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Santuarios de la Divina Misericordia en las Américas

En todo el mundo se han construido santuarios a la Divina Misericordia.

Y se siguen construyendo.

Parroquia de San Juan Bautista y Santuario de la Divina Misericordia Tenango del Aire Estado de Mexico

En este artículo presentamos los más importantes y significativos en las Américas.

También puedes leer:

Santuarios de la Divina Misericordia en Europa

Santuarios de la Divina Misericordia en Asia, África y Oceanía

 

SANTUARIO NACIONAL DE LA DIVINA MISERICORDIA EN STOCKBRIDGE, MASSACHUSETTS (ESTADOS UNIDOS)

Santuario Nacional de la Divina Misericordia en Stockbridge Massachusetts Estados Unidos

El Santuario, construido en piedra, está regido por la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

Esta Congregación fue fundada en 1673 por el Padre Estanislao Papczynski (Polonia).

Los Padres Marianos llegaron a Stockbridge, Massachusetts, en 1943 para establecer allí un noviciado de la Congregación.

A la difusión de la devoción a la Divina Misericordia en Estados Unidos contribuyó el Rev. P. José Jarzebowski, de la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, que tuvo conocimiento de los escritos de S. Faustina Kowalska a través del Rev. P. Miguel Sopocko, confesor de S. Faustina.

El Santuario fue construido entre los años 1950 a 1960 en Eden Hill, Stockbridge.

En 1996 recibió la designación de «Santuario Nacional de la Divina Misericordia» por la Conferencia Episcopal Católica de los Estados Unidos.

En el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia del año 2002, acudieron al Santuario de la Divina Misericordia de Eden Hill, Stockbridge, unos 18.000 peregrinos por diferentes medios y en 260 autocares, y se contó con la presencia de Su Eminencia el Cardenal Franciszek Macharski, Arzobispo de Cracovia, Polonia, que celebró la Santa Misa y pronunció la homilía de ese Domingo.

Todos los años en el Segundo Domingo de Pascua se celebra la fiesta de la Divina Misericordia con gran afluencia de fieles. En el año 2003 la Santa Misa fue celebrada por Mons. Thomas L. Dupre, Obispo de Springfield, y el número de peregrinos superó los 20.000.

En el Domingo de la Divina Misericordia de 2004, presidió la Santa Misa Mons. Elliott Thomas, Obispo jubilado de las Islas Vírgenes.(www.marianos.net/santuario.html , en español e inglés )

 

SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN TOCUILA, DIÓCESIS DE TEXCOCO (MÉXICO)

santuario divina misericordia tocuila

Este Santuario está situado en el valle de Teotihuacan a tan solo 60 Kms. de la Ciudad de México, y está regido por la Comunidad de Jesús.

El Santuario fue consagrado en 1999 por el Sr. Obispo de Texcoco D. Carlos Aguiar Retes, y Su Santidad Juan Pablo II envió su bendición apostólica a todos los fieles que participaron en la ceremonia de consagración, «extensiva a cuantos, confiando plenamente en la bondad de Dios que nos ama infinitamente y nos salva, visiten ese Santuario de la Divina Misericordia».

En el mismo lugar, la Comunidad de Jesús ha creado y dirige el “Centro de Espiritualidad y Evangelización de la Divina Misericordia». (www.comjesus.org, en español

 

SANTUARIO DE JESÚS MISERICORDIOSO EN BUENOS AIRES (ARGENTINA)

Santuario de la Divina Misericordia Buenos Aires Argentina

La República Argentina tuvo un apóstol de la Misericordia en la persona del Rev. P. Víctor Vincens.

Fue gracias a su esfuerzo y fe inquebrantables que se dio impulso a la Devoción, y se levantó el Santuario a Jesús Misericordioso sito en la calle Pedro Ignacio Rivera 4591, Buenos Aires, primero en América Latina bajo esa advocación. (www.divinamisericordia.org, en español)

 

SANTUARIO DEL SEÑOR DE LA DIVINA MISERICORDIA EN SURCO (PERÚ)

Santuario del Señor de la Divina Misericordia en Surco Perú

El Santuario, ubicado en el distrito de Surco, fue consagrado en 2000 por el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Juan Luis Cipriani Thorne, con la presencia del Arzobispo de Tarnow (Polonia), el Nuncio Apostólico y el Obispo de Chosica. Dijo el Sr. Arzobispo de Lima: «… al contemplar este templo, que es la casa de Dios, piense cada uno en el templo de su propio hogar, de su propia familia, que es la iglesia doméstica. Piensen si en sus casas preside esa imagen del Señor de la Divina Misericordia, ese crucifijo, esa imagen de María …».

