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Virgen de Regla, España ( 8 de septiembre)

Vivía en este reino por el año 1330, un canónigo agustino de la comunidad de esta misma advocación mariana.
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Una noche, mientras oraba tuvo una visión: se le apareció una señora de rostro negro y con un niño en los brazos en la misma forma en que siglos antes había sido reverenciada, que le dijo: «Levántate y ve hacia el mediodía, hasta llegar al mar gaditano. Hace siglos que en sus playas se halla escondida una imagen mía tal cual ahora ves y quiero que sea restablecida en su capilla. Cuando llegues allá te será mostrado el sitio por una luz celestial.»

A 67 kilómetros de Cádiz está situada la villa marinera de Chipiona. En tiempos antiguos su puerto era muy visitado por barcos que venían de América cargados de oro y mercancías. Posee un magnífico santuario de estilo gótico donde se venera la Patrona del lugar, Nuestra Señora de Regla, cuya festividad se celebra el día 8 de septiembre.

Es un antiguo edificio reconstruido por los Duques de Montpensier y está situado sobre la ciudadela cedida por Ponce de León, dueño y señor de la población y del término, señor de los castillos de Chipiona y Rota y Duque de Arcos.

Se alza en el centro de la pequeña ensenada que forma el mar en esta parte de la costa, al sur de la punta de Chipiona, sobre uno de los bajos y arenosos promontorios que a lo largo del seno gaditano se descubren, conocido ya en tiempos de los fenicios y romanos, y paralelo con el faro que al NO se levanta airoso e imponente. Fundados en el hecho de descubrirse con frecuencia bajo las arenas de este promontorio restos de construcción fenicia y romana, se supone que en él estuvo asentado un templo dedicado a Venus.

Allí se venera a la Virgen de Regla. Una versión dice que la llamaron de Regla por ser éste el nombre de la imagen venerada en la catedral de León, de donde ellos procedían. Otra versión afirma que la Virgen inspiró a San Agustín su famosa regla, que ha servido para tantas órdenes religiosas y regido por muchos siglos casi todos los cabildos de las catedrales. Una tercera asegura que el significado de Virgen de Regla es, sencillamente, Virgen del lugar denominado Regla; algo así como si hoy dijésemos Virgen de Chipiona. Según esta última versión, no son válidos los argumentos de que Regla alude a la Regla monástica de San Agustín, o a que antiguamente tuviera la Virgen una regla en sus manos, como la representas conocidos cuadros renacentistas.

La imagen de la Virgen de Regla se encuentra en la villa de Chipiona, en la provincia de Cádiz, comunidad autónoma de Andalucía, en España.Se trata de una escultura de unos 62 cm de alto, realizada en madera en estilo gótico, que sigue la iconografía mariana de las Vírgenes Negras.

 

LA HISTORIA

La imagen tiene un origen muy antiguo, según todos los autores que han escrito acerca de ella. En lo que no coinciden es en la procedencia de la misma. Algunos la remontan a tiempos apostólicos, imaginándola obra de San Lucas y perteneciente a San Pablo, quien la entregó a su discípulo San Timoteo, de cuyas manos, con el transcurso de los años, vino a poder de San Agustín.

Otros creen que éste mandó construir la imagen en su pueblo natal, Tagaste, para colocarla en su oratorio privado de Hipona cuando el anciano obispo Valerio le asoció al gobierno de la iglesia de esta población. A la muerte de Valerio le sucedió Agustín, proclamado por el clero y el pueblo. Habiendo nacido en el año 354, San Agustín murió en la citada Hipona en el año 430.

Otros autores no encuentran fundamento a la teoría del origen agustiniano de esta imagen. Estudios iconográficos modernos señalan que la imagen data del siglo XIII, adelantándola algunos hasta el 1200, mientras para otros se aproxima más bien al 1300. Parece que en este año, o quizá antes, comenzó a venerarse en Chipiona.

En cuanto al origen de los milagros, aparece el primero en el Puerto de Santa María en el año 1338. El segundo se narra dos años después. Las mismas investigaciones iconográficas admiten la posibilidad de que la imagen fuese tallada fuera de la región. Sin embargo, la versión que está más difundida es la de que la imagen fue construida por encargo de San Agustín.

San Agustín, ante el sitio puesto por los vándalos a Hipona, pedía a Dios por su rebaño en aquellas circunstancias dolorosas. Ante la imagen que había mandado construir, oraba pidiendo fuerzas en la lucha que sostuvo contra los donatistas y maniqueos. Al tercer mes del sitio cayó enfermo de muerte, hecho que acaeció en el año 430. Su discípulo el diácono Cipriano, por indicación que le había hecho el santo durante su enfermedad, tomó la imagen y en una pequeña barquilla se hizo a la mar en compañía de otros monjes, huyendo de la vandálica persecución. Esto ocurría en el año 433.

El viento y los mares empujaron la embarcación hacia las costas de Chipiona, quedando embarrancada frente al promontorio donde hoy se halla el santuario y donde entonces habitaban unos pobres ermitaños que observaban las reglas de San Agustín. La imagen fue colocada en la pobre y humilde iglesia de sus ermitas, bajo los títulos de Virgen del Sagrario, Virgen Líbica o Bella Africana. También fue denominada Estrella de los Mares, pues había asistido y guiado en su navegación a los que la traían, salvándoles, primero, de la persecución vandálica y, después, del furor de las olas, ya que vinieron desde Africa sin más piloto y guía que la imagen que iba a bordo.

Doscientos sesenta y ocho años permanecieron los ermitaños dando culto a la Virgen, pero, al iniciarse el siglo VIII, llegaron a ellos rumores de una invasión que se avecinaba. Corría el año 711. Tarit-ben Zeyat penetró, por orden de Muza, en las costas andaluzas con un formidable ejército, sedientos de sangre cristiana.

Los ermitaños se vieron obligados a abandonar las ermitas y ocultaron la imagen en el seno de la tierra para librarla de la profanación sacrílega a que se veía expuesta por la invasión sarracena, que, pasando el Estrecho, se extendía por España sembrando la desolación y la muerte. El prior, llamado Simeón, propuso a los demás religiosos el medio de salvarla. Al pie de una de tantas higueras como por allí había, encontraron una cisterna que acondicionaron en forma de bóveda subterránea.

En su interior erigieron un pequeño altar y, sobre él, encerrada en una caja de incorruptible cedro, fue colocada la imagen juntamente con un cáliz, patena, vinajeras y ornamentos necesarios para la misa. Al lado de la caja suspendieron una pobre lámpara encendida, que era la misma que en la iglesia ardía ante la Virgen. Cubrieron luego la entrada del subterráneo con una gran roca, dejando así el recinto oculto a los infieles. Todo ello queda a unos treinta pasos del santuario de hoy. Posteriormente, es de suponer que los ermitaños se dispersarían, las ermitas quedarían destruidas por la piqueta del invasor, o por ambas cosas, perdiéndose poco a poco el recuerdo de la imagen y su paradero.

 

LA RE APARICIÓN DE LA IMAGEN

Por la Reconquista, España fue recobrando los antiguos reinos y ciudades. Uno de los primeros fue el de León. Hacia el siglo XIII, Fernando III recuperó casi toda Andalucía, apoderándose de Sevilla y de las poblaciones situadas sobre la margen del Guadalquivir entre ellas, Chipiona. León, al recobrar su libertad cristiana, consagró su catedral a Santa María de Regla.

Vivía en este reino por el año 1330, un canónigo agustino de la comunidad de esta misma advocación mariana. Una noche, mientras oraba tuvo una visión: se le apareció una señora de rostro negro y con un niño en los brazos en la misma forma en que siglos antes había sido reverenciada, que le dijo: «Levántate y ve hacia el mediodía, hasta llegar al mar gaditano. Hace siglos que en sus playas se halla escondida una imagen mía tal cual ahora ves y quiero que sea restablecida en su capilla. Cuando llegues allá te será mostrado el sitio por una luz celestial.»

El canónigo, con el permiso de sus superiores, se puso en camino y, después de largo y penoso viaje, llegó a orillas del Guadalete, próximo al Puerto de Santa María, y de allí, torciendo a la derecha, caminó playa adelante, hasta que, cansado y fatigado, y sintiendo el presentimiento de que se aproximaba al deseado lugar, llegó a un paraje en que abundaban los álamos, olmos, sauces, higueras y otros frondosos árboles.

Parecióle el sitio apropiado para descansar, dejando para el día siguiente la continuación del viaje. Recostóse al pie de una corpulenta higuera y, cuando estaba profundamente dormido, oyó una voz que decía: «Este es el sitio donde me hallo.» Despertó agitado y dirigió a uno y otro lado la vista, temeroso de ser víctima de una ilusión. Pero, salvo el rumor del oleaje, no oyó nada ni vio a nadie. Por segunda vez oyó las mismas palabras. No quedándole duda de que aquél era el término de su viaje, se postró en tierra, pidiendo a la Virgen le mostrase con más claridad el sitio donde se hallaba. Absorto estaba en su oración cuando vio descender de lo alto un globo de fuego que, fijándose en la higuera bajo la que había dormido, la iluminaba sin quemarla.

Convencido el canónigo de que bajo la higuera estaba la imagen, llamó a unos labradores y pescadores que por aquellos contornos residían en pobres chozas y, refiriéndoles la celestial visión, les pidió cavaran la tierra para buscarla. Bastante incrédulos a la revelación de aquel extraño, se convencieron al fin, movidos por la fuerza de la misteriosa luz que veían sobre la higuera. Trajeron varios instrumentos y con ellos rompieron parte de la higuera, y cavando la tierra descubrieron la gruesa piedra de blanco mármol con varias inscripciones, puestas por los ermitaños hacía más de seis siglos. Quitada la piedra, quedó descubierta la estancia y hallaron la lámpara encendida, el pequeño altar y, sobre el mismo, una caja de madera. El canónigo, puesto de rodillas ante la incorruptible caja, vio que repentinamente se abrió por sí sola, hallando dentro de ella los sagrados ornamentos, el cáliz y la patena, unas vinajeras de plomo, la cruz y, por último, la imagen de la Virgen con el niño en brazos, comprobando que era idéntica a la que se le había manifestado en León. Comprendió el canónigo que era voluntad de la Virgen que en el lugar de su aparición se le edificara un templo, para ser venerada por los fieles y derramar sobre ellos sus gracias y favores.

Del hallazgo dio cuenta en seguida al señor del lugar, don Pedro Ponce de León, cuarto de este nombre y segundo señor de Marchena, quien se apresuró a ir al mismo sitio de la aparición para ver con sus propios ojos tan raro suceso. Postrado don Pedro a los pies de la imagen, comprendió en su oración que la Virgen debía ser colocada en aquel lugar.

A unos 30 pasos al sur del lugar de la aparición existía un castillo que le pertenecía y que habían levantado los musulmanes durante su dominación, sobre las ruinas de las antiguas ermitas. Juzgó don Pedro que este castillo no debía ser suyo por más tiempo y, en su consecuencia, hizo en el acto verbal donación al canónigo, quedando así convertido en monasterio de canónigos reglares y templo de la Virgen lo que hasta entonces había sido fortaleza.

De este castillo quedaron basta 1895 las ruinas de un bastión que avanzaba hacia el mar y una parte de la muralla que iba a unirse con la de la huerta. El 10 de marzo de aquel año quedó derribada por un fuerte temporal la muralla de contención del edificio. Al ser levantada de nuevo modificóse bastante la forma antigua del promontorio de Regla.

El año de la aparición, que fue el de 1330, quedó el canónigo encargado de la custodia y culto a la Virgen, uniéndosele otros canónigos reglares de León y viviendo juntos en el Monasterio.

 

EL SANTUARIO

La leyenda y los documentos dan pié para señalar origen de la devoción a la Virgen de Regla al año 1330. La tradición refiere un asalto de naves musulmanas al Santuario en 1340, quizás próximo a la campaña del Salado. El primer documento escrito es de 1365. Y de 22 de abril de 1399 data lo que podemos llamar acta fundacional del monasterio. Por espacio de sesenta y nueve años permanecieron los canónigos en el Monasterio, hasta que en 1399. El entonces Duque de Arcos don Pedro Ponce de León, para que la imagen no quedase sin culto entregó al Monasterio el 22 de abril de dicho año a la Orden de San Agustín.

El impulso definitivo del santuario arranca con la llegada de los franciscanos en 1882, y dada las necesidades cada vez más imperiosas para dar culto a la Patrona de Chipiona, provocan que la reducida ermita sea insuficiente para atender la masiva afluencia de peregrinos. Será a fines del siglo XIX, concretamente en 1889, cuando aquélla comience a transformarse en una amplia iglesia. El proyecto inicial de esa reconstrucción tarda en hacerse realidad ante el elevado coste de las obras. Así, hasta el 1904 no se derriba el viejo santuario y se coloca la primera piedra del nuevo, que estará finalizado, salvo el campanario, en 1906. El estilo elegido es el neogótico.

Del 1942 data la construcción del Seminario y del 1947 la renovación del Humilladero, que nos recuerda la legendaria aparición de la Virgen de Regla.

Aspecto exterior de la iglesia

Ya hemos comentado que sustituye a la medieval y que sus obras se realizaron entre 1904 y 1906. Las trazas se deben a Fr. José Rodríguez y al arquitecto Antonio Arévalo.

El estilo elegido para la reconstrucción fue el neogótico. Se trataba de un anacronismo por las fechas de construcción, pues este estilo hizo furor en Europa entre 1830 y 1875 y fue sustituido en muchas regiones por el Modernismo. Para la Orden franciscana debió parecerle más en concordancia con el espíritu religioso.

Esto suponía la renovación de los principios del gótico y lo que ello conllevaba: cierto carácter romántico y, sobre todo, una vuelta a la fe y espiritualidad medieval perfectamente representadas en ese estilo con su predominio de la verticalidad. Suponía también una corriente histórica surgida como alternativa al neoclasicismo, especialmente en edificios religiosos.

Como características de este neogótico aplicables al santuario de Regla destacamos éstas: intentos de fusionar la belleza formal con la lógica constructiva, un aire noble y transparente aún a costa de perder fuerza creadora, la imitación de elementos arquitectónicos y decorativos, a veces sin necesidad estructural, entusiasmo por el arco apuntado, tracerías, nervaduras, rosetones, agujas, .. etc., de raigambre góticas.

De sus fachadas sobresale la oriental, correspondiente a los pies del templo. En ella destaca, imponente su portada compuesta por tres calles verticales.

Además de estas dos calles, la componen también dos cuerpos horizontales. Todos los elementos compositivos y ornamentales recuerdan, como decimos al gótico: arcos ojivales en puertas y ventanas, gablete central en aquélla, rosetón, contrafuertes con pináculos y agujas, etc. Destaca airosa la torre campanario con campanas entre vanos apuntados y remate piramidal calado.

En las fachadas laterales sobresalen los contrafuertes y sus pináculos entre las nueve ventanas geminadas abiertas sobre las naves laterales. El ábside repite el mismo esquema arquitectónico de macizos y vanos y la austeridad ornamental del resto.

