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Por 1902 vivía en Buenos Aires una joven que padecía una rara enfermedad y viendo que los más eminentes médicos de su propia familia y otros no la podían curar, hizo voto de organizar una peregrinación al templo de Nueva Pompeya, si por mediación de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, Dios le concedía la salud.
Apenas formulada la promesa se sintió mejor y luego se encontró completamente sana. Conocida la milagrosa cura y el voto hecho por ella, más de 5.000 personas acompañaron a la señorita Calviño en peregrinación al Santuario de Pompeya el 4 de julio de 1902…

El culto de la Virgen nace en Pompeya, Italia, en 1876, cuando el beato Bartolo Longo recibió el mensaje de una amigo muerto años atrás pidiéndole «Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz que lo recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan». El beato, ferviente devoto de María, comienza a difundir el culto de la Virgen del Rosario de Pompeya a partir de un cuadro que consiguió en un convento de Nápoles que hizo restaurar.

Por ese entonces (fines del siglo XIX) existía en la zona sur de Buenos Aires un barrio llamado «de los Corrales» o «Bañado de Flores».

El mismo se había constituido en un verdadero basural sólo habitado por gente de muy escasos recursos y no pocos mal vivientes.

Las damas vicentinas de la parroquia de San Cristóbal (a cuya jurisdicción pertenecía este barrio) comenzaron a llegar deseando extender su acción benéfica a los habitantes. Las mismas damas junto con Darío Broggi, un sacerdote italiano, establecieron en el barrio una capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de Pompeya, la que se inauguró el día 15 de setiembre de 1895 con la aprobación del Vicario Capitular del Arzobispado de Buenos Aires y que resultó pequeña para dar cabida a los numerosos fieles que asistían a los oficios religiosos.

 

1902: EL PRIMER GRAN MILAGRO

Por ese entonces, vivía en Buenos Aires una joven de nombre María Luisa Calviño, la que padecía una rara enfermedad y viendo que los más eminentes médicos de su propia familia y otros no la podían curar, hizo voto de organizar una peregrinación al templo de Nueva Pompeya, si por mediación de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, Dios le concedía la salud.

Apenas formulada la promesa se sintió mejor y luego se encontró completamente sana. Conocida la milagrosa cura y el voto hecho por ella, más de 5.000 personas acompañaron a la señorita Calviño en peregrinación al Santuario de Pompeya el 4 de julio de 1902.

Desde aquel día la afluencia al templo de fieles llegados de todos los ámbitos de la ciudad y sus aledaños, fue en constante aumento y ello se reflejó muy pronto en la condición del barrio.

 

DE CAPILLA A TEMPLO

El día 14 de mayo de 1896 el Arzobispo de Buenos Aires bendecía la piedra fundamental del futuro templo en un terreno donado por las mismas damas vicentinas y que también tendría por titular principal a Nuestra Señora del Santísimo Rosario que se venera en el Valle de Pompeya (Italia) y por segundo patrono a San Antonio de Padua. Por ese motivo, el barrio se llamará en adelante NUEVA POMPEYA. El nuevo templo, de 47 metros de largo y quince de ancho fue solemnemente inaugurado el 29 de julio de 1900, oficiando misa el Nuncio Apostólico Monseñor Sabatucci.

Comenzaba también la construcción del convento y de un colegio gratuito para niños pobres, que fue inaugurado en marzo del año siguiente. A Broggi lo ayudaron los padres capuchinos italianos establecidos en Montevideo. Una vez que la obra estaba en manos del Padre General de la Orden Capuchina, los religiosos españoles de las provincias de Navarra, Cantabria y Aragón también fueron a ayudar. El sacrificio de todos ellos hizo posible terminar todas las obras, así como también atender las necesidades tanto espirituales como materiales del barrio y sus alrededores.

El 16 de marzo de 1906 Mons. Mariano Antonio Espinosa Arzobispo de Buenos Aires, erigió la parroquia de Nueva Pompeya, alegando como causales la creciente población del «barrio de Nueva Pompeya», a partir de entonces el templo fue objeto de varias ampliaciones hasta alcanzar la imponente estructura actual.

La imagen de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, que se veneró en la primera capilla y luego en los primeros años del nuevo templo, fue un óleo donado por una familia italiana, copia del cuadro de Pompeya de Italia. Al instalarse el retablo del nuevo altar mayor en 1910. Después fue reemplazado por uno más grande, que aún se conserva en la sacristía del santuario. Finalmente en 1914, fue sustituido por el grandioso grupo escultórico de madera tallada, que fue bendecido por Mons. Espinosa en la inauguración del Camarín y se ha venerado desde entonces.

El 3 de mayo de 1914, se inauguró el hermoso camarín de la Virgen, sustituyéndose el cuadro por la imagen tallada, obra del escultor catalán Miguel Castellanas y el 20 de agosto de 1922, por disposición de S.S. Benedicto XV, fue coronada en solemne ceremonia por el Nuncio Apostólico V. De Torregrossa, ante la impresionante concurrencia de alrededor de cien mil personas. Aquella ceremonia se recuerda cada 20 de agosto con cultos especiales, siendo el más destacado la Consagración de los Niños a la Virgen.

 

LA IGLESIA DE LOS PADRES CAPUCHINOS

La iglesia es de estilo neo-gótico, tiene vitrales de la casa Zeller de Munich, un claustro para el descanso de los peregrinos que es una réplica de los claustros monacales del medioevo, y un púlpito de estilo lombardo con elementos moriscos y bizantinos. En el centro del patio hay una fuente que representa a la Virgen de Pompeya y a las ruinas homónimas.

El 14 de Mayo de 1896 se coloca la primer piedra bendecida para la construccion de una capilla, dirijida por el arquitecto y pintor Augusto Cesar Ferrari, fue hasta el 29 de junio de 1900 cuando fue inaugurada la iglesia en el año 1905 se convirete la iglesia en parroquia. Se destaca por sus sobrias líneas de arquitectura neogótica, y se presenta como una pieza armónica.

Posee una única torre de altura. Ventanales en ojiva con maravillosos vitrales de origen aleman en forma de arco ojival representan los quince misterios del Santo Rosario. Pequeñas torrecillas a los laterales con verja de artístico hierro forjado.

En la ambientacion de las naves se observan estatuas religiosas y pinturas al óleo. En las paredes se encuentran cuadros de hechos históricos y en el techo su realizacion es de madera en listones.

Al proyecto original de una nave se le agregó en la década del 20 otra lateral, debido a la gran cantidad de fieles. Ademas posee un reloj que se ubica en la parte superior el cual fue traido por el padre Agustín de Pamplona desde España en el año 1923. Fue en el año 1935 cuando las campanas comenzaron a sonar gracias a Enrique Borneman relojero experto que estudio pacientemente el mecanismo y las puso a funcionar.

Es la iglesia considerada más popular de Buenos Aires.

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