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La Biblia dice que Dios creó al primer hombre y a la primera mujer.

De modo que los llamados Adán y Eva, en el libro del Génesis, serían personajes históricos.

Toda la especie humana salió de ellos.

¿Y sólo porque lo dice la Biblia?

La ciencia corrobora esto.

La antropología no ha podido vincular secuencialmente a los monos con los hombres; nunca encontró el famoso eslabón perdido entre las especies.
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Sin embargo, aunque no haya habido una evolución del mono hacia el hombre, esto no quiere decir que la teoría de la evolución sea totalmente descartable.

Es un error común pensar que todos los cristianos interpretan la biblia de manera literal, este no es el caso en el catolicismo.

Tampoco la Iglesia católica se opone a la teoría de la evolución, siempre y cuanto se proponga en el contexto de la creación.

La mayoría de confesiones cristianas no enfrentan la evolución contra la creación bíblica.

La explicación de la creación en la Sagrada Escritura se encuentra en los tres primeros capítulos del Génesis, y ocupan un lugar único y de vital importancia para los cristianos.

La creación no necesariamente es contraria a la evolución.

En este artículo veremos cómo la evolución puede encajar en la doctrina católica. Y la controversia entre las diferentes posturas.

Leer también:

Dios formando al hombre con polvo del suelo literalmente como relata el libro del Génesis

 

LAS DOS HIPÓTESIS DEL ORIGEN DE LA VIDA ENTRE CREYENTES

Para los cristianos hay dos grandes formas de afrontar el origen de la vida, utilizando en mayor o menor medida el método científico:

 

1 – CREACIONISMO

Creacionismo sólo sería la creencia en Dios como creador de todo cuanto existe.

Pero en ciencia se le llama así a la creencia en el relato del génesis, sin contexto ni exégesis, sólo el texto tal cual.

En sus aplicaciones más radicales se defiende la edad milenaria del planeta (al sumar las épocas en los versículos bíblicos) y no la edad de millones de años que la geología confirma.

Se opone tajantemente a toda teoría evolutiva, la vida se originaría “desde un específico acto de creación divina”, los animales y el hombre serían como son actualmente desde su inicio.

Los defensores de esta creencia son los cristianos evangélicos y pentecostales de EE.UU. llamados “fundamentalistas”, esto en el sentido de contradecir la ciencia a partir de una lectura literal de la biblia.

Sin embargo hay diversas teorías respecto a cómo convertir los 6 días de la creación que relata el génesis con la edad del universo que relata la astrofísica.

Una de ellas es la fascinante explicación de un científico judío llamado Gerald Schroeder, que puedes leer aquí.

 

2 – EL DISEÑO INTELIGENTE

Otros creyentes cristianos, entre ellos algunos católicos, han desarrollado una hipótesis creacionista más fundamentada, el “diseño inteligente”.

No es ideología que contamina la ciencia, sino filosofía que le da propósito a la existencia.

Es una herramienta que nos ayuda a ver la claridad de la presencia de un Creador, y para esto usa la abundante evidencia.

Expone que la extrema complejidad de los seres vivientes (su fisiología) apuntaría a una inteligencia superior responsable de su diseño.

Hay académicos que rigurosa y profesionalmente estudian esta complejidad y la enseñan sin traicionar su vocación científica.

Como argumento esto no niega ni afirma la evolución, pero los cristianos protestantes fundamentalistas suelen emplearlo para negar todo proceso evolutivo (creacionismo).

Los católicos y otros cristianos no fundamentalistas (en el sentido creacionista) usan esta complejidad como hipótesis de una inteligencia superior que pudo crear seres capaces de evolucionar.

El proceso evolutivo estaría guiado por una inteligencia diseñadora.

Este último acercamiento al diseño inteligente se desliga del creacionismo fundamentalista, al no dar una interpretación literal al relato del génesis, respetando los descubrimientos científicos como la edad del nuestro planeta.

Esta visión compatible entre la evolución y creación es llamada Evolución Teísta (evolución con Dios).

Microevolución del Perro

 

EL EVOLUCIONISMO

Desde un enfoque sólo científico, engloba las hipótesis que pretenden explicar el origen de la vida a partir del cambio gradual de los seres por la adaptación a su entorno.

Es independiente de la creencia religiosa, aunque no necesariamente buscando negarla.

No es sólo el darwinismo, hay varias hipótesis que utilizan la evolución como el proceso del desarrollo de la vida.