Del exterior, además de la iglesia, conviene citar en la sencilla fachada oriental del monasterio propiamente dicho la portada compuesta por dos pilastras y una cornisa enmarcando el vano de medio punto que sirve de ingreso. Sobre ésta, la inscripción de «Año 1889» y el escudo franciscano.

Su interior

Su interior En su alzado destacan los pilares fasciculados que soportan los nervios de las bóvedas de crucería en las tres naves. El presbiterio se cubre con bóveda sexpartita mediante 4 arquillos apuntados que comunican ésta con las tribunas colocadas sobre las naves laterales aprovechando las diferentes alturas entre ambas. Todo el espacio interior de la iglesia se encuentra compartimentado en tramos, ocupando los dos traseros la entrada por los pies y el coro alto.

Todos los retablos, altares e imágenes veneradas son actuales, de escaso merito artistico y gran devoción popular. Debemos hacer, no obstante, un par de excepciones: la talla del Sto. Cristo de la Humildad y Paciencia, y por supuesto, Santa María de Regla, que preside el altar mayor del santuario.

Las vidrieras repartidas por toda la iglesia son de los años 1950 y representan imágenes marianas bajo distintas advocaciones. Destacan también dos barcos lampareros de plata ante el altar mayor y un organo de 21 registro en el coro alto.

El camarín decorado de pinturas neobarrocas al fresco, el adamascado de los muros, algunos jarrones japoneses y los cuadros alusivos a la legendaria aparición de la Virgen de Regla, debidas a Juan Laffita, pintado en 1933.

 

LA VELADA DE NUESTRA SEÑORA DE REGLA

Con motivo de la Festividad de la Virgen de Regla, el día 8 de Septiembre se celebra cada año, en el entorno del propio Santuario que lleva su nombre, una Velada que tradicionalmente significaba el fin de la temporada veraniega. Esta fiesta, que cuenta con gran arraigo entre los veraneantes, se convierte en un lugar apropiado para disfrutar de una copa de vino de la tierra y del mejor ambiente por sevillanas.

Algunos historiadores se remontan al 8 de Septiembre de 1608 como fecha de la primera salida de la procesión de la Virgen de Regla, aunque se tienen noticias de que en 1588 tuvo lugar una peregrinación organizada por Doña Ana Gómez de Silva y Mendoza, Duquesa de Medina Sidonia, para pedir por el éxito de su marido, que se encontraba luchando al frente de la Armada Invencible contra los ingleses.

Otra fecha importante es la del 2 de Agosto de 1948, cuando con motivo de la inauguración del Humilladero se lanza la idea de la Coronación de la Virgen.

Las Fiestas de Nuestra Señora de Regla tienen lugar en el Parque Público Blas Infante. El Miércoles 6 se abre con un Pasacalles de Gigantes y Cabezudos, al que seguirán actuaciones de cuadros de baile, canción española y rumbas. El Jueves habrá sitio para el humor y para más sevillanas y rumbas. El Viernes 8, a media tarde, es el momento en que se produce la Procesión de la Virgen de Regla. En la medianoche se lanzará un Castillo de Fuegos Artificiales desde la Playa de Regla. El Sábado y el Domingo también hay sitio para la canción española.

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virgen de regla

Virgen de Regla 2008, Chipiona – Salida desde el Templo ( parte 1 )

Procesión Virgen de Regla Coronada


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00 Todas las Advocaciones 09 Septiembre ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Nuestra Señora de la Encina, Leon, España ( 8 de septiembre)

El origen de la devoción a Nuestra Señora de la Encina tiene semejanza con otras muchas advocaciones: una imagen que se guardó para evitar una profanación y después de bastante tiempo fue hallada.
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La devoción de los pueblos del Bierzo a su Virgen de la Encina y la protección de Ella sobre estas gentes tuvieron su reconocimiento oficial por parte de la Iglesia en una Bula Pontificia de 1908 por la que se reconoce el Patronato de la Virgen sobre toda la comarca…

Encontramos un documento de 1707 en el que D. Jerónimo Ares de Bahamonde, sobrino de María Maldonado, persona ésta última curada milagrosamente por intercesión de la Virgen, nos dice:

«La imagen de Nuestra Señora de la Encina la trajo Santo Toribio, Obispo de Astorga, de Jerusalén, aproximadamente por el año 450, la dejó en Astorga donde estuvo más de 400 años, hasta que en tiempo de San Genadio, también Obispo de Astorga, en una entrada que hicieron los moros, la sacó de allí con una arqueta de reliquias, y la trajo a Ponferrada.

El territorio, que hoy ocupa la ciudad, era de encinas altas. Y ocultándola en una encina, perseveró en esta custodia casi trescientos años, hasta 1180.

En este tiempo los Templarios, señores de esta villa, fabricaron la fortaleza. El Rey de León les pone a lo largo del Camino de Santiago, para que protejan a los peregrinos.

En el encinar cercano el Puente de los Hierros, lugar peligroso para todas las caravanas, les permite construir su casa fuerte. Es el año 1178 y viene al frente de ellos el Maestre Fray Guido de la Guarda, en este año se establecieron en Ponferrada.

Entre el encinar y el río, al lado del camino, comenzaron la tarea: grandes muros con piedras de tamaños increíbles, diversas estancias, extrañas ventanas, la torre erguida y soberbia del homenaje.

Los bosques de las encinas les proporcionaban cuanta madera podrían invertir en su edificación.

Un 8 de Septiembre de un año cercano al 1200, los caballeros están derribando una gran encina, fue grande su sorpresa, cuando ven que sólo ha caído la mitad del árbol, la otra ha quedado en pie y en ella hay una imagen bizantina de la Virgen María con el Niño Jesús en los brazos. Tiene bajo sus plantas una arqueta y le sirven de marco y dosel las orillas del tronco resquebrajado. Se llamó desde un principio: Virgen de la Encina«.

 

EL TEMPLO

Poco después del hallazgo se levantó un templo en aquel lugar, con el paso del tiempo resultó insuficiente por la gran influencia de personas que llegaban al santuario y quedaban asombradas por no poder hallar cobijo en él.

Se vio la necesidad de derribarlo, no se sabe cómo era, alrededor de 1344 se consagró el segundo templo, que duró unos doscientos años, hasta que en 1572 fue destruido para dar paso al tercero, que es el actualmente existe.

No se sabe exactamente el lugar de la anterior iglesia, se han dado diferentes opiniones. Lo cierto es que la actual no se encuentra en el mismo sitio que la precedente, al menos el presbiterio y el crucero, pues, en algún tiempo coexistieron las dos, como se deduce de la autorización del 12 de marzo de 1571, que concedió el Obispo de Astorga, D. Diego Sarmiento de Sotomayor, al Abad de Carracedo para que, si lo creía oportuno procediese a la bendición de la iglesia nueva de Nuestra Señora de la Plaza (la Virgen de la Encina).

Procedió a la bendición el 24 de marzo del mismo año. También le da permiso para «derrocar» la iglesia vieja, para que con sus materiales «con más comodidad y presteza se acabe la dicha iglesia nueva».

La actual se comenzó con bellas formas y ambiciosas proporciones, más tarde, por razones ignoradas, las proporciones del templo tuvieron que ser reducidas y sus formas simplificadas.

No sucedió así con la torre comenzada su edificación en 1614, iniciada con unos planes sencillos fue ganando altura, resultando elevada y bellísima hasta el punto que ha merecido el nombre de «Giralda del Bierzo».

La planta de la iglesia es de cruz latina, el presbiterio y el crucero se cubren con bóvedas e crucería. En 1707 se construye el camarín de la Virgen detrás del presbiterio.

S.S. Pío Xll en 1958 declaró Basílica a la iglesia de Nuestra Señora de la Encina.

 

LA IMAGEN

En el interior del templo destaca el retablo mayor, construido hacia 1630. En 1640 lo doró y pintó el berciano Francisco Velázquez Vaca, en él se venera la imagen de la Virgen de la Encina, Patrona del Bierzo.

La imagen actual no es la que la tradición nos dice que trajo Santo Toribio de Jerusalén, pues, data del primer tercio del s. XVl. Es de talla, mide 88 centímetros, representa a la Virgen poco después del parto, con facciones casi de niña, su mirada es suave, tierna y pura; el Niño está en su regazo, como en los primeros meses rollizo, con la mirada suave, sin que mire a la Madre ni ésta al Niño.

La devoción de los pueblos del Bierzo a su Virgen de la Encina y la protección de Ella sobre estas gentes tuvieron su reconocimiento oficial por parte de la Iglesia en una Bula Pontificia expedida en Roma en el año 1908 por la que se reconoce el Patronato de la Virgen sobre toda la comarca y se autoriza para que se pueda coronar canónicamente. Acto que tuvo lugar el 8 de Septiembre de aquel mismo año en una Misa al aire libre en el «Campo de la Cruz», ya que el templo parroquial era pequeño para albergar a tanta gente, que asistió a la ceremonia.

La fiesta de la Virgen de la Encina dura todo Septiembre, con énfasis en el día 8.

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La Virgen de la Encina en el Poblado


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Nuestra Señora de Valvanera, La Rioja, España ( 8 de septiembre)

En la Rioja, ya desde el siglo IX, la Virgen se hizo roble, panal y fuente.
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Nuño Oñez, ladrón que supo dar marcha atrás en sus pasos y en su vida delincuente, se acercó hasta el monte de Valvanera donde en un frondoso y hueco roble descubrió la imagen mariana envuelta en un gran enjambre de abejas y refrescada a sus pies por un cristalino manantial.

Esta imagen, Patrona de la Rioja, es una de las más antiguas de España con ciertos rasgos del bizantino/visigótico.

Hoy, esta devoción, cuenta con el respaldo de la belleza del canto solemne de la Abadía de Benedictinos que secundan y acogen las numerosas peregrinaciones que hasta este monte, de casi 1000 metros de altura, ascienden. Allá, por el mes de septiembre, en la ciudad de Logroño ofrecen a la Virgen de Valvanera el primer mosto prensado de la vendimia. Su festividad es el 8 de septiembre

Extracto de la publicación: «Compuesta, y Ordenada de las memorias, que se conservan en el Archivo de dicho Santuario. La dá a luz el dicho Monasterio. CON LICENCIA: En Logroño: Por Josef Delgado, Impresor de la Ciudad, y del Santo Tribunal de la Inquisicion. Año de 1798.»

 

LOS MONTES DISTERCIOS

Tiene su asiento este Valle en el centro de los montes Distercios, en lo mas escabroso, y escarpado de sus senos. El sitio de Valvanera es tan aspero, tan quebrado, y de tan pocas conveniencias, que aun haciendo tantos siglos, que se habita, y le frecuentan los Fieles en numerosos concursos, siempre se mira intratable, y escabroso.

De la de Valvanera que fué aparecida en el Roble, y en el sitio donde hoy tiene su culto; mas donde se fabricó nadie hasta ahora lo ha sabido, si bien nuestra Historia antigua dá á entender vino del Cielo; pues dice fueron los Angeles los que la colocaron en el Roble.

Yepes dice, que no solo en tiempo de los Godos, sino en el de los Romanos, hubo en los Montes Distercios una Imagen de Maria, venerada. Y aun cuando Leovigildo vino á Cantabria, y ganó la Ciudad, que habia de este nombre, visitó su Santuario : como tambien mucho antes le visitó S. Atanasio. Por los años de 535 consta, que habia yá Convento de Valvanera, habitado por personas Religiosas.

El celebre, y Santisimo Monasterio de Valvanera, tiene origen, y principio de un famoso Ladron llamado Munio, á quien la Virgen Santisima se le apareció, y le dixo buscase una Imagen suya, que estaba oculta en un Roble, y colocada en su hueco por manos Angelicales».

 

EL LADRÓN NUÑO

Este fué Nuño, natural de la villa de Montenegro en la Sierra, que dista cuatro leguas de nuestro Monasterio. Era escandalo, y terror detoda la republica, y aborrecido de ella, la dexó para serlo de toda la omarca. Diose á ladron Vandolero, y salteador de Caminos :nadie vivia seguro de su insolencia: y audacia.

Estando un dia engolfado en estas, y otras maldades, advirtió que un Labrador iba por un camino con dos Bueyes á sembrar una eredad. Notó sus pasos zeloso, y secretamente fué siguiendo sus pisadas con intencion de quitarle los dos bueyes, el trigo que llevaba, y la vida, si hallaba resistencia.

Llegó este a su eredad, y antes de comenzar los surcos, y entregar á la tierra el grano que llevaba, sepuso de rodillas con devocion y ternura, y mirando al Cielo, hizo la señal de la Cruz, expresando sus deseos á la piedad Divina de esta forma:

«En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espiritu Santo, Omnipotente Dios Criador del Cielo y Tierra, que todo lo producisteis de la nada: ser servido que los granos de trigo que en esta eredad reparta, de tal manera produzcan, fructifiquen, y se aumenten, que con su cosecha pueda lograr yo sustentar mi familia, los Ministros de la Iglesia, y los Pobres, y con la bendicion de vuestra misericordia no falte á nadie el sustento; para que de esta suerte vuestro nombre sea alabado, y bendito de todos, ahora, y siempre. Amen Jesus.»

Esta devota Oracion del Labrador inocente embuelta en poderosos y divinos impulsos de la gracia, fué para nuestro Nuño acerado eslabon, que hiriendo en el pedernal de su alma endurecida, levantó tantos fuegos del Divino amor, que no caviendo yá en su pecho enternecido, llegandose á los pies humilde, y afectuoso. Manifestóle su intento contra su via, y hacienda, y le pidió perdon con las mas cariñosas expresiones, que le dictó su pena, dolor, y arrepentimiento. Escuchóle compasivo el Labrador, y le perdonó la ofensa, exortandole al dolor de sus pecados, verdadera penitencia, y enmienda de su vida.

 

LA CONVERSIÓN DE NUÑO

Andando Nuño en estos suspiros penitentes, dicurria entre los Montes, y asperezas del sitio el mas acomodado para ocultar al mundo, y exercitarse en llorar sus culpas. Yà sea por acaso, ó providencia Divina, encontró con el mejor que le pareció à proposito para sus santos designios, y fué una Cueva, que aun oy se conserva con el nombre de Trombalos, media legua distante de la villa de Anguiano en la Rivera del Rio Naxerilla.

Entró en su concavidad, y registró sus senos muy horribles, admirolos y animoso, determinó pasar en ellos lo restante de su vida. Aqui vivió algunos dias solitario, sin tener mas sustento, que las yerbas del campo, y el pan del dolor, y lagrimas de su vida pasada; y acordandose tenia un niño de seis à siete años, que dexaba en su lugar de Montenegro, expuesto á dar en los vicios, que él habia tenido, determinó salir de la Cueva, é ir à buscarle con la cautela, y silencio que le dictó su prudencia. Traxoselo consigo, y enseñandole el camino de la vida christiana con palabras, y exemplos de sus crueles penitencias lo intruyó en todo á su gusto en el camino del Cielo.

