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El 11 de noviembre de 1974, la Virgen María se apareció a la vidente Josefa Pugés.

Fue en un viejo árbol caído, diciendo estas palabras «Yo soy la Virgen de Cataluña».

Virgen-de-Can-Cerda

Y luego dijo:
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«Vengo para salvar a Barcelona y a Cataluña especialmente, y con ellas también a España y al mundo entero».

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Al terminar, manifestó la Virgen de Lourdes que se aparecía en tierras catalanas para pedir que, todos los días 11 de cada mes, acudieran hasta aquel lugar para rezar las tres partes del Rosario.

La carretera que une Barcelona con Cerdañola, superado el Tibidabo, va entre espesos y hermosos bosques.

Dejando atrás El Forat del Vent, una desviación a mano derecha nos conduce a Can Cerdà.

Una valla metálica revela la presencia de un entorno especial, sumamente cuidado, que se conoce como El Recinto.

Es un espacio de unos centenares de metros cuyo protagonismo lo acapara un árbol caído, por encima del cual se encuentra en una peana una imagen de la Virgen de Lourdes.

Ahí está la Capilla.

 

LA APARICIÓN

Fue el día 8 de noviembre de 1974 cuando un grupo de cinco personas se reunió en la explanada que hoy constituye El Recinto de Can Cerdà.

Se encontraban allí porque Josefa Pugès, que desde pequeña comunicaba a su confesor que veía a al Virgen, estando en su casa había recibido un comunicado de Ella solicitándola para que se apersonara en ese lugar, que Pepita ya conocía.

aparicion de can cerda

Allí, sobre un viejo árbol, medio inclinado, caído sobre el suelo, Pepita Pagés (la vidente) vio a la Virgen.
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La Señora la llamó, volvió el rostro y contempló la aparición de la Virgen de Lourdes.

Tres días después, el 11 de noviembre, el grupo había crecido.

Ya eran catorce las personas congregadas ante el árbol caído donde tenía lugar la manifestación.

Serían las cinco y media de la tarde cuando empezaron a rezar las tres partes del Rosario, y las seis y media, cuando Pepita Pugés, en pleno éxtasis, transmitió las palabras de María:

«Yo soy la Virgen de Cataluña».
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Y luego dijo:
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«Vengo para salvar a Barcelona y a Cataluña especialmente, y con ellas también a España y al mundo entero»
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Al terminar, manifestó la Virgen de Lourdes que se aparecía en tierras catalanas para pedir que, todos los días 11 de cada mes, acudieran hasta aquel lugar para rezar las tres partes del Rosario.

 

LUEGO DE LA PRIMERA APARICIÓN

A partir de aquel momento corrió la voz y en cantidades masivas llegaron verdaderas multitudes, que ante los milagros y las gracias obtenidas, acudían puntualmente a la cita con la Señora.

La Virgen, cumpliendo su papel de Ancla de Salvación para la humanidad, pedía lo mismo: Oración y Penitencia.

interior de la capilla de can cerda

La oración fundamental la había concretado en el rezo de las tres partes del Rosario y el Vía Crucis.

Como suele ser normal en otros muchos sitios, aquí también la Virgen bendijo el agua, para convertirla en signo de posteriores milagros.

Y pidió una capilla, como prueba definitiva para los seguidores.

Y a la vez, para hacer posible en un templo más de la tierra, el refugio protector y la concesión de gracias para los seguidores de fe.

El número de visitantes fue en aumento, especialmente, a partir del mes de Abril de 1976, después de un programa de televisión en Informe Semanal grabado el 11 de marzo de 1976, el mismo día en que también se encontraba presente una unidad móvil de Radio Barcelona desplazada para transmitir para el programa La otra dimensión.

Los creyentes y curiosos llegaron a superar los 10.000, cuando el día de las grabaciones escasamente llegaban a las 500 almas.

La intervención de la prensa, fue desafortunada según el padre Francesc de Paula Sola i Carrió, hoy ya fallecido.

Este pronosticó que ante el cariz que tomaban las cosas, la Virgen anunciaría el fin de sus apariciones.

Y así fue; en mayo la Virgen advierte:
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«Hijos míos, vigilad; que hay discordia y está el enemigo entre vosotros».

El 30 del mismo mes, mientras se celebraba el final del mes a María dijo a través de Pepita:
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«El día 15 de agosto será el último día que me apareceré».

Y se cumplió la promesa.

El día quince de agosto de 1976, por expreso deseo del Cardenal Pepita Pugès no se presentó en Can Cerdà, pero la Virgen se le apareció allí donde ella fue.

Fue el último mensaje de un conjunto que se había extendido durante algo menos de dos años, y que había tratado de la oración y penitencia, de la salvación de Barcelona, Cataluña, España y el mundo, de las virtudes y la devoción, de los sacerdotes y religiosas, de la juventud y la familia, del pecado y del castigo.

En 1978 fallecía la vidente, no por ello el lugar ha sido olvidado, sino que lejos de ello, la Fundación que en su día se creó sigue luchando para erigir un templo como la Virgen pidió.

El 11 de febrero del año 2001 pudo inaugurarse la capilla, la que fue presidida y bendecida por el Obispo auxiliar de la Diócesis de Barcelona, Rvdmo. Sr. D. Carlos Soler Perdigó, que actualmente es Obispo de Gerona.

 

VIDA DE PEPITA PUGÈS

Pepita Pugés fue una mujer sencilla, corriente, vendedora de verduras en un mercado de su pueblo.
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Tuvo desde pequeña manifestaciones de Dios y a Él se entregó, desde los primeros años, en cuerpo y alma.

