Cuales fueron los potenciales estallidos nucleares que paró La Virgen María.
El mundo está hoy en un equilibrio cada vez más inestable.
Las grandes potencias tienen arsenales nucleares para destruirse mutuamente y al mundo.
Y la tentación del triunfo definitivo contra el adversario siempre existe.
Desde el final de la segunda guerra mundial hemos estado bajo la posibilidad del uso de armas nucleares para solucionar las crisis políticas entre las potencias.
Y hoy estamos en un momento de enfrentamiento en que Rusia y China quieren terminar la hegemonía mundial de occidente y reclaman su cuota de poder mundial. mientras occidente no quiere cederlo.
El enfrentamiento ya ha pasado al campo bélico.
¿Permitirá el cielo que haya una conflagración nuclear?
Aquí hablaremos sobre las intervenciones conocidas que la Santísima Virgen ha realizado para evitar una guerra atómica.
Y cuáles son las recetas que nos ha dado para que no suceda.
Uno de los peligros que pesan sobre el mundo es una conflagración nuclear entre las grandes potencias, que sería devastadora.
Las grandes potencias han estado controlando el peligro de una guerra nuclear a través de la disuasión y la separación geográfica.
Cada una tiene un arsenal capaz de destruir completamente al otro y además una distancia geográfica suficiente como para interceptar los misiles atacantes en vuelo.
No bien una potencia lance un ataque nuclear a la otra, la atacada tendría el suficiente tiempo como para interceptar los misiles que le lanzaron, si existe ese colchón geográfico.
Pero si Ucrania instalaba misiles de la OTAN en su territorio, como se había dicho, Rusia ya no tendría el suficiente tiempo para interceptarlos, hasta que llegaran a su territorio.
Lo mismo que había sucedido, pero al revés, cuando la URSS había instalado misiles en Cuba en 1962 y EE.UU. reaccionó.
Pero debemos admitir que este mecanismo de seguridad para evitar un holocausto nuclear es muy imperfecto.
Nuestra Señora tiene un mecanismo mucho mejor, y ha bajado a la tierra a alertarnos y ayudarnos para evitar un holocausto nuclear y decirnos es la forma perfecta de evitarlo.
En las apariciones de Fátima nos mostró cómo Su intercesión evitaba que el mundo fuera incendiado por el fuego, o sea una conflagración nuclear.
En la visión del tercer secreto que le fue mostrada a Sor Lucía, vio al lado izquierdo de Nuestra Señora, a un Ángel con una espada de fuego en la mano centelleando, que emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo.
Pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él. O sea su intercesión.
Mientras el Ángel señalando la tierra, con su mano derecha, decía con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!.
Esa espada llameante que podría hacer caer fuego como si el ángel pusiera el mundo en llamas, suena como un arma nuclear lanzada en una confrontación nuclear.
Y ella interviene para que no suceda.
Y luego diría cuál sería la gran señal para avisar el estallido de la segunda guerra mundial, que habría sucedido en una exhibición de una aurora boreal inusual, que ocurrió en 1938.
La que dicen expertos causó reflexiones atmosféricas idénticas a las causadas por las nubes de hongos nucleares.
Y fue al final de esa guerra en que se usó por primera vez la bomba atómica, en Hiroshima y Nagasaki.
A partir de allí el mundo estuvo siempre bajo la amenaza de una guerra nuclear.
Y luego la Santísima Virgen diría en 1973, precisamente en Japón, en las apariciones de Akita, que Benedicto XVI catalogó públicamente como la continuación de Fátima,
«Si los hombres no se arrepienten y mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad.
El fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad».
Esta alusión al fuego que caerá del cielo nos hace pensar también en un estallido atómico.
Y entonces nos dio la receta sobre cómo podemos mitigar esto,
«Las únicas armas que quedarán serán el Rosario y la señal dejada por Mi Hijo.
Cada día recita la oración del Rosario.
Con el Rosario reza por el Papa, los Obispos y los sacerdotes».
El rezo del Santo Rosario ya sabemos lo que es, y rezar por el Papa y los sacerdotes es algo que está en la tradición católica.
Y la señal dejada por Jesucristo es el pedido que Él mismo hizo a Sor Lucía para que se lo trasladara al Papa, en Rianjo en 1931.
Le dijo que si el Papa no consagraba Rusia al Inmaculado Corazón de María correría el riesgo de lo que le pasó a los reyes de Francia.
Que al no haber cumplido su pedido, 100 años después perdieron la corona, uno de ellos fue guillotinado, Luis XVI, y una año después también lo fue su esposa María Antonieta.
El tercer secreto de Fátima, donde precisamente el ángel toca el eje de la tierra con una espada de fuego, debía haberlo revelado el Papa en 1960.
