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Dios siempre se comunica con nosotros para dirigir nuestras vidas.

Lo hace de manera sutil para no invadir la privacidad, sin imponerse.

Todos hemos tenido la experiencia de una llamada telefónica inesperada de alguien en quien estábamos pensando.

O nos encontramos con alguien en la calle que cambió la dirección de nuestra vida.

A estas “coincidencias” inesperadas las llamamos “Guiños de Dios”.

Y cumplen un papel fundamental en la comunicación que Dios nos hace, como veremos en el artículo.

¿Qué hizo que esa persona te llamara por teléfono en ese momento?
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¿Qué hizo que la otra persona estuviera en tu camino en el momento adecuado?
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Todo esto lo realiza el Espíritu Santo para cada uno de los 7 mil millones de personas de la tierra.

   

LOS CUATRO MEDIOS PRINCIPALES DE COMUNICACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo es el canal que permite a la Iglesia estar comunicada.

Mediante este canal se comunican los santos del cielo con nosotros en la tierra.

Y también es el Espíritu Santo que nos permite saber y orar por las almas del purgatorio, y a ellas aparecer en ocasiones en la tierra.

Pero no es un canal físico solamente, sino que Él utiliza diversos formatos de darnos a conocer cosas.

Las formas más evidentes en que el Espíritu Santo nos comunica sus mensajes son:

   

LA PALABRA DE LA BIBLIA. Allí está su revelación, aunque no totalmente explícita sino para irla descubriendo.

Cada vez que leemos un pasaje se presenta con nuevos significados para nosotros.

   

LA ORACIÓN Y LA ADORACIÓN. Orar y postrarse ante el santísimo sacramento son la forma de diálogo que tenemos con Dios.

En la repetición monótona del rosario y en el silencio de la adoración podemos obtener respuestas a nuestras interrogantes.

   

LOS CONSEJEROS. Englobamos aquí a los exégetas del cristianismo que nos interpretan las enseñanzas, a los pastores en sus homilías.

Y también diálogos personales, e incluso amigos que nos hacen llegar respuestas a lo que buscamos.

   

LO QUE NOS SUCEDE. Diversas cosas que nos pasan en la vida diaria nos dan información para que actuemos.

Y no sólo eso, también las circunstancias nos ponen ante hechos consumados para dirigirnos a tomar un solo camino.

La información entonces puede venir a nosotros por estas 4 vías, pero no necesariamente viene en forma evidente, sino que a veces lo hace en forma indirecta, que debemos discernir.

Es nuestro trabajo discernir dos cosas:
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A – si algo que nos sucedió o nos vino a la mente, es algo que viene de Dios, y
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B – que nos quiere decir, cual es el mensaje para nosotros.

En este artículo encontrarás un repertorio de las diversas formas en que Dios de comunica con nosotros.

   

¿CÓMO NOS DAMOS CUENTA?

Supongamos que estamos en cualquiera de las 4 situaciones mencionada antes: leyendo la Biblia, orando, hablando con un guía espiritual o simplemente en la vida diaria.

Habrá algo que a nuestro “testigo interior” le prenderá la lámpara de alerta.

Aparecerá alguna información que te permitirá un “saber sin sombra de duda”.

O sea que tendrás la sensación que algo es verdad, que comprendes, que lo sabes, sin ninguna sombra de duda.

Algunas personas llaman a este conocimiento interno una iluminación.

De repente recibes iluminación sobrenatural sobre lo que puede significar un versículo de la Escritura.

O cuando estás orando, hablando con tu guía espiritual o caminando por la calle, te llega a la cabeza un pensamiento que nunca habías tenido.

Y ahí relacionas cosas que antes no las habías relacionado.

Cuando recibas uno de estos por primera vez, sabrás que ha venido directamente del Espíritu Santo, debido a la fuerza y convicción del mismo mensaje.

Algunas personas se refieren a estos testimonios internos como una “sensación visceral”.

Por ejemplo.

Si tienes una fuerte sensación de no subir a un avión, y luego decides prestar atención a esa advertencia y horas más tarde ese avión termina por estrellarse, entonces sabes que la advertencia visceral venía directamente desde el Espíritu Santo.

Muchas personas han recibido esas advertencias para no hacer algo específico o para hacerlo, y muchas veces, esas advertencias fueron 100% exactas.

Lo que significa que muchas de ellas estaban viniendo directamente desde el Espíritu Santo.

El atentado a las Torres Gemelas de New York está lleno de estos mensajes.

De gente que tuvo la sensación que no debía ir a trabajar ese día.

Y de gente que tuvo “corazonadas” para elegir el camino correcto para salvarse.

Por otro lado, hay un interesante estudio que registró viajes durante 20 años.

El número de pasajeros que devolvió los billetes en vuelos o recorridos de tren que luego sufrieron un siniestro fue un 18% más alto, que en los casos de los que estos recorridos se realizaron sin problemas.

Pero yendo a casos más habituales, el Espíritu Santo puede darte saberes fuertes e íntimos sobre con quién deberías casarte, cuando debes tomar el nuevo trabajo, cómo resolver cualquier problema, cómo manejar un problema u obstáculo, etc.