Fue una persona que no tenía formación alguna y que apenas sabía escribir, sin cometer fallos ortográficos de todas clases.

Pepita Puges i Baladas

Nacida en una familia de moral muy estricta el 20 de septiembre de 1920, desde muy pequeña demuestra una devoción muy especial hacia Jesucristo y la Virgen María.

A partir de su Primera Comunión cada vez que comulga sostiene un diálogo con Jesús. A los veinte años quiere convertirse en religiosa pero su padre le impide su vocación

Tiene una visión de como son las «Esposas del Señor» que ella misma explica así

«Levanté mis ojos, vi a las Esposas vírgenes de Dios, todas blancas, con un velo finísimo que les cubría la cabeza; en sus manos llevaban lirios blancos, como no los hay en la tierra; llevaban una corona de esmeraldas…» .

Se casó el 9 de junio de 1948, y antes de hacerlo le comunica a su futuro que ella ve a la Virgen.
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Pronto comenzará a cumplirse lo que Jesucristo le ha predicho: enfermedad y sufrimiento.

En 1954 viaja a Lourdes y la virgen le cura de una inclinación de columna vertebral por el mal de Pott.
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Y le restituye al parecer, el tamaño de una pierna que le había quedado ocho centímetros más corta que la otra.
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Este es el origen de la vinculación con Lourdes.

 

SUCESOS EXTRAORDINARIOS

Al margen de las visiones de Pepita Pugès otros extraños fenómenos, al menos para los testigos, han sido descritos en Can Cerdà.

Así se cuenta que centenares de personas estaban presentes cuando una nube azul vino a posarse sobre la figura de la virgen.
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O el prodigio según el cual podía contemplarse más de un palmo de grosor de nieve en todos los rincones de ese bosque excepto exactamente detrás de la Virgen.
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Otros añaden poseer fotografías de extraños fenómenos celestes.

Pero sin duda el evento más extraordinario que se relata es aquel en el que diversas personas aseguraron haber contemplado en 1975 cuando el Sol se volvió opaco, con una aureola de colores que cambiaban con rapidez y, sobre todo girando sobre si mismo, de forma semejante a como fue descrito en Fátima en 1917.

El 11 de enero de 1975 fue bendecido un surtidor de agua que se encuentra en las inmediaciones.
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El agua milagrosa de la Fuente de la Virgen como la llaman ahora, ha concedido más de trescientas gracias.
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La Virgen manifestó: 
«Os doy una fuente que curará las almas y los cuerpos, si conviene para su alma».

También ha habido presuntas curaciones de la Virgen.

La más espectacular fue la ocurrida el 11 de mayo de 1976 cuando en presencia de numerosísimos testigos, según se cuenta, el brazo semiparalítico de Pepita Pugès se curó instantáneamente.

Otra curación de una situación semejante tuvo como protagonista a la vidente barcelonesa Rami Sánchez.

Un tiempo después se le manifestaría la Virgen, según cuenta esta vidente, en San Sebastián de los Reyes.

 

AFIRMACIONES FUNDAMENTALES QUE HIZO LA VIRGEN

El 30 de agosto de 1978 muere la vidente.

Antes ya, después de dos años de asistencia ininterrumpida, los días once de cada mes, obedeciendo las indicaciones del prelado de la Diócesis, Pepita dejó de acudir al lugar de las apariciones (al igual que pasó con Amparo Cuevas en Prado Nuevo en las apariciones de El Escorial).

Pero las personas en línea de fe no faltaban a la cita de la Virgen. Los milagros se multiplicaban.

capilla de can cerda

Can Cerdá se salvó, quizá, entre otras razones, por el espíritu de obediencia de la vidente, que ya no volvió a pisar aquel lugar desde que el arzobispo de Barcelona se lo prohibió.

El Padre Gironella, confesor espiritual de la vidente, le dio la orden de redactar por escrito todo lo que la Virgen le manifestara y ella cumplió fielmente el encargo, como buena hija de la Iglesia.

De este escrito transcribimos un resumen de las afirmaciones fundamentales que le dijo la Virgen.

Conviene que el lector las vea y medite en su corazón, como si fuesen oro puro, pues son para él y para que él -a su vez- las dé a conocer.

– «Se nos escapan muchas almas porque no pagamos su precio».

Esta afirmación la dijo también el padre Pío en varias ocasiones.

El precio es el sufrimiento, decía el padre Pío; «la única moneda que hay para venir a Mí y entrar en el cielo», le decía el Señor a Gabriela Bossís.

– «Os amáis con amor desordenado y este amor os ciega, hijos míos, y no os deja conoceros a vosotros mismos:
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Sois ciegos por culpa del pecado»

– «La más alta y provechosa filosofía se cifra en conocerse a sí mismo por lo que es, por lo que uno es, dando gloria a Dios, o con otras palabras, dando a Dios lo que es de Dios»

– «Hijos míos, hay mucha violencia, pero vendrá una violencia todavía mayor.
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No podréis salir a la calle, la miseria más espantosa llegaréis a conocerla.
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Mis hijos sufren mucho, algunos serán perseguidos, otros muertos sin culpa…
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Yo llevaré sus almas a Mi Divino Hijo y estaré a su lado en la Gloria».

– «No dejar el Santo Rosario, ni la Santa Misa y recibid a mi Divino Hijo con fe y con amor.
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Propagad esta recomendación».

– «Jesús está en el Sagrario donde os espera y os escuchará.
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Pedid allí por todo el mundo, por la salvación de los pecadores, también por el Santo Padre».

Fuente:

 

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