¿En el 2022 habrá habido una nueva postergación del Aviso?

Diversos místicos, santos y videntes han recibido el mensaje, de que Dios hará una intervención decisiva para que la humanidad vuelva a Él, a través de la iluminación de conciencia.

Donde comunicará a todos los seres humanos del planeta que Él existe y le mostrará los pecados que cometieron.

A esa intervención hoy le llamamos Aviso.

En los últimos años varios han intentado predecir cuándo será y se han equivocado una y otra vez.

Y no siempre se equivocaron por error en su cálculo, sino a veces también porque el Cielo había fijado una fecha y luego la pospuso.

Hay evidencias de que esto ha sucedido en más de una oportunidad según mensajes de Nuestra Señora.

Una de esas veces parece haber sido en 1984, y algunos predijeron que sería en 2021 o 2022, por lo quizás también se pospuso. 

Aquí hablaremos sobre las evidencias de que hubo una postergación del Aviso en 1984 y qué elementos conocemos sobre el momento en que Dios no tendría otra opción que mandar el Aviso a la humanidad.

Desde hace más de un siglo los habitantes del mundo se han separado aceleradamente de Dios, cada vez más a prisa en la medida que pasan las décadas.

Hemos presenciado cómo la separación se ha transformado en una rebelión en las últimas décadas: contra la vida que Dios creó, contra la moral que nos indicó, e incluso contra las características de los cuerpos con que Él nos diseñó.

Esta rebelión tiene seguramente un límite de «hasta aquí llegó» por parte de Dios, porque tenemos Su promesa de que intervendrá en el mundo en forma extraordinaria para que la gente vuelva a Él.

Tenemos la promesa de que triunfará el Inmaculado Corazón de María, lo que significa el triunfo de Jesucristo en el corazón de una parte decisiva de los seres humanos.

Y que a partir de eso vendrá un tiempo de paz, donde se restablecerá parte de lo que hemos perdido con el pecado original de la humanidad.

Incluso Nuestra Señora le puso un nombre a este pasaje que va desde un mundo rebelde a Dios a un mundo que vuelve a Él.

En las apariciones de Garabandal la Virgen le llamó el Final de los Tiempos y lo ubicó históricamente con la profecía de los Papas.

Dijo que después de la muerte de Juan XXIII quedaban sólo 4 papas hasta que comenzara el Final de los Tiempos.

Y que no significaba el final del mundo, por lo tanto no se refería a la Segunda Venida de Jesucristo, que sucederá al final de la Historia.

Ya pasaron Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

De modo que ya estaríamos cursando, o quizás por entrar, en el Final de los Tiempos, según cómo se interprete la renuncia de Benedicto XVI.

Y aunque la época en que Dios comience a recuperar la fe en el mundo probablemente se haya abierto luego de Benedicto XVI, todo esto debe verse como un proceso, en que habrá un hecho decisivo.

Porque Dios no actúa habitualmente como un mago, que con un chasquido de dedos hace que los incrédulos y apóstatas vuelvan a la fe, violando su libre albedrío.

O que un día se levanta y liquida a todos sus enemigos, dejando el tendal.

El Dios que se nos ha revelado en el Antiguo y el Nuevo Testamento no actúa así casi nunca, sino que es paciente y actúa paso a paso sin grandes saltos, va preparando el terreno.

Parece que es lo que prefiere.

Por ejemplo, cuando Jesucristo se encarnó hace 20 siglos y comenzó el trabajo para desarrollar una civilización cristiana, la evangelización fue un proceso de muchos siglos, con muchas generaciones de cristianos misionando por todas partes.

Y si bien Jesucristo mismo ha estado ayudando a los discípulos, como lo muestra Hechos de los Apóstoles, lo ha hecho sin intervenciones tan globales como puede ser el Aviso o Iluminación de Conciencia, que se ha profetizado que vendría a toda la humanidad.

Pero también no debemos olvidar que una vez tuvo una intervención absolutamente masiva, cuando produjo el diluvio que terminó con toda la civilización de un plumazo y comenzó de nuevo con las parejas que entraron en el Arca de Noé.

De este tipo masivo sería la intervención de Dios con el Aviso, algo absolutamente extraordinario que incluso sucederá una sola vez en la historia humana, según mensajes del Cielo.

Es como si Dios dijera, «he intentado de todo pacientemente, pero ahora ha llegado el punto en que esto tiene que parar».  

Esto nos debería hacer reflexionar sobre cuándo y cómo será el Aviso.

O sea, sobre qué bases Dios juzgará cuando debe enviar el Aviso a toda la humanidad.

Hasta ahora el camino de las predicciones de cuándo será el Aviso está sembrado de cadáveres de estimaciones equivocadas, basta recorrer un poco de internet.

