Qué sucederá en la batalla y como saldremos de ella.
Sabemos por varias fuentes que estamos en el Final de los Tiempos.
Un período en el que Dios hará una intervención decisiva en la Tierra.
No sólo para restablecer el orden moral que se perdió en los últimos siglos, sino para generar un florecimiento del cumplimiento de sus mandatos, como nunca antes.
Este es un proceso que implica una lucha material y espiritual.
En el que nuestro aporte es dar testimonio y confiar en los planes de Dios, pase lo que pase.
Aquí hablaremos sobre qué significan los tiempos finales, cuáles son las señales de que ya estamos en ellos y que cosas sucederán en este proceso.
Y finalmente a que estado arribaremos.
Hemos entrado en los tiempos finales, un período signado por el enfrentamiento decisivo entre la luz y la oscuridad.
Donde los protagonistas centrales serán la Mujer vestida de Sol, o sea la Virgen María, y la serpiente que había engañado a Eva y ha estado engañando a la humanidad, o sea satanás.
Y aquí nuestros ojos verán un enfrentamiento entre los hijos humanos de la Mujer vestida de Sol y los hijos de la serpiente.
¿Y qué significa esto?
Primero, que en los Tiempos Finales le será quitado el poder que tiene el maligno sobre el mundo, lo que significa un proceso de destrucción del poder que amasaron en la tierra sus hijos humanos.
Segundo, la purificación del mundo y de la Iglesia, que han sido contaminados e infiltrados por la rebelión contra la moral cristiana que está suscitando el maligno, a través de sus hijos.
Tercero, se producirá el triunfo del Inmaculado Corazón de María como se ha profetizado en varias apariciones, especialmente en Fátima.
Cuarto, se producirá un período largo de paz en que la Iglesia florecerá como nunca antes y el mundo vivirá de una manera más acorde con los evangelios.
Este final de los tiempos no significa el fin del mundo ni la segunda venida de Jesús físicamente a la Tierra, eso será mucho más adelante.
Ahora el Señor enviará al Espíritu Santo para que sople sobre la tierra y produzca un nuevo pentecostés, renovando los corazones y la faz de la tierra.
A partir de ahí las cosas cambiarán en el planeta.
¿Y cómo sabemos que estamos ya en el Final de los tiempos?
Hay muchas señales de que ya es así.
En primer lugar y muy explícitamente, Nuestra Señora dijo en Garabandal, cuando murió Juan XXIII, que quedaban solamente 4 Papas, y que después vendría el Final de los Tiempos.
Esos 4 papas son Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Por lo que el pontificado de Francisco ya cae en este período del Final de los Tiempos.
En segundo lugar, tenemos la profecía de San Malaquías de Armagh, que profetizó a todos los papas de los últimos 500 años poniéndoles un lema.
Mencionó 112 papas.
El número 111 corresponde a Benedicto XVI, de la Gloria del Olivo.
Y el 112 es Petrus Romanus, y no le pone número como al resto, lo que hace pensar al padre Juan Manuel Igartúa que es una nueva estirpe de Papas.
La descripción que hace San Malaquías de Petrus Romanus es la siguiente,
«En la persecución final de la Santa Iglesia Romana, se sentará Petrus Romanus [en el pontificado], que pastoreará sus ovejas entre muchas tribulaciones, y cuando estas cosas hayan terminado, la ciudad de siete colinas será destruida, y el terrible juez juzgará a su pueblo. El fin.»
Y le lleva a conjeturar al estudioso Luis Eduardo López Padilla que puede haber un cisma en la Iglesia y la sede ya no estará en Roma.
Y otros hablan de la destrucción del Vaticano por una guerra, que obligará a que el pontificado se asiente en otra región.
En tercer lugar hay una enigmática alocución del entonces Cardenal Wojtyla, luego Juan Pablo II, en 1977, ante el Congreso Eucarístico de Pennsylvania, dijo
«Estamos ahora ante la confrontación histórica más grande que la humanidad jamás haya pasado.
Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio.
Esta confrontación descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar».
Y en cuarto lugar ya vemos señales de que el momento es este, por varias cosas.
Nuestra Señora dijo en las apariciones de Garabandal que los sucesos principales de esta batalla sucederán cuando el mundo esté tomado por el comunismo.
Y hoy vemos que las élites financieras proponen un Gran Reinicio del mundo sobre la base de un capitalismo de estado, con un gobierno al estilo comunista chino.
