Cuando la Oración Produce Milagros: Dos Intervenciones de Jesús y María que Desafían lo Imposible.
El futuro de cada persona y del mundo descansa en la oración.
La Virgen María transmitió esta advertencia urgente y llena de esperanza en las apariciones de Medjugorje, y lo repite una y otra vez en cada lugar donde aparece:
“Queridos hijos, si supieran el valor de la más mínima de sus oraciones, orarían sin cesar.
Necesito sus oraciones, sin ustedes no puedo ayudar al mundo.
Les pido, queridos hijos, que colaboren conmigo en los más pequeños detalles de su vida.
Necesito de ustedes para llevar a cabo plenamente mis planes. Ayúdenme, busco sus oraciones”.
En los momentos que siguen serás testigo de dos relatos asombrosos, que ilustran cómo una sola oración puede obrar milagros.
Jesús y María mostrarán en detalle el efecto sobrenatural de la oración.
Serás testigo de cómo la oración trasciende las barreras del tiempo y del espacio, para cambiar el destino de cada alma y del mundo entero.
¡Prepárate para comprender dramáticamente, cómo el futuro de cada uno de nosotros, y del mundo entero, depende de la oración nuestra y de la de otros!
Cuando comenzaron las apariciones de Medjugorje, por los años de 1980, el pequeño Jakov tenía apenas 10 o 11 años, cuenta Sor Emmanuelle Maillard.
Era muy pobre, un niño de la calle, sin educación, pero la Santísima Virgen lo eligió.
Ella eligió a este pequeño niño y le dijo de manera privilegiada: “Yakov, eres importante para mí, necesito de ti”.
Un día, durante una aparición, la Virgen le dijo: “Sabes, Jakov, deberías orar constantemente. Tienes pequeñas oraciones como ‘Jesús, te amo, Jesús te adoro; oh padre, me abandono a ti; oh María, ven, necesito de ti; oh María, te amo mucho; oh ángel guardián, ven, ayúdame”.
Jakov captó el mensaje y al día siguiente, él, que amaba mucho el fútbol, tenía un partido con sus amigos de Medjugorje.
Apasionado por el fútbol, se puso su ropa y corrió hacia el campo para reunirse con sus amigos.
Y mientras corría, recordó el mensaje de la noche anterior y entendió que la Virgen le había pedido que siempre orara con pequeñas oraciones.
Aunque pensó: “No tengo ganas de orar, quiero correr, vamos a empezar el partido”.
Pero aún así, se detuvo por amor a la Santísima Virgen y rápidamente recitó un ‘Ave María’ y luego continuó jugando con sus amigos.
Esa noche, la Virgen se le apareció como de costumbre y le dijo: “Yakov, te agradezco por la oración que me ofreciste”.
Y en ese momento, lo llevó a China, no sabe cómo sucedió, pero se encontró en China con la Santísima Virgen.
Entraron en una habitación y en esa habitación había una cama y en esa cama había un hombre.
Este hombre estaba acostado en la cama y la Virgen le dijo: “Ves, Jakov, este hombre, estaba muerto y era un hombre muy malo, muy malo, y estaba yendo al infierno.
Pero gracias a la oración que me ofreciste ayer por la noche, pude usar tu oración y le inspiré arrepentimiento con ella.
Ahora, este hombre está salvado para la eternidad, no está en el infierno, tuvo un momento de arrepentimiento”.
“Ahora este hombre está salvado para la eternidad”, Jakov dijo: “¡Guau! Un hombre va a cambiar toda su eternidad porque ofrecí un Ave María a la Santísima Virgen, ¡increíble!”.
El segundo caso se refiere a la Dra. Gloria Polo, una odontóloga sobre la que cayó un rayo en 1995.
Fue declarada muerta y llevada a la morgue.
Sin embargo, 40 minutos después, resucitó de manera inexplicable para los médicos.
Durante su Experiencia Cercana a la Muerte Gloria asegura que fue llevada al cielo y al infierno.