Especialmente durante el período de la pandemia hubo algunos que predijeron que sería en tal fecha del 2021 o del 2022, y como ven que no se ha cumplido lo trasladarán para más adelante, jugando a acertar al tiro al blanco.

Debemos comprender primero la naturaleza del Aviso para poder interpretar el momento en que se dará.

Y entonces el principio fundamental es considerar que Dios no se regodea con el sufrimiento de los seres humanos.

Y el Aviso, aunque no será como el Castigo en su letalidad, será un momento de gran sufrimiento para los seres humanos.

Las niñas de Garabandal han dicho que si Nuestra Señora no les hubiera mostrado el Castigo, hubieran pensado que el Castigo era el Aviso.

¿Y por qué es esto?

Porque los pecados ocultos que Dios revelará a cada uno de nosotros serán algo muy doloroso, sobre todo cuando nos muestre el dolor que le causamos a otras personas y cómo los marcó en su vida.

Si hemos tenido la gracia de saber que el Aviso vendrá y cómo será, estaremos bastante preparados para soportar emocionalmente la revelación que Dios nos haga, pero no será un juego de niños.

Si hemos confesado esos pecados y los tenemos presente en la mente como errores graves, probablemente sea menos doloroso.

Pero lo cierto es que en algún momento Dios mandará el aviso y quizás suceda cuando las almas que se pierden sean más que las que se salven, cómo le fue dicho a la vidente española Marga en un mensaje.

Lo cual sintoniza con lo dicho por las niñas de Garabandal, de que el Aviso vendrá en el peor momento del mundo y la Iglesia.

Esto sería el «hasta aquí llegó» de Dios.

A veces pensamos que Dios está ansioso por enviarnos el Aviso, pero si fuera así ya lo hubiera enviado.

E incluso hay mensajes de Nuestra Señora diciendo que gracias a sus oraciones y sacrificios se ha pospuesto la intervención decisiva del cielo, señalando que el Cielo quiere agotar hasta el último recurso para enviar el Aviso.

La Santísima Virgen le dijo al Padre Gobbi por la década de los 80 del siglo pasado,

«Muchas veces he intervenido para retroceder más y más en el tiempo el comienzo de la gran prueba para la purificación de esta pobre humanidad, ahora poseída y dominada por los Espíritus del Mal». 

Y con el mismo temperamento Jesús ya le había dicho a Santa Faustina Kowalska,

«Yo estoy prolongando el tiempo de la misericordia por el bien de los pecadores.

Pero ¡ay de ellos si no reconocen este tiempo de mi visita!».

Y en el año 1984 el Padre Gobbi recibió un mensaje interesante de Nuestra Señora, precisamente en el año en que terminaron los 100 años de más poder otorgados al maligno por Jesucristo en 1884, con el fin de probar si podía destruir la Iglesia, según la visión que tuvo León XII.

La Virgen le dijo al Padre Gobbi,

«He tenido éxito de nuevo en posponer el momento del castigo decretado por la Justicia Divina para una humanidad que se ha vuelto peor que en el momento del diluvio».

Lo que hace acordar a la imagen del tercer secreto de Fátima donde dos ángeles amenazan con incendiar la Tierra al grito de penitencia, penitencia, pero las llamas se apagan ante la presencia de Nuestra Señora. 

Entonces el Padre Gobbi le reclama a la Virgen que no se cumplió lo que le había dicho a Él.

Y Ella le contesta el 21 de enero de 1984,

«No digas: ‘¡No se cumplió lo que nos habías anunciado!’, sino agradece conmigo al Padre Celestial porque, a través de la respuesta de la oración y de la consagración, a través de tu sufrimiento, a través del inmenso sufrimiento de tantos de mis pobres hijos, ha aplazado de nuevo el tiempo de la Justicia, para dejar florecer el tiempo de la gran Misericordia».

Y deberíamos acotar también que en este año de 1984 Juan Pablo II realizó la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, y el aplazamiento podría haber sido una especie de premio.

Todo esto indicaría que probablemente el Aviso estuviera previsto para 1984, pero fue pospuesto.

Y si leemos en detalle los mensajes de Nuestra Señora podremos ver que la intervención del Cielo se ha pospuesto otras veces más.

El Aviso vendrá cuando Dios juzgue que «ya no da para más», por lo que debemos tener fortaleza para soportar hasta ese momento, mientras nos preparamos para recibirlo. 

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre en qué momento Dios enviará el Aviso a la humanidad, que sería cuando se quede ya sin los recursos habituales, para salvar por lo menos a la mitad de los que mueren.  

Y me gustaría preguntarte si crees que el aviso estaba previsto para el año 2020 o 2022 y se pospuso, o no hubo tal cosa.  

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