El Sagrado Corazón Aparece a dos monjas para Pedir Dos Devociones y ellas generan grandes milagros.
El culto al Sagrado Corazón de Jesús es una práctica profundamente arraigada en la tradición católica, que se manifiesta a través de varias devociones.
Dos son la consagración al Sagrado Corazón de personas, familias y países, y también Su Entronización en el hogar, como reconocimiento de que es el Rey y centro de la familia.
Y hay tres devociones que fueron pedidas específicamente por Él en apariciones.
Una es la Hora Santa en adoración ante el Santísimo Sacramento.
Otra es la comunión reparadora de los primeros 9 viernes de mes.
Y la tercera es el uso del sacramental Detente del Sagrado Corazón de Jesús.
Aquí nos detendremos sobre las apariciones, los mensajes, promesas y eficacia de las devociones de la comunión reparadora de los 9 primeros viernes y del Detente.
Sobre el Sagrado Corazón de Jesús hemos realizado varios videos que puedes ver en la descripción de éste.
Ahora, la devoción de los primeros viernes al Sagrado Corazón de Jesús se inicia a partir de una revelación de Jesús a la monja visitandina francesa Santa Margarita María de Alacoque, pidiéndole reparación por las injurias a Su corazón.
El 2 de julio de 1674, mientras que Santa Margarita María estaba rezando ante el Santísimo Sacramento, tuvo una visión de Jesús en gloria.
Sus cinco heridas brillan como soles, y luego le mostró su corazón en un fuego de amor por la humanidad, un amor que a menudo es ignorado o despreciado.
Le presentó el dolor de Su corazón diciendo,
“He aquí este corazón que, a pesar del ardiente amor por los hombres con el que está consumido y agotado, no tiene otra respuesta de la mayoría de los cristianos que el sacrilegio, el desprecio, la indiferencia y la ingratitud, incluso en el sacramento de mi amor, la Eucaristía”.
Y Él le pidió compensar la frialdad y la ingratitud, mediante una reparación especial al recibir la Santa Comunión, en particular los primeros viernes de cada mes.
Lo cual tomó forma en la devoción de consumir la eucaristía los primeros 9 viernes para compensar y reparar la falta de respeto e irreverencia hacia Dios.
Como consecuencia, luego Santa Margarita María sufriría todos los primeros viernes de mes la experiencia mística de la llaga del costado de Jesús, hasta su muerte.
¿Qué implica la devoción de los primeros viernes?
Recibir la santa comunión los primeros viernes de 9 meses consecutivos, lo que supone estar en gracia de Dios.
Y comulgar en reparación por los agravios e insultos al corazón de Jesús.
Y Jesús le dictó 12 promesas, la última de las cuales Santa Margarita María llamó la Gran Promesa.
Y que básicamente es que los devotos a esta devoción no morirán en desgracia.
“Yo les prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso les concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos: la gracia de la penitencia final; no morirán en desgracia ni sin recibir los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento”.
Para ganar esta gracia debemos entonces recibir sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos de mes.
Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
Y tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
Pero, si por alguna causa dejas de comulgar un solo primer viernes, debes empezar otra vez.
La otra devoción de la que queremos hablar es del Detente, que es la expresión gráfica del Sagrado Corazón.
El detente del Sagrado Corazón es un sacramental que se utiliza como un signo para buscar la protección divina.
Sirve como recordatorio constante de la fe y de la presencia de Dios.
Con él le decimos “detente”, en nombre de Jesús, al demonio y a toda maldad.
Se le conoce también como el “Pequeño Escapulario del Sagrado Corazón”, aunque no es, en el sentido estricto de la palabra, un escapulario.
Por lo tanto no necesita ni una bendición especial, ni una ceremonia o inscripción para usarlo, sólo basta hacerlo.
Suele ser un trozo de tela roja o blanca, en el que está impresa o bordada la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, a menudo con una cruz, una corona de espinas y llamas, que representan los sufrimientos de Jesús y su amor ardiente por la humanidad.
También lleva la inscripción «Detente, el Corazón de Jesús está conmigo» o alguna variación de esta frase.
Algunos católicos lo llevan consigo todo el tiempo, mientras que otros lo colocan en sus hogares o vehículos.
Originalmente proviene también de Santa Margarita María de Alacoque, a quién Jesús le pidió mandar a hacer unas placas de cobre, con la imagen de su Sagrado Corazón, para que se pusieran en las casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas.
Ella misma llevaba una sobre su pecho, debajo del hábito, e invitaba a sus novicias a hacer lo mismo.
Pero su popularización ocurrió medio siglo después.
En el año 1720 se produjo una terrible plaga en Marsella.
Y se popularizó el detente, al que se le llamó “Salvaguardia.
La forma que hoy tiene el detente surgió debido a la Venerable Ana Magdalena Rémuzat.
La humilde monja era una hermana de la visitación, continuadora del trabajo iniciado en el siglo anterior para promover la devoción y reparación al Sagrado Corazón de Jesús.
En una revelación de 1713, Jesús la inspiró a continuar el trabajo de Santa Margarita María de Alacoque.
En 1718, en una Marsella donde abundaba el pecado, Cristo apareció milagrosamente en el Santísimo Sacramento expuesto en la iglesia de los Padres Menores Conventuales, ante un grupo que estaba rezando las 40 horas antes de Cuaresma.
Y en ese momento le reveló a la hermana Ana Magdalena, que la ciudad de Marsella sería castigada si no se arrepentía de su inmoralidad.
Ana Magdalena confió este mensaje al Padre Milley, su director espiritual, que lo transmitió a Monseñor de Belsunce
Y en 1720 comenzó a suceder la tragedia, un barco del Medio Oriente trajo la peste bubónica, y se inició la Gran Plaga de Marsella.
Entonces, la superiora de la hermana Ana Magdalena le pidió que le preguntara a Jesús como deseaba que se honrara a su Sagrado Corazón, para que terminara la plaga de Marsella.
Y el Señor le dijo que quería una fiesta solemne para honrar a Su Sagrado Corazón, y que extendiera el uso del sacramental que ya le había recomendado a Santa Margarita María.
Por lo cual Ana Magdalena le dio la forma definitiva a lo que hoy es llamado el Detente y que en aquellos tiempos se llamaba salvaguardia.
Ella hizo miles de estos sacramentales, con la ayuda de las hermanas, y los repartieron por toda la ciudad y alrededores.
A partir de ese momento la enfermedad disminuyó gradualmente.
Pero la gente no reformó sus vidas y en 1722 reapareció la plaga.
Entonces el obispo de Belsunce ordenó procesiones para el Corpus Christi, la nueva fiesta del Sagrado Corazón y repartir más Detentes.
Los concejales de la ciudad de Marsella, que no habían asistido a la consagración ni a la misa de 1720, participaron esta vez en las procesiones de 1722.
Y la plaga entonces terminó por completo poco tiempo después.
Un año después, la hermana Ana Magdalena fue favorecida con una nueva visión de la Santísima Trinidad.
Y al año siguiente recibió los estigmas de la pasión de Jesucristo, que a petición suya permanecieron invisibles.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las apariciones y los mensajes de Jesucristo, que dieron forma a la devoción de los 9 primeros viernes y al Detente del Sagrado Corazón de Jesús.
Y me gustaría preguntarte si has realizado la comunión reparadora de los primeros 9 viernes de mes y si tienes un Detente.
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