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En 1734 los jesuitas decidieron fundar una iglesia en la zona.

La autorización real llegó en 1748.

Y fue entonces cuando se inició la construcción de la Iglesia que se puso bajo la advocación de Nuestra Señora de Belén.

Las obras de la nueva iglesia adquirieron un estilo arquitectónico que refleja elementos post-coloniales, barrocos, neoclásicos e italianizantes…

Durante los siglos XVII y XVIII Buenos Aires comenzó a expandirse y a poblar el barrio de San Telmo que se encuentra al sur de la ciudad y que comenzó a ser identificado con el nombre del Alto de San Pedro.

Algunos dicen que a causa de su posición más elevada y otros se lo adjudican a la existencia de un alto o descanso de carretas, en un lugar que llamaban «hueco» y que actualmente ocupa la Plaza Dorrego.

También fue conocido como «barrio del puerto».

El terreno para honrar a la Madre de Jesús que estaba situado en calle Humberto I y Defensa fue donado por don Ignacio de Zevallos Bustillo.

Con la expulsión de los jesuitas en 1767 resuelta por los reyes de España, las obras de construcción de la iglesia quedaron inconclusas y dos años más tarde la zona quedó bajo la dependencia de la parroquia de la Inmaculada Concepción.

En 1785 los padres Bethlemitas se hicieron cargo del templo.

Pasando unos cuantos años, en 1806, se creó la Parroquia de San Pedro González Telmo, y se designó a la iglesia de Nuestra Señora de Belén como sede de la misma hasta tanto se erigiera el templo cabecera, lo que nunca ocurrió. Nuestra Señora de Belén fue concluida en 1876.

La costumbre del pueblo ha hecho ignorar el verdadero nombre del templo, a quién está dedicado, y en cambio se ha conocido como la Iglesia de San Telmo.

   

LA PESTE

El barrio y la misma iglesia sufrieron una brusca transformación luego de la epidemia de fiebre amarilla de 1871.

Las familias decidieron emigrar buscando mejores condiciones climáticas y sanitarias en el norte o en el oeste de la ciudad.

A causa de la peste se fue perdiendo la veneración al santo dominico San Pedro González Telmo quien es el protector y patrono del barrio del sur y quien le dio el nombre a la región y al templo de Nuestra Señora de Belén representada en la hermosísima imagen que preside la imponente iglesia.

En el Barrio de San Telmo o los Altos de San Pedro, dentro del Casco Histórico de Buenos Aires, se halla entonces, una de las Iglesias más antiguas de la ciudad: San Pedro González Telmo, parroquia desde 1806.

El Santo fue un fraile dominico, que vivió en España en el Siglo XIII.
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Predicó a navegantes y pescadores de Galicia y Portugal.
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En la época colonial, muchos habitantes de Buenos Aires, hombres de mar, lo veneraban.

   

ATRIO Y FACHADA DE LA IGLESIA

La Iglesia comenzó a edificarse en 1734 y su fachada tuvo varias refacciones, en los casi 270 años de su historia.

Intervinieron en su construcción, varios religiosos jesuitas arquitectos: los Hermanos Andrés Blanqui, Juan B. Primoli y José Schdmidt, al final el maestro italiano Antonio Masella.

El atrio fue embaldosado en 1899 y se accede desde Humberto I por escaleras de mármol.

En sus muros se ven numerosas placas conmemorativas que nos revelan la grandeza de su historia.

Antes del ingreso al templo se ve una lápida de mármol blanco, que marca la tumba del 4º Párroco, P.J.A. Martínez, fallecido durante la epidemia de cólera de 1858.

La Fachada actual fue restaurada entre 1916 y 1931, por el arquitecto Pelayo Sainz, es de tipo ecléctico, neo colonial barroco.

El frente presenta dos imponentes torres, divididas en tres secciones.

Las inferiores son de forma cúbica y fueron construidas en 1734, y las dos superiores, octogonales, son de 1852. Llegan a 40 metros de alto.

Tienen influencia andaluza, adornadas con azulejos blancos y estucos propios del arte plateresco.

En su interior se hallan las tres campanas.

Entre las dos torres se alza una imagen de San Pedro González Telmo, con los símbolos de su intercesión: una nave en la mano izquierda y una vela en la derecha.

   

EL INTERIOR DEL TEMPLO

El templo, que impacta por su magnificencia y calidez, tiene una planta de cruz latina, cúpula coronando el crucero y capillas en las naves laterales. Comenzado a construir en octubre de 1734.

La nave central tiene bóveda de medio punto con arcos apoyados en gruesos pilares. Mide 44,20 x 9,45 metros.

En 1767, año de la expulsión de los jesuitas, faltaba concluir las torres y la cúpula.

La liturgia se celebraba en la nave de la izquierda o de San José.

Antes del crucero encontramos dos obras artísticas, de distintas épocas: el púlpito y el comulgatorio.

El primero fue mandado a construir para San Telmo, por Manuel Belgrano, en 1805, obra del artista español Manuel G. Hernández es de forma octogonal y en sus paredes figuran las imágenes de los evangelistas y el escudo betlemita.