El Espíritu Santo te dará información o te pondrá frente a hechos para ir en cierta dirección o para hacer exactamente lo contrario.

Esto es lo más normal que nos pasa en la vida.

El Espíritu Santo hará saltar algo en ti que te golpeará derecho entre los ojos, en un momento inesperado.

Pero también hay formatos más estructurados en que el Espíritu se comunica, como visiones y sueños.

Hay dos tipos básicos de visiones que puedes recibir del Espíritu Santo.

   

A – Visión abierta que es cuando recibes una visión con tus ojos abiertos.

Este es el caso de la revelación que tuvo San Juan en el Apocalipsis, cuando Dios le dio visiones sobre lo que iba a suceder al final de los tiempos.

Algunos de los profetas en el Antiguo Testamento también recibieron este tipo de visiones pesadas y abiertas.

También sucede con algunos videntes como los de Medjugorje y sucedió con las de Garabandal.

Pero en su mayor parte son muy raras.

   

B – Visión Cerrada, que es cuando recibes una visión en el ojo de tu mente o una sensación auditiva.

Este tipo de visiones son las que tuvo el Padre Gobbi.

Pero hay de todo tipo, las hay sobre temas centrales de nuestra fe, hasta sobre asuntos muy pequeños y triviales como donde puedes haber perdido las llaves de tu casa.

No hay nada sobre lo que Él no pueda darte una visión cerrada para comunicarte un pedazo específico de conocimiento.

La característica de estas visiones es que saldrán de la nada.

A veces estas visiones necesitarán interpretación, otras no.

   

También están los Sueños.

La Biblia tiene muchos ejemplos de personas que reciben sueños del Señor.

Dios usó un ángel en un sueño para decirle a José que huyera inmediatamente a Egipto, justo después que Jesús nació.

Al rey Nabucodonosor le dieron sueños sobre los eventos del tiempo final, pero necesitaba que Daniel interpretara esos sueños para él.

A Daniel mismo se le dieron sueños y visiones sobre los próximos eventos del tiempo final.

Los sueños no son tan comunes como las visiones interiores cerradas, pero de vez en cuando Dios puede darte un sueño directo de Él mismo.

Sobre la interpretación de los sueños puedes leer aquí y aquí.

Una pista para saber si un sueño viene de Dios es que, si procede de Él no se desvanecerá una vez que me despierte.

Si te das cuenta, en la mayoría de los sueños que tienes durante la noche no tendrás recuerdo cuando te despiertas, o si por casualidad te acuerdas de uno de ellos al despertar, ese sueño entonces se desvanecerá dentro de las primeras 1 a 3 horas.

Pero si el sueño viene directamente del Espíritu Santo, entonces no se desvanecerá en ti.

Será claro en el ojo de tu mente 6 horas más tarde.

A veces estos sueños necesitarán algún tipo de interpretación y necesitarás examinar cuidadosamente el sueño para ver exactamente lo que Dios está tratando de transmitirte.

Pero hay un tipo de comunicaciones de Dios que son las más comunes; las llamamos el “Guiño de Dios”.

   

¿QUÉ ES EL GUIÑO DE DIOS?

Habitualmente experimentamos coincidencias en la vida cotidiana que son demasiado extrañas para ser calificadas como simplemente casualidad.

Algunos contraponen las “coincidencias” a las “diosidades”.

Nos suceden muchas coincidencias en la vida diaria que son a menudo desestimadas con demasiada facilidad y muchas veces son algo significativo.

Esto Guiños de Dios son una comunicación personal de Dios a un individuo, que parecen una coincidencia, pero que son demasiado personales e increíbles para ser una coincidencia.

En general son mensajes de tranquilidad y aliento de Dios para tranquilizar a una persona de que él o ella están en el camino correcto.

Son como letreros, que no necesariamente te dirigen, pero te aseguran que estás en la dirección correcta.

Y te recuerdan que nuestras vidas no son experiencias aleatorias que nos llevan a destinos desconocidos.

Sino que nuestras vidas son parte de un plan mucho más grande.

Los Guiños de Dios nos dan esperanza en tiempos de incertidumbre para poder avanzar hacia la certeza.

Podemos buscar en nuestro pasado para encontrar estos momentos clave en que estos Guiños produjeron en nosotros puntos de giro y transiciones.

Cuando encontramos este tipo de mensajes de coincidencias increíbles en nuestro pasado, podemos entender mejor lo que Dios quiere para nosotros y tiene para darnos en el futuro.

Porque vivimos nuestras vidas para adelante, pero las entendemos al revés.

Más de una vez probablemente te hayas encontrado con alguna persona por casualidad y te dio una información que solucionó un problema que tenías.

Recuerdo lo que me contó hace unos amigo.

Después que salió de un importante puesto público que tuvo, se presentó infructuosamente durante más de un año a diversos llamados para cubrir puestos de abogado, sin resultado.

El día que fue a retirar el último dinero que tenía ahorrado para que su familia pudiera comer, se encontró con un amigo de la infancia que hacía 30 años que no veía.

