Lecciones de los exorcistas.
En el cielo existe una jerarquía de ángeles, cada uno de ellos con una misión, un trabajo designado para hacer.
Y en el mundo de los demonios sucede lo mismo.
Hay una jerarquía de ellos que dominan al resto y debajo hay ejércitos de ángeles caídos menores que cumplen las órdenes de los mayores.
Cada demonio mayor tiene un área de trabajo que opera con sus asistentes.
Conocer esto nos permite saber cuáles son las áreas principales de ataque que reciben los seres humanos.
En este video te queremos contar cuales son los demonios principales en la jerarquía del mundo maligno, a que se dedican, y cuáles son las recomendaciones de exorcistas para prevenirse de ellos.
Así como en el cielo existen los ángeles defensores del hombre como los ángeles de la guarda y los arcángeles; también existe una jerarquía en el infierno, pero trata de dañar a los seres humanos.
Dice el exorcista Padre Stephen Rossetti que los demonios mantienen su estricta jerarquía angelical en el infierno y exigen servilismo de los demonios de menor rango.
Lo hacen mediante amenazas y palizas, porque el infierno no es una democracia y reina la maldad; solo saben odiar y castigar, al contrario que en cielo, donde reina el amor.
Los demonios son narcisistas completos. En el infierno nadie piensa en el bien de otro.
¿Y cuáles son las jerarquías de ese mundo demoníaco y cuáles son sus especialidades?
Generalmente a los ángeles caídos o demonios se les conoce por varios nombres, así que los que voy a nombrar pueden encontrarse con otros nombres.
En la cúspide hay 3 principales del coro de los serafines:
Lucifer: cuya rebelión contra Dios hizo que él y sus seguidores fueran arrojados del cielo. Este emperador del infierno a menudo aparece en la forma de un hermoso niño santo.
Beelzebub: príncipe de los serafines y junto a Lucifer reina sobre el sabbat de las brujas. Aparece habitualmente en forma de una mosca gigante.
Asmodeo: el que ataca a la familia, arde con el deseo de tentar a los hombres con sus lujos. Es el príncipe de los libertinos, fuerza a los maridos a cometer adulterio.
El Padre Fortea menciona algunos otros nombres de los demonios más peligrosos, en este tiempo actual.
Aka Manah: es el demonio que busca hacer que el hombre no haga nada cuando vemos algo que está mal.
Podría decirse que la frase «el mal avanza porque los buenos no hacen nada» es obra suya. Porque ese es su trabajo. Lograr que los buenos no hagan nada.
Abyzou o Lilith: es el demonio que mata niños recién nacidos o en el vientre de su madre; provoca accidentes de las mujeres y mortalidad infantil.
Le atribuyen que este odio por los recién nacidos, o los que aún no han nacido es porque ella, ya que es un demonio que en general se presenta como mujer, tiene envidia de las que pueden tener hijos.
Belfegor: este demonio es experto en varios campos del mal. Trabaja para difundir la pereza, los actos sexuales retorcidos. Los israelitas lo asociaban a lo sexual.
Es famoso por sembrar desconfianza en la familia. Incita a que inventen torturas, armas nucleares, guerras y bombas atómicas.
Se podría decir que es el que busca dividir la familia, la sociedad y la humanidad.
Eso incluye a cambiar el prototipo de familia de hombre y mujer, para poder destruir la sociedad.
Lamashtu: demonio que infecta ríos, lagos y cosechas.
Busca que haya hambre. Incita a que haya plagas, epidemias y podría incluso atribuirse la pandemia de coronavirus, incluyendo lo más nocivo que son los encierros, el miedo, el desatar tendencias autoritarias, etc.
Abadón: San Juan lo describe como el destructor o exterminador, es el rey de los abismos.
Lo llaman el ángel de la destrucción y el líder del Apocalipsis. Es el que trae la destrucción del mundo.
No lo ha hecho sólo porque satanás lo detiene. Busca hacer de la tierra un desierto.
Xaphán: es otro de los demonios que se ha dado a conocer por haber tenido la idea de prender fuego al cielo. Sin embargo, no lo pudo hacer porque lo enviaron al infierno.
¿Y cómo sabemos esto de los demonios?
Esto lo conocemos por la lucha cuerpo a cuerpo con los demonios que se produce en los exorcismos, cuando el exorcista trata de desalojarlos del cuerpo del poseso en el nombre de Jesús y usando el Manual de Exorcismo de la Iglesia.
A veces son cientos de ellos poseyendo a una persona, siempre liderados por una jerarquía mayor, y la clave para expulsarlos está en que revelen su nombre, porque esto los debilita.
Pero los demonios pelean por quedarse, no quieren ir al infierno porque aborrecen ese lugar creado por ellos donde todo es maldad.
