Por qué la gente cae al purgatorio y cómo ayudar a los que están allí.
El purgatorio no solo es una realidad de fe, sino que diversos místicos y videntes han sido llevados a visitarlo.
Y recibieron visitas de almas purgantes para pedir la intercesión para liberarse más rápido de allí.
No se trata solamente de una teoría, santos y Papas han tenido estos contactos y han discernido que no se trata de alucinaciones producidas por el maligno.
Pero por otro lado, el purgatorio es uno de los mayores frutos de la misericordia de Dios.
Porque si en el cielo sólo entra lo puro, entonces no podrían entrar en el cielo quienes tienen pecados menores, pero que son pecados al fin, y ofenden a Dios.
Aquí hablaremos sobre las cosas que se saben del purgatorio, como se purifica la gente allí y que deberías hacer para no caer allí, a la vez que ayudar a los que se purifican allí en este momento.
El purgatorio es una enseñanza oficial de la Iglesia y es bíblica.
La Biblia dice en Apocalipsis 21:27 que nada inmundo entrará al cielo, y el purgatorio es la forma en que «los justos se perfeccionan» según Hebreos 12:23.
Y es importante recordarles a los protestantes, que se enardecen diciendo que la palabra «purgatorio» no está en la Biblia, que tampoco está por ejemplo la palabra «navidad», o «rapto», o «señor y salvador personal».
El purgatorio es el instrumento de Dios para hacernos perfectos antes de entrar al cielo.
No es una «segunda oportunidad» de salvación, porque todos los que están en el purgatorio ya están salvados.
Allí se queman las imperfecciones terrenales que quedan en nuestras almas, después de que nuestros pecados veniales han sido perdonados en la confesión.
El purgatorio es la visión misericordiosa que Dios tiene de su relación con los seres humanos.
En lugar de que todos los pecadores seamos condenados al infierno por ofender a Dios todopoderoso por pecados no mortales, pero que igual le ofenden, Él nos extiende su perdón en esta vida con los sacramentos del Bautismo, la Eucaristía, la Confesión y la Unción de los enfermos.
Y además, después de la muerte, con el Purgatorio.
Porque un solo pecado venial que no ha sido compensado, excluye a una persona de la presencia del Dios Santo.
De modo que Él ha provisto los fuegos purgadores del purgatorio, para que los creyentes que mueren, aún manchados por el pecado, puedan llegar a estar limpios para pasar a la otra vida.
Y allí nos convertiremos en lo que fuimos creados para ser, imágenes de Dios, sin ningún apego o contaminación debido al pecado.
La Iglesia dice dos cosas sobre el purgatorio.
Primero, que las almas de los justos, o sea que no tienen pecados mortales, que en el momento de la muerte están cargadas de pecados veniales, pasan por el purgatorio, antes de entrar en el cielo.
Y segundo, que los fieles vivos pueden acudir en ayuda de las almas del purgatorio con sus intercesiones.
De modo que entonces, existe el purgatorio y podemos ayudar a las almas allí con nuestras oraciones.
Y también con nuestros sacrificios y pidiendo misas para ellos, por ejemplo las misas gregorianas.
Y además sabemos que las almas por las que intercedamos, intercederán por nosotros una vez que lleguen al cielo, ya sea que estemos en la tierra o hayamos caído en el purgatorio.
Algunos santos como Santa Faustina Kowalska y videntes han tenido el privilegio de ver el purgatorio y ella lo describe como un lugar gris y sombrío.
Y cómo los futuros santos no pueden orar por sí mismos, le rogaron a Santa Faustina que orara para que lo hiciera por ellos.
Hay muchos místicos en la historia a quienes se le aparecieron almas del purgatorio para pedir oraciones y ser liberados más rápidamente.
Y hay algunas cosas interesantes del purgatorio que se pueden deducir de las escrituras, de enseñanzas de los padres y doctores de la Iglesia y de visiones sobrenaturales.
El purgatorio está cerca del infierno.
Es el mismo fuego que atormenta a las almas que están siendo limpiadas como a las almas que están condenadas en el infierno, aunque seguramente sea de menor intensidad y es con objetivos distintos.
Sin embargo no es parejo para todos.
Hay diferentes niveles de purgatorio, el más bajo está reservado para aquellos que se arrepintieron menos mientras estuvieron en la tierra, aunque recibieron el don de la contrición perfecta antes de morir.
