¿Sabías que hay un árbol que se llama Árbol de la Virgen María?

¿Y que un descendiente de ese árbol sigue en pie, en el mismo lugar hasta nuestros días, después de 20 siglos?

La tradición cuenta que está en Egipto, donde la Sagrada Familia peregrinó durante un año o más para escapar de Herodes, que quería matar al Niño Jesús recién nacido.

En esa estancia en Egipto sucedieron varios milagros que son contados por los cristianos coptos, o sea los cristianos de Egipto.

Y algunos de ellos están relacionados con ese Árbol, que hoy es un lugar de gran atractivo turístico en El Cairo y un lugar de peregrinación para cristianos y musulmanes.

Aquí hablaremos sobre el Árbol de la Virgen María, como surgió, por qué se le dio ese nombre, su historia hasta nuestros días, los milagros que se produjeron en torno a él y donde está ubicado precisamente.  

El 18 de septiembre de 2022 concluyeron las reformas en El Cairo, del lugar donde las tradiciones cristianas y musulmanas dicen que se encuentra el llamado Árbol de la Virgen María.

Un antiguo sicómoro que sería el descendiente directo del árbol, que hizo las veces de refugio para la Sagrada Familia cuando su estancia en Egipto, y que reside en un barrio de lo que hoy es su capital, El Cairo.

El comienzo de la historia se remonta a los Reyes Magos, que guiados por la Estrella de Belén, habían llegado hasta Herodes para preguntarle por el Niño Rey que había nacido, ya que había viajado desde tierras lejanas para ofrendarle sus dones.

Herodes no conocía dónde había nacido, pero quería saberlo, y les alienta que lo fueran a buscar y luego vuelvan a él para decirle donde estaba. 

Pero advertidos desde el Cielo, los Reyes Magos no cumplieron su promesa de regresar con Herodes para decirle donde había nacido el Niño.

Por lo tanto Herodes mandó matar a todos los niños de dos años para abajo que vivían en Belén y sus alrededores, según Mateo 2:16.

Fue entonces cuando un Ángel se aparece en sueños a San José, diciéndole: «Levántate, toma contigo al niño y a Su madre y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para acabar con Él», Mateo 2:13.

El ángel les mandó refugiarse en un territorio de muchos recuerdos para una mente judía.

Un territorio que les recordaba el cautiverio en Egipto y Éxodo hacia la Tierra Prometida, en el que habían quedado asentadas varias comunidades judías que luego serían el germen de los cristianos coptos.

Territorio al que la presencia de la Sagrada Familia bendeciría durante su permanencia en esas tierras, transformándose en una especie de segunda Tierra Santa.

La Sagrada Escritura no nos habla de la duración de la estancia de la Sagrada Familia en Egipto ni de los lugares que bendijeron durante su viaje; los detalles y el itinerario del viaje se dejaron a la tradición.

La literatura apócrifa, o sea la que no forma parte del canon bíblico, especialmente el llamado Evangelio del Pseudo Mateo, relata que la estancia de la Sagrada Familia en Egipto habría durado un año, o quizás algún tiempo más.

Según la tradición, la Sagrada Familia habría entrado en Egipto cruzando el río Wadi al-Arish, que en realidad es un pequeño arroyo que forma una frontera natural entre Palestina y Egipto. 

A partir de ahí, su primera parada oficial fue en Tel Basta, donde fueron atacados por ladrones y se llevaron las sandalias de plata de Jesús. 

Los cristianos coptos sostienen que luego allí la Sagrada Familia pidió comida y agua y fueron rechazados, excepto por un granjero que llevó a la familia a su casa. 

Allí el Niño Jesús sanó a la mujer paralítica del granjero. 

Al día siguiente, el granjero llevó a la familia a un festival en honor a la diosa gato Bastet, pero tan pronto como María y el Niño entraron al templo, las estatuas de la diosa gato cayeron y se hicieron añicos.

Entonces Jesús creó un pozo en el templo, y aunque el pueblo se negó a convertirse, el pozo se convirtió en una fuente de curación para todos los que no lo rechazaron.

Luego la Sagrada Familia continuó el viaje, y cuando María se sintió fatigada por el calor del desierto, le dijo a José que quería descansar a la sombra de una palmera que divisaban.

Cuando María se sentó bajo la palmera, miró hacia la copa y la vio llena de frutos, y le dijo a José que le gustaría, si fuera posible, comer algún fruto, pero estaban muy alto.

Y entonces el Niño Jesús, que reposaba en el regazo de Su madre, dijo a la palmera, «agáchate árbol, y con tus frutos da algún refrigerio a Mi madre».