En el Santuario se ha colocado una reliquia de Santa Faustina Kowalska.

Todos los años el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia se realiza una procesión acompañando al Señor de la Divina Misericordia, a la que asiste mucha gente.

En el año 2003 el Cardenal Mons. Juan Luis Cipriani celebró la Santa Misa en la fiesta de la Divina Misericordia y concelebraron los Obispos auxiliares de Lima Mons. Adriano Tomasi y Mons. José Antonio Eguren.

En la homilía el Sr. Cardenal dijo: «Vamos a llevar este mensaje (de la Divina Misericordia) al mundo entero, pero teniéndolo primero en el corazón», y también invocó a la Virgen María, Madre de misericordia y Madre del Señor de la Divina Misericordia. Después de la Santa Misa, unas 65 hermandades de Lima y Callao participaron en la procesión que recorrió las principales calles de Surco. (www.arzobispadodelima.org/notas/2003/abril/v_270403a.htm, en español ).

En el Domingo de la Divina Misericordia de 2004, en el Santuario Arquidiocesano de la Divina Misericordia, celebró la Santa Misa el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne.

En el día de la Fiesta de la Divina Misericordia de 2005 (3 de Abril), el Arzobispado de Lima, publicó un comunicado de Mons. Cipriani, Cardenal – Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en relación al fallecimiento del Papa Juan Pablo II, que comienza:

En la Víspera de la Fiesta de la Divina Misericordia, devoción muy querida por Su Santidad Juan Pablo II, Dios Padre ha querido convocarlo a su Reino. Ante su partida, y confortados por los signos de la bondad del Señor, invito a todos los fieles católicos y peruanos de buena voluntad a elevar sus oraciones por su eterno descanso. …”.

 

SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA, ARQUIDIÓCESIS DE PUEBLA (MÉXICO)

Santuario de la Divina Misericordia, Arquidiócesis de Puebla México

En la Arquidiócesis de Puebla hay el Santuario de la Divina Misericordia y también un Centro Internacional de difusión de la Divina Misericordia, y han recibido la bendición personal del Papa Juan Pablo II.

Allí numerosos promotores profesan y proclaman, imploran y practican la Divina Misericordia, llevando este mensaje a parroquias de la diócesis y a otras parroquias más lejanas con la aprobación de sus respectivos Obispos.

En el Domingo de la Divina Misericordia, Monseñor Rosendo Huesca Pacheco, Arzobispo de Puebla, celebró la Santa Misa a la que asistieron gran cantidad de fieles.

Dice el Sr. Arzobispo de Puebla: ”Dios se nos ha revelado en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia como un Dios misericordioso, y ha querido recordar a la humanidad esta gran verdad a través de Santa María Faustina Kowalska, a quien dijo: ‘Apóstol de Mi misericordia, proclama al mundo entero Mi misericordia insondable’ (Diario, 1142)” (Palabras de Monseñor Rosendo Huesca a la revista Fuente de Misericordia, Asociación de Auxiliares Marianos, Stockbridge, MA 01263, USA).

 

SANTUARIO DIOCESANO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN TILARÁN (COSTA RICA)

Santuario de la Divina Misericordia en Tilarán, Costa Rica

El Santuario ha sido creado en el año 2002 por Monseñor Héctor Morera Vega, Obispo de Tilarán, en la Ermita de la Divina Misericordia situada en la Parroquia de Nuevo Arenal, a quinientos metros del Templo parroquial.

La Ermita-Santuario está atendida por el Rector y la Asociación Diocesana Carmelitana de Fieles de la Divina Misericordia. ( www.santafaustina.org , en español)

«Decretamos que la Capilla de Adoración a la Divina Misericordia sea considerada y estimada como Santuario de la Divina Misericordia para la Diócesis de Tilarán».

«Que desde esta ‘Casa y Santuario’, se propague oficialmente para la Diócesis de Tilarán las devociones a la Divina Misericordia y a la Virgen del Carmen y su Santo Escapulario y que los fieles que vivan y peregrinen a este Santuario reciban y gocen de los bienes espirituales y celestiales que la Iglesia y yo, por mi ministerio, dispongo y hago partícipes, a saber: bendiciones, gracias e indulgencias». (Decreto de Mons. Héctor Morera, Obispo de Tilarán, de 16 de julio de 2002).

La nueva construcción del Santuario de la Divina Misericordia, está situada cerca de la Capilla, la cual se puede ver al fondo.