 

LA DESGRACIA DEL HIJO DE NUÑO

Serviale el Niño de compañia, y alivio; pues salia á los Lugares comarcanos á pedir sustento para si, y para su Padre, lo que hacia con presteza, y mucha gracia, trayendo sus limosnas; mas la Magestad Divina, queriendo recrearse en Nuño como en Abrahan, dispuso un dia, que el Niño al subir por la escala, que era aspera, y penosa, se deslizó en sus pasos, y dió con su Cuerpecito á rodar la peña abaxo y no paró hasta el Rio, al que llegó hecho pedazos de los golpes.

Notó Nuño la falta de su hijo, procurando buscarle, salió de su retiro. Baxó al Rio, y en su orilla, vió señales de su muerte. Asustóse, y buscando su cadaver, le halló al pie de la peña. Pusose de rodillas compasivo, y hechos sus ojos dos fuentes de lagrimas: dixo mirando al Cielo:
«Ay Dios, y Jesus mio ! Bien veo, que soy la causa, de que me envieis este, y otros muchos castigos, y es justo, que yo pague la pena de lo mucho que os tengo ofendido; y pues disponeis piadoso la muerte de esta inocente Criatura, para que yo en ella tenga el dolor, que como Padre es natural; disponed, que sea victima sacrificada en las aras de vuestra misericordia para satisfaccion de mis pecados, y perdonad Clementisimo si excedo en el sentimiento.»

Con esto reprimió las lagrimas, y dispuso el cadaver, dandole sepultura conforme á su devocion, y christiandad, y recogiendo su espiritu á la Oracion, y exercicios penitentes, dió á Dios las gracias rendido a su alta Providencia, siempre ordenada al bien de nuestras almas. Pero Dios compasivo de su rigor, y aspereza, dispuso consolarle, haciendo que un Sacerdote, Domingo, natural y vecino de la Villa de Brieba, le buscase, no solo para verle, sino para vivir en su santa compañia.

 

LA IMAGEN DE LA VIRGEN MARÍA

Dispusieron sus santos execicios, de modo, que uno á otro se ayudasen y dispuso la Providencia Divina dàr á Nuño la comision, y el encargo de descubrir el tesoro de la Imagen de MARIA, que ocultaban los Montes, y Valle de Valvanera, y fué en la forma siguiente.

Y acaeciendo, que un dia estuviese solo Nuño en Oracion en su Cueva, la ilustró una luz del Cielo, en la que se le anunció la invencion de nuestra Reyna. Hablóle interiormente un Angel, y le dixo:
«Dexa estos riscos, sal de esta estrechura, y sube por lo aspero, y oculto de estos Montes Rio arriba, hasta llegar al Valle, que llaman de la Venas. En él cerca de un Peñasco, al Mediodia, hallarás un Roble, que en la corpulencia de su tronco, y ramas excede a todos. De su raiz, verás que nace una Fuente cristalina, y el hueco de su tronco hace enjambre un exercito de Avejas, que con su labor ostentan mil panales de dulzura. Sobre él admirarás un hermoso simulacro de la Reyna de los Cielos, tan parecido á su Original, tan prodigioso, y bello, que juzgues ser el mismo: tan portentoso, y tan afable, hermoso, y resplandeciente, que con solo él se ilustran estas Sierra, y exceden en riquezas á todo el mundo. La Divina Providencia, quiere que se descubra este Tesoro escondido, para refugio, y socorro de esta tierra. No te detengas, parte á gozar de esta dicha, y dar un feliz dia á tus Paysanos. Despues se te dirá lo que resta hasta que veas logrados todos los fines que Dios tiene en hacer tan singular favor á esta Comarca».

Escuchó Nuño atento estas voces en el oido interior de su alma, y obedeciente á su impulso, sin poner algun reparo se fue del sitio donde oraba, se puso de rodillas y encomendó al Señor dirigiese sus pasos. Llegó al fin, á donde llaman el Prado del Arvejal, de donde aun con dificultad, se divisba el Peñasco, y el Roble, que le dieron por señales del hallazgo. El Peñasco erizado, horrendo, y ostentoso, y alegre en el verdor de sus hojas.

No pudo contener el impetuoso mar de su ternura, y devocion de su espiritu al vér aquella planta tan hermosa, tan ufana, y tan alegre; y puesto de rodillas con lagrimas en sus ojos exclamó:
«O Arbol de la vida, que este debe ser tu nombre, pues tienes en tus entrañas la Madre de la Gracia! O Planta felicisima, que tal fruto produces! O Gloria mia, y centro de mis dichas! Facilitad Dios mio, los medios, para que yo goce de tan dulce sombra.»

Previnose Devoto, y poniendose en pie, empezó á trepar las Cuesta, que hay desde el Arvejal hasta donde estaba el Roble.

Ocurrió Dios, disponiendo por su alta Providencia, que el Sacerdote Domingo dió con la huella, y señales, que dexó Nuño, al subir valle arriba. Siguió sus pasos, y llegó hasta el sitio en que pudo vér tambien el Roble hermoso y su amigo Nuño le dió entera noticia del favor que le habia hecho el Cielo en la revelacion del hallazgo de la Imagen de Maria. Subiendo sobre el tronco del Arbol advirtieron que impedia el sacar la Imagen el Enjambre de Avejas, y la obra de sus panales; los quitaron, y registrando el hueco, salió un resplandor de luz, que los bañó en dulzuras, y deseos encendidos de llegar á sacar la Santa Imagen.

Detuvieronse un poco en oracion, suplicando humildes á la Reyna del Cielo, se dignase permitirles sacar su sagrado Vulto de aquel hueco. Emprendieron su obra, y Nuño suplicó á Domingo, que él por ser Sacerdote, llegase á tocar la Imagen, y sacarla de aquel encerramiento. Executólo Domingo, y sin afan, ni trabajo, asiendo el sagrado Vulto, le sacó sin molestia, para que conociese no era peso material, sino peso de Gloria el de la Santa Imagen.

Baxaronla del Roble y pasaron aquella noche en oracion, y asistencia de la Imagen, y en ella reveló un Angel á Nuño, que al otro dia volviese a registrar el Roble, pues aun guardaba en sus senos otras preciosidades. Executólo asi, y hallo en él una Urna, que ocultaba muy preciososas Reliquias. No se atrevió él á abrirla sino que reverente se la llevó á Domingo para que la registrase, y el halló un pedazo de la Cruz, en que Christo redimió la linage humano. Un trozo de la Mesa en que Christo instituyó el augusto Sacramento del Altar, y cenó con sus Discipulos. Cabellos de la Cabeza de Maria Santisima: y leche virginal de sus sagrados pechos, Reliquias todas, que hoy se conservan en este Santuario.

Oficiosos y Devotos fabricaron trono, y Altar á la Imagen, es tan estrecho, que pudieron extender poco su alvergue: pero en lo dilatado de los senos de su amor le dispusieron magnifico.

 

LA HERMANA DE NUÑO

La primera que vino fué Coloma hermana de nuestro Nuño, que sabiendo la maerced, que Dios le habia hecho, llegó exalada por vér la Imagen, y su hermano. Pero tuvo el acaso de que llegando á vista del Santuario, ocupada de las sombras de la noche, sintió un grave dolor de ojos, y conoció ciertamente haber quedado ciega dando lastimosos gemidos.

Pero Dios providenció que al tiempo, que ella se lamentaba, estuvise Domingo fuera del Oratorio de la Virgen, oyese sus lamentos llegó hasta la orilla del arroyo. Revistióse del valor de fé, y confianza en Dios; y le conjuró diciendo: «De parte de Dios te mando, que me digas quien eres; y en el nombre de Jesus, digas: qué buscas en esta soledad?»

Entraron en el Oratorio, y puestos todos tres en presencia de la Imagen, le rogaron consolase á aquella pobre enferma : Coloma mas fervorosa como mas necesitada, empezó en esta forma á implorar el amparo de Maria:
«Benignisima Señora, y piadosisima Madre, consuelo, y amparo sois de todos los Pecadores: medicina , y alivio de todos los afligidos. Aqui teneis, Señora, esta ciega afligida. Compadeceos de mi, y dad vista a mis ojos; y ellos sean los primeros en que empeceis á mostrar vuestras misericordias. Merezca yo, Señora, mirar vuestra hermosura, para que con su vista os alabe Bendita, os reconozca Benigna por mi siempre Bienhechora, mi amparo, mi consuelo y medicina.»

Aun no huvo bien acabado con esta Oracion Coloma, quando Nuño, y Domingo advirtieron se desprendia del rostro de la Imagen un resplandor lucidisimo, que llegó hasta los ojos de la ciega; y al instante se sintió restituida á su vista perdida con la perfeccion que antes. Empezó alborozada á dar voces de placer, y de alabanza por la merced recibida.

Poco tiempo gozó Coloma de la salud dé la vista; porque le sobrevino muy en breve aquella misma noche un ardiente calentura, con que ella fatigada, y Nuño cuydadoso quedaron desconsolados. Con este susto Nuño se volvió al Oratorio, y postrado a los pies de la Reyna del Cielo, invocó su proteccion y alivio en la enfermedad de Coloma, y recogido en espiritu, le habló Dios, manifestandole era su disposicion que su Hermana, no saliese de aquel sitio y que dentro de tres dias moriria.

Este fué el fin de Coloma, con que quiso Dios premiar sus trabajos de esta vida; y la Reyna del Cielo pagarle su devocion en venir á visitar la en su Soberana Imagen. Exercitando á Nuño en paciencia y sufrimiento, para que asi mas, y mas se encendiese su Espiritu en el amor Divino. Y fué asi; porque al vér, que la Cueva de Trombalos le quitó Dios el hijo, y en Valvanera la hermana, espanta las penitencias, y continua oracion, á que se dió abrasado en amor de las cosas celestiales, como se dirá despues, qando se retiró á la Cueva de los Alambres. Sepultaron el cuerpo de Coloma á los pies del Altar, en que la Reyna del Cielo presidia, y alli yace esperando la Resurreccion futura, como tambien su Hermano.

 

SE DIFUNDE EL MILAGRO

El notable suceso de Coloma, inmediato á la Invencion de la Soberana Imagen, llenó toda la Comarca de grande admiracion y devocion; tanto que de todas partes comenzaron á venir Gentes devotas á visitar la Imagen; pero con el suceso temeroso no se atrevian á entrar las mugeres en el santo Oratorio, sino que se quedaban á distancia de él de donde podian verle, y de allí hacian su oracion, y sus súplicas á la Soberana Imagen: por lo que aun hoy se conservan señalados los sitios con sus Cruces, desde donde se registra el Monasterio.

Admitieron algunos, que juzgaron á proposito, y con vocacion perfecta : y en breve tiempo llegó á estar poblado el Valle de mas de cien Hermitaños, que en vida solitaria, metidos en sus Cuevas, y Tugurios eran admiracion á toda la Comarca, y agradable á Dios su vida penitente. Viviendo á la inclemencia de los tiempos, y si otro sustento, que un pedazo de pan, y las yerbas del campo, concurriendo al Oratorio, solo los dias festivos á oir Misa, y aprender de los exortos, y platicas Espirituales que Nuño, y Domingo les hacian.

Con el retiro de estos á hacer vida solitaria muchos trageron Devotos los haberes, que tenian: y como allá en tiempo de los Apostoles los ofrecian gustosos. Con ellos y su trabajo empezaron a adornar el Oratorio, aliñar la Santa Imagen, y fabricar y ampliar el hueco de la Peña, de suerte que formaron una mediana Hermita, en la que Nuño y Domingo asistian de continuo, y los demás en la quiebras de los riscos y las peñas, que habia en el Desierto.

En este tiempo dispuso la Divina Providencia, viniese San Atanasio á nuestra España, como yá queda dicho, de resulta del Concilio Sardicense. Noticioso Atanasio de una y otra maravilla, é informado de la vida solitaria, que en Valvanera se hacia, acordandose del tiempo en que él practicò esta vida, Discipulo de S. Antonio en los Desiertos de Egipto; se resolvió a subir á Valvanera á visitar la Imagen de Maria, y los Monges solitarios, para sosegar su fatigado espiritu, y practicar con ellos las virtudes que habia aprendido en la Tebayda.

No por eso se excusó San Atanasio de exercer su magisterio, como ni el de cuidar del temporal edificio del Templo y abitacion para ellos: Ideó, que la Iglesia se fabricase en el sitio, en que se halló la Imagen, y dispuso, que el Oratorio en que antes estaba colocada debaxo de la Peña, se destinase á Hermita, para un santo Crucifixo, que él dispuso fabricar de las ramas del Roble, que es el que hoy persevera.

Hizo fabricar la Capilla para la Santa Imagen, encañando la fuente por medio de la Iglesia y saliese á desahogar sus cristales por debaxo la puerta al Mediodia. Dispuso tambien la fabrica de una decente vivienda, aunque pobre, y reducida, en la que para si, y los Peregrinos se hizo la Cocina, que hasta hoy se conserva con el nombre de San Atanasio, y en ella se vé el Milagro de no aumentarse la Ceniza, por meritos del Santo, como se dirá despues.

 

EL MONASTERIO

El monasterio ha permanecido habitado de forma constante hasta nuestros días, excepto por la Exclaustración de Mendizábal (1853-1883). Toribio Minguella tiene un lugar destacado en la restauración. Inicia, con los frailes del Monasterio de San Millán de Yuso, una campaña de predicaciones por toda La Rioja promoviendo la vuelta de la imagen y avivando la devoción a la advocación de la Virgen de Valvanera. Tiburcio Lanas animado por sus palabras inicia la reconstrucción de las ruinas del edificio, tarea en la que es ayudado más tarde por otros voluntarios. Al final de sus días escribió el libro «Historia de Valvanera».

Los edificios más antiguos conservados hoy en día, son la torre románica y la iglesia.

La primera iglesia visigótica se construiría en el siglo X con la llegada de los primeros ermitaños, esta sería sucedida por otra pre-románica consagrada en el 1073 por el Obispo Fortunio, siendo rey Sancho Garcés IV de Navarra. Tras esta se construyó una iglesia románica consagrada por Rodrigo, Obispo de Calahorra el 16 de septiembre de 1183.

La actual es del gótico tardío y en ella se venera a la Virgen de Valvanera, patrona de la Rioja.

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Virgen de Valvanera patrona de La Rioja.

Nuestra Señora de Valvanera

Valvanera La Rioja España


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00 Todas las Advocaciones 09 Septiembre ADVOCACIONES Y APARICIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María

Santa María de la Victoria de Málaga, España ( 8 de septiembre)

Los reyes católicos llevaban intentando conquistar la ciudad desde hacia tres meses y no lo conseguían. Don Fernando tuvo sueño en que un anciano intercedía ante la Virgen de su oratorio para que diese la victoria a las tropas cristianas. Ese mismo día llegaron a las estancias reales unos religiosos que traían un mensaje esperanzador: «Que no tratasen de levantar el cerco de Málaga porque dentro de tres días de su llegada había de ser Dios servido de les entregase la ciudad en sus manos, dándoles victoria ala iguala de sus deseos». Así sucedió en el s. XV.

