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Via Crucis del Coliseo Romano Semana Santa 2010

Quizás el viacrucis más universal sea el del Coliseo romano. Allí, la Arciconfraternità del Gonfalone había empezado a hacer representaciones sacras de la Pasión de Cristo, y había construido sobre las gradas una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Piedad, con una cripta adyacente en la que habitaba un ermitaño, custodio del lugar. Éstas fueron muy contestadas porque eran tachadas de provocar desórdenes públicos. Por voluntad de Clemente XI Albani (1700-1721), se erigió un viacrucis en la cavea del Coliseo en 1719. Había también una iglesia dentro de la arena: Santa Maria della Pietà, restaurada por Benedicto XIV en 1743.

En este estado de cosas, surge la figura de San Leonardo de Porto Mauricio (Imperia 1676-Roma 1751, baetificado en 1796 y canonizado en 1867), franciscano genovés de la Provincia Reformada Romana desde 1697, Misionero Apostólico, émulo del dominico San Vicente Ferrer, protector de sus misiones, que comenzó en 1708, que terminaban con la solemne erección del vía crucis, “gran batería contra el infierno”, de los que erigió quinientos setenta y seis. Del viacrucis decía: “que introduciré sin perdonar fatiga y aun lo impondré frecuentemente por penitencia”, uno de sus sesenta y seis propósitos, cuy última ratificación y copia es de 1745, en su intento de reavivar la piedad católica enfriada por el jansenismo y el racionalismo.

De España le venía su fervor por este apostolado, como él declara: “Habiendo sabido, por religiosos españoles que me informaron, que en España se erigían los Vía crucis con gran provecho para las almas, se me  encendió el espíritu de un ardiente deseo de procurar un tan gran bien para Italia”.

A su iniciativa, el Papa Benedicto XIV nombrado, tras declarar este anfiteatro lugar sagrado por la sangre de los mártires, hizo levantar en torno a la arena catorce edícolas con las estaciones del viacrucis rematadas por cruces de leño basto para sustituir a las que había ruinosas, bendecidas el veintisiete de diciembre de 1750, Año Santo, que fueron eliminadas por excavaciones arqueológicas el veintidós de enero de 1874.

La Venerabile Archiconfraternita degli Amanti di Gesù e Maria, llamada de la Via Crucis, fundada poco después de la erección del viacrucis de San Leonardo, tenía como misión practicar aquí el devoto ejercicio del viacrucis procesionalmente todos los domingos y viernes, los días de carnaval, Miércoles y Jueves Santo y otras festividades del año, así como mantener las hornacinas y sufragar su iluminación de aceite y cera. Poseía una capilla propia desde donde se encaminaba el cortejo penitencial por la Vía Sacra al Coliseo, levantada próxima a la Iglesia de los Santos Cosme y Damián en el pontificado del citado Benedicto XIV, a la derecha del Templo de Roma y adosada al mismo, y un oratorio en la fachada del Coliseo de la Via di San Gregorio. Al ser destruido este viacrucis, la cofradía se traslado a San Lorenzo in Miranda, y en 1937 al Oratorio de San Gregorio dei Muratori de la Via Leccosa, acabando por ser derribada la capilla abandonada en 1877.

Sí permanece el erigido en la Via di San Bonaventura, que empieza pasando la entrada a la Iglesia de San Sebastiano al Palatino. En el muro de la antigua Villa Mattei se abren unas hornacinas que albergan grupos de terracota con las estaciones modelados por G. Franchi y policromados por el P. Corrado da Rimini, protegidos por una reja, que vinieron a sustituir unas pinturas deterioradas de Bicchierai. El itinerario acaba en la fachada de la Iglesia de San Buenaventura al Palatino, de los franciscanos alcantarinos, sus promotores, convento fundado en 1625. Fue promovido por el propio San Leonardo de Porto Mauricio, que habitó y predicó en esta casa.

En 1964 el Papa Pablo VI Montini restableció la tradición del viacrucis en el Coliseo en la tarde del Viernes Santo. De 1970 a 1978 este Pontífice lo guió meditando con textos bíblicos (1970), de San León Magno (1971); de S. Agustín (1972), de San Francisco de Sales (1973), de San Ambrosio (1974), de San Pablo de la Cruz (1975), de varios Padres de la Iglesia (1976), de Santa Teresa (1977) y de san Bernardo (1978).

