Ella pidió unirse firmemente a Ella como Mediadora de Todas las Gracias.

Durante todo el último siglo la Santísima Virgen nos ha estado dando datos clave para comprender la situación del mundo y del cristianismo.

Y nos ha estado haciendo advertencias y dándonos consejos sobre lo que debemos hacer.

Mientras las escrituras nos han hablado del panorama global, las apariciones marianas nos hablan de la coyuntura actual, del camino preciso que hay que recorrer. 

Por Ella sabemos que el maligno está en un ataque furioso, que todos lo vemos, porque ve que su tiempo se acaba y vendrá una intervención decisiva del Cielo.

Y también por Ella sabemos lo que debemos hacer en este momento, para no dejarnos llevar por la ola devastadora.

Aquí hablaremos sobre una gran peregrinación mariana que es poco conocida fuera de Europa Central, fruto de una aparición de la Mediadora de Todas las Gracias de Marienfried, y cuál es su recomendación sobre lo que nos debemos de cuidar y lo que debemos hacer.

Inmediatamente terminada la Segunda Guerra Mundial, la Santísima Virgen apareció en Marienfried, Alemania, como Mediadora de Todas las Gracias, diciendo que el Padre quiere que el mundo le reconozca esta cualidad.

Pidió rezar sin cesar el Rosario y que si se le pide al Padre todas las cosas en nombre de Su Corazón Inmaculado, Él lo concederá si es conforme a Su gloria.

Recomendó no pedir bienes pasajeros, sino gracias para las almas, la sociedad, los pueblos, a fin de que todos amen y veneren al Sagrado Corazón.

Reclamó también que los sacerdotes se consagren especialmente a Ella, para que crezcan en santidad y virtud.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en la pequeña ciudad alemana de Pfaffenhofen, el pastor y los feligreses de la iglesia católica local hicieron una promesa a la Madre de Dios: si su ciudad era conservada de la destrucción construirían una capilla en su honor.

La ciudad fue salvada, y para satisfacer su promesa el pastor y los feligreses fueron al cercano bosque de Marienfried a buscar un terreno para construir la capilla.

Fue en ese lugar que las apariciones de Nuestra Señora le sucedieron a una muchacha de 22 años llamada Barbara Reuss.

El 25 de abril de 1946 el sacerdote Humpf, Bárbara y su hermana fueron al bosque a buscar un lugar para la capilla.

Encontraron un buen lugar pero el sacerdote esperaba una señal de Nuestra Señora.

Rezaron el rosario y de repente Bárbara sintió que alguien la llamó, fue al sitio y vio a una mujer, que ella ya había visto en 1940 y le había enseñado a rezar el Rosario de la Inmaculada.

Ahora le reveló cosas de su vida y Bárbara le preguntó «¿Quién eres?… ¿Cómo sabes eso?… No entiendo». 

Recién luego que terminó la conversación Bárbara supo que los otros no habían visto nada, sino sólo a ella hablar con alguien invisible e inaudible.

Entonces Bárbara contó a los otros dos lo que la mujer le dijo. 

Le había expresado que donde hay más confianza y donde se enseña a la gente que Ella puede hacer todo, Ella difundiría la paz. 

Cuando todas las personas crean en Su poder, habrá paz. 

Le dijo, 

«Soy la señal del Dios vivo, pongo mi marca en la frente de mis hijos» 

Y se despidió diciendo,

«La paz de Cristo sea contigo y con todos los que aquí rezan».

Entonces el pastor Humpf le dijo a Bárbara que esa era la señal que estaba buscando, ahora sabía con certeza que ese era el sitio para construir la capilla. 

Un mes después, el 25 de mayo, un ángel le pidió a Bárbara que fuera a Marienfried ese día. 

El ángel se le acercaba a menudo, especialmente por la mañana, y oraba con ella, también le decía las cosas por las que debía orar. 

Ya en Marienfried, Bárbara vio al ángel junto al árbol, y le señaló el lado derecho con el dedo. 

Entonces vio de nuevo a la misteriosa mujer de pie. 

Estaba vestida toda de blanco, el cabello era oscuro y con raya al medio, los ojos también oscuros. 

Había un brillo muy hermoso en sus ojos, en todo su rostro, y mucha claridad, pureza y amabilidad que Bárbara no había notado antes.

Y la Señora le dio un mensaje propio del Final de los Tiempos,

«Para que pronto Cristo pueda reinar como el Rey de la Paz, el mundo debe beber la copa de la ira a causa de los innumerables pecados que ofenden Su Corazón.

La estrella del abismo, refiriéndose a Lucifer, bramará con más furia que nunca y hará terribles estragos, porque sabe que su tiempo es corto y porque ve que muchos ya se han reunido alrededor de Mi signo«.

Y agregó,

«No tiene poder sobre ellos, aunque mate los cuerpos de muchos. 

Pero de este sacrificio hecho por Mí, crece Mi poder para guiar al resto a la victoria de Cristo.

Algunos ya tienen grabado mi signo, y habrá más y más».