En el techo, una paloma simboliza el Espíritu Santo.

Remata en un ángel, obra de las Misiones Jesuíticas, todo de madera tallada y pintada con láminas de oro y esmalte.

Antes del presbiterio se halla el gran comulgatorio de mármol de carrara, colocado a fines del S. XIX.

La cúpula fue concluida en 1858.

Tiene 38,40 m de altura, con cuatro ventanas y linterna.

Llegando al presbiterio admiramos el retablo, con el antiguo altar mayor adosado.

Lo construyó el tallista José Merlang, en 1833 con la ayuda del Gobernador Don Juan Manuel de Rosas.

La imagen de la Santísima Trinidad corona el retablo. Debajo un óleo de la Sagrada Familia.

Debajo hay tres hornacinas separadas por ocho columnas corintias.

A la izquierda la imagen de San Telmo y a la derecha la de San Juan de Dios.

En el centro la imagen de Nuestra Señora de Belén, del artista veneciano Carlos Preboran, de 3 m de altura, en madera policromada, entronizada el 15 de Agosto de 1903.

La parte inferior del retablo, está adornada con bajorrelieves dorados a la hoja, representando motivos marinos: significando el patrocinio de San Telmo sobre los hombres del mar.

En el baldaquino, una cruz de estilo portugués del S. XVIII.

Flaquean el altar mayor dos imágenes de las Misiones Jesuíticas: a la izquierda San Agustín y a la derecha San Nicolás.

En el centro del presbiterio se halla el altar fijo y la sede del celebrante.

En ambas naves laterales hay nueve altares de distintas épocas.

A la izquierda el altar de la reserva del Santísimo Sacramento, con una imagen española de San José con el niño Jesús dormido en sus brazos.

Siguen los altares del Gólgota, Santa Ana y Nuestra Señora del Carmen.

En el primero se encuentra la graciosa imagen de Nuestra Señora de los Remedios, talla de vestir con cabello natural, de los Padres Betlemitas.

En el ala de la derecha se hallan los siguientes altares: San Rafael, imagen esculpida en París, donada por el Sr. Rafael Elizalde, en cumplimiento de un voto.

Debajo en pequeña hornacina Nuestra Señora de Luján (réplica exacta).

Luego el del Sagrado Corazón, el último en construirse, con columnas salomónicas.

Sigue el Altar de San Telmo. Imagen de vestir traída de España. Lo flanquean cuatro banderas.

A la izquierda Argentina y San Telmo, a la derecha España y Galicia. Siguen los altares de Nuestra Señora de la Merced y San Roque.

Hay además otras imágenes de importancia artística. El Cristo de la Agonía, el Nazareno y una Piedad, de gran expresión.

Al salir por la puerta central, a la derecha, se halla la Capilla de la Fundación, donde se encuentra el primitivo cuadro de Nuestra Señora de Belén, que trajo el donante, Don Ignacio Bustillo y Ceballos en 1734, copia auténtica del que se veneraba en el antiguo Hospital Antón Martín, de Madrid.

Merece mención la diminuta imagen de vestir de singular riqueza de Nuestra Señora de la Esperanza, traída de España.

interior imagen de iglesia de san telmo

   

CORO Y ÓRGANO

Se ingresa al coro por una angosta escalera, abierta en el muro de la nave izquierda del templo.

Antes de llegar al coro se encuentra una escalera que conduce al campanario, adornada con los únicos azulejos tipo Talavera de la Reina, que se pudieron rescatar enteros de las torres.

El Coro posee un espléndido órgano tubular sinfónico, de origen italiano, de la casa Locatelli de Bérgamo, que cuenta con 2800 tubos.

De timbre brillante y sonoro, es conocido por organistas nacionales y extranjeros, para brindar conciertos de música religiosa.

   

LA SACRISTÍA

Terminada de construir en 1734, aún conserva las puertas, el ventanal superior y los muros originales.

Sus medidas son 15 m. X 11 m y termina con una magnífica cúpula con linterna, que llega a 20 m, de la cual pende una araña de 1901.

Guarda obras artísticas e históricas de importancia.

En primer lugar la colección de las Sibilas: doce óleos del S. XVIII, única en Argentina, representa doce mujeres adivinas.

Las figuras que tienen estilo europea y cuzqueño, muestran en un óvalo, escenas de la vida de Cristo y de su Santa Madre, por lo que se las llama Sibilas Cristianas.

Llevan los nombres en lengua latina, de la mitología antigua: Elespóntica, Eritrea, Cumana, etc. No se conoce la procedencia de esta colección.

Se encuentra una mesa de mármol blanco, que perteneció al Hospital del Protomedicato; se usó para intervenciones quirúrgicas y durante las invasiones inglesas.

Asimismo en las epidemias de cólera y fiebre amarilla del S. XIX.

El mueble retablo que abarca la pared oeste, es de caoba; tallado a mano.

Enfrente se halla la imagen de Nuestra Señora del Sufragio, talla de madera, de Génova.

Hay vitrinas con valiosas imágenes y armarios con ornamentos antiguos de brocato francés.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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