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Durante el asedio de Málaga, en el campamento cristiano, don Fernando el Católico veneraba la imagen que sería más tarde Patrona de la Ciudad. Se trataba de una bella talla que había recibido del Emperador Maximiliano I, padre del futuro rey de España, Felipe el Hermoso, enviada como regalo desde Flandes. La imagen es efectivamente del siglo XV. Ante ésta se oró, sin duda, por el triunfo. A Ella se atribuye el éxito de la empresa. Por eso, al pié de la escultura se grabó la inscripción que todavía puede leerse «Santa María de la Victoria».

La Salve ante Ella se canta todos los sábados después del rezo del Rosario, históricamente hace referencia a la reconquista de la Ciudad. La costumbre fue establecida por el Obispo de Málaga Don Luis García de Haro (desde 1587 a 1797), porque tanto al comienzo del asedio (7 de mayo de 1487) como la rendición (18 de agosto de 1487) había tenido lugar en sábado, el día semanal dedicado a la memoria de María.

En 1654 hizo juramento la Ciudad, ante el Obispo, Cardenal Don Alonso de la Cueva y Carrillo «de creer, enseñar y defender en público y en secreto el Misterio de la Inmaculada Concepción», siendo entonces Corregidor Don Diego Fernández de Córdoba y Ponce de León.

Oficialmente declarada Patrona Principal de toda la Diócesis de Málaga, por Breve de SS Pío IX, fechado en 12 de diciembre de 1867. Coronada canónicamente por el Núncio de SS, Don Cayetano Cicognani, el 8 de febrero de 1943, siendo Obispo de Málaga Don Balbino Santos y Olivera. En abril de 2007 fue concedido por el Papa Benedicto XVI el título de Basílica Menor al templo donde se encuentra Santa maría de la Victoria.

 

LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN

Los reyes católicos llevaban intentando conquistar la ciudad desde hacia tres meses y no lo conseguían. El cansancio y la desconfianza eran mayores, no sabían si levantar el cerco o continuar hasta la rendición de los mahometanos malagueños.

El rey poseía en su oratorio una imagen de la Virgen, regalada por el emperador Maximiliano de Austria. Estaba descansando Don Fernando y se quedó dormido, en su sueño, un anciano intercedía ante la Virgen de su oratorio para que diese la victoria a las tropas cristianas.

Ese mismo día llegaron a las estancias reales unos religiosos enviados por San Francisco de Paula, para pedir el permiso de fundar en España la Orden de los frailes Mínimos (orden de mendicantes, principios de caridad).

Además de eso, los frailes traían un mensaje esperanzador: «Que no tratasen de levantar el cerco de Málaga porque dentro de tres días de su llegada había de ser Dios servido de les entregase la ciudad en sus manos, dándoles victoria ala iguala de sus deseos». Así sucedió.

De esta forma, tras una ofensiva desesperada de los musulmanes, los católicos consiguieron conquistar la ciudad el 18 de agosto de 1487, quedando unidas para siempre la historia de la ciudad con la imagen de la Virgen, llamándose desde aquel día: Victoria.

Desde aquel 19 de Agosto, la virgen que tenía Fernando en su oratorio, fue bautizada como la virgen de la Victoria, título que mandó grabar a sus pies: «Santa María de la Victoria», como aún hoy en día podemos leer.

Los Reyes mandaron construir una ermita en el lugar donde tuvo su tienda el rey Fernando, donde fue depositada la imagen siendo encargado de su custodia el ermitaño Bartolomé Coloma.

 

LA IMAGEN

La escultura de la Virgen de la Victoria, está realizada en madera de álamo policromada, sentada sobre roca y con niño sobre el regazo. Su autoría es una incógnita, si bien se barajan hipótesis entorno a Pedro Millán y Juan de Figueroa (siglo XV). Destaca su frontalidad de gran empaque mayestático, rostro oval de serena expresión realista, pliegues angulosos de los vestidos y a los pies la inscripción gotizante de finales del siglo XV (SANTAMDLAVICTORIA).

La virgen lleva corona, cetro en la mano derecha y un pajarillo en la mano izquierda. En otras épocas la virgen iba cubierta de sayas y mantos bordados, durante el siglo XX comenzaron a no utilizarse estas prendas.

El niño, sentado sobre la virgen, se encuentra en actitud de bendecir. En épocas pasadas se situaba sentado a los pies de la Virgen.

Tras los procesos de restauración a los que se vio sometida la imagen en 1996, se descubrió que en su origen se encontraba hueca y rebajada en su reverso.

La policromía que podemos observar en la obra tal y como la hemos conocido los contemporáneos, son fruto de una restauración sufrida en el siglo XVIII, si bien es cierto que aún conserva restos de su policromía original.

En los estudios previos a la restauración, se aprecia que la alteración más significativa que presentaba en el soporte era la incidencia de dos tipos de ataques de insectos xilófagos. Además la policromía presentaba suciedad superficial, estucos superpuestos, levantamientos, lagunas y desgastes.

Santa María de la Victoria cuenta con un gran número de enseres y joyas que ha ido recibiendo de manos de sus hijos a través de donaciones y demás. Podemos señalar algunos de ellos con un listado de enseres:
• Un manto, donación de los Reyes Católicos
• Un bastón que se cree que perteneció a Francisco de Paula
• Un manto, regalo de Anita Delgado, Maharaní de Kapurtala
• Un manto, regalo del marqués de la Foronda
• Un manto, regalo de Isabel II
• Un juego de coronas de oro, impuestas en la Coronación Canónica
• Un dosel, de las monjas de San Carlos
• Guión de la hermandad, bordado por Juan Rosén, realizado con motivo del cincuentenario de la Coronación (1993)
• Ropa de cultos de María Domenech
• Diversos enseres de orfebrería Brihuega y Martos
• Destacado lugar merecen las Medallas de la Ciudad y de la Agrupación de Cofradías.

 

BASÍLICA Y REAL SANTUARIO DE SANTA MARÍA DE LA VICTORIA

El Real Santuario es levantado en 1487 en la Huerta de Acíbar. Junto al Cerro del humilladero (actualmente Monte Calvario).

La Basílica y Real Santuario de Santa María de la Victoria de Málaga se encuentra en el lugar donde el rey Fernando el Católico tenía su campamento durante el asedio y toma de la ciudad en 1487.

Hasta entonces puerto clave del reino nazarí de Granada. Se construyó para
albergar la imagen de Santa María de la Victoria.

Asimismo es una iglesia con gran fervor cofrade debido a ser o haber sido sede de diversas hermandades de la Semana Santa en Málaga.

Entregada a la ciudad la imagen de la Virgen del oratorio del rey como Patrona (a la imagen se le atribuía una intervención tan milagrosa como decisiva), se edificó en el mismo lugar del campamento una ermita custodiada por el ermitaño Bartolomé de Coloma. En 1493, la capilla pasa a manos de los Mínimos, quienes edifican junto a la misma un convento y una iglesia, de la que sólo quedan algunos restos en la actualidad. La iglesia fue bendecida el viernes 22 de abril de 1518.

La primitiva iglesia se construyó a principios del XVI y el estado en que se encontraba a fines del siglo XVII no soportaría la construcción de nuevos añadidos y ampliaciones, lo que aconsejó que se derribara y en su lugar se levantara otra de nueva planta, durando las obras desde 1693 hasta 1700, fecha en que se inaugura la nueva iglesia.

Desde el punto de vista arquitectónico, lo más destacado del conjunto es la torre camarín, uno de los primeros en construirse en España a semejanza del de Guadalupe o el de la Virgen de los Desamparados en Valencia.

Entre las obras escultóricas destacan la propia talla de Santa maría de la Victoria, obra de Jorge Fernández Alemán; el retablo de San Francisco de Paula, de Luis Ortiz de Vargas; la Virgen en Belén, de Jerónimo Gómez de Hermosilla, de la segunda mitad del siglo XVII; la Virgen de las Ánimas, de Niño de Guevara; y sobre todas las citadas, una Dolorosa de Pedro de Mena.

El 2 de noviembre de 1691, comenzó la construcción del camarín a Santa María de la Victoria siendo sufragadas las obras por Don José Guerrero, Conde de Buenavista y ante el mal estado en el que se encontraba el templo, a pesar de sus continuas reformas, se decantaron por demoler el edificio y reconstruirlo.

La iglesia actual fue sufragada por el Conde de Buenavista. En su exterior destaca la arquería exterior y la espadaña campanario. En 1700, la excelsa Patrona era trasladada a su camarín. El camarín posee unas vistosas yeserías que fueron realizadas entre 1694/5 y están atribuidas a Felipe de Unzurrúnzaga. Entre otras cosas, el Conde mecenas, también rascó su bolsillo para pagar dos panteones: (que se encuentran bajo el camarín) uno para él y su familia y otro para la comunidad. Son unos de los más tétricos de Andalucía a consecuencia de su decoración de fondo negro sobre el que sobresalen esqueletos y figuras de la muerte en escayola blanca. Recuerda el conjunto a las danzas de la muerte medievales. Debe interpretarse como exposición del discurso barroco sobre la muerte.

Tras sufrir desamortizaciones, expolios y demás en la postguerra, se llevo a cabo una gran restauración, afectando esta en mayor medida al Camarín y concluyendo en 1942. En 1994 el santuario en su conjunto es declarado Bien de Interés Cultural. El 25 de abril del año 2007, la ciudad de Málaga conocía la noticia de la concesión por parte del Vaticano del título de Basílica para el Real Santuario.

El retablo es del siglo XVII y esta compuesto por escenas de la vida de San Francisco de Paula, en su centro se abre un arco que da paso al camarín de Santa María de la Victoria.

 

LOS CULTOS

Podemos comenzar hablando de la Romería que organiza todos los años la Federación malagueña de Peñas el primer día de la feria para hacer una ofrenda floral a la Patrona, tras una misa culminada con bailes por malagueñas en el interior del templo.

Ya no hay culto hasta el último sábado del mes de Agosto, que se realiza tras una misa en su honor, la bajada de la Sagrada imagen desde su Camarín hasta un pequeño trono de traslado en que al día siguiente será bajada en rosario de la aurora hasta la Catedral donde tendrá lugar la solemne novena, la cual cada año es predicada por un sacerdote distinto.

Cada día de novena hay una serie de invitados, siendo el día que más llama la atención, el que se dan cita los miembros de las diferentes peñas, ya que realizan una ofrenda floral a la virgen que se encuentra expuesta en el altar mayor de la catedral , de manos de las reinas de las casetas de cada una de las diferentes peñas, que van ataviadas con sus bandas y coronas.

Otro culto no menos significativo, es el que se lleva a cabo en el mes de mayo. Son las peregrinaciones. Consisten en visitas de diferentes representaciones de entidades que por diferentes motivos pueden estar vinculadas a la cuidad de málaga y a su Patrona.

El culto más importante es sin duda alguna la procesión que realiza el día 8 de septiembre, día de la Natividad de Nuestra Señora, desde la Santa Iglesia Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Encarnación hasta su Real Santuario.

En su vuelta a casa la Patrona no va sola. La acompañan representaciones de todas las hermandades de la ciudad, así como de diferentes entidades malacitanas, destacando entre ellas los representantes del pueblo malagueño,(equipo de gobierno de la ciudad) bajo mazas.

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Virgen de la Victoria 2007

SANTA MARÍA DE LA VICTORIA MÁLAGA 2007

Victoria – Málaga A Su Virgen De La Victoria


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Santa María del Coro, San Sebastian, España ( 8 de septiembre)

Cuenta la leyenda, que esta imagen estaba al principio en el coro y que uno de los clérigos de la iglesia subía cada día a rezar ante ella.
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Hasta que un día, se cansó de tanto subir y bajar y decidió llevar la talla a su casa para venerarla allí. No obstante, al llegar a la puerta se quedó inmóvil y no pudo salir del templo. Desde entonces, la imagen está situada en el altar principal

Situado al pie del Monte Urgull y junto al puerto, en la parte vieja de la ciudad, se encuentra el Santuario de Ntra. Sra. del Coro, que alberga a la patrona de la ciudad, la Virgen del Coro. Es una bella escultura de los siglos XV-XVI, según Adrián Loyarte cronista de la ciudad, quien la describe minuciosamente.

Tiene 40 centímetros de altura, bien tallada en madera, su rostro óvalo perfecto, de expresión dulcísima, de serena atracción, la cabeza coronada. Está de pie, el Niño lleva una de las manitas a la boca, exactamente igual que las Vírgenes de Donatello.

La imagen fue colocada en el retablo y camarín actual en el año 1750 y fue recubierta en plata en 1756; en 1960 tuvo que ser restaurada por Lizarraga al hallarse carcomida.

¿Cuál es el hecho inicial de la devoción a la Virgen del Coro?. Son varias las hipótesis, bien pudo ser encontrada en el mar, habiéndola perdido alguna nave; más lógica parece la procedencia italiana que señala Adrián Loyarte: ”debe su origen a las expediciones que nuestra gente verificaba a Italia”.

Loyarte intenta probar la antigüedad de la imagen: «ya el año 1611 la secular devoción donostierra, vestía gloriosamente la milagrosa Virgen de mantos riquísimos y muy variados”. Precisamente los mantos serán prueba de su antigüedad para Loyarte. San Sebastián ha tenido repetidos incendios, y la documentación ha sido robada o quemada por la invasión anglo-portuguesa el 31 de agosto de 1813.

El nombre de Ntra. Sra. del Coro le viene de haber estado históricamente en el coro, en la cima del facistol, como solía suceder también en otros lugares. Muchos coros solían estar presididos por una imagen de la Virgen María, y ante ellas se cantaban diariamente las antífonas marianas “Salve Regina” y otras. Los sucesivos cambios de lugar del coro llevaron al final la imagen al retablo principal de Santa María. La imagen fue trasladada al lugar preferente del retablo central en el siglo XVIII.

Cuenta la leyenda, que esta imagen estaba al principio en el coro y que uno de los clérigos de la iglesia subía cada día a rezar ante ella. Hasta que un día, se cansó de tanto subir y bajar y decidió llevar la talla a su casa para venerarla allí. No obstante, al llegar a la puerta se quedó inmóvil y no pudo salir del templo. Desde entonces, la imagen está situada en el altar principal.

La Virgen del Coro es descendida anualmente de su camarín el día 8 de septiembre. Uno de los momentos importantes es la visita del ayuntamiento de San Sebastián, ceremonia que se celebra desde el año 1689, con excepciones. La imagen fue coronada oficialmente el 8 de septiembre de 1940.

 

LA BASÍLICA

La basílica de Santa María del Coro es la iglesia de Donostia-San Sebastián que más creyentes atrae. Se construyó en el siglo XVIII, siguiendo el diseño de Pedro Ignacio de Lizardi. Situado a los pies del monte Urgull, entre la Calle Mayor y la calle de 31 de Agosto, dice la historia que fue uno de los pocos edificios que se salvó del incendio de 1813.

La inauguración de este templo se realizó en 1774, aunque hacía diez años que habían terminado de construir la parte más importante. En aquella época, la moda marcaba moldes barrocos en la arquitectura, por lo que ése es el estilo que más se aprecia. No obstante, también se pueden ver aún restos románicos y góticos de una antigua iglesia ubicada en ese mismo lugar.