Cuando luego los paganos se enteraron de esto, la cortaron, pero las partes se unieron de nuevo en la noche siguiente y la palmera se erigió de nuevo. 

Los coptos aseguran que las marcas del corte se pueden ver hasta el día de hoy.

Más tarde, según cuenta la tradición, la Sagrada Familia realizó una parada bajo la sombra de un sicómoro, que es una especie de higuera con hojas parecidas a la morera.

Se dice que llegaron allí cuando intentaban escapar de dos bandidos que los perseguían, y el tronco del árbol abrió milagrosamente su corteza, permitiéndoles esconderse dentro y escapar de los ladrones.

La tradición afirma que encontraron refugio en el entorno del sicómoro por un tiempo, donde Jesús creó un pozo, lo bendijo y bebió de él, y en el que María se bañó más tarde y al propio Niño.

De modo que un pozo sagrado y un árbol sagrado marcan el lugar de parada de la Sagrada Familia en Matariya, que hoy es un barrio de El Cairo.

El nombre del barrio, Matariya, viene de la palabra latina mater o madre, y su nombre conmemora la presencia de la Virgen María.

Lo mismo que al sicómoro, que se le llama Árbol de la Virgen María.

La mística María Valtorta tuvo visiones sobre la estancia de la Sagrada Familia en Egipto, vio el desierto y una pirámide, y a esa zona le llamó Matarea.

Es uno de los lugares más sagrados para los cristianos católicos y coptos en Egipto, y también para los musulmanes.

Al año es visitado por millones de turistas.

Allí hay una iglesia católica dedicada a María, una mezquita de María, e incluso bloques de viviendas con el nombre de María.

En ese lugar también surgió un árbol balsámico durante la estancia de la Sagrada Familia, cuya corteza cuenta con propiedades medicinales, de la cual se extraería un elixir utilizado para elaborar perfumes y un aceite sagrado.

Cuenta la tradición que cuando la Virgen María lavó la ropa de Jesús en el manantial, el agua inundó el terreno cercano donde empezaron a crecer árboles de bálsamo.

De este árbol se dice que se prepara del Santo Mayron para los coptos, o sea el aceite sagrado que ha sido consagrado desde tiempos apostólicos de generación en generación, agregando un poco del aceite viejo al aceite nuevo, lo que crea la sucesión continua de la bendición desde los tiempos apostólicos hasta hoy.

La tradición también dice que este jardín sólo se podía regar con el agua del manantial que hizo surgir el Niño Jesús.

Y que podía ser cultivado únicamente por jardineros cristianos.

El árbol original, el sicómoro a cuya sombra se refugiaron María y el niño Jesús, murió en 1656. 

En ese momento un grupo de monjes franciscanos quitó algunas de sus ramas más sanas y las plantó.

Pero el segundo árbol también se marchitó y sus restos secos se exhiben hoy dentro de un área cercada en el jardín.

Pero se plantó una tercera generación del árbol en el patio de la cercana Iglesia de la Santísima Virgen María.

Y hace unos 50 años, se cortó una rama de ese árbol de tercera generación y se volvió a plantar en el sitio del primer árbol. 

Y allí creció hasta convertirse en un altísimo sicómoro de 10 metros que se mantiene en pie hoy y continúa dando frutos, y al que hoy se le llama Árbol de la Virgen María.

Allí han sucedido muchos milagros.

El más famoso sucedió durante la campaña egipcia de Napoleón.

Sus tropas, que luchaban contra el ejército otomano, lo usaron para curarse de una dolorosa enfermedad cutánea que se propagó entre sus filas.

Según la historia que ha llegado a nuestros días, uno de los sacerdotes que estaban a cargo del cuidado del árbol frotó la savia sobre las llagas de los soldados, que terminaron sanando. 

Y estos tallaron sus nombres en el árbol para conmemorar el milagro y todavía se pueden ver rastros de ellos allí.

En el año 2000, el árbol y el pozo junto a él fueron protegidos por un atractivo muro de cerramiento con una hermosa decoración interior.

Y el lugar fue renovado y ajardinado con motivo de la celebración de los dos mil años de la Huida de la Sagrada Familia a Egipto.

El Árbol de la Virgen María en Matariya, al igual que otros sitios en que estuvo la Sagrada Familia en Egipto, es venerado tanto por cristianos como por musulmanes, ya que María y Jesús también son santos en el Islam.

Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre cómo surgió el Árbol de la Virgen María, que hoy es un atractivo de peregrinación, situado en el barrio de El Cairo llamado Matariya, que está cercano al centro.

Y me gustaría preguntarte si conoces algún otro relato sobre la estancia de Sagrada Familia en Egipto o no. 

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