Por ser la madre de Dios hecho hombre, El Mesías, El Rey universal.
Por ser la perfecta discípula que acompañó a Su Hijo desde el principio hasta el final, Cristo le otorga la corona.
Por ser la corredentora.
Por ser el miembro excelentísimo de la Iglesia: por su misión y santidad.
1- Por ser la madre de Dios hecho hombre, El Mesías, El Rey universal. (Col 1, 16).
Santa Isabel, movida por el Espíritu Santo, hace reverencia a María, no considerándose digna de la visita de la que es «Madre de mi Señor» (Lc 1:43). Por la realeza de su hijo, María posee una grandeza y excelencia singular entre las criaturas, por lo que Santa Isabel exclamó: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno» (Lc 1:42).
El ángel Gabriel le dijo a María que su Hijo reinaría. Ella es entonces la Reina Madre.
Su reino no es otro que el de Jesús, por el que rezamos «Venga tu Reino». Es el Reino de Jesús y de María. Jesús por naturaleza, María por designio divino. La Virgen María es Reina por su íntima relación con la realeza de Cristo.
En 1 Reyes 2,19 vemos que la madre del Rey se sienta a su derecha.
De la unión con Cristo Rey deriva, en María Reina, tan esplendorosa sublimidad, que supera la excelencia de todas las cosas creadas; de esta misma unión nace su poder regio, por el que Ella puede dispensar los tesoros del reino del Divino Redentor; en fin, en la misma unión con Cristo tiene origen la eficacia inagotable de su materna intercesión con su Hijo y con el Padre (cfr. Pío XII, Enc. Mystici corporis , 29-VI¬1943).
2- Por ser la perfecta discípula que acompañó a Su Hijo desde el principio hasta el final, Cristo le otorga la corona. Cf. Ap. 2,10
En María se cumplen las palabras: » el que se humilla será ensalzado». Ella dijo «He aquí la esclava del Señor».
3- Por ser la corredentora.
El papa JPII, en la audiencia del 23-7-97 dijo que «María es Reina no sólo porque es Madre de Dios, sino también porque (…) cooperó en la obra de la redención del género humano. (…). Asunta al cielo, María es asociada al poder de su Hijo y se dedica a la extensión del Reino, participando en la difusión de la gracia divina en el mundo».
Ella participa en la obra de salvación de su Hijo con su SI en el que siempre se mantuvo fiel, siendo capaz de estar al pie de la cruz (Cf. Jn 19:25)
María Santísima, reinando con su hijo, coopera con El para la liberación del hombre del pecado. Todos nosotros, aunque en menor grado, debemos también cooperar en la redención para reinar con Cristo.
4- Por ser el miembro excelentísimo de la Iglesia: por su misión y santidad.
La misión de María Santísima es única pues solo ella es madre del Salvador.
Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.» -Génesis 3:15
CARACTERÍSTICAS DEL REINADO DE MARÍA SANTÍSIMA
El reino de Santa María, a semejanza y en perfecta coincidencia con el reino de Jesucristo, no es un reino temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y universal: -«Reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de amor y de paz» (cfr. Prefacio de la Misa de Cristo Rey).
a) Preeminencia: «su honor y dignidad sobrepasan todo la creación ; los ángeles toman segundo lugar ante tu preeminencia.» San Germán.
b) Poder Real: que la autoriza a distribuir los frutos de la redención. La Virgen María no solo ha tenido el más alto nivel de excelencia y perfección después de Cristo, pero también participa del poder de Su Hijo Redentor ejercita sobre las voluntades y mentes.
c) Inagotable eficacia de Intercesión con su Hijo y el Padre: Dios ha instituido a Maria como Reina del cielos y tierra, exaltada sobre todos los coros de ángeles y todos los santos. Estando a la diestra de su Hijo, ella suplica por nosotros con corazón de Madre, y lo que busca, encuentra, lo que pide, recibe».
d) Reinado de Amor y Servicio: Su reinado no es de pompas o de prepotencia como los reinos de la tierra. El reino de María es el de su Hijo, que no es de este mundo, no se manifiesta con las características del mundo. María tiene todo el poder como reina de cielos y tierra y a la vez, la ternura de ser Madre de Dios.
En la tierra ella fue siempre humilde, la sierva del Señor. Se dedicó totalmente a su Hijo y a su obra. Con El y sometida con todo su corazón con toda su voluntad a El, colaboró en el Misterio de la Redención. Ahora en el Cielo, ella continúa manifestando su amor y su servicio para llevarnos a la salvación.
RESPUESTA A LOS HERMANOS SEPARADOS
Hay quienes rechazan el reinado de María Santísima alegando que ella no puede ser reina ya solo Jesús es rey.
Estos hermanos no comprenden la naturaleza del Reino. El reino de María Santísima no es un reino aparte al de su Hijo. Es el mismo reino. Donde Jesús reina, María Su Madre reina también. Se trata de dos corazones eternamente unidos en el amor divino. Dios ha dispuesto que así fuese. María, lejos de quitarle al reinado de su Hijo, lo propicia. Ella es la mas sumisa, la mas fiel en el reino y por eso también la mas exaltada.
Lucas 1:48 «porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada»
La oración Colecta de la Memoria de Santa María Reina dice:
«Oh Dios, que nos han dado como Madre y como Reina, a la Madre de tu Unigénito; concédenos, por su intercesión, el poder llegar a participar en el Reino celestial de la gloria reservada a tus hijos».
De Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María www.corazones.org