Cómo la Virgen María anuló la Posesión Demoniaca, que dio Inicio a la segunda Guerra Mundial

La consagración papal le quitó fuerza a la posesión demoníaca de la cúpula alemana.

Cuando Nuestra Señora bajó a Fátima en 1917 solicitó la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María.

Y pidió que la humanidad dejara de pecar, de lo contrario comenzaría otra guerra peor que la primera, que estaba por finalizar, porque dijo que las guerras son castigos por los pecados de los hombres.

La humanidad siguió pecando y ningún Papa consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María.

Y por eso Dios dejó pasar una operación del maligno, que empoderó a una secta ocultista y esotérica de Alemania para que buscaran el poder mundial.

Los líderes de esta secta hicieron un pacto con el demonio para conseguir su objetivo y convulsionaron al mundo con su maldad, pero al final Dios hizo intervenir a su Iglesia.

Aquí hablaremos sobre qué ideología inoculó el demonio en esta secta alemana, cómo fue el pacto que hicieron y cómo fue roto el poder que el demonio les había dado.

Hace 8 décadas estuvimos al borde de un triunfo avasallador del mal.

Como en ningún otro momento de la historia contemporánea un anticristo moderno, montado sobre una corriente ocultista, esotérica y mágica, casi se hace con el control del mundo.

El maligno había inoculado en el Nacional Socialismo alemán un pensamiento esotérico, que vinculaba los mitos de civilizaciones anteriores como las de la Atlántida e Hiperbórea, con el ocultismo y los ovnis, y con razas extraterrestres y descendientes humanos superiores.

Estos conceptos cultivados por la sociedad Thule, de la que el Führer era integrante, le llevaron a concebir la idea de la construcción de una fuerza política para hacer un imperio mundial que reviviera la antigua civilización de Última Thule.

Era la capital de Hiperbórea, un reino que habría sido más antiguo que Lemuria y la Atlántida, ambos continentes sumergidos, habitados antaño por grandes civilizaciones.

El continente Hiperbóreo habría estado situado supuestamente en el Mar del Norte y habría desaparecido en las aguas con ocasión de una era glacial, según estos ocultistas.

Se supone que sus habitantes habían venido antaño del sistema solar de Aldebarán, que es el astro principal de la constelación de Tauro, y que medían cerca de cuatro metros de alto, tenían la piel blanca y eran rubios con los ojos azules.

No conocían las guerras y eran vegetarianos, ¡el Führer también lo era!.

Según los supuestos textos de Thule, los hiperbóreos tenían una tecnología muy avanzada.

Cuando el continente hiperbóreo empezó a sumergirse sus habitantes se habían dividido en dos grupos, uno bueno y uno malo.

Los buenos tomaron el nombre de Agarthi, se habrían instalado en la región del Himalaya.

Los malos se denominaban los Shambhalla, y querían reducir a los seres humanos a la esclavitud, se habrían dirigido a Occidente.

Y existía una contienda desde hacía millares de años entre los de Agarthi y los de Shambhalla.

El combate que re emprendió la Sociedad Thule, con el tercer Reich fue representando a los Agarthi, lo que se denominarían arios, contra los de Shambhalla.

Y su ocultismo les llevó a buscar desesperadamente algunas reliquias cristianas porque decían que tenían un poder intrínseco.

Consideraban que la lanza con que habían perforado el corazón de Jesús crucificado, la Lanza de Longinos o llamada en círculos esotéricos la Lanza del Destino, y el Cáliz de la última cena de Jesús con sus discípulos, daban poder a quien los poseía.

Y por eso buscaron hacerse de esas reliquias por todos los medios posibles.

De este engendro esotérico sólo podía ser responsable el demonio, y no podía salir nada bueno, como a la postre sucedió.

Todos conocemos lo que pasó después en la Segunda Guerra Mundial, pero no debemos perder de vista que lo que cuenta la historia oficial son las razones materiales políticas de los sucesos, pero no las causas espirituales de fondo.

El padre Garbiele Amorth estaba convencido que los líderes del partido Nacional Socialista estaban poseídos demoniacamente.

Según él lo demuestran sus frutos, sólo se debe ver lo que hicieron y la ideología que les llevó a hacerlo.

Incluso Goebbels declaró que había momentos en que el Führer le provocaba escalofríos.

Tenía terrores nocturnos y se lo encontraba con expresión angustiada murmurando,

«¡Es él! ¡Es él! ¡Está aquí!», o también «¡Ahí! ¡Ahí en la esquina! ¿quién es?».

Y repetía números y palabras sin sentido y extrañas.

La mística Marthe Robbin tuvo una revelación de que el Führer había firmado un pacto satánico.

Que incluía esta clausula: «Dame al pueblo judío y yo te daré poderío».

Y eso le llevó al exterminio de más de seis millones.

