Exorcistas muestran la intervención de la Guadalupana y el Padre Pío en la protección de la vida.
Nuestra cultura ha ido derivando, cada vez a más velocidad, a impedir que nazcan niños.
Algunos ya diagnostican que nuestra civilización se está suicidando, las ciudades están empezando a quedar vacías, mientras los sistemas de pensión y de salud están en crisis.
Pero además, las consecuencias para las mujeres que impiden el nacimiento de sus hijos, son impresionantes.
Hay poderosas fuerzas político económicas que están operando para que baje la población mundial.
Pero hay suficiente evidencia de que son las fuerzas preternaturales que están impulsando esta estrategia.
Aquí contaremos la comprobación que tuvo el exorcista padre Stephen Rossetti de los demonios que están impidiendo los nacimientos.
Y como contrapartida el auxilio llegado del Cielo a través de la Virgen de Guadalupe.
Y te contaremos una enorme revelación del padre Boninsegna: la confesión que una mujer le hizo al Padre Pío, que muestra las consecuencias terribles de impedir los nacimientos.
Difícilmente vayas a olvidar en el futuro esto que sucedió en el confesionario del Padre Pío, ¡Ya Verás!
Comencemos identificando que hay demonios cuya misión es impedir los nacimientos de niños.
Monseñor Stephen Rossetti, exorcista en la Arquidiócesis de Washington, cuenta en el sitio del Centro San Miguel Arcángel, cuenta el caso de un exorcismo.
Resulta que Lucy estaba poseída y los demonios la torturan todas las noches.
Se burlaban de ella, le marcan el cuerpo con arañazos y quemaduras, le torcían la pierna, afirman que eran sus dueños.
Pero después de varias sesiones intensas de exorcismo, los demonios se estaban debilitando.
Y al padre Rossetti le pareció que tal vez estaban lo suficientemente débiles como para verse obligados, por el poder de Jesús, a revelar sus nombres.
Conocer el nombre de los demonios les da poder adicional al exorcista para expulsarlos.
Y cuando lo dicen sugiere que se acerca el momento de su salida.
Así que Rossetti le pidió una y otra vez: “Dicas mihi nomen tuum” (“Dime tu nombre”), una cita directa del tradicional Rito de Exorcismo.
El demonio se resistía poderosamente.
Pero finalmente, con gran renuencia, renunció a esconder su nombre y dijo que su nombre era Abyzou.
De quién se trata lo puedes buscar en internet, lo vas a encontrar escrito de varias maneras que suenan fonéticamente parecido.
Es el nombre de un demonio femenino del Medio Oriente al que se culpa de impedir el nacimiento de los niños, y es responsable de la mortalidad infantil.
Actúa en conjunto con Lilith, la líder de esta tarea de impedir los nacimientos.
Lilith es el símbolo que utilizan las feministas llamadas pro elección.
Y es el emblema de Starbucks, la sirena de dos colas de color verde.
La presencia de Abyzou tenía sentido porque Lucy había impedido el nacimiento de un hijo.
Se arrepintió sinceramente, fue a confesarse y se mantuvo muy contrita.
Pero si bien todos los pecados se perdonan en el sacramento de la confesión, esto no significa que los demonios asociados con ellos sean expulsados inmediatamente.
A menudo, es necesario un tiempo de purgación dada la gravedad del pecado.
Abyzou se burlaba de Lucy por la decisión que había tomado con su hijo.
Le decía que nunca podría ser perdonada.
Jugaba con su profundo sentimiento de culpa.
E intentaba arrastrarla a la oscuridad de la desesperación.
Este es un comportamiento demoníaco típico.
Los demonios no solo te tientan a cometer un pecado, sino que, si lo haces, se burlan de ti y te avergüenzan por ello.
Los exorcistas le aseguraron a Lucy que su pecado estaba verdaderamente perdonado y rezaron por su criatura.
Y en medio de la sesión, uno de los exorcistas se sintió inspirado a sostener frente a Lucy un icono de Nuestra Señora de Guadalupe.
