Términos a los que debemos familiarizarnos.
Primerear, balconear, ningunear, pasarse de rosca, pescar una idea, hacer lio son solo algunas de las tantas palabras utilizadas por el Papa Francisco que provocan dolor de cabeza a los traductores.
A la lista de términos comentados por él se podrían sumar muchos otros como «rosquear», «sacar el cuero», tener «cara de pepinos en vinagre», «salir de la cueva» o cuidarse de los «mercachifles», que él utilizaba en Argentina.
EMPACHAR
En uno de los pasos mas intensos Papa Bergoglio ha exclamado:
“es muy triste ver una juventud empachada pero débil”.
La traducción de “empachado” tuvo que ser puesta entre comillas y traducida con términos que describen algo parecido a la indigestión, “llenos” se tradujo en italiano.
Pero lo que en realidad cuenta no es tanto la descripción del malestar físico sino la actitud hacia la comida: consumir mas de lo necesario, el pecado de gula.
El párrafo completo dice:
“Hoy nos hará bien a todos que nos preguntemos sinceramente, que cada uno piense en su corazón: ¿En quién ponemos nuestra fe? ¿En nosotros mismos, en las cosas o en Jesús? Todos tenemos muchas veces la tentación de ponernos en el centro, de creernos el eje del universo, de creer que nosotros solos construimos nuestra vida, o pensar que el tener, el dinero, el poder es lo que da la felicidad. Pero todos sabemos que no es así. El tener, el dinero, el poder pueden ofrecer un momento de embriaguez, la ilusión de ser felices, pero, al final, nos dominan y nos llevan a querer tener cada vez más, a no estar nunca satisfechos. Y terminamos empachados pero no alimentados, y es muy triste ver una juventud empachada pero débil. La juventud tiene que ser fuerte, alimentarse de su fe y no empacharse de otras cosas”.
MISERICORDIANDO
Hay uno, posiblemente el más querido para él, “misericordiando”, que escapa al lunfardo porteño porque es de su autoría y no sólo tiene que ver con la misericordia, que en él más que una palabra es un sentimiento, y también está en relación a su lema: “miserando atque eligendo”.
Hay dos párrafos de él en relación al tema:
“El mensaje de Jesús es ese: la misericordia. Para mi, y lo digo humildemente, es el mensaje más fuerte del Señor: la miericordia”, algo que había dicho pocos días después de su elección en la parroquia de Sant’Anna.
Una explicación sobre misericordiando ya la había dado al P. Antonio Spadaro S.I., director de “La Civiltà Cattolica” en el extenso reportaje que publicara unos días antes, pero uno siempre intenta encontrar algo más y a veces es útil seguir haciendo preguntas…
– ¿Por qué misericordiando? La gente no lo entiende mucho, pero le gusta.
– El gerundio latino miserando es intraducible en italiano y en español. A mí se me ocurrió traducirlo con otro gerundio que no existe: Misericordiando.
– Un buen invento. Mejor dicho, un neologismo papal. También porque en italiano y español el “miserando” suena más a miseria que a misericordia… que nada tienen que ver, que son opuestas.
– Puede ser.
– Además vos siempre anduviste enredado con la misericordia.
– Soy un pecador en el que el Señor ha puesto los ojos.- Me contestó con gran humildad, así como hiciera frente a los Cardenales.
– “Miserando atque eligendo”. Algo así me explicaste de tu lema cuando te hicieron Cardenal. Elegido por misericordia…
– Eso mismo. Lo creo, lo vivo.
Vuelvo a recordar mis notas y un párrafo de su discurso del 17 de abril. “Dejémonos abrazar por la misericordia de Dios, confiemos en su paciencia que siempre nos da tiempo, tengamos el coraje de regresar a su casa, de vivir en las heridas de su amor , dejándonos amar por El, de encontrar su misericordia en los sacramentos. Sentiremos así su ternura, tan bella, sentiremos su abrazo y seremos nosotros también capaces de misericordia, de paciencia, de perdón”.
EL CHAMUYO DE DIOS
En el lenguaje de Buenos Aires, que excede al lunfardo, el chamuyo era inicialmente una parla amorosa. El galán “chamuyaba” a aquella que quería enamorar… o viceversa. Luego la palabra creció por sí sola y se aplicó al arte de convencer a los demás, en especial a los cercanos. Se puede “chamuyar” con el amigo, con la novia, el padre o el hijo. Se puede “chamuyar” a la “vieja” o a quien uno quiera, pero para hacerlo hay que tener, hay que lograr, cierta intimidad.
Entonces, según Francisco, que Dios nos puede “chamuyar”, es más, que lo hace habitualmente… pero no siempre lo escuchamos.
Es difícil definir el “chamuyo de Dios” del que me habló Francisco. Quizá es más difícil definirlo que escucharlo. Quien pretenda conocerlo deberá saber que es necesario alejarse de las estridencias, del ruido, de la estupidez cacofónica de la modernidad y buscar la tranquilidad de un espacio interior, espiritual.
BANCAR, QUE DIOS ME BANQUE
El término bancar tiene más de un significado para el Porteño , el habitante de Buenos Aires. Sucede que incluso las palabras, como la vida misma, crecen y se modifican su significado en el uso cotidiano hecho de ella, o incluso tomar sobre sí mismos los cambios que se le dará a conocer a las generaciones que los utilizan. Banco Online proviene de la jerga, y como casi todas las otras palabras que comparten el origen, no fueron admitidos en el lenguaje de las familias bien educadas de la capital argentina, incluso en la más actualizada. Banco Online es una expresión que pertenece al juego, más que el juego a la vez el juego, en su mayor parte, fue el juego y por lo tanto se practica en las sombras. En el juego clandestino, siempre había alguien que «actuó como banquero» y otros que señaló. De aquí surgieron algunas convicciones, una es que la casa siempre gana y todos los demás pierden. Pero también existía la esperanza de que el banco podría apoyar («bancar») algunos de los jugadores que pidieron o por necesidades económicas urgentes o para pagar sus gastos y permitirle continuar jugando.
La actitud del banco, a partir de cierto momento, se ha convertido en una práctica común, con el tiempo, el efecto era cambiar el concepto de bancar , quien primero tomó el significado de «apoyar a alguien», entonces, por extensión, llevar o aguantar una situación complicada, difícil, del sufrimiento: Un yo mi amigo el banco(«estoy, que estoy con él») o te necesito me banco es la lluvia, el frio o lo mar Que («Si Tengo que soportar el frío, la lluvia, no importa qué «).
En la práctica, o en la realidad, ¿quién banca es siempre, invariablemente, alguien que conocemos bien, un amigo.
Fuentes: Terre d’America, Signos de estos Tiempos