El pacto duró al parecer más de diez años, pero fue quebrado el 13 de octubre y el 8 de diciembre de 1942, cuando el papa Pío XII consagró el género humano al Corazón Inmaculado de María.

La fecha coincide, aproximadamente, con la derrota alemana en Stalingrado, dos meses más tarde, en febrero de 1943.

Esto muestra que aunque la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, como pidió Nuestra Señora en Fátima, no se haya hecho estrictamente como Ella lo quería, en este caso no se mencionó Rusia sino el género humano, igual tuvo su premio.

Pero no llegó el tiempo de paz que ella prometió cuando se hiciera la consagración en regla.

Pio XII siempre creyó que el Führer estaba poseído.

Años antes del estallido de la guerra, el papa Pacelli ya había manifestado en privado su preocupación por la situación en Alemania.

La religiosa que lo asistía, la hermana Pascalina Lehnert, afirmó bajo juramento que el pontífice había dicho:

«El Führer está completamente poseído, todo lo que dice y escribe lleva la marca del egocentrismo».

También un sobrino del Papa aseguró que, meses antes del comienzo de la guerra, el pontífice le había dicho que el Führer estaba verdaderamente poseído.

El pontífice no se encontró con él nunca ni tuvo relación directa con él, aunque fue Nuncio Apostólico en Alemania, y al final de su mandato, en diciembre de 1929, años antes de la ascensión al poder del dictador en 1933 diría:

«Este hombre es capaz de eliminar todo aquello que le resulta un obstáculo.

No llego a comprender cómo en Alemania, incluso las personas mejores, no se percatan de lo que escribe y dice».

Los historiadores consideran que Pío XII en el año 1940 compartió el proyecto de algunos generales alemanes de expulsar al Führer del poder.

Algunos de ellos creen incluso que Pio XII trató de jugar un papel de enlace entre el gobierno británico y los conspiradores alemanes que planearon derrocarlo en 1939.

Se recuerdan las diversas protestas del Papa contra su política, como el radiomensaje de la Navidad del 1942, en contra del programa de «Nuevo Orden».

Así como las denuncias de las muertes de miles de personas, tan sólo por razón de nacionalidad o de raza.

Pero la repulsa era mutua, porque la fiel secretaria del Papa, Sor Pascaline, supo por medio del cardenal von Faulhaber que el Führer estaba furioso con Pío XII, y había exclamado contra el Pontífice, diciendo:

«¿De dónde saca tanta fuerza para resistirme y obstaculizar aquello que yo quiero, ese miserable, que no tiene otra cosa que piel y huesos?

No puedo destruir Roma, algo que me hubiera dado mucho placer. ¡A cuántos judíos ha salvado, y no he sido capaz de apoderarme de él!».

Y diversos testigos afirmaron haber asistido, cuando empezó la guerra, no sólo a sesiones de oración, sino a sesiones en que Pio XII recurrió al exorcismo sobre el Führer en su Capilla privada, con el propósito de liberar el alma del dictador alemán de la influencia del maligno.

Pero al respecto Gabriele Amorth diría luego:

«Es muy raro que oraciones y un exorcismo a distancia funcionen.

Es claro que Ud. puede orar por alguien a distancia, pero en este caso no tendría ningún efecto.

Porque una de las claves necesarias para el exorcismo es estar presente frente a la persona poseída y que esa persona consienta o desee liberarse.

Así que intentar realizar un exorcismo en alguien que no está presente, y no consienta o desee liberarse, es muy difícil».

Está diciendo que el Führer tenía lo que técnicamente se llama una posesión perfecta, en que el poseso acepta de buena gana serlo y colabora con el maligno.

¿Y cuál fue el resultado de todo esto?

Un gran sufrimiento en la tierra.

Unos 60 millones de personas perdieron la vida, la nación judía diezmada por la persecución, al igual que otras nacionalidades como los gitanos, por ejemplo.

Y finalmente María Simma afirmaría que hay pruebas de que el Führer está en el infierno.

Y argumenta que se ha identificado en personas poseídas mientras se estaba rezando por ellas.

En resumen, la última gran guerra que ha tenido el mundo, la segunda guerra mundial, tuvo un trasfondo espiritual.

El demonio había convencido a una secta ocultista que debían hacer florecer de nuevo una imaginaria civilización superior, originaria de otro planeta, y dominar el mundo.

Y con tal de llegar al poder aceptaron ser poseídos demoníacamente.

Y este poder fue quebrado por Pio XII a finales de 1942 con la consagración del Género Humano al Inmaculado Corazón de María, y dos meses más tarde comenzaron las derrotas militares del Reich.

Hoy el líder de esta secta estaría en el infierno según María Simma.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la batalla espiritual que estuvo detrás de la segunda guerra mundial.

Y me gustaría preguntarte si has pensado qué hubiera sucedido si esta secta hubiera ganado la guerra y tomado el poder en el mundo, en que situación estaríamos ahora.

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