Y el demonio sufrió una gran convulsión.
Entonces, los exorcistas invocaron repetidamente a Nuestra Señora bajo el título de Guadalupe, mientras el demonio se convulsionaba cada vez más, hasta que al final no soportó más y salió de Lucy.
La eficacia de la guadalupana no es casual.
El icono de la Virgen de Guadalupe muestra a la Santísima María como una mujer embarazada y a menudo se la invoca bajo este título para los niños no nacidos.
Además, bajo sus pies hay un símbolo de la luna y la oscuridad, una referencia al diablo.
Y Juan Diego, en cuya tilma apareció la imagen, se refirió a Ella en su lengua materna como «la que aplasta a la serpiente».
Y este demonio Abyzou seguramente llevó a que sucediera la interrupción del embarazo de una mujer que fue a confesarse con el Padre Pío a San Giovanni Rotondo.
Esta revelación impresionante la cuenta Don Enzo Boninsegna, un sacerdote italiano, de Verona, en la página 139 de un libro de 2019, llamado “Fui curado, ahora me van a curar”.
Sabido es que el Padre Pío tenía el don de leer las conciencias de las personas.
Conocía cosas ocultas en su pasado y su futuro.
Y además en algunas oportunidades podía hacer que el alma viera cosas extraordinarias.
Las almas eran como libros abiertos para él.
No era un don propio, sino que Dios se lo había otorgado.
Y cada vez que estaba ante un penitente, su ángel le traía la información.
Y a veces sucedían cosas terribles como esta.
La mujer entró a su confesionario y el Padre Pío le dijo: Cierre los ojos y dígame qué ve.
La señora obedeció, cerró los ojos y dijo: Veo una plaza enorme con mucha gente.
¿Qué más? preguntó el Padre.
Entre las personas, veo una procesión que se mueve solemnemente.
Veo en la audiencia a muchos sacerdotes, obispos y cardenales.
¿Y qué están haciendo? Preguntó el capuchino.
Todos preceden a un Papa que está asumiendo el trono.
Sí, veo precisamente a un Papa en un trono grande y una gran multitud que aclama a ese Papa, muy bonito.
Y entonces la mujer le preguntó: ¿qué significa todo eso?
Y el Padre Pío respondió: El niño que usted no dejó nacer, en la voluntad de Dios, debía ser ese Papa.
La pobre mujer gritó y se desmayó junto al confesionario.
El Padre Pío le había permitido ver al bebé que no nació, a quien Dios pretendía transformar en un Papa de la Iglesia.
Estas historias que contamos son especialmente importantes para nuestra época.
El suceso en el confesionario del Padre Pío, que reveló el padre Enzo Boninsegna, nos lleva a reflexionar sobre la situación común del arrepentimiento de muchas mujeres que no han dejado nacer a sus hijos.
Y que la forma de sanación que tienen es volverse hacia Dios y pedir Su perdón.
También nos lleva a reflexionar sobre el rumbo que ha tomado nuestra cultura de impedir los nacimientos.
Y la revelación de Monseñor Rossetti nos debe llevar a comprender que hay causas preternaturales y sobrenaturales que están actuando.
Por un lado, demonios que hoy tienen más poder, que incluso son tomados como emblemas de movimientos sociales y grandes empresas, como Lilith.
Y por otro lado, la comprobación que el Cielo nos ha mandado un antídoto, que es la Virgen de Guadalupe.
Bueno hasta aquí estas dos revelaciones. La del padre Rossetti de los demonios que trabajan para que no nazcan bebés y el antídoto de la Virgen de Guadalupe.
Y la historia del Padre Pío que contó Don Boninsegna, sobre la mujer cuyo hijo debía haber sido Papa y se arrepintió profundamente por haberlo abortado.
Y me gustaría preguntarte si crees que los católicos que conoces saben que hay demonios actuando para evitar los nacimientos o no.
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