En cuanto a la estructura, posee planta de salón dividida en tres naves. La del centro es algo más amplia que las laterales y termina en un ábside semicircular. Cada parte de la iglesia tiene una cubierta distinta: las naves, por ejemplo, están cubiertas por bóvedas de crucería, el presbiterio tiene bóveda de horno y existen también bóvedas vaídas nervadas. Por último, el crucero está cerrado por una cúpula.

En el exterior, la fachada principal es la única que pueden ver los visitantes, debido a que en el resto de los lados tiene pegadas otras construcciones de la Parte Vieja. La portada se estructuró y decoró como si fuera un retablo, siguiendo la línea de las iglesias coloniales de América Latina. De hecho, la financiación de esta iglesia corrió a cargo de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, por lo que en algunos aspectos se aprecian influencias llegadas del otro lado del Atlántico.

Se aprecian tres partes bien diferenciadas en esta portada en la que domina el estilo churrigueresco: la parte central (ricamente decorada con relieves) y las dos torres simétricas, algo más adelantadas.

La iconografía elegida da a conocer varios fragmentos de la vida de la Virgen María (la ascensión…). Asimismo, se colocó la imagen de San Sebastián (patrón de la ciudad) en una hornacina superior.

La iglesia cuenta con ocho altares y retablos que merecen una atención especial. Tres de ellos (incluido el retablo mayor) son clasicistas, otros tres realizados en estilo rococó y los dos últimos de corte neoclásico.

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Iglesia de Santa Maria del Coro


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00 Todas las Advocaciones 09 Septiembre ADVOCACIONES Y APARICIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María

Virgen de la Caridad del Cobre, Cuba ( 8 de septiembre)

Alrededor del año 1612 o a los inicios de 1613, fueron a buscar sal en la bahía de Nipe dos hermanos indios y un negrito de nueve o diez años.

Se llamaban respectivamente Juan de Hoyos, Rodrigo de Hoyos y Juan Moreno, conocidos por la tradición como «los tres Juanes». Mientras iban por la sal ocurrió la aparición de la estatua de la Virgen.

He aquí el relato de Juan Moreno, dado en 1687, cuando tenía ochenta y cinco años:…
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«…habiendo ranchado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo Francés antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para la dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podía ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios «parece una niña», y en estos discursos, llegados, reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decían: «Yo soy la Virgen de la Caridad», y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas. Y en esto, llenos de alegría, cogieron sólo tres tercios de sal y se vinieron para el Hato de Barajagua…»

El administrador del término Real de Minas de Cobre, Don Francisco Sánchez de Moya, ordenó levantar una ermita para colocar la imagen y estableció a Rodrigo de Hoyos como capellán.

Una noche Rodrigo fue a visitar a la Virgen y notó que no estaba allí. Se organizó una búsqueda sin éxito. A la mañana siguiente, y para la sorpresa de todos, la Virgen estaba de nuevo en su altar, sin que se pudiera explicar, ya que la puerta de la ermita había permanecido cerrada toda la noche.

El hecho se repitió dos o tres veces más hasta que los de Barajagua pensaron que la Virgen quería cambiar de lugar. Así se trasladó en procesión, con gran pena para ellos, al Templo Parroquial del Cobre. La Virgen fue recibida con repique de campanas y gran alegría en su nueva casa, donde la situaron sobre el altar mayor. Así llegó a conocerse como la Virgen de la Caridad del Cobre.

En el Cobre se repitió la desaparición de la Virgen. Pensaron entonces que ella quería estar sobre las montañas de la Sierra Maestra. Esto se confirmó cuando una niña llamada Apolonia subió hasta el cerro de las minas de cobre donde trabajaba su madre. La niña iba persiguiendo mariposas y recogiendo flores cuando, sobre la cima de una de las montañas vio a la Virgen de la Caridad.

La noticia de la pequeña Apolonia causó gran revuelo. Unos creían, otros no, pero la niña se mantuvo firme en su testimonio. Allí llevaron a la Virgen.
Desde la aparición de la estatua, la devoción a la Virgen de la Caridad se propagó con asombrosa rapidez por toda la isla a pesar de las difíciles comunicaciones.

Fue en el Cobre, en 1801, que los mineros, alentados por el Padre Alejandro Ascanio, obtienen la libertad por Real Cédula del 7 de abril.
Con los años se adquirió un recinto mayor para construir un nuevo santuario que pudiese acoger al creciente número de peregrinos, haciéndose la inauguración, con el traslado de la Virgen el día 8 de Septiembre de 1927.

Durante la guerra de independencia, las tropas se encomendaban a la Virgen de la Caridad. No es que se pueda ver a la Virgen como una aliada en la guerra. Mas bien ella, como madre, sufre y se preocupa de todos, busca la paz entre sus hijos, finalmente cuando los corazones no le permiten otra cosa, busca atenuar los odios y fomentar la reconciliación y el perdón.

Después de la guerra de independencia, los veteranos pidieron al Papa que declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. En documento firmado el día 10 de Mayo de 1916 por el Cardenal Obispo de Hostia, Su Santidad Benedicto XV accedió a la petición, declarando a la Virgen de la Caridad del Cobre Patrona Principal de la República de Cuba y fijando su festividad el 8 de Septiembre.

En 1977, el Papa Pablo VI eleva a la dignidad de Basílica al Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

Durante los meses de preparación para la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, diez imágenes peregrinas de la Virgen de la Caridad recorrieron las distintas diócesis del país con gran respuesta del pueblo.

La Virgen de la Caridad fue coronada por S.S. Juan Pablo II como Reina y Patrona de Cuba el sábado 24 de Enero de 1998, durante la Santa Misa que celebró en su visita apostólica a Santiago de Cuba.

 

LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE EN EL EXILIO

Los cubanos exilados en Miami, habiendo sufrido enormemente por la separación o muertes en sus familias, por la pérdida de la patria y de todo lo que tenían, se preparaban para la primera celebración de la Fiesta de la Virgen de la Caridad en el exilio. Por eso deseaban tener una imagen adecuada de la Virgen.

Providencialmente, el mismo 8 de septiembre, de 1961, mientras ya miles se reunían en el Estadio de Miami para celebrar la Misa, llegó al aeropuerto de esta ciudad la imagen de la Virgen de la Caridad procedente de Cuba. Era la imagen de la Parroquia de Guanabo en la Arquidiócesis de la Habana. Había sido asilada en la embajada de Italia y pasada por la Encargada de Negocios de Panamá a su embajada por petición de los cubanos. Aquella celebración de profunda emoción, presidida por el Arzobispo de Miami, se hizo una tradición que continúa hasta el día de hoy.

Después de la primera celebración, la Virgen comenzó un recorrido de los campamentos para los niños cubanos exilados que se encontraban sin sus padres. La Arquidiócesis de Miami acogió y cuidó de catorce mil niños en aquellos primeros años de exilio.

Los cubanos se organizaron para construir una Ermita a la Virgen de la Caridad en el exilio. La primera piedra de la capilla provisional se puso el 20 de mayo, de 1967 y se celebró la Santa Misa.

El 21 de mayo, de 1968 el Arzobispo Carrol de Miami, ordena la fundación de la Cofradía de la Virgen de la Caridad para reunir a los devotos para honrar a la Virgen y con ella evangelizar. En el mismo año comenzaron las peregrinaciones de los 126 municipios de Cuba que han continuado organizadamente desde entonces.

El 2 de diciembre, de 1971 se dedicó la Ermita de la Virgen de la Caridad. Presidió el cardenal Kroll, Arzobispo de Philadelfia, entonces presidente de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos, con la presencia del Arzobispo Carroll de Miami y los obispos Boza Masvidal (exilado de Cuba) y Gracida.

En septiembre de 1987, al visitar el Santo Padre Juan Pablo II a Miami, la imagen de la Virgen de la Caridad se trasladó a la residencia del Arzobispo McCarthy para presidir la Capilla privada del Santo Padre. El Papa, en su homilía, hizo mención de la Virgen de la Caridad.

Miami cuenta con ciudadanos de todos los países hispanos. Desde los años 80, además de los municipios cubanos, peregrinan también a la ermita de la Virgen de la Caridad de forma organizada, todos los países hermanos de la hispanidad durante el mes de octubre.

Arzobispo McCarthy, el 14 de mayo, de 1994 consagró solemnemente el altar de la Ermita que debajo guarda visiblemente la primera piedra. Esta piedra contiene tierra de las distintas provincias de Cuba que se fundieron con agua que llegó en una balsa en la cual perecieron los quince tripulantes que buscaban escapar de Cuba.

Las ermita fue ampliada y se añadió una preciosa capilla del Santísimo que fue bendecida por el Arzobispo de Miami, Juan C. Favalora el 21 de mayo, fiesta de la Ascensión del Señor. En la Santa Misa que el Arzobispo celebró ese día en la ermita, elevo la cofradía a Archicofradía de Nuestra Señora de la Caridad.

Los devotos de la Virgen han logrado propagar no solo la devoción a la Virgen de la Caridad, sino hacer de la Ermita un centro de evangelización de irradiación mundial. El instrumento principal de la Virgen para la obra de la Ermita ha sido desde el principio Monseñor Agustín Román, hoy obispo auxiliar de Miami, siempre ayudado por las Hermanas de la Caridad que ministran en la Ermita y la Archicofradía.

 

EL SANTUARIO NACIONAL DEL COBRE
El Santuario Nacional del Cobre, sobre La Maboa, está a unos 20 kilómetros de Santiago de Cuba, fue inaugurado en 1927. Está ubicado en el antiguo poblado de Santiago del Prado, hoy El Cobre, por las minas de ese mineral que durante siglos se explotaron.

El lugar resguarda a la Virgen de la Caridad del Cobre, Reina y Patrona de Cuba.

La vida del poblado, además de la limitada actividad minera, está relacionada estrechamente con el culto a la Patrona de Cuba, coronada en enero de 1998 por Su Santidad el Papa Juan Pablo II, con un ambiente característico de un lugar destinado al peregrinaje.

La construcción actual fue inaugurada el 8 de septiembre de 1927, y su escalinata de acceso, dos años después.

En 1977, el Papa Pablo VI eleva el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre a la dignidad de Basílica.

Desde el punto de vista arquitectónico, se emplazó en una elevación dominante. Es un templo de tres naves, con fachada principal simétrica y su cuerpo central rematado por una cúpula.

Las naves laterales están flanqueadas por torres campanarios más bajas. El realce decorativo de la fachada se enfatiza con el rosetón central, pilastras adosadas y ventanales.

En el interior, los vitrales insertados en arcos ojivales, describen la aparición de la Virgen.

Posee un amplio atrio y por la parte posterior se accede a la sala de ex votos que contiene ofrendas de todo tipo.

El actual Santuario del Cobre, que ofrece misa cada mañana tiene un altar de plata maciza y otros objetos ornamentales de gran valor. Debajo del Camarín de la Virgen se encuentra la denominada Capilla de los Milagros, un pequeño recinto donde los creyentes depositan disímiles ofrendas: joyas de oro y piedras preciosas, muletas, entre otras riquezas de valores.

En el piso superior y por dos escalinatas, se accede al Altar Mayor de mármol de Carrara, donde se venera a la Virgen.

La propia imagen de la Santa Virgen, colocada en su Camarín, descansa rodeada de flores y esencias, con el niño Jesús en su brazo izquierdo y una cruz en el derecho, en una espera paciente a los fieles que acuden a rendirle tributo y esperan de ella el cumplimiento de las promesas formuladas.

Unas 500 personas acuden al lugar cada día. Los peregrinos se llevan consigo diminutas piedras de la mina, donde brillan las partículas de cobre y las conservan en sus casas en vasos de agua, bolsillos o bolsos, como protección contra los males o quizás como buena luz para el futuro personal y familiar.

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La Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba

Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, Santiago de Cuba

Ermita de la Caridad del Cobre, Miami Florida U.S.A.


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00 Todas las Advocaciones 09 Septiembre ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Virgen del Valle, Venezuela ( 8 de septiembre)

Los margariteños habían depositado sus esperanzas en el poder divino de su Virgen. El pueblo fervoroso elevó sus plegarias en procesión, llevando a la madre de Dios por los miserables caseríos inmersos en la sequía y la desesperación… y ocurrió el milagro..!
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El cielo se oscureció de nubes cargadas de humedad, y un fuerte aguacero, como nunca antes, colmó los áridos campos que volvieron a la vida… A partir de entonces, la Virgen vela por la felicidad de los margariteños, y es la encargada de asegurar el agua de lluvia

La Virgen del Valle es la patrona de los pueblos Neoespartanos, en Venezuela; y Catamarqueños, Argentina. También lo es de varias ciudades españolas.

Los españoles habían fundado en la isla de Cubagua, en lo que hoy es Venezuela, la ciudad de Nueva Cádiz. La cual se desarrolló rápidamente gracias a la extracción de perlas.

Para el 25 de diciembre de 1541 un huracán arrasó toda la ciudad, incluso con la Iglesia de Santiago que guardaba la imagen. Los pobladores rescataron la imagen y de allí pasó a Isla Margarita.

La Virgen del Valle es también conocida como la Patrona de los marineros, que la llaman en oriente «la más tierna y dulce de las madres» y siempre la invocan antes de zarpar o lanzar la red.

De acuerdo con la tradición religiosa, la Virgen del Valle es considerada como la patrona del oriente de Venezuela, siendo venerada con especial devoción en la isla de Margarita.

La coronación canónica la concedió Pío X el 15 de agosto de 1910. Al año siguiente se realizó en las manos del obispo de Guayana Antonio María Durán, 8 de septiembre de 1911.

 

COMO LLEGA LA VIRGEN A VENEZUELA

En los inicios de la conquista los españoles fundaron en la isla de Cubagua, la ciudad de Nueva Cádiz. En poco tiempo dicha ciudad creció vertiginosamente derivado de la extracción de perlas que abundaban en sus mares.

Cuando Cubagua estaba en pleno desarrollo, encargaron para una de las dos iglesias de aquella isla, probablemente para la parroquial de Santiago, una piadosa imagen de la madre de Dios, en su privilegio y representación de Inmaculada Concepción o de Purísima, según expresión general de todos los fieles.

Si tenemos la plena y absoluta certeza de que la imagen de Nuestra Señora del Valle, que entonces designaban de la Purísima, llegó al principio a la isla de Cubagua, no hemos podido fijar la fecha exacta de su arribo a esta isla; presumimos, sin embargo, que haya sido anterior al año de 1530.

Cuenta la historia, que algún anónimo artista español del siglo VI, modeló en madera sus facciones de rostro angelical junto a brazos y manos, como un conjunto armonioso de la representación de “La Purísima”, y sus elementos sostenidos con listones del mismo material, para darle la apariencia de la Inmaculada Concepción madre de Jesús

Algunos historiadores aducen que la llegada de la Madre de Dios debió suceder el 20 de octubre de 1529, por lo que Nuestra Señora del Valle ostentaría el privilegio de ser la imagen religiosa más antigua del Continente y su Ermita, el primer santuario cristiano del Nuevo Mundo.

La venerada Imagen sería solemnemente bendecida y entronizada en el templo de la pequeña isla por el virtuoso padre D. Antonio Meléndez, que en aquellos años era el beneficiario de aquel curato, o más posiblemente, por el vicario de la isla, el presbítero Francisco de Villacorta.

