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Cuenta la leyenda, que esta imagen estaba al principio en el coro y que uno de los clérigos de la iglesia subía cada día a rezar ante ella.
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Hasta que un día, se cansó de tanto subir y bajar y decidió llevar la talla a su casa para venerarla allí. No obstante, al llegar a la puerta se quedó inmóvil y no pudo salir del templo. Desde entonces, la imagen está situada en el altar principal

Situado al pie del Monte Urgull y junto al puerto, en la parte vieja de la ciudad, se encuentra el Santuario de Ntra. Sra. del Coro, que alberga a la patrona de la ciudad, la Virgen del Coro. Es una bella escultura de los siglos XV-XVI, según Adrián Loyarte cronista de la ciudad, quien la describe minuciosamente.

Tiene 40 centímetros de altura, bien tallada en madera, su rostro óvalo perfecto, de expresión dulcísima, de serena atracción, la cabeza coronada. Está de pie, el Niño lleva una de las manitas a la boca, exactamente igual que las Vírgenes de Donatello.

La imagen fue colocada en el retablo y camarín actual en el año 1750 y fue recubierta en plata en 1756; en 1960 tuvo que ser restaurada por Lizarraga al hallarse carcomida.

¿Cuál es el hecho inicial de la devoción a la Virgen del Coro?. Son varias las hipótesis, bien pudo ser encontrada en el mar, habiéndola perdido alguna nave; más lógica parece la procedencia italiana que señala Adrián Loyarte: ”debe su origen a las expediciones que nuestra gente verificaba a Italia”.

Loyarte intenta probar la antigüedad de la imagen: «ya el año 1611 la secular devoción donostierra, vestía gloriosamente la milagrosa Virgen de mantos riquísimos y muy variados”. Precisamente los mantos serán prueba de su antigüedad para Loyarte. San Sebastián ha tenido repetidos incendios, y la documentación ha sido robada o quemada por la invasión anglo-portuguesa el 31 de agosto de 1813.

El nombre de Ntra. Sra. del Coro le viene de haber estado históricamente en el coro, en la cima del facistol, como solía suceder también en otros lugares. Muchos coros solían estar presididos por una imagen de la Virgen María, y ante ellas se cantaban diariamente las antífonas marianas “Salve Regina” y otras. Los sucesivos cambios de lugar del coro llevaron al final la imagen al retablo principal de Santa María. La imagen fue trasladada al lugar preferente del retablo central en el siglo XVIII.

Cuenta la leyenda, que esta imagen estaba al principio en el coro y que uno de los clérigos de la iglesia subía cada día a rezar ante ella. Hasta que un día, se cansó de tanto subir y bajar y decidió llevar la talla a su casa para venerarla allí. No obstante, al llegar a la puerta se quedó inmóvil y no pudo salir del templo. Desde entonces, la imagen está situada en el altar principal.

La Virgen del Coro es descendida anualmente de su camarín el día 8 de septiembre. Uno de los momentos importantes es la visita del ayuntamiento de San Sebastián, ceremonia que se celebra desde el año 1689, con excepciones. La imagen fue coronada oficialmente el 8 de septiembre de 1940.

 

LA BASÍLICA

La basílica de Santa María del Coro es la iglesia de Donostia-San Sebastián que más creyentes atrae. Se construyó en el siglo XVIII, siguiendo el diseño de Pedro Ignacio de Lizardi. Situado a los pies del monte Urgull, entre la Calle Mayor y la calle de 31 de Agosto, dice la historia que fue uno de los pocos edificios que se salvó del incendio de 1813.

La inauguración de este templo se realizó en 1774, aunque hacía diez años que habían terminado de construir la parte más importante. En aquella época, la moda marcaba moldes barrocos en la arquitectura, por lo que ése es el estilo que más se aprecia. No obstante, también se pueden ver aún restos románicos y góticos de una antigua iglesia ubicada en ese mismo lugar.

En cuanto a la estructura, posee planta de salón dividida en tres naves. La del centro es algo más amplia que las laterales y termina en un ábside semicircular. Cada parte de la iglesia tiene una cubierta distinta: las naves, por ejemplo, están cubiertas por bóvedas de crucería, el presbiterio tiene bóveda de horno y existen también bóvedas vaídas nervadas. Por último, el crucero está cerrado por una cúpula.

En el exterior, la fachada principal es la única que pueden ver los visitantes, debido a que en el resto de los lados tiene pegadas otras construcciones de la Parte Vieja. La portada se estructuró y decoró como si fuera un retablo, siguiendo la línea de las iglesias coloniales de América Latina. De hecho, la financiación de esta iglesia corrió a cargo de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, por lo que en algunos aspectos se aprecian influencias llegadas del otro lado del Atlántico.

Se aprecian tres partes bien diferenciadas en esta portada en la que domina el estilo churrigueresco: la parte central (ricamente decorada con relieves) y las dos torres simétricas, algo más adelantadas.

La iconografía elegida da a conocer varios fragmentos de la vida de la Virgen María (la ascensión…). Asimismo, se colocó la imagen de San Sebastián (patrón de la ciudad) en una hornacina superior.

La iglesia cuenta con ocho altares y retablos que merecen una atención especial. Tres de ellos (incluido el retablo mayor) son clasicistas, otros tres realizados en estilo rococó y los dos últimos de corte neoclásico.

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Iglesia de Santa Maria del Coro


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