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PRIMER MENSAJE,6 DE JULIO, 1973

Hija mía, mi novicia, tu me has obedecido bien en abandonarlo todo para seguirme. ¿Es dolorosa la enfermedad de tus oídos? Tu sordera será sanada te lo aseguro. Ten paciencia. Esta es la última prueba. ¿Te causa dolor la herida de tu mano? Reza en reparación de los pecados de los hombres. Cada persona en esta comunidad es mi hija irremplazable. ¿Dices bien la oración de las siervas de la Eucaristía? Entonces recémosla juntas:…

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“Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente presente en la Sagrada Eucaristía, Yo consagro mi cuerpo y mi alma para que sea enteramente Uno con tu corazón que esta siendo sacrificado en todos los altares del mundo y dando alabanza al Padre, rogando por la venida de su Reino.
Por favor recibe este humilde ofrecimiento de mi ser. Usame como Tu quieras para la Gloria del Padre y la salvación de las almas.
Santísima Madre de Dios. Nunca me dejes estar separada de tu Divino Hijo. Por favor defiéndeme y protégeme como tu hija especial. Amen”.

Reza mucho por el Papa, los Obispos y los Sacerdotes.

 

SEGUNDO MENSAJE EL 3 DE AGOSTO, 1973

“Hija mía, mi novicia, ¿Amas al Señor? Si tú amas al Señor escucha lo que te tengo que decir:

Es muy importante. Tú se lo comunicarás a tu Superior.

Muchos hombres en este mundo afligen al Señor. Yo deseo que las almas le consuelen para suavizar la ira del Padre Celestial. Yo deseo, con mi Hijo, almas quienes repararán con sus sufrimientos y pobreza por los pecadores y los ingratos.

Para que el mundo se de cuenta de Su ira, el Padre Celestial se está preparando para infligir un castigo a toda la humanidad.
Con mi Hijo, Yo he intervenido tantas veces para apaciguar la ira del Padre. Yo he prevenido la venida de calamidades ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la Cruz, Su Preciosa Sangre, y amadas almas que le consuelan y forman un ejército de almas víctimas.
La oración, la penitencia y los sacrificios con coraje pueden apaciguar la ira del Padre.

Yo deseo esto también desde tu comunidad; que amen la pobreza, que se santifiquen y recen en reparación por la ingratitud y los ultrajes de tantos hombres. Reciten la oración de las Siervas de la Eucaristía con conciencia de su significado: pónganla en practica: ofrezcan (cualquier cosa que Dios les mande) en reparación de pecados. Que cada una se esfuerce de acuerdo a su capacidad y posición, de ofrecerse enteramente al Señor.

Aun en un Instituto secular es necesaria la oración. Ya muchas almas quienes desean rezar están en el camino de ser recogidas. Sin ponerle mucha atención al formato, sean fieles y fervientes en la oración para consolar al Amo”.

 

TERCERO Y ÚLTIMO MENSAJE EL 13 DE OCTUBRE, 1973

“Si los hombres no se arrepienten y se mejoran a sí mismos, el Padre infligirá un castigo terrible sobre toda la humanidad. Este será un castigo más grande que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego descenderá del cielo y destruirá una gran parte de la humanidad, los buenos también como los malos, sin escoger sacerdotes o fieles.

Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiaran a los muertos. Las únicas armas que permanecerán para ustedes serán El Rosario y el Signo dejado por mi hijo. Cada uno recitará las oraciones del Rosario.

Con el rosario recen por el Papa, los Obispos y los sacerdotes.

El trabajo del demonio se infiltrará aun dentro de la Iglesia en tal forma que uno verá cardenales oponiéndose a otros cardenales, obispos en contra de obispos. Los sacerdotes que me veneren serán ridiculizados y opuestos por otros sacerdotes. Las iglesias y los altares serán saqueados. La Iglesia estará llena de aquellos que aceptan compromisos y el demonio pondrá presión sobre muchos sacerdotes y almas consagradas para que dejen el servicio del Señor.

El demonio será especialmente implacable en contra de las almas consagradas a Dios. El pensamiento de la perdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en numero y en gravedad, ya no habrá perdón para ellos.

Recen mucho las oraciones del Rosario. Yo sola todavía puedo salvarles de las calamidades que se acercan. Aquellos que ponen su confianza en mi serán salvados».

Marian Apparitions in Akita, Japan

 
 

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