La isla de Cubagua pasó por terribles y varias destrucciones, que obligaron a sus vecinos a pasarse para Margarita, donde su párroco, Francisco de Villacorta, había poblado la Villa del Espíritu Santo.

El 25 de diciembre de 1541, un terrible ciclón arrasó la Nueva Cádiz, haciendo víctimas y destruyendo la totalidad de sus casas, incluso la parroquial de Santiago. Tampoco conocemos el año del traslado de la Imagen desde Nueva Cádiz para la isla de Margarita, pero presumimos hubo de ser, a más tardar, en el año de 1542, cuando se pasaron para aquella isla gran parte de sus vecinos, llevándose consigo las cosas de su propiedad.

Como muchos de los enseres de la iglesia parroquial fueron trasladados para Margarita, la misma suerte tendría entonces la imagen de la Purísima. Unos vecinos se la llevarían entonces, con otros efectos de la iglesia cubaguense, para el Valle del Espíritu Santo y la depositaron en la ermita que por tener tierras en sus inmediaciones o ser ellos quienes desde muchos años antes existía en aquel lugar, posiblemente habrían sufragado su adquisición.

 

LOS MILAGROS

A la Virgen del Valle acuden los nativos de la isla y aún de todo el país, tal es su renombre, para interpretar su gracia, siendo verdaderamente abrumador el cúmulo de ex-votos, por lo general de oro, que figuran en su basílica. Se le hacen promesas, algunas raras, como la de ir «nadando» sobre la explanada que la circunda, cierto número de metros, a veces centenares.

No es de extrañar que los «milagros» o relatos de prodigios, sean un tema de conversación y enfervorizamiento y aún formen parte del folklore de la isla.

Por lo que toca a los milagros, no solamente se cuentan de la Virgen, sino que hay otros como el que relata la leyenda del Cristo de Pampatar, que viniendo a bordo, su imagen, de un navío español, con destino a otro puerto, se desató una tempestad, que seguida de otras, obligó al capitán a dejar el Cristo que manifestaba, decían de esta manera, su inquebrantable voluntad de ser Pampateño.

 

EL MILAGRO DE LA LLUVIA

Margarita no posee ríos, y sus pocas elevaciones impiden que las nubes se detengan en su tránsito sobre la isla… Las pocas lluvias son características en Margarita… Pero nunca como a comienzos del 1600, cuando un fenómeno natural impidió que cayera una sola gota de agua.

En esa oportunidad la sequía se extendió por años… Prácticamente todo se acabó: los animales morían y no se podía cultivar… Pero aún así, los margariteños estaban empeñados en no abandonar su isla… El mar era lo único que les proporcionaba alimentos, y la poca agua que podían trasladar desde tierra firme una vez a la semana, colmaban la desesperación de los miserables pueblos… Pero con el tiempo, muchos pescadores emigraron hacia otros lugares… Hasta que llegó el momento de decidir el destino de los habitantes que aún quedaban en la isla… En ese momento de desesperación, donde todo estaba agotado, los margariteños imploran por un milagro a la Virgen del Valle.

Ahora los margariteños habían depositados sus esperanzas en el poder divino de su Virgen. El pueblo fervoroso elevó sus plegarias en procesión, llevando a la madre de Dios por los miserables caseríos inmersos en la sequía y la desesperación… y ocurrió el milagro..! El cielo se oscureció de nubes cargadas de humedad, y un fuerte aguacero, como nunca antes, colmó los áridos campos que volvieron a la vida… A partir de entonces, la Virgen vela por la felicidad de los margariteños, y es la encargada de asegurar el agua de lluvia que, desde ese día, no ha dejado de regar los campos, ya que la isla no posee ríos… y desde ese milagroso día, la Virgen no se ha visto obligada a abandonar su templo en el Valle del Espíritu Santo, para peregrinar por los pueblos margariteños.

 

EL MILAGRO DE LA PERLA

Un humilde pescador de nombre Domingo, nativo de Punda, como todas las mañanas, se sumergió en las profundidades del mar en busca de las codiciadas perlas que hicieron célebre la isla de Cubagua, y que motivaron la conquista en esta parte del continente por parte de los españoles… De pronto..! cuando revisaba el manto de coral, fue alcanzado por la filosa púa de una furiosa manta raya que rondaba los criaderos de ostras… Como pudo…. salió a la superficie y llegó sangrante a la orillas, donde fue atendido por los lugareños que, en vano, intentaron parar la infección que había cangrenado la pierna… De nada sirvieron los remedios para sanar su herida… La pierna se le ulceró hasta la rodilla y sólo su amputación podía salvarle la vida… Pero ello era peor que la muerte misma para un hombre que vivía del mar y necesitaba de miembros sanos y fuertes…

Ante un desenlace fatal, la mujer de Domingo invocó al milagro de la Virgen del Valle y a los pocos días su pierna sanó sin más remedio que los rezos y oraciones de su esposa Domingo con un agradecimiento infinito, le prometió a la Virgen la primera perla que obtuviera cuando nuevamente volviera al mar… Sintiéndose seguro por el aura protectora de la Virgen del Valle, volvió al mismo lugar para extraer la valva de una inmensa ostra que halló sujeta al manto de coral… Al abrirla, su rostro mostraba el asombro de tan singular descubrimiento… ésta no era una perla común… era nada más y nada menos que una curiosa perla que asombrosamente delineaba la forma de su pierna y mostraba hasta el rastro de su cicatriz.

Hoy la perla en forma de pierna puede ser admirada en un manto bellamente tejido que se expone en el Museo Diocesano del Valle del Espíritu Santo

 

EL DEL GENERAL JUAN BAUTISTA ARISMENDI

La Patrona de Oriente es también la “VIRGEN BOLIVARIANA”, por ser la Patrona del Ejército Libertador Margariteño, cuya imagen inmaculada enarbolaba las banderas en cada batalla.

Durante la heroica Batalla de Matasiete que el 31 de julio de 1817 inmortalizó la valentía del heroico pueblo margariteño, el General Juan Bautista Arismendi recibió un disparo en el pecho que lo hizo rodar cuesta abajo, para angustia de sus hombres que lo daban mortalmente herido…

La conmoción embargó a la tropa al ver a su líder caído en medio de la acción de un enemigo que superaba abiertamente a los patriotas.

De pronto se oyó un grito de esperanza: Un Milagro…! Gritaron los hombres que fueron a auxiliar al héroe margariteño… Increíblemente la bala mortal no penetro el pecho, ya que fue detenida milagrosamente por una medalla de la Virgen del Valle que el patriota Arismendi siempre llevaba colgada a su pecho… y desde ese día, la imagen inmaculada de la Virgen fue bordada en los pendones patriotas que enarboló el aguerrido pueblo margariteño.

Pero el despliegue militar del español Pablo Morillo era impresionante… Lleno de rabia por la derrota sufrida en Matasiete, ordenó saquear, quemar las ciudades y los campos margariteños

El General Arismendi agradecido por el milagro de su Virgen que le salvó la vida, y en compañía del héroe de Matasiete, Francisco Estaban Gómez, rescataron la imagen de la Virgen del saqueo del Valle del Espíritu Santo, para dejarla a buen resguardo en la Iglesia de Santa Ana del Norte, santuario religioso que se hizo célebre el 6 de mayo de 1816, porque allí nació la Tercera República de Venezuela, cuando en ese recinto católico, Simón Bolívar fue reconocido como el Jefe Supremo del Ejército Libertador, para emprender su marcha invencible hacia tierra firme y liberar un Continente.

 

LAGRIMAS DE SANGRE

La pintora Rosaura Gonzalo pintó un lienzo a la Virgen y a partir del 25 de Octubre de 1999, la imagen ha derramado lágrimas de sangre en siete oportunidades. De acuerdo por lo señalado por los diarios regionales, la Virgen habría hecho algunas revelaciones a la artista plástica, entre otras que no quería que su imagen fuera elevada a su nicho en Basílica del Espíritu Santo.

El 18 de Diciembre de 1999 un representante de la diócesis de Margarita, presidida por el Obispo Rafael Conde, selló el cuadro, el cual fue precintado por el padre Roger Faneite, para ese entonces párroco del Valle del Espíritu Santo y quien levantó un acta que fue firmada por cinco testigos.

 

LA BASILICA

Para 1603, posterior a la llegada de la Virgen del Valle al Valle del Espíritu Santo, el primer centro administrativo y social de Margarita, se realizó un censo donde se estableció que esta fue la primera iglesia construida en la isla, entre 1510 y 1518. En principio, fue una pequeña iglesia modificada varias veces, una de ellas, coordinada por el Padre Phelipe Martínez, en 1733.

En el mapa de Betín de 1660 figura Nuestra Señora del Valle. Santuario de mucha devoción y milagros. El 8 de septiembre de 1911 se celebró el acto solemne de la Coronación Canónica de la Virgen del Valle y el 8 de Septiembre de 1921, fue la proclamación de la Virgen del Valle, como Patrona de la Diócesis de Guayana, que abarcaba todo el oriente de Venezuela.

Su nombre es en honor a la patrona de esa localidad y de la Marina Venezolana; «La Virgen del Valle». Después de haber sido fundada la iglesia San Nicolás de Bari, fue declarada Basílica Menor del Estado Nueva Esparta, el 8 de Septiembre de 1955, a partir de esa fecha se celebran sus fiestas patronales; comenzando con la bajada de la Virgen, el 8 de Septiembre de cada año , la cual se coloca donde el público la pueda ver de cerca.

El 16 de Marzo de 1981, gracias al reescrito de Su Santidad Juan Pablo II, la Virgen del Valle fue declarada Patrona de la Armada de la República de Venezuela. Fue declarada Basílica Menor por el Papa Juan Pablo II, en 1995.

Cada 8 de septiembre se celebra su día, fecha en la que acuden miles de peregrinos a venerarla en su santuario ubicado en el Valle de Margarita, cerca de Porlamar. Las festividades duran varios días y, en cada uno de ellos, la Virgen luce un bello traje diseñado con las telas suministradas por sus devotos.

El día 8 de Diciembre es la subida de la Virgen, la cual se coloca en un altar ubicado en la parte superior en donde el sacerdote oficia las misas.

Es un templo pequeño enmarcado en un estilo Neogótico, cuya planta en forma de Cruz Latina remata en dos pequeñas. Posee un acceso principal enmarcado a cada lado por unos salientes, sus torres están compuestas por cuatro cuerpos con entradas y salientes.

El espacio interior de la Basílica esta dividido por arcos ojivales con pequeñas columnas adosadas. La nave central está separada del presbiterio por una cúpula sobre pechinchas, a lo largo de toda la nave se destacan vitrales en forma ojival, donde su acceso principal nos conduce a un coro de dos niveles.

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VIRGEN DEL VALLE- ISLA MARGARITA

Oriente del país celebra día de la Virgen del Valle VENEZUELA

virgen del valle 1


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Nuestra Señora de Cocharcas, Peru ( 8 de septiembre)

Esta imagen es de las más veneradas que se cuenta en la Nación Peruana, su culto formado a fines del siglo XVI y la gran Iglesia ubicada en la serranía de este país constituyen uno de los primeros Santuarios Marianos y foco de peregrinación en América del Sur, comparable a sus contemporáneos de Guadalupe en México y Copacabana en el Alto Perú…

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La imagen de Nuestra Señora de Cocharcas conocida tiernamente en la región como la Mamacha Cocharcas es una advocación mariana propia del Departamento de Apurímac, Perú. Esta efigie es de las más veneradas que se cuenta en la Nación Peruana, su culto formado a fines del siglo XVI y la gran Iglesia ubicada en la serranía de este país constituyen uno de los primeros Santuarios Marianos y foco de peregrinación en América del Sur, comparable a sus contemporáneos de Guadalupe en México y Copacabana en el Alto Perú.

“Cocharcas” significa en quechua “pantano” o “lugar cenagoso”

Sebastián Quimicchi, natural de San Pedro de Cocharcas, fue favorecido por un milagro que le concedió Nuestra Señora de Copacabana a orillas del lago Titicaca. Como agradecimiento, en 1598 mandó tallar una efigie que fuese su réplica y venerarla en su pueblo, esta imagen fue realizada por Tito Yupanqui descendiente directo de los Incas.

En poco tiempo comenzó la Virgen a derramar abundantes milagros y ello hizo fama a su culto que creció de manera considerable, organizándose gran romería hasta su Santuario. La celebración de su fiesta está a cargo de la antigua Cofradía y los populares quimichos (nombre derivado del apellido Quimichi), son los encargados de llevar en procesión a la Virgen, por las principales calles.

 

EL SUEÑO DE SEBASTIÁN QUIMICHI

Su historia remonta a los primeros tiempos del Virreinato. Hacia fines del siglo XVI vivía en San Pedro de Cocharcas un joven, descendiente del curaca Chuquisullca, llamado Sebastián Quimichi. En la víspera de la fiesta patronal, se hirió con un hacho de maguey encendido, cuyas astillas le atravesaron la muñeca de lado a lado. Lisiado y desdeñado en su tierra, se fue al Cusco a buscar trabajo. Allí, en casa de una palla (dama noble) del linaje de los Incas, se enteró que la Santísima Virgen tenía un santuario en el Collao, al borde del Titicaca, donde obraba incontables prodigios. Lleno de confianza, decidió marchar a Copacabana.

Puesto en camino, una noche tuvo un sueño sobrenatural, y al despertar descubrió que las astillas, que hacía tanto tiempo tenía dentro de la mano, habían quedado fuera sin lesión ni dolor alguno. Al llegar al santuario, completamente recuperado, sintió un gozo y una paz indefinibles y, postrándose ante el altar de María, dejó que sus ojos y su alma le expresasen con lágrimas y suspiros la gratitud de su corazón. En retribución, se propuso llevar a su pueblo una copia de aquella imagen y promover su culto.

Para tal fin, viajó a La Paz y después a Potosí a la procura de limosnas. Con ellas adquirió, de regreso a Copacabana, una réplica de la venerada imagen que el propio escultor de ésta, Francisco Tito Yupanqui, había tallado para un clérigo del Tucumán fallecido antes de serle entregada. Feliz con su preciado tesoro, Sebastián iba ya a partir, cuando sucede algo inesperado: el Prior del Santuario ordena incautarle la imagen. Al parecer, supuso que el devoto había recogido esas limosnas a nombre de la Virgen del Lago y sin la autorización competente. Como ni sus ruegos, ni sus explicaciones bastaron, el buen Quimichi decidió ir hasta Chuquisaca y exponer ante el Obispo y la Audiencia la justicia de su causa. Finalmente, tras mover cielo y tierra pudo rescatar su imagen.

El retorno a Cocharcas fue un continuo triunfo: “Iba por el camino Sebastián con sus compañeros —narra el cronista Fernando de Montesinos— cantándole a la Virgen grandes elogios, que los montes y las peñas y los caminos se allanaban, dando paso a la Virgen, y que por donde pasaba, salían rosas, alhelíes y clavelinas y todas flores”. No escasearon los favores de Nuestra Señora a aquellas gentes sencillas, como tampoco faltaron las contradicciones.