Y a su regreso a la Tierra Gloria experimentó una profunda conversión y se dedicó a compartir su testimonio y a evangelizar.
Cuando ella murió pasó por el túnel y fue llevada a lo que interpreta como un hueco en el infierno.
Y cuando levantó los ojos se encontró con los ojos de su mamá.
Y con mucho dolor le grita: “¡Mami! Qué vergüenza ¡Me condené, a donde yo voy, no te voy a volver a ver jamás!”
Y en ese momento le fue concedida una gracia muy impresionante.
La señora estaba inmóvil y le permitieron mover sus dos deditos hacia arriba, y ella señaló.
Y saltaron de los ojos de Gloria dos costras espantosamente dolorosas, de la ceguera espiritual.
Y en ese momento ve, cuando una paciente le había dicho: “Mire doctora, Usted es muy materialista y un día lo va a necesitar. Cuando usted esté en inminente peligro, cualquiera que sea, pídale a Jesucristo que la cubra con su sangre, que Él nunca la va abandonar. Porque El pagó un precio de su sangre por usted”.
Entonces Gloria empezó a gritar: “Jesucristo. Señor ten compasión de mí, perdóname, ¡Señor dame una segunda oportunidad!”.
Y entonces Él baja y la saca de ese hueco.
Y le dice con amor: “Vas a volver, vas a tener tú segunda oportunidad, pero no por la oración de tu familia.
Porque es normal que ellos oren y clamen por ti, sino por toda la intercesión de todas las personas ajenas a tu carne y a tu sangre que han llorado, han orado y han elevado su corazón con muchísimo amor por ti”.
Y empieza a ver cómo se prenden un montón de lucecitas en un mapa que son como llamitas blancas llenas de amor.
Ve a las personas que están orando por ella.
Pero había una llama grande, que era la que daba más luz. La que daba más amor.
Y quiso saber quién era esa persona que la amaba tanto.
Entonces el Señor le dijo: “Esa persona que tú ves allí, es una persona que te ama mucho, y ni siquiera te conoce”.
Y le mostró que era un hombre bien pobre, un campesino que vivía al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Había visto el recorte en la prensa del día anterior, porque bajo al pueblo.
Había comprado una panela, un extracto del jugo de la caña de azúcar sin refinar, y se la envolvieron en una hoja del diario «Espectador» del día anterior.
Y ahí estaba la fotografía de Gloria, quemada.
Cuando ese hombre vio esa noticia, sin siquiera leerla toda, empezó a llorar con un amor muy grande, y dijo: “Señor ten compasión de mi hermanita. Señor sálvala. Mira Señor, si tú salvas a mi hermanita, yo te prometo que me voy al Santuario de Buga y te cumplo una promesa, pero sálvala”.
Imagínate un pobrecito hombre, con hambre, pero con una capacidad enorme de amor, se ofrece a atravesar todo un país, por alguien que no conocía.
Y el Señor le dice a Gloria: “Eso es Amor al Prójimo”.
“Vas a volver, pero tú no lo vas a repetir 1000 veces, sino 1000 veces mil.
Y ay de aquellos que oyéndote no cambien. Porque van a ser juzgados con más severidad.
Como lo vas a ser tú en tu segundo regreso. Así como los sacerdotes.
Porque no hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver”.
La oración puede hacer maravillas.
En las apariciones que se han multiplicado por el mundo en estos últimos 2 siglos, Nuestra Señora ha dicho que en la oración, encontraremos la salida a situaciones que nos parecen completamente imposibles de resolver.
Basta con arrodillarse y decir: “mira, no entiendo, no sé qué hacer, estoy perdido, ayúdame”
Y en la oración, “conocerán la voluntad de Dios”, nos dice la Virgen, “en la oración sabrán qué hacer”.
Bueeeno, hasta aquí lo que queríamos exponer sobre cómo la oración es capaz de revertir la situación más dramática de todas, mostrados por Jesús y María.
Y me gustaría preguntarte si alguna vez has tenido la sensación de que tu oración está ayudando, incluso a personas que no conoces, o no.
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