¿Y cómo atacan a los exorcistas?
Una forma en que los demonios atacan es enfocarse en los pecados del exorcista y así desanimar sus esfuerzos, les hacen públicos pecados pasados.
Aunque parece que Dios tiene limitados a los demonios en cuanto a los pecados que pueden recitar.
Y esto mismo es lo que hacen cuando alguno de nosotros trata de calmar a alguna persona que está fuera de de sí, claramente incitada por demonios, nos recuerdan que somos pecadores y los pecados de la Iglesia.
¿Y cómo responder en estos casos?
Normalmente, hay que ignorar lo que viene de la boca de un demonio, o sea de una persona fuera de sí.
Aunque nos pueden alterar, porque los pecados que mencionan a menudo dan justo en el blanco.
¿Y qué es lo que le contestaría un exorcista experimentado?
«Es cierto. Soy un pecador. Pero no soy tu problema. Jesús es tu problema. ¡Y es en su nombre que te expulsaré!»
Entonces la enseñanza para nosotros es ignorar lo que dicen y centrarse en Jesús.
¿Y cuándo se debilitan más los demonios?
A los posesos al final de cada sesión de exorcismo el exorcista les pregunta qué sintieron.
Y muchas veces contestan que sintieron que algo se iba cuando el exorcista levantó el crucifijo.
Es el momento en que levanta la cruz y ordena a los demonios que huyan.
Quizás la línea más famosa del rito del exorcismo desde los primeros días, es el comando «He aquí la cruz del Señor, huyan poderes adversos».
Esto lo retratan generalmente las películas de Hollywood de exorcismos, porque es un momento en que como representante de la Iglesia fundada por Jesús mismo y dotado de toda su autoridad, levanta el signo de la derrota de satanás y le ordena que se vaya.
¿Y cuál es la enseñanza para nosotros? Llevar siempre una cruz debidamente bendecida y apelar a ella en los momentos de mayor ataque del demonio alrededor nuestro.
¿Y los laicos en la vida diaria deben temer a los demonios?
Mucha gente hoy teme a satanás, pero dicen los exorcistas que si vieran el terror del diablo y su absoluta impotencia cuando se ven obligados a mirar el crucifijo de Jesús, no lo estarían.
Es por esto que cuando le preguntaban al Padre Amorth si tenía miedo al demonio, contestaba que no le temía, que al contrario, es el demonio quien le teme por el poder que le ha dado Jesús.
No todos los ataques del demonio llegan a la etapa de posesión permanente, son ínfimas las veces que requieren exorcismo en regla, aunque haya tentación y obsesión y sea prolongada.
Según el Padre Amorth en las misas negras y en los actos de ocultismo y brujería se abren puertas muy evidentes a los demonios.
Y si la persona llega a ser dominada por ellos, entre más tiempo pasa, con más fuerza se instala el demonio.
Cuenta un caso de una joven que fue invitada por unos amigos a una sesión de espiritismo, durante esa sesión la amiga le tomó la mano.
Regresa a su casa y el padre ve que saluda de una manera extraña. Parece no ser ella.
Toman a la joven y la llevan con el Padre Amorth y éste trabaja rápidamente con una oración y expulsa de la joven al recientemente adquirido demonio.
La joven pudo ser liberada con rapidez del demonio por la rápida acción del padre y del exorcista.
Y esto nos hace pensar por ejemplo en los movimientos feministas, que tienen la costumbre actualmente de vincularse con actos de brujería.
Y luego se las ve enajenadas en las marchas, como si no fueran ellas mismas, gritando barbaridades, pintando paredes, intentando incendiar Iglesias.
Por eso los padres deben prevenir que sucedan esas cosas y los sacerdotes ser sensibles a este tema recitando una oración de liberación cuando vean a alguien que actúa enajenadamente.
Y todo esto también se puede prevenir.
Una cosa que Amorth propone es el uso de la medalla milagrosa.
Además dice que se debe rezar la oración que la Virgen misma dio para que la invocarán. «¡Oh María concebida sin pecado concebida! Ruega por nosotros que recurrimos a vos».
El Padre Amorth ve también que la Inmaculada está formando un ejército, para destruir los planes del demonio.
Y entonces dice que todos deberían ser consagrados a la Virgen María, en especial cuando son chiquitos.
Ese es el ejército que se debe formar, consagrados a la Inmaculada, con su medalla, su oración, el rezo del rosario, el ayuno y la penitencia.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre los demonios que lideran los ataques demoníacos, cuáles son sus misiones y qué cosas deberíamos hacer para defendernos.
Y me gustaría preguntarte qué conductas ves en alguna gente que te lleva a pensar que están siendo dominados por algún demonio.
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