Se divide en dos grandes tendencias complementarias o contradictorias dependiendo del científico que las exponga:

 

1 – MICROEVOLUCIÓN

Se refiriere a los pequeños cambios que sufren las especies durante el paso de varias generaciones.

Esta es la evolución con más evidencia y a la que prácticamente nadie se opone, explica porque hay variantes entre la misma especie.

Un ejemplo de esto son los diferentes tipos de perro (caniche, dálmata, schnauzer, etc).

Gráfica tipo árbol de la Macroevolución del Hombre

 

2 – MACROEVOLUCIÓN

Esta evolución rompería los límites de las especies.

Propone a grandes rasgos que la vida en la tierra se desarrolló a partir un ancestro común para todos.

De este ancestro celular se llegaría a seres tan diferentes como las plantas y dinosaurios.

También propone que un dinosaurio pudo llegar a transformarse (evolucionar) en un ave, o un simio en un humano, luego de algún tiempo y en condiciones específicas.

Esta es la evolución debatida, ya que no se encuentran fósiles de “especies intermedias”.

¿Se han preguntado cómo se vería un ser primitivo mitad planta y mitad pez? Los científicos también porque nunca los han descubierto.

No hay registros históricos de especies intermedias entre los reinos de la naturaleza (bacterias, archeas, protistas, plantas, hongos y animales).

Si la evolución fuera lineal, al menos partiendo de un individuo, deberían existir registros fósiles primitivos de combinaciones exóticas, no los hay de momento y no parece que vayan a encontrarse.

Es por esto que la evolución es un tema que sigue estudiándose, no es una teoría finalizada, son muchas hipótesis que se combinan o rechazan para intentar encontrar la “ruta evolutiva” para toda la vida.

Velociraptor sobre Cangrejo de Herradura

 

Problemas de la Teoría de la Macroevolución

Otro gran argumento contra la macroevolución refiere a las características evolutivas, que lejos de reflejar la “supervivencia del más apto” (mediante la adaptación continua) muestran lo contrario.

Un ejemplo muy citado – y que Darwin encontraba inexplicable – son las plumas del pavo real macho, que lo hacen lento y torpe ante todos los depredadores.

  • ¿La evolución no encontró una mejor forma para que atrajera a su pareja?
  • ¿Por qué los animales bailan para cortejar o comunicarse?
  • ¿Por qué las jirafas evolucionaron con cuellos larguísimos para comer de los árboles, acaso en la sabana no abunda la hierba en el suelo?
  • ¿Por qué el hombre comparte el 99% de sus genes con el ratón y no tantos con el chimpancé (96%)?
  • ¿Por qué el cangrejo herradura (limulus polyphemus), una especie que lleva 250 millones de años sin extinguirse, no ha experimentado cambios evolutivos en este tiempo?

Hay muchas interrogantes que la evolución no alcanza a explicar con las hipótesis actuales.

 

LA MACROEVOLUCIÓN EN EL HOMBRE

En el caso del hombre existieron varias especies de simios con características parecidas al humano, pero no describen una evolución lineal.

El diagrama que se enseña en las escuelas es una mentira.

Actualmente en el campo científico se opta por representar la evolución a manera de esquema de “árbol” y no de línea temporal simple.

Las especies más evolucionadas convivieron con las menos evolucionadas.

No existe una línea de tiempo ordenada, paso a paso, de un simio evolucionando a partir de otro que se extingue, y así sucesivamente hasta llegar al hombre.

Otras hipótesis de relevancia como la existencia del Adán cromosómico y la Eva mitocondrial son relativamente recientes y están de acuerdo con la existencia de ancestros comunes para la especie humana.

 

¿LA EVOLUCIÓN DESCRITA EN EL LIBRO DEL GÉNESIS?

En el primer relato del libro del Génesis se ve más o menos la creación de los seres vivientes de menos complejos a más complejos.

Vegetación (3º día), animales marítimos y aves (5º  día), animales terrestres y finalmente los humanos (6º día).

En Génesis 1, 24 se lee Produzca la tierra animales vivientes de cada especie…”

Si bien Dios creó de la nada los elementos del universo, no crearía a los seres vivos de la nada, sino “producidos” de la “tierra”, de partículas, a través de un proceso “evolutivo”.

El segundo relato de la creación, en el segundo capítulo del Génesis, se sigue insinuando la misma posibilidad.

Entonces el Señor Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. (Génesis 2, 7)

Tanto los animales como el hombre fueron “formados” a partir de elementos previamente creados.

El formar al hombre del polvo podría hacer referencia a la evolución desde elementos básicos, pasando por el simio.