Esta área es muy parecida al infierno, con la excepción de que las almas condenadas en el infierno maldicen a Dios, mientras que las del purgatorio alaban a Dios.
Mientras que el nivel más alto del purgatorio se describe como un lugar donde el anhelo de ver a Dios es el castigo principal.
El menor dolor del purgatorio supera al mayor dolor de esta vida, por eso se considera que es una gracia vivir la purificación ya en la Tierra.
Y una diferencia es que, el dolor del alma por tener la visión divina de Dios, será mayor que cualquier sensación de pérdida de la tierra, porque nuestro deseo de ver a Dios es completamente puro.
El deseo del alma no se ve obstaculizado ni distraído por las cosas del cuerpo.
Y el alma sabe que si no hubiera sido reprimida por el peso del pecado en la tierra, ya habría alcanzado encontrarse con Dios en el cielo.
Las almas del purgatorio sufren voluntariamente su castigo, como por ejemplo sucede cuando la persona acepta voluntariamente someterse a dolorosos procedimientos quirúrgicos para restaurar la salud.
Y anhelan salir rápidamente para vivir con Dios, por eso las muchas historias de almas en el purgatorio que se aparecen en la tierra.
Si te aparece alguna de estas almas, sólo pregunta que quiere, no entres en diálogo porque puede ser una trampa del maligno, y luego intercede por ella.
Hay almas que se liberan más rápidamente del purgatorio que otras, porque algunos pecados veniales se nos adhieren más persistentemente que otros, porque estamos más inclinados a entregarnos a ellos repetidamente.
Y como lo que se adhiere más persistentemente se limpia más lentamente, se requiere más tiempo para desarraigar el pecado del alma.
Por otra parte, es más probable que se libere el alma de un laico antes que el alma de un sacerdote o una monja.
Porque según la visión divina, los religiosos han tenido muchas más oportunidades de satisfacer sus pecados durante su vida mortal, que los laicos.
Y las escrituras dicen que a los que mucho se les ha dado, mucho se les pedirá.
Lo que sucede en la tierra no se divulga dentro del purgatorio, pero las almas que están allí conocen a aquellas personas que se interesan por ellas en la tierra.
Y Dios a veces permite que los que están en la tierra reciban una oración, una advertencia o alguna información de ellas.
En el nivel más alto del purgatorio las almas pueden orar por las personas de la tierra.
Y en la medida que las almas están más purificadas y en los niveles más altos, Dios permite que le lleguen más oraciones desde la tierra para acelerar su purificación.
San Miguel Arcángel es quien tiene a cargo el purgatorio.
Es él a quien Dios ha confiado para conducir las almas al lugar de la expiación y llevarlas a su hogar eterno después de la purificación.
O sea que es quien preferentemente acompaña a las almas al purgatorio luego de la muerte y quien luego los conduce al cielo, aunque no el único.
La Santísima Virgen va al Purgatorio en sus fiestas y vuelve al Cielo con muchas almas y mientras Ella está allí, los purgantes no sufren porque son ocasiones especiales, lo mismo que sucede con el Arcángel Miguel en su fiesta.
Pero es el arcángel que va más seguido para mostrar compasión, animar a los purgantes en sus sufrimientos y hablarles del cielo.
También las personas reciben la visita de su ángel de la guarda.
Últimamente hay dos visiones contrapuestas, una es que todos se salvan automáticamente y luego de la muerte van derecho al cielo.
Lo cual es una herejía respecto a la doctrina católica.
Y otra es que nadie se salva de pasar por el purgatorio, lo cual también es pecado, de presunción.
Se puede evitar el purgatorio.
Si quieres evitarlo, y realmente deberías, frecuenta los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía.
Ten verdadera contrición por tus pecados y perdona a todos los que te hayan hecho daño.
Reza, da limosna a los pobres, ayuna y muestra misericordia por todos con oraciones, obras y palabras amables.
Ve a la Adoración del Santísimo Sacramento.
Consagrate a Jesús a través de la Santísima Virgen María.
Y lo más importante, confía totalmente en la misericordia de Dios.
Y finalmente, no bromees acerca de cuántos años podrías tener en el purgatorio, porque si piensas de esa manera, es que realmente no confías en la misericordia de Dios.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las cosas que los católicos deberían conocer del purgatorio, para manejarse.
Y me gustaría preguntarte si tú rezas por las almas del purgatorio y cómo le rezas.
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