En el primer viacrucis presidido por Juan Pablo II en 1979 se utilizaron para la meditación fragmentos de discursos de Pablo VI; en el 1980, de la Regla de San Benito; en el 1981, de Santa Catalina de Siena; en el 1982, de San Buenaventura, y en el 1983, de la Beata Angela de Foligno. En el 1984, clausura del Año Santo de la Redención, fue el mismo Papa, Juan Pablo II, el que escribió los comentarios de las catorce estaciones.

Desde 1985, por deseo del Papa, los textos de las meditaciones son encomendados a escritores o personalidades cristianos: Italo Alighiero Chiusano, escritor italiano (1985); André Frossard, periodista y escritor francés (1986); Miguel Obando Bravo, Cardenal Arzobispo de Managua en Nicaragua (1987); Hans Urs von Balthasar, teologo suizo (1988); Marek Skwarnicki , escritor polaco (1989); Michel Sabbah, Patriarca Latino de Jerusalén (1990); Ignacio M. Calabuig Adán y Silvano M. Maggiano, servitas (1991); Miloslav Vlk, Arzobispo de Praga (1992); Anna Maria Canopi, Abadesa benedictina de Mater Ecclesiae, en la Isola San Giulio de Novara (1993); Bartolomeo I, Arzobispo de Constantinopla y Patriarca Ecuménico (1994); Minke de Vries, monja de la comunidad protestante suiza de Grandchamp (1995); Vinko Pulji, Cardenal Arzobispo de Vrhbosna en Sarajevo (1996); Karekin I, Católico Patriarca Supremo di todos los Armenos (1997); Olivier Clement, teólogo ortodoxo francés laico (1998); Mario Luzi, poeta italiano (1999).

En el año 2000, el propio Juan Pablo II redactó personalmente las meditaciones con ocasión del Gran Jubileo. En el 2001, fueron del Siervo de Dios el Cardenal John Henry Newman. En el 2002, los textos fueron preparados por catorce periodistas acreditados ante la Santa Sede: John M. Thavis (Estados Unidos), Alexej Bukalov (Federación Rusa), Henri Tincq (Francia), Greg Burke (Estados Unidos), Ángel Gómez Fuentes (España), Erich Kusch (Alemania), Hiroshi Miyahira (Japón), Jacek Moskwa (Polonia), Marina Ricci (Italia), Aura Miguel (Portugal), Luigi Accattoli (Italia), Sophie de Ravinel (Francia), Valentina Alazraki (Méjico) y Marie Czernin (Alemania).

En el 2003, con occasión del XXV aniversario de su pontificado romano, el Papa escogió para las meditaciones textos compuestos por él con ocasión de los Ejercicios Espirituales predicados en la Curia Romana en 1976, cuando era Arzobispo de Kraków. En el 2004 corrieron a cargo de André Louf, cistericiense de la estrecha observancia.

 

VIA CRUCIS PRESIDIDO POR LOS ULTIMOS DOS PAPAS

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (2-IV-2010). Meditaciones y oraciones del Cardenal Camillo Ruini, Vicario general emérito de Su Santidad para la diócesis de Roma. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (10-IV-2009). Meditaciones y oraciones de Monseñor Thomas Menamparampil, SDB, Arzobispo de Guwahati (India). (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (21-III-2008). Meditaciones y oraciones del Card. Joseph Zen Ze-Kiun, SDB, Obispo de Hong Kong. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (6-IV-2007). Meditaciones y oraciones de Mons. Gianfranco Ravasi, Prefecto de la Biblioteca-Pinacoteca Ambrosiana de Milán. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (14-IV-2006). Meditaciones y oraciones de Mons. Angelo Comastri, Vicario General del Papa para la Ciudad del Vaticano. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo seguido por Juan Pablo II desde su capilla privada (25-III-2005). Meditaciones y oraciones del Cardenal Joseph Ratzinger. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (9-IV-2004). Meditaciones y oraciones de Dom André Louf, monje cisterciense de la estricta observancia. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (18-IV-2003). Meditaciones y oraciones compuestas por el Card. Karol Wojtytla, arzobispo de Cracovia. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (29-III-2002). Meditaciones y oraciones compuestas por catorce Periodistas acreditados ante la Santa Sede. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (21-IV-2000). Meditaciones y oraciones compuestas por el Santo Padre Juan Pablo II. (Forma tradicional)

Fuente: www.maria-garcia.com, Vaticano y otras



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