Juan XXIII abrió el sobre, lo leyó, estimó que no era para su pontificado, lo cerró y convocó al Concilio Vaticano II.
Poniendo así en riesgo al mundo.
Y un par años después el mundo estuvo al borde del holocausto nuclear, cuando la URSS instaló armas nucleares en Cuba, en el patio trasero de EE.UU..
Que llevó a la conocida crisis de los misiles de octubre de 1962 solucionada por el primer presidente católico de EE.UU., John Fitzgerald Kennedy.
Luego llegamos al tiempo de Juan Pablo II, quien sufrió el atentado contra su vida en el 13 de mayo de 1981, probablemente por orden del servicio secreto búlgaro, que lo llevó a interesarse por las apariciones de Fátima.
Estando convaleciente en el hospital pidió leer el tercer secreto.
Y un año después, el 13 de mayo de 1982, viaja a Fátima en Portugal, y desde allí consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María, pero no menciona Rusia ni lo hace con todos los obispos del mundo, como había pedido la Virgen.
Consagración que renueva en el Sínodo de Obispos de octubre de 1983.
Pero en el intermedio de estas dos consagraciones al Inmaculado Corazón de María, el mundo estuvo a un paso de una guerra nuclear.
El 26 de septiembre de 1983 el oficial ruso Stanislav Petrov estaba en su puesto, en un centro de comando de alerta temprana soviético. en busca de lanzamientos de misiles.
El mundo estaba en alerta porque 25 días antes los soviéticos habían derribado un avión de pasajeros coreano, el presidente Ronald Reagan había condenado a los soviéticos como un «imperio del mal» y se estaban colocando misiles de corto alcance en Europa.
Cuando poco antes de medianoche comenzó a sonar la sirena que anunciaba que había un ataque con 5 misiles nucleares en camino.
La información había sido chequeada por 29 niveles de seguridad.
En menos de 30 minutos los misiles alcanzarían su objetivo y explotarían en la URSS.
Petrov debía avisar a sus superiores.
Pero una voz interior le hizo reflexionar que no era sensato que EE.UU. lanzara sólo cinco misiles balísticos intercontinentales para iniciar una guerra nuclear, cuando tenía cientos de misiles.
Y que además el sistema informático de alerta temprana era nuevo y podía tener errores.
No avisó y salvó al mundo de una guerra nuclear.
¿Intervención de Nuestra Señora? Probablemente sí.
Y menos de un año después, el 25 de marzo de 1984, Juan Pablo II consagró al mundo al Inmaculado Corazón de María sin mencionar Rusia, porque podría producir algún incidente diplomático, especialmente con los ortodoxos rusos.
E invitó a todos los obispos a unirse a él, pero no todos respondieron afirmativamente.
Menos de dos meses después, el 13 de mayo de 1984, en el 67 aniversario de la primera aparición de Fátima, la catástrofe golpeó a la flota rusa en la base naval de Severomorsk cerca de Finlandia en el Mar de Barens, repleta de misiles.
Devastando así la flota del norte de la Unión Soviética.
Y al año siguiente, 1985, durante una aparición en su convento, Sor Lucía revelaría que Nuestra Señora le dijo que si Juan Pablo II no hubiera hecho esa consagración, habría habido una guerra nuclear.
Debido a la consagración esto no sucedió.
En noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín y en diciembre de 1991 se desintegró la Unión Soviética, sin disparar un sólo tiro.
Rusia comenzó entonces un camino hacia la re cristianización mientras que occidente, recorría el camino inverso, influenciado por los errores esparcidos por el comunismo, a través del marxismo cultural.
Que es la larga marcha sobre la cultura occidental que ideó el fundador del Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci, para llevar la lucha de clases marxista al interior de las instituciones occidentales.
Y que prendió entre los intelectuales y en las universidades a través de lo que se llamó la Teoría Crítica.
Hoy todavía estamos sujetos a los errores que trajo al mundo el comunismo.
Y lo estaremos más aún, porque Nuestra Señora dijo en Garabandal, que la intervención decisiva del cielo, pensemos en el aviso y el milagro, vendría cuando pareciera que el mundo sea dominado de nuevo por el comunismo.
Y hoy occidente está dominado por la lucha de clases al interior de su cultura y Rusia no se ha podido desembarazar del gobierno autocrático comunista y es aliado de China en la lucha por el poder en el mundo.
Bueno hasta aquí queríamos hablar sobre las intervenciones conocidas que la Virgen María ha estado haciendo para ahorrarnos una guerra nuclear.
Y me gustaría preguntarte si piensas que la situación en Europa, entre la OTAN y Rusia puede llevar a una guerra nuclear o es difícil que suceda.
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