cosas han cambiado en occidente.
Ya no existe el orgullo cultural manifestado en la Guerra Fría, sino que predomina la vergüenza cultural.
Que incluso lleva a algunos sectores importantes de la población a destruir estatuas de los líderes políticos de los países e incluso de Colón.
Y por otro lado no están dispuestos a resistir la invasión cultural islámica, si no va bien a facilitarla, porque el laicismo agresivo imperante piensa que su contrincante es el cristianismo, y “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”.
En cambio nuestro contrincante, el Islam, tiene un alto orgullo cultural y desprecio por la cultura e inmoralidad occidentales.
De modo que estamos frente a dos actitudes divergentes.
Los occidentales dudan de su propia herencia cultural.
Mientras que el Islam ha montado una campaña para exportar su ideología, construyendo mezquitas y madrasas en occidente, a partir de sus grandes ingresos por el petróleo.
Los occidentales piensan en la guerra contra la yihad solamente como un asunto militar, pero no desde un punto de vista cultural.
Es por esto que los países occidentales cada vez hacen más concesiones a la cultura islámica.
Por ejemplo en muchos países los alimentos que se dan a los niños en las escuelas no contienen carne de cerdo porque ofende a los musulmanes.
Y otras que mencionamos más arriba.
Las instituciones culturales como las universidades, las organizaciones cívicas, las iglesias, no están capacitadas para una guerra cultural contra los musulmanes.
Todo lo contrario, le facilitan su penetración.
Hoy la única guerra cultural que estan dispuestos a hacer los sectores más movilizados de Europa es contra la intolerancia, el racismo, y el fanatismo, algo que no es el peligro central que amenaza a la cultura europea.
No conciben que exista un peligro de pérdida de los valores culturales propios, y en todo caso, si se da, bienvenida sea, porque han dejado de ser importantes para ellos.
Es parte de la deconstrucción de la civilización judeo-cristiana.
En las universidades el criterio que predomina es el de la corrección política y la tolerancia obligatoria.
Hay una combinación de intimidación de parte de los grupos de izquierda y dinero Saudita para empujar a las universidades a alinearse en el campo islámico.
Las universidades alemanas una vez se doblegaron a los nazis, por lo que no sería de extrañar que en los próximos años las universidades occidentales se alineen con el islamismo.
En los medios de comunicación sucede algo similar.
Agravado por las fuertes inversiones de los petrodólares en instituciones y medios de comunicación.
Y el lenguaje políticamente correcto que predomina les impide hacer la conexión entre el terrorismo islámico y la cultura islámica.
Por eso dicen que los terroristas islámicos no son islámicos.
Las corporaciones también están compartiendo el discurso políticamente correcto de promover la inmigración musulmana.
Al mismo tiempo que promueven la homosexualidad, el aborto, los transgénero.
Empresas importantes como Google, Facebook, Twitter, PayPal tienen una política de persecución de los sitios web que dan información precisa sobre la yihad cultural islámica.
Su argumento para cerrar sitios de contra jihad es que son intolerantes y racistas.
Por su parte, la iglesia católica debería ser la más interesada en defender el cristianismo ante el avance de la religión musulmana.
Sin embargo está profundamente atascada con la ideología multicultural.
Al punto que muchos obispos piensan que la islamofobia es el principal problema y no el avance cultural de los musulmanes.
Por eso facilitan la inmigración musulmana y gana terreno la penetración cultural de una religión históricamente hostil hacia el cristianismo.
Hemos leído en varias ocasiones declaraciones sobre que las creencias musulmanas son benignas y pacíficas, y que hay que darles la bienvenida.
Esto no soporta el menor análisis histórico.
Toda la historia entre cristianos y musulmanes ha estado marcada por la belicosidad musulmana tratando de someter pueblos cristianos a su religión.
De modo que vemos lo mismo que en todas las instituciones culturales occidentales: se han quedado en la vieja guerra cultural y no ven la nueva guerra cultural.
