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El 31 de octubre de 1942, día de la clausura solemne del Jubileo de las Apariciones de Fátima, el Papa Pío XII habla en la radio.

Ofrece el mundo al Corazón Inmaculado de María para responder al llamado de nuestra Madre del cielo.

Renueva ese gesto importante el 8 de diciembre de 1942.

consagracion de pio xii al inmaculado corazon

En 1944, en plena guerra mundial, el mismo soberano pontífice consagraba todo el género humano al Corazón Inmaculado de María para ponerlo bajo su poderosa protección.

Leer también:

Con motivo de esta misma ceremonia, decreta que la Iglesia entera celebraría aquel año una festividad en honor del Sagrado Corazón Inmaculado de María para obtener la intercesión de la Santísima Virgen,

“la paz de las naciones, la libertad de la Iglesia, la conversión de los pecadores, el amor a la pureza y la práctica de las virtudes.”

El 4 de mayo de 1944, aprobó la Misa y Oficio del Inmaculado Corazón de María, pedida por Sor Lucía, vidente de Fátima, el 12 de diciembre de 1940 en una carta, por petición de los obispos de Portugal.

“Ante tu trono nos postramos suplicantes, seguros de alcanzar misericordia, de recibir gracias y el auxilio oportuno…

Obtén paz y libertad completa a la Iglesia santa de Dios; detén el diluvio del neopaganismo.

Fomenta en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, para que los que sirven a Dios aumenten en mérito y número”

El antecedente más directo fue la tercera aparición de Fátima, en 1917 la Virgen le dijo a Lucía Martos, la niña vidente:

“Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado.

Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra…

Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes…
.
Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz…
.
Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz.”

videntes de fatima

 

EN CADA ÉPOCA HA PREDOMINADO UNA DEVOCIÓN

En el siglo I, la Theotokos, la Maternidad divina, como réplica a la herejía de Nestorio.

En el siglo XIII, la devoción del Rosario.

En el XIX, la Asunción y la Inmaculada.

A mediados de ese mismo siglo se fue extendiendo la devoción al Inmaculado Corazón de María, adelantada ya por San Bernardino de Sena y San Juan de Avila; y en el siglo XVII, San Juan Eudes.

San Antonio María Claret, fundó la Congregación de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María, en el XIX.

Y en el siglo XX, alcanza su cenit con las apariciones de la Virgen en Fátima y la consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María.

En Fátima la Virgen manifestó a los niños que Jesús quiere establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón como medio para la salvación de muchas almas y para conservar o devolver la paz al mundo.

La Beata Jacinta Marto, le dijo a Lucía:

«Ya me falta poco para ir al cielo.

Tú te quedarás aquí, para establecer la devoción al Corazón Inmaculado de Maria».

También se lo dirá después la Virgen.

El año 1942, después de la consagración de varias diócesis en el mundo realizada por sus respectivos obispos, Pío XII hizo la oficial de toda la Iglesia, con lo que la devoción al Inmaculado Corazón de María se vió confirmada y afianzada.

Y después Pablo VI y, sobre todo, Juan Pablo II, quien respondió en Brasil, cuando le dijeron:

“Santo Padre, agradecemos a Dios, sus trece años de pontificado”

“Tres años de pontificado y diez de milagro”.

Él ha sido el Pontífice que cumplió más cercanamente el deseo de la Virgen, según lo que ha dicho Sor Lucía de Fátima (‘el cielo aceptó la Consagración de 1984’).
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Y por los resultados se han visto con el derrumbamiento del marxismo y la conversión de Rusia.

sor lucia de fatima y pablo vi

Sor Lucia de Fatima y Pablo VI

 

LAS CONSAGRACIONES

Pío XII, ya en los años de su pontificado era universalmente señalado como el Papa mariano y con esta denominación ha pasado a la historia.

Tiene algunos hitos de su vida marcados por la presencia de María, como, por ejemplo:

• fue consagrado obispo el mismo día y a la misma hora en que la Virgen se aparecía en Fátima: el 13 de Mayo de 1917;

• tuvo como un acto histórico de su pontificado la consagración del mundo que hizo a María en 1942, en el 25º apariciones de Fátima en un radiomensaje;

• y la renovó el 7 de Julio de 1952, en la que hace particular consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María como lo había pedido la Virgen a los pastorcitos de Fátima.

El 21 de Noviembre de 1964 Pablo Vl renueva la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, Madre virginal de Dios.

