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ORACIÓN AL SEÑOR DE CACHUY

¡Oh, Señor de la Ascensión!
¡Oh, Jesús de Nazaret!
A ti venimos piadosos, a implorar paz y amor; lejos del mundo y sus vicios, causa de nuestro dolor.
Atiende Cristo Amoroso, nuestro doliente clamor, Pastor sublime y divino que del cielo descendió.
¡Oh señor de las alturas!
Aquí estamos confundidos, llenos de fe y contrición, implorando entre sollozos la gracia de tu perdón.
Padre de misericordia, para el hijo infiel, traidor, míranos pidiendo tu perdón.
Amen.

 

HIMNO AL SEÑOR DE LA ASCENSIÓN

En las alturas agrestes de Cachuy
Dios hizo brillar con luz muy grande allí
a Martín Barrios, Jesús se apareció
en una linda imagen que encontró.

Entre sus vacas Martín la vio brillar,
la recogió con cariño y con piedad,
que era San Lucas creyó el Buen Pastor
y en su estancia la coloca con amor.

Pero la Santa Imagen regresó
al mismo lugar donde la encontró,
la traslada a Putinza el buen Martín
asustado y sin ver cual será el fin.

Reconocen al Señor de la Ascensión,
y todos juntos le dan veneración
pero de noche volvió a regresar
al mismo paraje que era su lugar.

Una capilla allí se construyó
y el Señor atiende siempre su oración.
Hacen todos una buena Confesión
y comulgan con gran fe y devoción.

Miles de ceras queman ante su altar,
se reza, se llora y cantan sin cesar.
danos Divino Señor de la Ascensión
Paz, Alegría, Gracia y Bendición.

 

PLEGARIA I

Señor, postrado a tus pies te presento mi alma
desconsolada y abatida: a ti acudo Señor lleno
de emoción y de ternura para pedirte perdón
de mis pecados y Tu santa protección.
Señor mío de Cachuy: Abre tus ojos y mírame,
por piedad: Abre tu piadísimo corazón,
derrama consuelo sobre mis angustías.
Ante la indiferencia humana que no mira mi dolor,
mis necesidades y mis luchas, ante la variedad
del mundo egoísta y frío, ante las pasiones que
todo lo destruyen, me acerco a Ti, Señor:
dame resignación y fe, ayúdame a seguir
en el clavario.
¿Que haré Señor mío de Cachuy, si no acudo a ti…?
¿Que haré Señor, si no iluminas mis pasos…?
¿Que haré, si no confortas mi espíritu…?
¿Que haré si no sanas mi cuerpo…?
¿Que haré, Señor, si no atiendes mis súplicas…?
Qué haré Dios mío, que haré…?
Que el signo bendito de tu gracia encienda la
virtud de mi alma, que encuentre un refugio
en tu abierto, que lleno de piedad y amor te
pueda decir:
DIOS MIO…
SEÑOR MIO.

 

PLEGARIA II

Señor Jesús,
plenitud de los tiempos y Señor de la Historia,
dispón nuestro corazón a celebrar con fe
el Misterio de la Ascensión
y concédenos tu misericordia.
Danos un corazón, humilde y sencillo,
Para que contemplemos con renovado
asombro el misterio de la Salvación;
por el que, Tú, hijo del altísimo,
en el seno de la virgen,
santuario del Espíritu Santo,
te hiciste nuestro hermano.
Jesús, principio y perfección del hombre nuevo,
convierte nuestro corazón a ti,
para que, abandonando las sendas del error.
caminemos tras tus huellas
por el sendero que conduce a la vida.
Haz que, fieles de las promesas del bautismo,
vivamos con coherencia nuestra fe,
dando testimonio constante de tu palabra,
para que en la familia y en la sociedad
resplandezca la luz vivificante del Evangelio.
Jesús, fuerza y sabiduría de Dios. Padre
enciende en nosotros el amor a la divina
Escritura, donde resuena la voz del Padre,
que ilumina e inflama, alimenta y consuela.
Tú, nuestro Divino Redentor
renueva en la Iglesia el ardor misionero,
para que todos lo pueblos lleguen a conocerte,
verdadero Hijo de Dios
y verdadero Hijo del hombre
único Mediador entre el hombre y Dios,
Amén.

 

PLEGARIA III

¡Oh Jesús de Nazaret!
¡Oh Señor de la Ascensión!
A ti venimos, piadosos,
a implorar paz y amor;
lejos del mundo y sus vicios
causa de nuestro dolor.
Atiende Cristo amoroso
nuestro doliente clamor
Pastor sublime y divino
Aquí estamos confundidos
llenos de fe y contrición
implorando entre sollozos
la gracia de tu perdón.
Padre de misericordias
para el hijo infiel, traidor.
moradnos ya confundidos,
pidiendo tu absolución
que el cielo descendió.
¡Oh Señor de las alturas!
¡Oh divino Redentor!
alumbrad nuestros caminos
con tu Evangelio de amor
para que clamemos siempre
con renovado fervor.

Tu diste pan al hambriento.
la sed tu poder colmó
fuiste lumbre de los ciegos
y a los mudos diste voz;
y entre enfermos y leprosos
la muerte se te rindió
Jesús todopoderoso:
¡oíd nuestro gran clamor!
De Cachuy los hijos fieles.
de Yauyos la población.
te ofrendamos para siempre,
Oh Señor de la Ascensión
nuestras plegarias fervientes,
con su mística oblación!
¡Mirad Señor milagroso,
con divina compasión
a todos los peregrinos
que os claman a una voz!’

Bendecid el desagravio
en su más grande aflicción:
En fraternal armonía
¡Santa Peregrinación!
todos tus hijos Señor
llegan con filial acento
a pedir tu bendición;
remedia todas sus cuitas
Maestro de los Maestros
luz de eterno resplandor
para los ciegos del alma
y duros de corazón,
nuestra viril confesión:
¡herencia de nuestros
padres,
Tesoro de nuestro honor!
Aquí, prodigiosa imagen
del Dios Hombre Redentor,
haz querido abrazar tu trono,
como en un nuevo Tabor
para brindar a estos pueblos
de tus gracias la eclosión:
¡ Milagros… y más prodigios
Que inspiran en esta oración!
De Lima, Cañete, Chincha,
Pisco, Chiclayo
vienen aquí con fervor
tantas almas y familias
del humilde pecador
y haced que en pueblos
y campos
reine la paz y la unión!
La paz de Cristo en la tierra
¡Santa justicia de Dios!
conceda al universo
el Santuario de tu nombre
¡Oh Señor de la Ascensión!
donde todos cantaremos
nuestra plegaria de amor.
¡Oh Señor de los ejércitos
dad la fe de Centurión
a los ínclitos guerreros
del peruano bicolor
al escuchar Su oración!
Antes que venga la muerte
cual un remedio de expiación
os reclamamos la gracia
de elevar en vuestro honor
A través del territorio: en Costa, Sierra, Montaña.
Jefes, Licenciados, reine
tu Sagrado Corazón.

 

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