Por qué Llegó el Tiempo de Entregarnos Totalmente a Nuestro Ángel de la Guarda
Nuestra Señora ha dicho que en este Final de los Tiempos los ángeles han adquirido funciones especiales de protección y ayuda a los seres humanos, por designio de Dios.
Esto ha pasado desapercibido y por eso muchos no saben que los ángeles están teniendo actividades potenciadas.
Y en la medida que los peligros son mayores, y los ángeles están potenciados en su función, entonces se hace más conveniente buscar su protección y ayuda.
Porque son los seres que Dios mismo nos está enviando para que sobrevivamos en este período.
Aquí hablaremos sobre las tres tareas en que la actividad de los ángeles se ha visto incrementada según Nuestra Señora.
En qué nos pueden asistir más claramente nuestros ángeles de la guarda hoy, qué actividades les podemos pedir y cómo hacerlo.
Y cómo desarrollar una relación y una comprensión de cómo hace su tarea nuestro ángel, de tal modo de aprovechar mejor su servicio.
En este momento de gran lucha espiritual, tanto laicos como sacerdotes parecemos como resignados al avance del mal.
Porque se ha debilitado nuestra fe.
No imitamos a los apóstoles, que eran hombres fuertes, que sabían absolutamente que el Señor y sus ángeles estaban allí para ayudarlos.
Y eso les daba fuerzas para la batalla.
Hoy ha decaído la fe en lo que los ángeles pueden hacer por nosotros.
Y muchos católicos, incluyendo a los sacerdotes, piensan que apelar a la ayuda de los ángeles es algo infantil, que son un constructo que han creado los hombres para sentirse más seguros.
Terrible error.
Está profundamente arraigado no solo en las Escrituras, sino también en la prédica de los santos y en las enseñanzas de la iglesia, que cada persona tiene asignado un ángel guardián personal.
Dios ha confiado a los ángeles actuar en favor de las personas.
Y esta protección pertenece a la ejecución de la Providencia Divina.
Cada persona recibe su ángel en el nacimiento.
Y como ángeles guardianes, enviados por el Señor, se convierten en nuestros “santos patronos personales”.
Oran por nosotros, protegiéndonos de los terrores de la oscuridad y estimulando nuestras conciencias para alejarnos de los peligros espirituales.
Nos protegen de los demonios y de las tentaciones de pecar.
También tu ángel está ahí para ayudarte a descubrir la voluntad del Señor en medio del caos.
Y no tenemos por qué temer los planes de satanás mientras permanezcamos cerca de nuestro ángel de la guarda.
Y además, tu ángel puede ir en tu lugar a realizar gestiones, incluso llegando a donde tu no puedes llegar, para solucionar problemas.
San Pío de Pietrelcina enviaba a su ángel guardián para consolar a los demás, a solucionar conflictos y lo ayudaba en las tareas diarias, como varios santos más.
Y Nuestra Señora le dijo al Padre Gobbi que la actividad de los ángeles se ha hecho fundamental en estos tiempos que vivimos, porque su tarea se ha visto incrementada en tres tareas.
Primero: “Los ángeles tienen, antes que nada, la tarea de ser luz en vuestro entorno, que está envuelto en una gran oscuridad que se vuelve cada vez más profunda y extendida.
A vuestros ángeles de la guarda se les confía la tarea de protegeros de las grandes tinieblas que os rodean, para que podáis caminar siempre en la luz de la verdad, la santidad, la pureza, la humildad, la confianza y el amor”.
Segundo: “Los ángeles de la guarda tienen la tarea de ser la defensa de vuestra vida, ya que los espíritus malignos han asociado sus fuerzas a los medios de comunicación.
Con astucia refinada, el mal se difunde bajo la forma de bien, el pecado como ejercicio de la propia libertad, la transgresión de la ley de Dios como una nueva conquista de esta pobre humanidad pervertida”.
Y tercero: “Los ángeles de la guarda tienen la tarea de combatir con vosotros la misma batalla para obtener la misma victoria.
