Menos público este año y más transexualismo.
En Cervera, una localidad de la provincia de Lérida (Cataluña) se realizó el “Aquelarre de Cervera” entre el 31 de agosto y el 1 de septiembre, como hace más de 30 años, una fiesta popular de brujas, quiromantes, echadores de cartas y todo lo que acompaña al mundo esotérico. Pero este año, a pesar de que 170.000 euros de financiación del erario público, la fiesta convocó a la mitad de público que al año anterior, ¿será por la crisis económica?. (Ver aquí la nota sobre el año 2012 donde se hace una historia del evento)
El año pasado 40.000 personas aplaudieron a una imagen gigante de satanás (como macho cabrío) regando a todos ellos con la espuma que expulsaba desde su pene, en una especie de baño seminal multitudinario. Pero este año se produjo una feminización y transexualización del evento.
La novedad fue que el Macho Cabrío, este año apareció con pechos de mujer, como símbolo de la feminidad moderna y de lo transexual. Y culminó la fiesta con el Macho Cabrío con senos, adorado por brujas y diablos, eyaculando litros y litros de espuma sobre los asistentes, en un ambiente con olor a azufre, pólvora y fuego. A eso de las tres de la madrugada, el Macho Cabrío, sacó un enorme falo, y ayudado por las brujas lanzó a la multitud la espuma que representa el esperma del demonio.
BRUJERÍA, TAROT, QUIROMANCIA
Los actos dieron comienzo el viernes, con diversas actuaciones musicales y los diablos y brujas con pirotecnia. El sábado por la tarde llegó el turno de los más pequeños, con el Aquelarret, un conjunto de actividades, con talleres de percusión y disfraces, que tiene como objetivo introducir a los niños en la ancestral tradición de la brujería de Cervera.
Al mismo tiempo, se celebró en la Universidad la feria del Gran Boc, donde se celebró una exposición de productos esotéricos y se celebraron talleres y charlas sobre el tarot o la quiromancia.
Por su parte, la directora artística del Aquelarre, Sílvia Pons, explicaba los cambios de orientación del evento en esta última edición:
“el objetivo es continuar con la esencia que ha consolidado la fiesta, pero adaptándola a la representación de las brujas al siglo XXI”.
La feminización del Aquelarre se vio reflejada también en la propia organización: la directora, Sílvia Pons, la productora, Anna Llort, y la escenógrafa, Alba Cuñé.
UN NEGOCIO QUE INCENTIVA LAS BAJAS PASIONES
Sin embargo, a pesar de toda la parafernalia de que se dota el Aquelarre, lo cierto es que la edición de este año ha sido un fracaso de asistencia. Las fiestas solo consiguieron aglutinar a unas 20.000 personas durante el fin de semana, casi la mitad que el año pasado.
También cabe recordar que el espectáculo de fuego y música le cuesta 170.000 euros a la Paeria de Cervera, aunque el Ayuntamiento argumenta que se recuperan con la venta de entradas y de material promocional.
En ese sentido, según un estudio encargado por la Generalitat de Cataluña, el impacto económico que deja el Aquelarre en la ciudad supera los 700.000 euros.
Este tipo de planteamiento, el económico, el del dinero que generan, es el que sirve de justificación a los poderes públicos para avalar unas fiestas que retrotraen a antiguas y sombrías épocas de superstición, y que despiertan las pasiones más oscuras de la gente.
Cabe preguntarse si, con este tipo de planteamientos, en los que las pasiones y el dinero cobran una especial relevancia, podrá la sociedad resarcirse de las causas que han ocasionado la actual crisis. Si ni las propias administraciones velan por encauzar la pasión por el dinero, ¿por qué habría de hacerlo un inversor o especulador de cualquier entidad financiera?
SE PREOCUPAN POR LOS NIÑOS
A todo ello hay que añadir que, con el beneplácito de la administración de turno, se sigue celebrando el Aquelarret, ese aquelarre especial que sirve para adoctrinar a los más pequeños en el ‘arte’ de la brujería. Si la Generalitat es la encargada de la tutela de niños en determinadas situaciones, ¿qué tipo de cultura tutelar está fomentando si hace suyo el Aquelarret?
El Consistorio leridano intensificó la promoción del Aquelarre con la presentación de una canción sobre la fiesta, interpretada por el grupo de ska Kayo Malayo.
Además, fue contratada la realización de un videoclip, en el que se narra como los diablos del infierno se van de vacaciones.
Kayo Malayo para los niños
Resumen de las imágenes del Aquelarre
Fuentes: Forum Libertas, Signos de estos Tiempos