El punto decisivo en la creación del hombre sería cuando Dios dotaría con su soplo (imagen y semejanza de Dios) al primer simio apto para recibirlo, este ser sería llamado “Adán” en la biblia.

Con todo esto, la Iglesia respeta los límites de su autoridad (Marcos 12, 17), está al servicio de la salvación de las almas, no del conocimiento científico.

La Iglesia no determina el proceso o “materia prima” con que Dios crearía nuestros cuerpos, pero sí enseña que nuestras almas son creadas de la nada por Dios con cada concepción (Catecismo de la Iglesia católica #366).

Bien pueden ser comprobadas o desmentidas las hipótesis evolucionistas que esto no perjudica en nada la fe en un Dios “creador de todo lo visible e invisible”.

Cualquier católico es libre de creer o no en la evolución o cualquier otra hipótesis del origen de la vida siempre y cuando no contradiga los dogmas y la creencia en Dios creador.

 

LA IMPORTANCIA Y VERDAD EN EL LIBRO DEL GÉNESIS

Es indispensable saber que la Iglesia no entiende el Génesis leyéndolo de manera literal, sino de manera verdadera y plena.

El sentido literal es el que no toma en cuenta el contexto sino sólo el significado inmediato de un escrito, y lo vuelve un pretexto para creer cualquier cosa.

La Iglesia tiene claro que Dios en el Génesis no pretende revelar datos de orden histórico o científico, sino una verdad relacionada a la salvación del hombre.

Con base en dicha explicación, la verdad bíblica del primer libro de la biblia NO es:

  • Dios creando nuestro planeta o el universo en 6 días de 24 horas.
  • Tratar de averiguar con quién se casó Caín y de quién lo protegió Dios si el fratricida y su familia eran los primeros humanos.
  • O encontrar a los dinosaurios.

En cambio sí contiene las respuestas a las preguntas básicas que los hombres de todos los tiempos se han formulado:

«¿De dónde venimos?» «¿A dónde vamos?» «¿Cuál es nuestro origen?» «¿Cuál es nuestro fin?». 

Es así como la ciencia explica los datos: los “¿cómos?” del origen de la vida; y el Génesis explica la verdad con los “¿por qués?” de la existencia.

Dios creó el mundo para manifestar y comunicar su gloria.

La verdad bíblica del primer relato de la creación (Génesis, capítulo 1) es el hombre como la corona de la creación de Dios.

El humano vale más que los astros celestes, el mar, la tierra, las plantas, peces, aves, y animales terrestres, porque es el único que recibe el “soplo” vivificante de Dios, y por lo mismo es el custodio de la creación.

Como hemos dicho, el primer hombre que recibió este soplo existió y en la narración lo conocemos con el nombre Adán.

En el segundo relato (capítulo 2) este libro nos muestra otro ángulo igual de verdadero:

Adán y Eva, el hombre y la mujer, tienen la misma dignidad, ambos son imagen y semejanza de Dios, y a la vez tienen cualidades únicas para complementarse.

En las distintas narraciones del Génesis (Caín y Abel, el arca de Noé, la torre de Babel, etc.) aprendemos también las consecuencias del pecado.

Decidir entre el bien y mal sin Dios deforma Su plan de amor trayendo la muerte y el caos.

Y quizá lo más importante, desde Génesis 3,15 se da la primera promesa de salvación a la humanidad, el “protoevangelio”.

Vemos como esta promesa llega hasta Abraham, nuestro padre en la Fe, por medio del cual Dios bendijo a “todas las naciones”.

Virgen María y Eva

Gracias a este pasaje, la Tradición y la analogía de la Fe han llevado a identificar a Cristo como el nuevo Adán, y María como la nueva Eva.

A su vez por medio de la Iglesia Católica (que significa “universal”) la bendición de la salvación de Dios será accesible para todas las naciones.

Sin el libro del Génesis quedaría nublado este entendimiento sobre la salvación.

Esta es la parte más importante del mismo, su verdad bíblica, necesaria desde siempre hasta llegar al hombre contemporáneo y por siempre:

“En el trabajo de interpretación, los exegetas católicos no deben olvidar nunca que lo que interpretan es la Palabra de Dios.

Su tarea no termina con la distinción de las fuentes, la definición de formas o la explicación de los procedimientos literarios.

La meta de su trabajo se alcanza cuando aclaran el significado del texto bíblico como Palabra actual de Dios”.

Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia (15 abril 1993), III, C, 1.

Fuentes:


Informe Redactado por Marvin Marroquín
Estudios en arquitectura, filosofía, teología y apologética

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