En la gran prueba que ya ha comenzado, se hace aún más fuerte y sangrienta la gran lucha entre la Mujer vestida de sol y el Dragón rojo, entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, entre Cristo y el anticristo.
Es una batalla que se libra, sobre todo, a nivel de espíritus: los espíritus buenos contra los espíritus malos, los ángeles contra los demonios, San Miguel Arcángel contra lucifer”.
Y entonces concluye: “Vosotros estáis involucrados en esta gran lucha que es inmensamente superior a vosotros.
Por lo tanto, debéis estar particularmente unidos a aquellos que están cerca de vosotros en el gran combate, que tienen un gran poder en esta lucha, en la cual os ayudan a combatir y os conducen hacia la segura victoria, los ángeles”.
¿Y cómo estar más unidos a ellos?
Debemos prestarle más atención a nuestro ángel de la guarda, comunicarnos con él diariamente, rezar con él, entender cómo es que nos puede ayudar, confiar en su guía y pedir su auxilio.
Porque en la batalla del final de los tiempos, los cristianos que se mantengan fieles tendrán muchos desafíos y serán llamados a diferentes misiones para Dios.
Sabido es que nos comunicamos con los ángeles a través de la oración.
A veces a través de oraciones populares ya establecidas, como por ejemplo una novena.
Y también a través de diálogos informales que le hacemos en la conversación.
Debemos aprender a tener un diálogo con el ángel.
Y tener en cuenta que también nos comunicamos a través de nuestras acciones.
Ellos ven nuestras acciones y saben nuestras necesidades aún antes de que pidamos por ellas.
O incluso ven necesidades nuestras que nosotros aún no sentimos, y se adelantan.
Y ellos nos hablan y nos contestan básicamente a través de los hechos que suceden.
Y cada uno de nosotros es capaz de descifrar mensajes en las cosas que suceden si tenemos el espíritu abierto para ver y escuchar.
Pongamos que estamos pensando en una necesidad que tenemos.
Y de repente llega a nuestra mente una solución a un tema que nos preocupa o una consolación.
O vemos algo en el exterior qué nos da una pista de la respuesta a lo que pedimos, como puede ser un cartel en la vía pública, una persona que nos habla, una música, etc.
Esas son respuestas de nuestro ángel.
Y otra cosa que muy pocos hacen es enviar a su ángel a hacer tareas.
Muchos santos enviaban a sus ángeles guardianes a diversas tareas, hacer gestiones, rezar por ellos en una iglesia, o ir a misa cuando no podían hacerlo físicamente.
Esto funciona porque los ángeles son seres espirituales y, por lo tanto, no están limitados por las leyes de la materia física.
Debemos tener en cuenta que cada persona tiene un ángel de la guarda, tanto bautizados como no bautizados.
De modo que podemos enviar a nuestro ángel de la guarda para que hable con el ángel de la guarda de otra persona sobre algún tema en particular.
Como por ejemplo para que actúe sobre alguien y lo calme si está irritado, para que le recuerde algo, para que decida algo, etc.
Vivimos en un momento en que deberíamos estar más cercanos a nuestros ángeles, tanto por los peligros que están aumentando como por nuestras necesidades acrecentadas de intercesión.
¿Y cómo instrumentarlo?
Simplemente háblale a tu ángel como a un amigo, pídele consejos, comparte con él tus dudas, tus miedos y tus alegrías.
Pídele su intercesión, mándalo a misiones.
Y dale las gracias por su ayuda, por la que percibes, y también por las que no.
Y luego espera, mira con ojos y mente abierta lo que sucede alrededor tuyo, para encontrar su respuesta.
Bueeeno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre las nuevas funciones dadas a los ángeles de la guarda en el final de los tiempos, cómo podemos hacer mejor uso de su asistencia, y cómo estar más unidos a ellos.
Y me gustaría preguntarte si haces uso de tu ángel de la guarda y cómo lo haces.
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