Y han avanzado mucho mediante la crisis de salud.
Y hay dos videntes Conchita González de Garabandal y Mirjana Dragicevic de Medjugorje, a quienes Nuestra Señora les dio el encargo de informar al mundo el momento de la intervención decisiva del Cielo.
Y por ejemplo Conchita ya es septuagenaria y dijo que ella lo verá en vida.
También el tercer secreto de Fátima, en la hoja adicional que estaba adjunta a la visión de Sor Lucía, donde la Virgen le explicaba la visión, hablaba sobre la apostasía en la Iglesia según varios sacerdotes y obispos que la leyeron.
Porque el Vaticano aún no la publicó.
Y esa apostasía ha estado sucediendo, por el procedimiento que dice San Pablo, que habrá un tiempo en que Dios permitirá un poder engañoso para que sean condenados aquellos que no creyendo la verdad se complazcan con la iniquidad.
La purificación de la Iglesia es el primer paso para la purificación del mundo.
O sea que Dios dice, comencemos por poner nuestra casa en orden, para luego sí poner orden en el mundo.
Porque sabemos que el maligno ha puesto foco en atacar a los sacerdotes y eso ha inmovilizado a la Iglesia.
Esto lo reveló Sor Lucía de Fátima al Padre Fuentes, que le dijo, que el diablo hace todo lo posible por vencer a las almas consagradas a Dios, porque logrará dejar las almas de los fieles abandonadas, debido que sabe que los sacerdotes y religiosos que se apartan de su vocación, llevan numerosas almas al infierno.
Lo que fue luego corroborado por un mensaje recibido por la Madre Encarnación Rosal.
Pero también lo aseveraron varios papas.
Pablo VI dijo en 1972 que por alguna grieta había entrado el humo de satanás dentro de la Iglesia.
Y Benedicto XVI dijo que la mayor persecución de la Iglesia no provenía de sus enemigos externos, sino que surgía del pecado dentro de la Iglesia.
Y agregó que en el campo de trigo de la Iglesia, se estaba viendo más cizaña que trigo.
Y el destape de los abusos sexuales de sacerdotes, la confusión doctrinal que vemos en obispos y sacerdotes actualmente, y los escándalos económicos, son parte de esa purificación.
La Iglesia está siendo humillada y achicada en occidente, donde transcurre el grueso de la rebelión de sacerdotes contra Dios.
Pero florece en números y espiritualmente en otros continentes, como África y Asia, donde se ha conservado un catolicismo que cree más en lo sobrenatural y ha hecho menos concesiones al materialismo del mundo.
Esta purificación es fundamental hacerla primero, para luego purificar el mundo, porque se hará necesario evangelizarlo de nuevo.
Y la visión que tuvo Don Bosco muestra claramente cómo le indicó el cielo que se saldrá de esta crisis.
En el sueño de las Dos Columnas, el barco de la Iglesia parece que será derrotado sin remedio por los enemigos.
Pero un nuevo Papa, seguramente el Papa Angélico, logra superar la crisis amarrando fuertemente el barco a una columna que tenía la Eucaristía, símbolo de la presencia velada de Jesucristo y consagrada por las manos de los sacerdotes.
Y amarrarlo a la otra columna, que tenía la imagen de la Virgen María, que es central en la batalla del final de los tiempos y cuyo Corazón Inmaculado triunfará.
En resumen, estamos en la batalla final entre la luz y las tinieblas, donde la Santísima Virgen le pisará la cabeza a la serpiente, y su estirpe a la estirpe del maligno.
Sabemos que eso sucederá en nuestra época, porque confluyen los mensajes de las apariciones marianas más importantes, la profecía de Malaquías y las palabras de los papas.
Es un proceso en que le será quitado el poder que satanás y sus secuaces tuvieron en el mundo, comenzando con la purificación de la Iglesia y luego del mundo.
Y con el triunfo del Inmaculado Corazón de María vendrá una era de paz donde la Iglesia, ya renovada, tendrá su mayor época de esplendor.
Este proceso sucederá en lo que se llama los Tiempos Finales, que es el período que estamos cursando, donde habrá paulatinamente un cambio en los corazones, por el derramamiento de un nuevo Pentecostés.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la batalla decisiva del final de los tiempos entre la luz y las tinieblas.
Y me gustaría preguntarte cuales son las señales que ves de que esta batalla está transcurriendo.
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