Este compañero lo reconoció, lo invitó a un café y le dijo que le había ido bien, que tenía una empresa de camiones.

Y mi amigo le contó que era abogado y que había estado en la administración pública en el Ministerio de Transporte, en un cargo jerárquico de confianza.

Entonces el empresario le dijo “justo lo que estaba buscando”, un abogado que me solucione los problemas con mis camiones.

¿Esto fue una casualidad?

¿Qué probabilidad hay que una persona se encuentre con otra luego de 30 años, sin saber nada de la vida uno del otro y le ofrezca un trabajo cuando está al borde de la bancarrota?

Posiblemente te han sucedido cosas como estas en tu vida en otras áreas.

En general los Guiños de Dios son frutos de la oración contestada.

   

7 SECRETOS PARA COMPRENDER LOS GUIÑOS DE DIOS

Un Guiño de Dios es un mensaje de persona a persona directamente a ti entre los siete mil millones de personas en el planeta.

   

El primer secreto para ver desplegarse los Guiños de Dios ante tus ojos es la oración

Orar despeja el camino para que las bendiciones lleguen a tu vida.

A veces la oración es intencional, pero en otras ocasiones la oración no es más que un deseo en nuestro corazón.

Hacemos un comentario extraño a Dios y no pensamos en ello.

Dios responde a todas las oraciones tanto si son intencionales o no intencionales.

   

En segundo lugar, podemos experimentar Guiños de Dios cuando pedimos

Nunca vamos a pedirle a Dios demasiado porque sus recursos son ilimitados.

   

El tercer secreto va de la mano con el pedir y es el creer

Siempre que pides debes también creer.

Cuanto más crees, más crece tu fe en Dios.

Cuanto más te dejes caer en los brazos de Dios, más confías en que Él te atrapará, te salvará del peligro, te sacará de atascos duros, o te ayudará a alcanzar un objetivo.

Cuanto más fuerte crees, más te sostendrá.

   

El cuarto paso es la espera confiada

Una vez que Dios te ha dado una promesa, esperar.

Significa saber que la promesa vendrá a pesar de cualquier contratiempo que se produzca.

O retraso.

   

El quinto secreto es buscar signos de que el proceso está en marcha

Los Guiños de Dios son signos de esperanza y estímulo.

Los signos a menudo afirman que Dios está allí con nosotros.

Pero no deben ser usados como un sustituto de la oración y la consulta con Dios al tomar decisiones.

   

El sexto secreto es esperar la redundancia

Las maravillas son diferentes de los signos, porque mientras que un signo puede venir en forma de una increíble “coincidencia”, una maravilla es la repetición de ese signo mediante otras formas, como un eco.

Por si estamos distraídos, el Espíritu Santo nos envía redundancia, nos da un guiño detrás de otro.

   

El séptimo secreto es prepararse para experimentar la alineación divina

La alineación divina se produce cuando Dios nos coloca en el lugar correcto, en el momento adecuado, con las personas adecuadas.

A través de la alineación divina de Guiños, Dios nos mantiene en el camino correcto.

   

¿CÓMO PUEDEN AYUDARNOS LOS GUIÑOS DE DIOS?

En tiempos de incertidumbre lo que deseamos más que cualquier otra cosa son certezas.

La certeza de que nuestras familias están a salvo.

La certeza de que tendremos suficiente para vivir.

La certeza de que estamos caminando el sendero que Dios quiere para nosotros.

Ansiamos la certeza cuando obtenemos un informe médico aterrador.

Y anhelamos la certeza en nuestras relaciones.

Es en tiempos de incertidumbre que necesitamos conectarnos con nuestra fe.

Tenemos que creer que nuestras vidas no son al azar, como ramas flotando en un arroyo a destinos desconocidos.

En cambio necesitamos saber que todos tenemos un propósito mayor.

Que alguien realmente está allí vigilándonos y estamos siempre en el visor un GPS gigantesco, el Sistema de Posicionamiento de Dios.

Lo mejor de los Guiños de Dios es que son signos tangibles a lo largo de nuestro camino, dándonos la esperanza, reemplazando la incertidumbre con una auténtica sensación de certeza de que todo va a estar bien.

Piensa en tu vida, haz una cartografía Guiños, recordando las ‘coincidencias’ que han pasado por alto, olvidado, o ignorado.

La mejor manera de sacar de tu memoria los Guiños anteriores es mirar tus puntos de inflexión.

Esos puntos cuando el camino de tu vida tomó una nueva dirección: perdiste a alguien que amas o algo que valoraste; tienes un nuevo trabajo; una nueva relación; o un nuevo hogar.

Seguramente siempre hubo una señal en cada punto de inflexión.

Ellos estaban allí para proporcionarte seguridad, que todo iba a estar bien, que nunca estabas solo.

Si te tomas el tiempo para excavar en tus recuerdos, te darás cuenta de que ha habido un mapa de señales a lo largo de su camino.

¡Y la mejor noticia! El mapa de guiños continuará desarrollándose a lo largo del futuro.

Basta con abrir los ojos y reconocerlos como signos concretos de aliento, directamente desde arriba, especialmente para ti.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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