Y pidió,

«Oren y sacrifíquense por los pecadores

Ofrézcanse ustedes mismos y sus acciones a través de mí al Padre.

No esperen señales y prodigios, quiero trabajar en secreto como la gran mediadora de las gracias. 

Quiero darles paz de corazón si cumplen mis peticiones. 

La paz de los pueblos sólo puede construirse sobre esta paz. 

Entonces Cristo reinará sobre todos los pueblos como el Rey de la Paz. 

Procura que mi voluntad sea conocida, te daré la fuerza que necesitas».

La aparición también le dijo que el diablo ganaría tal poder externo que todos los que no estuvieran firmemente arraigados en Ella se dejarían engañar, porque él sabe sabe cómo cegar a la gente, para que incluso los mejores puedan ser engañados.

Y le dijo que llegará un momento en que estará completamente sola y será calumniada, pero que tuviera confianza. 

Porque donde quiera que la gente no confíe en Su Inmaculado Corazón, el diablo tiene poder.

Pero donde la gente pone Su Corazón Inmaculado en el lugar de sus corazones pecaminosos, el diablo no tiene poder; perseguirá a sus hijos, pero no podrá tocarlos.

Y un mes después, el 25 de junio de 1946, Nuestra Señora se le apareció por última vez también en Marienfried y le dijo, 

«Recen y sacrifiquense, recen el Rosario de la Inmaculada y el Rosario de la Gracia como lo enseñé.

Pidan todo a través de Mi Corazón Inmaculado al Padre.

No imploren por valores efímeros, sino imploren gracias para las almas, para vuestras comunidades, para los pueblos, para que todos amen y honren el Sagrado Corazón de Jesús.

Hagan de la oración un sacrificio desinteresado.

Debería haber mucha oración por los pecadores.

Lo único que importa hoy es que se dé honor y expiación al Eterno. 

Si se dedican por completo a esto, Yo me encargo de todo lo demás».

Bárbara también preguntó qué imagen debería usarse para la capilla. 

Y ella señaló el cuadro de la Madre Tres Veces Admirable Schoenstatt, porque allí se había reunido una multitud que había orado y se había sacrificado mucho bajo el cuadro.

Y cuando la aparición dejó de hablar, una gran multitud la rodeó de repente.

Llevaban largos vestidos blancos, se arrodillaron en el suelo, se inclinaron profundamente y rezaron varias oraciones junto con la Virgen.

Mientras la aparición se volvió aún más hermosa, clara y ligera. 

La triple corona de rayos sobre su cabeza era tan brillante y grande que cubría todo el cielo.

Y cuando daba la bendición, Bárbara vio muchos rayos que emanaban de sus manos, que atravesaban todas las cosas hacia el cielo. 

La aparición se había vuelto casi transparente y se alejó.

Luego, para la gente de Pfaffenhofen el sacerdote de la parroquia instaló la prohibición de hablar sobre estas apariciones.

Lo que Nuestra Señora había dicho a la vidente se verificó rápidamente,

«Vendrá un tiempo en que tu estarás muy sola y serás terriblemente calumniada».

Pero aunque no se permitía hablar en público de la aparición, la Capilla estaba a disposición de todos los que fuesen a orar.

Un grupo de Schoenstatt tenía regularmente su reunión y celebración solemne allí.

Y luego vinieron las gracias, durante los 20 años siguientes a los hechos, al menos 20 vocaciones sacerdotales o religiosas nacieron en esa parroquia.

Una particular fuerza de atracción provenía de Marienfried sobre los miembros de los grandes movimientos marianos, del movimiento mariano de Schoenstatt, de la Armada Azul de Fátima, de la Legión de María y de la Obra Angelica Opus Angelorum.

Y gracias a ellas Marienfried se ha transformado en una gran peregrinación mariana. 

Todas las restricciones de la parte de las autoridades eclesiásticas fueron levantadas a partir de 1966.

Y a partir de ese momento pudo celebrarse la Santa Misa en la Capilla y conservar el Santísimo Sacramento.

Se obtuvo el permiso eclesiástico para la estampa del Rosario de la Inmaculada, del himno a la Santísima Trinidad y para el mensaje de Marienfried, pero no se dice nada acerca del carácter sobrenatural del mensaje.

Las apariciones no están aprobadas pero sí permitidas, e incluso peregrinó a la capilla el Obispo de Fátima Venancio Pereira, que dijo,

«Marienfried y Fátima tienen la misión especial de Dios de llevar al mundo, a la Iglesia, a las personas y a la humanidad, la paz tanto deseada».  

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las casi desconocidas apariciones de Marienfried, que tienen un mensaje muy actual para nuestra época, y es considerada una de las mariofanías herederas de la de Fátima para el final de los tiempos.

La paz se alcanzará cuando la humanidad confíe en lo que nos ha estado diciendo la generala de la batalla, que nos lleva hacia Jesucristo. 

Y me gustaría preguntarte si consideras que el mensaje de Marienfried es para nuestra época o que ya pasó lo que Nuestra Señora nos quiso decir ahí. 

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