Al llegar a Urcos, extrañó al cura que un indio causase tanto alboroto y que, sin la autoridad del Prelado del Cusco, promoviese estas demostraciones. Avisó al Obispo, Don Antonio de la Raya, y éste ordenó que antes de entrar en la ciudad, decomisaran la imagen y condujesen a Sebastián a su palacio.

El devoto indio fue encarcelado y la imagen llevada a la Iglesia de la Compañía. Luego que todo se aclaró, el Prelado le autorizó a proseguir su viaje. Este incidente sirvió para que trascendiese más lo que ya se sabía de esta imagen y dio ocasión a que los vecinos del Cusco la honrasen y aclamasen. El Obispo concedió asimismo la facultad de venerarla en San Pedro de Cocharcas y fundar una cofradía en su honor.

Fernando de Montesinos nos relata la llegada de la imagen a Cocharcas (pocos años después de la entrada de su gemela a Copacabana, en 1583): “Hubo muchas fiestas en el recibimiento de la imagen, danzas, cofradías de toda la doctrina con sus pendones, arcos de flores y regocijos de fuego. Entró en su casa la soberana Señora por el mes de Setiembre del año 1598; así como la imagen divisó el pueblo, comenzó a llover, estando sereno el cielo, y continuó la lluvia hasta que llegó a la iglesia; que se advierte, por presagio de bienes, en la relación desta historia, que se guarda en aquella santa Iglesia. Pusieron la imagen en el altar mayor, y luego comenzó Dios a obrar por ella grandes maravillas. Al principio se iban pintando los milagros; hoy como son tantos, no se cuida desto”.

Pasado algún tiempo, viendo lo pobre que estaba su iglesia, Sebastián emprendió otra peregrinación a Chuquisaca para conseguir más limosnas. Sin embargo, en Cochabamba le aguardaban nuevas aflicciones: el vicario, no dando crédito a las licencias que portaba, rasgó los papeles y le incautó lo recolectado. Al fin, el piadoso Sebastián cayó gravemente enfermo y, con cristiana resignación, entregó santamente su alma al Creador.

Al poco tiempo el dinero fue liberado y destinado a las mejoras del templo. Fue el primer Obispo de Huamanga, Fray Agustín de Carvajal, quien dispuso que la fiesta de la Virgen se trasladase al 8 de setiembre, dado que el 2 de febrero coincide con la estación de lluvias, lo cual era un obstáculo para la afluencia de peregrinos y una amenaza constante para los que se arriesgaban a llegar hasta el santuario.

 

LA IMAGEN

Existen muchas otras réplicas de la imagen, producto de la gran devoción que fue impulsada por aquella época por sus devotos fuera del departamento de Apurímac, entre ellas las de mayor importancia se encuentran las de Lima, Sapayanga y Orcotuna (Huancayo).

La Virgen es representada con un ramillete de rosas y amancay (Lirio de la Sierra de Sudamericana) en la mano derecha, mientras que en la izquierda porta al Niño Jesús con el mundo en sus manos mientras bendice al espectador. Sobresale el amplio manto y el vestido, riquísimamente bordados.

La venerada imagen de la Mamacha Cocharcas es una hermosa talla en madera policromada de regular tamaño. No sobresale por la finura de sus rasgos, pero es devota y tiene indudable parecido con su gemela de Copacabana.

La Cofradía realiza diversas peregrinaciones con réplicas llamadas «Reina Grande» y «Reina Chica» hacia las ciudades de Cuzco, Huamanga (Ayacucho) y otras localidades vecinas recaudando las limosnas que erogan los devotos. Como parte de su gran celebración regional, también se realizan corridas de toros y bailes tradicionales. Estas festividades tienen lugar después de las cosechas, asociada con las lluvias y la fertilidad de la tierra.

El 8 de setiembre de 1946 se realizó la solemne coronación canónica de la imagen, precedida de una asamblea mariana en Ayacucho, a la que siguió un Congreso Mariano realizado en torno al mismo santuario.

Su Fiesta se celebra el «8 de Septiembre». Este día en la Diócesis de Abancay es «Solemnidad», y toda la región de Apurimac acude a visitar a su «Mamacha». Las celebraciones constituyen el alma del Departamento de Apurimác, de manera especial para la provincia de Chincheros, siendo declarado por el Gobierno Regional este día «feriado» acudiendo grande cantidad de peregrinos a visitar y orar a la «Reina de los Andes Peruanos».

La principal, antigua y cuatricentenaria celebración de todo Apurimac y la Sierra peruana fue y es la Fiesta de Nuestra Señora de Cocharcas en su Tradicional Santuario del Distrito de Chincheros, principal lugar de peregrinación de muchos devotos católicos del Perú y extranjero desde 1598, en que se inció su culto, se celebran novenas, misas y procesiones a fines de Agosto y primeras semanas de Septiembre. Es un hermoso espectáculo observar a los cientos de romeros bajar desde los cerros entonando canticos en quechua y tocando instrumentos de viento como quenas y zampoñas en honor de su «Mamacha».

La celebración de su fiesta está a cargo de las decenas de devotos o quiminchos (nombre derivado del apellido Quiminchi), quienes son los encargados de llevar en procesión a la Virgen, por las calles del distrito de Cocharcas.

 

LA IGLESIA

En las márgenes del río Pampas, en la provincia de Chincheros, Apurímac, sobre una florida meseta está situado este monumental Santuario Mariano.

En 1623 se le dedicó una nueva iglesia, que años más tarde reedificó y culminó el ilustre Obispo de Huamanga, Don Cristóbal de Castilla y Zamora. En un letrero, aún visible, se lee: “Acabóse esta Iglesia y Retablo de Ntra. Sra. de Cocharcas. Año 1675”.

Su amplio interior atrae la atención por las muchas pinturas que decoran los muros, encerradas todas en valiosos marcos. Mons. Fidel Olivas Escudero hizo trasladar los restos de Sebastián a la sacristía el 14 de setiembre de 1903 y en la lápida que los cubre hizo grabar la siguiente inscripción: “Aquí yacen los restos de Sebastián Martín, Quimichu de la Virgen de Cocharcas. Año 1600”.

La Iglesia de Cocharcas es de estilo barroco, para ello se utilizaron piedras finamente labradas. Se aprecia una boveda de medio punto, en cuyo interior se guardan importantes lienzos de la escuela cusqueña y de algunos maestros españoles. El altar mayor esta decorado con un retablo de cedro; bañado en pan de oro y mide aproximadamente 10 metros de alto. La iglesia fue declarada patrimonio cultural de la nación en 1941.

Tal es el más notable santuario de los Andes del Perú, tan afamado en los tiempos virreinales y cuya romería, concurridísima antaño, daba ocasión a una feria que ha decaído con el tiempo.

También la iglesia ha sufrido algún deterioro, en especial a raíz del incendio de 1992. Y el tesoro de la imagen ha disminuido notablemente: el anillo de oro obsequiado por el Papa en 1600, las coronas imperiales donadas por los Reyes de España, la valiosa custodia del Santísimo y hasta el viejo libro manuscrito con la historia original, han desaparecido.

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Virgen de Cocharcas

Orcotuna – Virgen de Cocharcas

Ishua. Novenas a la Virgen de Cocharcas

Ishua 2001: Procesión de la Virgen de Cocharcas


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Virgen de los Milagros de Tlaltenango, México ( 8 de septiembre)

Las raíces de la celebración de septiembre a la Virgen de Tlatenango se remontan al 30 de agosto de 1720. Según la leyenda, dos jóvenes escucharon un canto maravilloso y vieron la luz celeste de la Virgen Maria en una caja en una hospedería en Tlaltenango. Desde esa fecha, los peregrinos visitan cada año al municipio, cada año para conmemorar el milagro de la aparición….

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Tlaltenango es una colonia de la ciudad de Cuernavaca. Antes en la época de la colonia era un pequeño pueblo que no pertenecía a la ciudad.

En el año de 1521 Hernán Cortés y sus soldados llegaron a un pueblo de la antigua Cuauhnáhuac, cuyo nombre era Zacanco Tultenanco, que luego los conquistadores nombraron Tlaltenango.

Según el célebre erudito en lengua náhuatl Robelo, la palabra Tlaltenango proviene de las voces Tlalli: Tierra; Tenamitl: Muralla y co: en; cuya traducción es: “En la muralla de la tierra.”

egún textos que refieren en 1529, Hernán Cortés estableció en Tlaltenango, el primer ingenio azucarero de América, cuando ya el pueblo se había convertido a la Fe Católica, cuya labor de evangelización se había iniciado en el año de 1523.

A tres kilómetros de Cuernavaca, se encuentra este pueblo en donde Cortés en 1523, hizo la Iglesia del Señor San José y el Señor de la Misericordia, cuyas imágenes trajo de España, anteriormente llevadas a la Catedral de Cuernavaca.

Varios ancianos- patriarcas de Tlaltenango, conservan antiguas transcripciones, manuscritos que constatan lo anterior. Se dice también que, Fray Pedro Melgarejo de Urrea fue el primer fraile que misionó en esta tierra de la antigua Cuauhnáhuac.

Las raíces de la celebración de septiembre a la Virgen de Tlatenango se remontan al 30 de agosto de 1720. Según la leyenda, dos jóvenes escucharon un canto maravilloso y vieron la luz celeste de la Virgen Maria en una caja en una hospedería en Tlaltenango. Desde esa fecha, los peregrinos visitan cada año al municipio, cada año para conmemorar el milagro de la aparición.

 

DOS ILUSTRES VIAJEROS

Corría el año del Señor 1720. Una tarde del último día de mayo, el mes de las flores, cargando una bien guarnecida caja, se presentaron dos mancebos que al parecer, venían de Acapulco. Descansaron de su carga en portalón de la hostería, donde antaño estuviera la hacienda e ingenio de Cortés.

Allá adentro se oían voces y carcajadas, canciones andaluzas, cantos flamencos. Un grupo de españoles y mestizos jugaban a los naipes y apostaban buenos tarros de generoso vino celebrando la llegada de unas barricas procedentes de Valencia, Murcia, Málaga y Alicante, que hacía más de un año que estaban en el puerto de la Veracruz, por dificultades de transporte.

Los gallardos mozalbetes temiendo inmiscuirse con aquellas gentes no se atrevieron a pedir ni un vaso de refrigerante agua que es lo que más hubieran deseado ya que el calor propio del mes de mayo y la pesada larga caminata, los hacía sudar y arder de asfixiante sed. Se limpiaron el sudor que perlaba sus frentes, y se disponían a buscar alojamiento en alguna casa particular, lejos del bullicio.

Cuatro peones, nacidos en México pero de padres hispanos, que más que trabajar en el campo simulaban ser capataces de los demás, se dirigían a la tienda sabedores de nuevos viejos vinos que la tarde anterior habían llegado. Y al ver a los jóvenes de presentación varonil y rostros principescos, a la par de modestos y circunspectos, sorprendidos suspendieron su camino.

Queriendo halagar, a tan honorables huéspedes y enlazarlos con el dorado hilo de la simpatía, les ofertaron un vaso de buen vino, el cual, con recato y finura declinaron. Con un dejo de melancolía se despidieron diciéndoles: “entonces, muy buenas tardes les de Dios a sus mercedes.” Ellos contestaron: “¡A Dios les encomendamos que Él los bendiga!”

Los dos jóvenes preguntaron por una casa de huéspedes y les informaron de la de doña Agustina Andrade. Allá se dirigieron siendo bien recibidos y esmeradamente alojados en el mejor aposento. En la estancia, donde descansaron su secreto arcón sobre una mesa compuesta de dos tablones sostenidos por dos troncos de árbol.

Cuando los rosicleres de la aurora, anunciaban el nuevo orto allá en el lejano horizonte, las estrellas abandonaban sus escaños de plata y el último polvo de la luna brillaba en sus cabellos melados a este par de adolescentes, con rítmica cortesía se despidieron de doña Agustina rogándole que cuidara de su valioso arcón, constituyéndola depositaria hasta su próximo arribo. La lumbre de sus ojos garzos iluminó la faz de doña Agustina deslumbrada por su belleza prometiéndoles guardar su tesoro como en un relicario

Pasaron varios días, doña Agustina estaba muy intrigada, alimentando la ilusión y abrigando la esperanza de que los gallardos jóvenes volvieran. Por fin se decidió doña Agustina a clausurar la habitación hasta nueva orden. Pues cada vez que entraba a la habitación padecía insomnio por estar pensando en la belleza de los portadores del arca cada vez más arcana.

Pues sucedió una noche, sin poder dormir, se levantó a tomar aire y acertó a pasar junto a la famosa habitación. Y fue dulcemente sorprendida por una música celestial que salía del cuarto.

Trajo la llave, prendió la luz y su misma sombra proyectada le producía espanto.
Despertó a sus hijos e hijas. Todos oyeron la música. De común acuerdo pensaron no decir nada a nadie 2tal misterio. Pero la música siguió escuchándose, por los resquicios del arca salían hilos de luz tan vivos y tan blancos como los de un lucero; silenciosos se miraban unos a otros sin explicarse nada. La maravilla siguió adelante, pues notaron que además de las notas musicales y de la bellísima luz, exhalaba la cajita un exquisito perfume, a veces como de nardo, unas ocasiones como de sándalo, otras como linaoe.

El secreto no pudo seguir más. Habían pasado dos meses, finalizaba agosto. Por lo que ya decidieron dar parte a las autoridades, tanto civiles como eclesiásticas. Pero temían que les arrebataran aquel tesoro, se creían propietarios, ya que los dueños no habían regresado. Fluctuaban, vacilaban, a ratos decidían, a ratos pensaban lo contrario, pero resultó que los vecinos se dieron cuenta de todo por las imprudencias de alguno de la familia que lo contó a los amigos de confianza.

Lo que había sido un secreto familiar, se hizo del dominio público, ya no quedaba otra alternativa, sólo había una cosa por hacer: avisar a las autoridades. Pues si no lo hacían tal vez serían reconvencidos.

 

EL AVISO AL PÁRROCO

El 13 de octubre de 1709, había tomado posesión de la parroquia de la Asunción de María (hoy Catedral de Cuernavaca) y el convento franciscano de Cuernavaca el M. R. P. Fray Pedro de Arana de la orden franciscana. Era al mismo tiempo Cura de la parroquia y guardián del convento. Tenía como 40 años de edad, hombre lleno de ciencia y virtudes, difícil de sorprender con supetisticiones que había entre los indígenas y los españoles.

Muy de mañana, cuando a penas había desayunado, se presentó doña Agustina con varios vecinos de Tlaltenango. Esperaba la comisión en la sala de recibo, al frente del salón había una bella imagen de Cristo crucificado, ejecutada en marfil, regalo de doña Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga de Cortés, que había sido gran benefactora del convento.

Estaban mirando la imagen cuando llegó M.R.P. Guardián. Después de saludarse, la comisión explicó su cometido: Se mostró impasible, preguntó si era todo, para retirarse porque su presencia la reclamaba el reglamento de la casa, al ver doña Agustina su incredulidad, se explayó mejor, rogándole que fuera ese mismo día a cerciorarse. “Allá iré esta noche”, respondió Fray Pedro y se levantó despidiéndose amablemente.