Y al no querer registrar que existe una guerra cultural entre los inmigrantes musulmanes y la cultura autóctona occidental, no pueden resistir la larga marcha de los musulmanes contra las instituciones occidentales.
UN EJEMPLO DE SUMISIÓN
Las principales ciudades de Europa tienen enclaves dónde se practica las sharía y no las leyes del país; y está creciendo.
Es más, en estas zonas las propias fuerzas de cumplimiento de la ley, como la policía, tienen pocas posibilidades de actuar, porque no tienen colaboración de la población y los políticos les impiden imponer la cultura dominante.
Es así como el Instituto Gatestone informa de un conocido intelectual francés que se anima a expresar el sentimiento generalizado de las elites, sugiriendo que es preferible abdicar que entrar en conflictos.
“Un intelectual francés llamado Christian Moliner, sugirió recientemente que Francia debería establecer un Estado musulmán, dentro del estado, que se adhiera a la ley de la sharia, dentro de las fronteras de Francia, para evitar una guerra civil.
‘Por temor a la aparición de islamofóbicos, para satisfacer esta bulliciosa franja de musulmanes, los gobiernos están dispuestos a aceptar la difusión de prácticas radicales en todo el país… [porque algunos] territorios están fuera del control de la República.
La policía puede entrar solo por la fuerza y por períodos de tiempo limitados…
Nunca podremos convertir al 30% de los musulmanes que exigen la introducción de la sharia a los méritos de nuestra democracia y secularismo.
Ahora estamos permitiendo que ocurra la segregación aunque no decimos nombre’”.
Y la solución que propone Moliner es la siguiente:
“… Establecer un sistema dual de derecho en Francia… un territorio, un gobierno, pero dos pueblos: los franceses con las leyes usuales y los musulmanes con estatus coránico (pero solo para aquellos que lo eligen)…
Estos últimos tendrán derecho de voto… pero aplicarán la sharía en la vida cotidiana, para regular las leyes matrimoniales (que legalizarán la poligamia) y la herencia…
Ya no se aplicarán los jueces franceses a las disputas entre musulmanes… conflictos entre cristianos y creyentes seguirán siendo responsabilidad de los tribunales ordinarios…”
Esta propuesta de Moliner revela tres cosas.
Primero que en Francia ya hay dos culturas que se han vuelto antagónicas en varios aspectos.
Segundo, que las autoridades del país legalmente constituidas, no están dispuestas a frenar la existencia de zonas liberadas.
Y en tercer lugar qué ya hay voces notorias que no están dispuestos a privilegiar la unidad sino la abdicación, debido a la violencia de los musulmanes.
A privilegiar la fragmentación de la sociedad, con resultados francamente atemorizantes para el futuro.
En definitiva las élites europeas persisten en ignorar estos hechos o en minimizarlos.
Y tampoco están dispuestos a dar batalla por su cultura, porque no la consideran tan importante.
En estas circunstancias lo único razonable que se podría esperar es un aumento de los conflictos culturales en Europa.
Y un avance de las zonas liberadas donde se practique la sharía en detrimento del orden jurídico del país.
Esto es parte de la larga marcha del islamismo sobre la civilización cristiana occidental, que inexorablemente culminará en un gran conflicto y probablemente una sumisión al islam en pocas décadas.
Fuentes:
- http://www.crisismagazine.com/2017/submission
- https://www.mercatornet.com/demography/view/the-growing-muslim-population-in-europe/20814
- https://stream.org/sharia-vs-european-secularism-its-the-iran-iraq-war/
- http://www.pewforum.org/2017/11/29/europes-growing-muslim-population/
- https://www.gatestoneinstitute.org/11493/europe-two-state-solution
- http://www.crisismagazine.com/2017/times-not-side-europes-population-problem
- https://www.gatestoneinstitute.org/11545/how-many-muslims-in-europe
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