El ejército está mal equipado para combatirlos.
Boko Haram anunció el 24 de agosto la creación de un Estado islámico, un califato, en Nigeria. «Demos gracias a Dios» – dice Abubakar Shekau, el líder del grupo jihadista, en un video que dura 52 minutos – «por dar la victoria a nuestros hermanos en Gwoza y hacerla parte del Estado islámico». Boko Haram todavía tiene de rehenes a las niñas, en su mayoría cristianas que secuestró este año.
Mientras tanto, en otro lugar, en Libia el ejemplo cunde. El grupo jihadista islámico Ansar al-Sharia tomó la ciudad de Bengasi, declaró su independencia, y dice ser parte del califato.
En el video de Boko Haram no está claro si se considera que es «Estado islámico», al que la ciudad de Gwoza fue anexada, o si es una extensión de la ISIL, el califato establecido en Irak por Abu Bakr al Baghdadi, del cual los terroristas nigerianos habían celebrado el nacimiento y había prometido apoyo invocando sobre él la protección de Alá en un video dado a conocer el 13 de julio. «Estamos en un califato islámico ahora» – se limita a decir Abubakar Shekau – «ya no tenemos nada que ver con Nigeria».
AHORA LOS TERRORISTAS SON MAS FUERTES
Lo que importa, más allá del nombre, es que desde hace unos meses Boko Haram controla de manera estable diferentes lugares en el noreste de Nigeria: aldeas, inicialmente, pero en las últimas semanas, incluso principales ciudades.
La bandera de la jihad se enarboló en Damboa el 20 de julio con más de 230.000 habitantes, y al comienzo de agosto al Gwoza, que tiene una población de 276.000 habitantes: ambas se encuentran en Borno, uno de los estados del norte de mayoría musulmana, de la federación nigeriana. El 20 de agosto, después de más de un mes de asedio, cayó también Buni Yadi, en Yobe.
La conquista de cada localidad ha causado víctimas, saqueos, destrucción de edificios públicos y privados, y la huida de decenas de miles de personas.
Hasta hace unos meses, los jihadistas, después de cada ataque, se retiraban a sus bases ocultas en el bosque o se dispersaban entre la población. La toma por de Boko Haram de centros urbanos del noreste marca una nueva e inquietante fase de la guerra santa declarada por el grupo armado.
LA MODALIDAD DE LAS MUJERES SUICIDAS
Otro hecho preocupante es la proliferación de atentados suicidas y, en particular, la aparición de mujeres suicidas. Excepto la primera, una mujer de mediana edad que, el 8 de junio en Gombe se inmoló matando a un oficial de policía después de haber penetrado con una motocicleta en un cuartel militar, las otras mujeres son muy jóvenes y han hecho sus ataques en Kano, capital del estado.
El 27 de julio, un adolescente entró en un campus universitario ocultando explosivos bajo el chador. Murió hiriendo a cinco policías. Al día siguiente, una mujer joven se unió a una cola de gente esperando para comprar kerosene en una estación de gasolina y se inmoló, matando a tres personas e hiriendo a 16. Una vez más el 28 de julio, una joven fue a un centro comercial donde detonó los explosivos que llevaba hiriendo a seis personas. Al día siguiente, otra joven atacante suicida se mezcló con un grupo de estudiantes en un campus universitario y se voló, matando a seis personas.
Otros ataques fueron frustrados por la policía el 5 de agosto, en el estado de Katsina, detuvieron a tres personas que llevaban cinturones explosivos: un hombre, una chica de 18 años y una niña de 10.
OTROS ATENTADOS SANGRIENTOS
El ejército no pudo retomar Gwoza y otras ciudades, e incluso prevenir la escalada de violencia que comenzó en enero. Uno de los ataques más sangrientos de las últimas semanas, ocurrió el 14 de julio en Borno, donde un pueblo, Dille, fue completamente arrasado. Muchos habitantes lograron huir a la selva, pero al menos 38 personas perdieron la vida.
Más grave aún – más de 60 muertos y numerosos heridos – fue el ataque del 19 de julio, en el pueblo de Gaidamgari, siempre en Borno. El 23 de julio, dos explosiones con distancia dos horas causaron además la muerte de 82 personas en Kano.
Docenas de otros ataques contra iglesias, mezquitas, puentes se realizaron en el comienzo de julio: la cifra de muertos debe ser actualizada diariamente.
EL EJÉRCITO ES IMPOTENTE
Durante más de un año, el gobierno de Nigeria ha declarado el estado de emergencia en Borno, Yobe y en Adamawa y ha enviado a militares. Pero el ejército incluso a veces se escapa a la llegada de los terroristas, dejando a la población indefensa.
Boko Haram está mucho mejor armada militarmente. El gobierno ha asignado fondos sustanciales contra el terrorismo, pero la corrupción en el país hace que muchos de los recursos para el ejército y la policía terminen en los bolsillos de los políticos, funcionarios y miembros de alto rango de las fuerzas armadas.
Por otro lado, estamos viendo un desarrollo alarmante. Parece que los militares han comenzado a no obedecer las órdenes: la semana pasada, por ejemplo, 40 soldados se negaron a participar en una expedición contra los jihadistas alegando no estar armados de una manera apropiada.
Los días 10 y 11 de agosto esposas, hijos y otros miembros de la familia de los soldados de Maiduguri, capital de Borno, organizaron protestas públicas, erigiendo barricadas cerca de la sede del ejército, exigiendo que sus parientes no fueran enviados a Gwoza donde ya muchos soldados han sido asesinados por Boko Haram.
Fuentes: La Nuova Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos