Gracias por todos tus dones. Que el Rey de la eterna gloria nos haga partícipes de la mesa celestial. Amén.
Gracias, Señor, porque, de nuevo, hemos podido alimentarnos con los dones que Tú generosamente nos das. Señor, que no haya más hambre en el mundo.
Te agradezco, Señor, esta alegría de la mesa: el alimento y la compañía de los míos. Bendice siempre a esta familia y a quienes no tienen ni hogar ni pan.
Porque me das de comer, muchas gracias, Señor. Sé que hay muchos hombres que hoy no comerán… Danos a todos el pan de cada día.
Señor Dios, te damos gracias porque nos haces partícipes de tus maravillas; te alabamos por los dones de tu amor y te bendecimos por la amistad que nos concedes vivir en torno a esta mesa. Que esta comida en sencillez de corazón y en alegría sea profecía del banquete del reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Gracias Señor por estos alimentos
Que tomaremos de tu mano generosa
Para hacer más fuerte y servirte mejor.
Te damos gracias por este pan,
Fruto de la tierra y del trabajo
Y te pedimos que así como está en nuestra mesa
Lo pongas también en la mesa de los pobres.
Amén
Te bendecimos, Padre, por los alimentos que nos regalas, por las personas que nos acompañan y por la belleza que nos rodea y une.
Gracias Señor
Señor Dios, te damos gracias porque nos haces partícipes de tus maravillas; te alabamos por los dones de tu amor y te bendecimos por la amistad que nos concedes vivir en torno a esta mesa. Que esta comida en sencillez de corazón y en alegría sea profecía del banquete del reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.