En seguida la comisión se trasladó al palacio del Alcalde Mayor de Cuernavaca, y habiendo escuchado todo el relato, se mostró maravillado y prometió ir con Fray Pedro, su excelente amigo, para ser juntamente la inspección de la caja misteriosa.

En el ocaso del día, Fray Pedro de Arana salió del convento tocada la cabeza con su capucha y acompañado por un lego. El Alcalde Mayor, acompañado por dos guardias de palacio, ya de acuerdo, esperaba en la puerta del atrio. Reunidos los cinco personajes hicieron la caminata a pie para no llamar la atención yendo en manso burritos o en caballos.

En las entradas del pueblo de Tlaltenango, todas las gentes reverenciaban a los monjes y saludaban respetuosas al Alcalde y a sus acompañantes. Llegaron a la casa de doña Agustina y después de los saludos los guió al cuarto. La hora era propicia para observar los fenómenos de la luz que encerraba la misteriosa cajita. El alboroto de los visitantes y la bulla de los huéspedes no dejaban escuchar las melodías salidas del arcón.

 

EL DESCUBRIMIENTO

El P. Guardián mandó que hubiera silencio y que se apagaran los faroles que habían llevado. ¡Oh maravilla, la música se escuchó con mayor claridad y belleza!. Y poco a poco pudieron constar que por las hendiduras de la caja salían resplandores como luz de bengala: la habitación se iluminó sola como si oculta e indirectamente se hubieran instalado fuertes lámparas eléctricas de nuestra moderna y blanca luz. El perfume que se desprendía del arcón deleitaba el olfato de todos que estaban callados como una momia de Egipto.

Nadie se atrevía a moverse todos parecían esfinges, oían, miraban, escuchaban sin salir de su asombro. En esta especie de asombro permanecieron un rato. Por fin Fray Pedro deshizo el paréntesis de silencio dando algunos pasos hacia la caja. La tocó, la observó, la examinó e hizo señas de traer alguna herramienta para abrirla. Todos estaban ansiosos esperando que se abriera la caja.

Cuando con mano temblorosa por la emoción Fray Pedro levantó la tapa del arcano arcón, apareció ante la vista de todos la Hermosísima Virgencita en acojinada felpa y nívea seda con ribete buriel y azul. El nimbo luminoso que circupía sus inmaculadas sienes, despedían vivos resplandores que invadían toda la estancia. Sus virginales manos juntas y en actitud suplicante irradiaban igualmente bellísima luz ingrávida y sutil. Y a través de sus brillantes vestiduras de tisú riquísimo brocado, también se desleía blanquísima iluminación.

Sensiblemente todos doblaron las rodillas, postrándose de hinojos en el suelo, dilatando sus pupilas y enfocaron sus retinas para captar célica belleza. Fray Pedro se bajo la capucha sobre los hombros y reverente se inclino hasta sus purísimas manos que besó con ternura. Igual hicieron todos con doña Agustina, sus familiares y vecinos del pueblo. Su túnica era color de rosa y el manto azul.

 

LA IMAGEN DE LA VIRGEN EN PROCESIÓN

El 30 de agosto de 1720 la sacro santa imagen fue en procesión al vecino Templo antiguo que fabricara don Fernando, dedicado al Patriarca san José. El arcón fue llevado en hombros por el Padre Guardián, sus frailes y el Alcalde de Cuernavaca. Con velas, faroles, candiles y ocotes encendidos alumbraban el recorrido de la procesión. Al llegar a la antigua Iglesia, el arcón se guardó en la sacristía y el mariano simulacro se erigió sobre su argentina peana a cuya vista rompieron todos en llanto y aclamación.

El Guardián del convento y párroco de Cuernavaca aprovecho la concurrencia para anunciar la feliz llegada de la Virgen de Tlaltenango porque aquí quiso manifestarse. Con inefable ternura ofreció volver al día siguiente para que se celebrara una solemne misa y empezar el rezo de su novena que terminaría el 8 de septiembre, el día en que la Santa Iglesia recuerda y festeja a la Santísima Virgen en el Misterio de su gloriosa Natividad. Desde entonces año con año se solemniza su aparición con una feria que ha llegado a ser entre las Marianas la más famosa de la región.

 

LA TRADICIONAL FERIA

Desde hace más de 220 años, a decir de algunos autores, ha florecido hasta nuestros días la bella tradición, por la Veneración, en su Santuario de Tlaltenango, de la imagen de Nuestra Señora de los Milagros. Miles de peregrinos, procedentes principalmente de: Ixtapalapa, D.F., San Pedro Tlaltizapán, Méx., Xochimilco, D.F., Almoloya del Río, Edo. de México, San Pedro Atlapulco, San Francisco Tlaltengo y muchos lugares más concurren a la gran feria del 8 de septiembre. La misa ha sido celebrada, algunas veces con los fieles en la plazoleta por la cantidad de visitantes.

El entusiasmo es desbordante, con los toritos, los castillos y cohetes. La solemnidad de los estandartes y banderas de distintas y numerosas sociedades, católicas y civiles, se intensifica los días 7, 8, y 9, días en que algunos comercios de Cuernavaca deben suspender labores dado el interés de los propios cuernavacenses en desfilar desde el centro de la ciudad hasta el Santuario, o de participar en el canto de las Mañanitas a la Virgen.

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Virgen Guadalupe de Ayquina, Chile ( 8 de septiembre)

Varias leyendas se han creado alrededor de la Virgen de Guadalupe de Ayquina, Chile, la que tiene gran cantidad de fieles.
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El 12 de diciembre de 1646 marca la primera aparición que no se sabe cuántas veces se repitió ni en qué fechas precisas. Aún cuando la tradición indica que se vuelve a aparecer cada año el día de su festividad, que se celebra, por lo menos desde el siglo XVIII, el día 8 de septiembre.

Ayquina es un oasis ubicado a orillas del desierto de Atacama, el más árido del planeta, a 75 kilómetros de la ciudad de Calama. En Ayquina el Carnaval de la Virgen se ha hecho legendario.

Y la aparición premeditada de la Virgen en su sombra agrandándose en las arenas más secas doradas, alguna vez, debe verse.

Ayquina es un poblado que permanece casi abandonado todo el año (censo: 80 vecinos en 1992), pero a comienzos de septiembre llegan miles de personas (unas 50.000 en 1995): quienes desde diversos lugares de Chile, Perú, Bolivia y Argentina acuden a celebrar la aparición milagrosa de una bella señora pequeñita, que se transformó en estatua para cuidar a los pocos del pueblo, que de tanta soledad, andaban como queriendo devolverse a la distancia.

El día 8 de septiembre, a 3.000 metros de altura envuelto entre el desierto y los altos Andes, Ayquina amanece en un solo baile religioso, que interpretan los disfrazados según sus razas, y que han coincidido en la garganta natural para saludar a la Virgen que allí se venera. Los peregrinos llegan tres o cuatro días antes, y los últimos se marcharán el día 9 ó 10. Pero la Fiesta Grande es el 8.

Las cien casas del pueblo que abren sus puertas a los visitantes, son modestas y limpias, de puerta engarzada entre pura piedra pulida, como son los pueblos del desierto, que le hacen lucha a la arena 365 días al año.

 

UNA HISTORIA

Una leyenda cuenta de un niño que pastoreaba los corderos de sus padres en los campos de Ayquina. Un día vino una señora muy bonita y se puso a jugar con el niño. Pero los corderos se le desparramaron por todas partes y se le hizo tarde. Cuando llegó a su casa sus padres lo retaron. Al otro día pasó lo mismo, y todos los días, aunque sus padres lo castigaban, llegaba tarde a su casa, decía que los corderos se le desparramaban y que le hacían andar mucho.

Un día el padre salió al campo detrás del niño para ver qué hacía y vio que su hijo jugaba con un niño que salió de un árbol. Se acercó para retarlo pero de pronto vio a su hijo solo, porque el niñito había desaparecido y no lo volvió a ver. Se extrañó mucho y preguntó a su hijo quién era el niño con quien estaba jugando, pero éste le respondió que no sabía. El hombre se acercó al árbol de donde lo había visto salir y encontró escondida una imagen de la Virgen con el niño.

Llegó también la gente de Turi y reconocieron que era la misma imagen de la Virgen de su iglesia que se había perdido por mucho tiempo. Entonces, en andas se la llevaron a su iglesia. Pero cada noche la Virgen volvía al árbol donde la habían encontrado. Al fin la gente de Turi se conformó y allá mismo en el lugar que fue hallada construyeron una capilla, porque sabían que la Virgen quería estar en ese lugar, y es donde ahora está el templo en el pueblo de Ayquina.

 

UNA VARIANTE

Hora y media de viaje en camión desde Calama, por un largo camino de tierra; prolongada pendiente en el río Salado; las vegas de Turi, y, a la vera del camino Ayquina. En el fondo de una angosta grieta, una pequeña planicie agrupa al poblado, ubicado a unos 300 kilómetros de Antofagasta y a 3.100 metros sobre el nivel del mar.

Allí existe un santuario levantado en homenaje a la Virgen de Guadalupe, construido hace cerca de un siglo y varias veces ampliado. Las casas que lo rodean se elevan por las paredes rocosas, destacándose la escuela básica construida hace 20 años por Rotary Club de Chuquicamata.

Un día cualquiera, en la segunda mitad del siglo pasado, mientras los pastores hilaban la frágil lana en las domésticas pushkas, sentadas al abrigo de los muros rocosos de la quebrada, sus pequeños hijos –compañeros de caminatas y soledades- jugaban corriendo y saltando chilcas, cortaderas y acequias. En un pequeño brazo lateral de la quebrada, precisamente donde está ubicada la iglesia de Ayquina, los niños humanizaban el paisaje con sus gritos y sus risas.

En dicho lugar había una pequeña vertiente rodeada de abundante vegetación herbácea autóctona, entre esas chilcas y cortaderas un hijo de Casimiro de Panire encontró una imagen de la Virgen de Guadalupe.

El niño llevó el hallazgo a su padre, el cual residía en el caserío de Panire.
Casimiro llevó la imagen a su poblado y allí la ubicó en un lugar de honor en un pequeño oratorio. Sin embargo, al despertar al día siguiente, la imagen había desaparecido.

Buscaron la imagen por todos los rincones de la vivienda y en todas las casas de Panire. Desesperaban los vecinos ante el significado que tendría para el poblado y sus vecinos la inesperada perdida de la Virgen. Tímidamente, alguien sugirió que ella podría haber regresado a la vertiente donde fue encontrada anteriormente. Los vecinos dirigieron sus pasos hacia la quebrada. Y una vez allí, Casimiro preguntó a su hijo por el sitio donde había encontrado a la Virgen, a lo que el niño respondió: -Aquí ná.

Efectivamente, allí en medio de los montes se encontraba la imagen. Con ella cuidadosamente protegida, regresaron a Panire. Al día siguiente por segunda vez la Virgen había desaparecido.

Ahora lo extraordinario fue que ella dejó sus pasos nítidamente marcados sobre el blando suelo. Con profundo recogimiento todos los vecinos salieron hacia la vertiente ahora denominada Ayquina procedieron a desmalezar el sitio, desecarlo y emparejar el terreno para luego construir una iglesia, ante el manifiesto deseo de la Virgen de residir definitivamente en la quebrada.

Los pobladores de Panire emigraron al abrigo incierto del volcán al calor de la Virgen, y dieron vida a un nuevo poblado andino. Muchos vecinos han insistido en señalar que, dentro del corazón de la imagen de la Virgen de Guadalupe de Ayquina que actualmente se venera en el interior de El Loa, se encuentra la imagen primitiva.

 

OTRA VARIANTE

Casimiro Saire era un niño pastor, como es la ocupación de la generalidad de los niños todavía en los poblados del desierto. Sus padres, entonces, enviaban a Casimiro todos los días a pastorear los animales de la familia en las hierbas que crecen a orillas de las aguas que corren ocultas en el fondo de las cañadas.

La mañana del 12 de diciembre de 1646, el niño dejó de prestar atención a su antiguo oficio: cuando se encontró en el camino arenisco, como surgida de las arenas desérticas, a una mujercita no más alta que él. Era una Virgen lucísima. Y se hizo su amiga. La Virgen pequeñita era tierna y con voz muy dulce invitaba al pequeño Casimiro a jugar mientras le narraba historias encantadoras.

Otra mañana el niño llevó a sus hermanos para que la conocieran, y pronto todos los otros niños pastores iban a saludar a la virgencita. Cuando se enteraron los adultos, generalmente escépticos ante estas cosas, no creyeron a los niños hasta cuando les escucharon decir bellas narraciones que repetían. Los acompañaron al lugar y, con sorpresa, encontraron en el camino una diminuta imagen en bulto de la Virgen: estaba como creciendo de la piedra silenciosa del desierto. Se dice que los niños la levantaron con gran devoción y bailaron y cantaron alrededor de la imagen.

Todos los vecinos, de origen quechua y aymará con raíces hundidas en el pasado del Sur, entonces católicos recientes, reaccionaron con positivo fervor religioso. Decidieron que lo mejor era instalar la imagen sagrada en las ruinas de una capilla cercana. Allá la dejaron. Pero al día siguiente había desaparecido. El grupo -la familia Saire y el resto de los pastores-, de todos ellos ninguno dudó: la encontraron en la aguada del cañadón. Ahí estaba la imagen y entendieron que era el sitio en que debían levantarle una construcción que la cobijara.

Así nació Ayquina: pueblo Santuario de la Virgen Guadalupe de Ayquina; en recuerdo del primer día en que se apareció, el 12 de diciembre, coincidente con la fecha, un siglo antes, en que se aparece la Virgen Guadalupe en México, cuya influencia religiosa ya se había esparcido al resto de América.

El nombre de Ayquina nos llegó por una formación de voces: el lugar no tenía nombre. Al propagarse por el Altiplano la noticia de la aparición de la Virgen, los pueblos andinos y los otros pueblos de los desiertos cercanos, de Chile, Perú y Bolivia, los peregrinos decían: aquí está o aquí anda, y el sitio pasó a llamarse ayquina. Los días de la festividad, visto desde el aire, Ayquina es una garganta en el desierto llena de personas vestidas de colores, rodeados por un mar de vehículos y más allá la pura arena desértica, desde la que sólo es posible bajar a pie al pueblo, que está como hundido.

Dice don Luis Saire, el descendiente del niño Casimiro:
«-En los primeros tiempos la fiesta se celebraba el 12 de diciembre, pero luego se cambió para el 8 de septiembre, día en que se inauguró su capilla. De mis mayores escuché decir que la imagen verdadera está dentro del bulto actual. Porque es muy chiquita, parece, y se necesitaba una grande, que la viera la gente de lejos. Y, la verdadera que se apareció, decían, la guardaron dentro. Los bailes religiosos se iniciaron en el pasado, pero sólo en este siglo fueron apareciendo otros. Yo creo que los más antiguos son el Baile Llanero, que simboliza la soledad de los pueblos del desierto, y el Baile Mexicano, que traen las gentes en recuerdo de las apariciones del Tepeyac».

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Ayquina

Virgen de Ayquina


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