El 13 de Mayo de 1982 Juan Pablo II realiza en Fátima la Consagración del Mundo,

Que renovará el 25 de Marzo de 1984 en la plaza de San Pedro ante 200.000 personas y arrodillado ante la imagen que se venera en la Capelinha de las Apariciones en Fátima, que se había trasladado privadamente a Roma para esta consagración.

En una de sus partes el Papa le dice a la Virgen en Fátima:

“¡Oh Madre de los hombres y de los pueblos!…

Acoge nuestro grito, que, como movidos por el Espíritu Santo, dirigimos directamente a tu Corazón.

Y abraza, con el amor de la Madre y de la Esclava, a este mundo humano que te entregamos y te consagramos, llenos de inquietud por la suerte terrena y eterna de los hombres y de los pueblos.

De manera especial te entregamos y consagramos aquellos hombres y aquellas naciones que más particularmente necesitan esta entrega y esta consagración”…

De esta manera la última consagración realizada por Juan Pablo II es considerada por la Hna. Lucía como completa, porque:

«La ha hecho públicamente en comunión con todos los Obispos que con su Santidad se unieron al pueblo de Dios, Cuerpo Místico de Cristo.

La ha hecho al Corazón Inmaculado de María, Madre de Cristo y de su Cuerpo Místico, para que con Ella y por Ella con Cristo pudiera ser llevada y ofrecida al Padre para la salvación de la humanidad».

Y también el 8 de octubre del 2000, en Jasna Gora, a los pies de la Virgen, Juan Pablo II consagró el Mundo al Inmaculado Corazón de María.

juan pablo ii jasna gora

 

DIÓCESIS DE TURÍN, MILÁN Y EL PAÍS ECUADOR CONSAGRADOS AL CORAZÓN DE MARÍA

El 21 de junio de 1855, el Papa Pío IX concedió la aprobación a una Misa y Oficio en honor al Purísimo Corazón de la Santísima Virgen María promulgado por la Sagrada Congregación de Ritos.

En 1891, los obispos de Turín y Milán comenzaron un movimiento en favor de la Consagración de las diócesis de Italia al Inmaculado Corazón de María.

Este proyecto apareció por primera vez, en el Congreso Mariano de Turín, en 1898, aparentemente por la iniciativa del mismo Papa, en su carta del 22 de agosto de 1898.

Fue aprobado unánimemente por el Congreso y se le pidió al Santo Padre que consagrara Italia al Inmaculado Corazón de María.

El 12 de diciembre de 1898, la Sagrada Congregación de Ritos aprobó la fórmula de consagración propuesta, –no sólo para las diócesis que la pidieron–, sino para todas aquellas que pidieran permiso en el futuro.

La primera nación que se consagró oficialmente al Corazón de María fue la República del Ecuador, el 6 de agosto el año 1892, siendo su presidente el Dr. Luis Cordero.

Los Obispos Ecuatorianos publicaron entonces una pastoral colectiva cuya primera parte rezaba así:

“Como pastores que somos de esta iglesia, consagramos solemne e irrevocablemente la República del Ecuador al corazón purismo e inmaculado de María.

Obligándonos a reconocer desde hoy a la madre divina del redentor por patrona, abogada y protectora especial de nuestro pueblo, y nuestra intercesora eficaz ante el trono de las misericordias”.

Anteriormente, ya el Ecuador se había puesto bajo el Patrocinio del Purísimo Corazón de María (a principios del siglo XIX) por decisión del Episcopado.

Pasaron decenas de años para que esta consagración fuese ratificada por el Honorable Congreso en la fecha señalada.

En esa oportunidad, en el documento que se firmó se denominó al país con el nombre de: LA REPÚBLICA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.

Pio XII-bendice

 

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
(Papa Pío XII)

¡Oh Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante vuestro Trono nos postramos suplicantes, seguros de impetrar misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de vuestro maternal Corazón.

En esta hora trágica de la historia humana, a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos modos atribulada, sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades.

Que os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse eternamente.

Vos, oh Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan, concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al mundo en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.

Conceded vuestra protección a los infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la muerte; concédeles la paz y haced que brille para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Dad la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que os profesan singular devoción y en los cuales no había casa donde no se hallase honrada vuestra venerada imagen (hoy quizá oculta y retirada para mejores tiempos), y haced que retornen al único redil de Cristo bajo el único verdadero Pastor.

Obtened paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contened el diluvio inundante del neopaganismo, fomentad en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el pueblo de los que sirven a Dios.

Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de vuestro Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que, puestas en El todas las esperanzas, fuese para ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, para que vuestro amor y patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios, os proclamen bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra, el eterno Magníficat de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual pueden hallar la Verdad, la Vida y la Paz.

 

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