El Santuario está regido por los Carmelitas Teresianos de la Divina Misericordia.
Este nuevo edificio del Santuario Diocesano de la Divina Misericordia fue bendecido por Mons. Vittorino Girardi, Obispo de Tilarán, el 30 de junio de 2010.

 

PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y SANTUARIO DIOCESANO DE JESÚS SEÑOR DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN TENANGO DEL AIRE, DIÓCESIS DE VALLE DE CHALCO, MÉXICO

Santuario de Jesus de la Divina Misericordia en Tenango del Aire Valle de Chalco Mexico

Parroquia de San Juan Bautista y Santuario Diocesano de la Divina Misericordia.
En la fachada, hay una pintura de Jesús Señor de la Divina Misericordia.
Formaba parte de un ex-convento Dominico de 1671.

 

SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN VILA VALQUEIRE, RIO DE JANEIRO, BRASIL

Santuario de la Divina Misericordia en Vila Valqueire Brasil

En 1983, con el apoyo de los Palotinos (Apostolado Católico fundado por San Vicente Pallotti, en ramas masculina y femenina), se creó la Parroquia de la Divina Misericordia.

Después del esfuerzo misionero en propagar la espiritualidad de la Divina Misericordia durante muchos años, y a solicitud de los Padres Palotinos, el Sr. Arzobispo de Río de Janeiro, Dom Orani Joao Tempesta, creó el Santuario de la Divina Misericordia en 2009.

Ese mismo año, visitó el Santuario el Cardenal-Arzobispo de Cracovia Stanislaw Dziwisz, quien fue durante 39 años Capellán y Secretario de Karol Wojtyla, el Papa Juan Pablo II, cuando éste era Arzobispo de Cracovia.

 

SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN CURITIBA, PARANÁ, BRASIL

Santuario de la Divina Misericordia en Curitiba

La ciudad de Curitiba, sede Arzobispal, está en el Estado de Paraná, hacia el sur de Brasil.

Fechas importantes en la historia del Santuario de la Divina Misericordia son: 1992, donación del terreno por el Instituto de las Apóstolas del Sagrado Corazón de Jesús, herencia de una familia. 1994, creación de la Parroquia de la Divina Misericordia. 2002, Dedicación del Santuario de la Divina Misericordia por el Arzobispo Metropolitano de Curitiba.

 

SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN GUAYAQUIL, ECUADOR

Santuario de la Divina Misericordia en Guayaquil Ecuador

El terreno de 11 hectáreas para edificar el Santuario, está ubicado en el Km. 26 de la carretera de la costa, a 30 minutos de la ciudad. Lo que es el terreno, corresponde a una donación anónima.

En 2009 se efectuó la Bendición de la primera piedra del Santuario, así como la celebración de una Misa Solemne en el terreno en el que se construye el Santuario. La primera fase de edificación se espera que esté terminada en 2011.

El Santuario está ubicado en una zona de bosque y naturaleza. Tendrá capacidad para 1.500 personas, y contará con un lago con las 14 estaciones del Vía Crucis, y un segundo lago con los misterios del Rosario. También una Casa retiro para 50 personas.

“La idea es que las familias puedan venir a pasar el día en el Santuario, no solo a la Misa sino para un momento de reflexión”.

La Asociación de la Divina Misericordia colabora en la difusión de la espiritualidad, y ahora también en las aportaciones para terminar la obra.

 

SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN CANCÚN, MÉXICO

Santuario de la Divina Misericordia en Cancún México

Mons. Pedro Pablo Elizondo, Obispo de la Prelatura de Cancún-Chetumal, durante la consagración del Santuario de la Divina Misericordia, el Domingo 11 de abril de 2010, fiesta de la Divina Misericordia.

Fotografía del día de la Consagración del Santuario de la Divina Misericordia, que está situado en la región 238 de Cancún.
Se pueden ver un cuadro de Jesús Misericordioso, un cuadro de la Virgen de Guadalupe, y otro de Santa Faustina Kowalska.

 

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América Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Peregrinaciones y Santuarios

Latinoamérica tiene Eventos y Tradiciones de Semana Santa Espectaculares, míralas aquí

Como se expresa la religiosidad popular de Semana Santa en América.

La Semana Santa en el continente americano es una celebración que sintetiza las tradiciones de la Iglesia Católica con tradiciones locales, que muchas veces son de fuente indígena y que se fueron “acomodando” en el período de la primera evangelización, y luego reformando con el paso de los años. Estos son algunas de las principales tradiciones.

Señor de los Temblores de Perú

Dentro de todas ellas se destacan dos, que las tratamos en artículos separados:

Por un lado tenemos los variados eventos y ricas tradiciones de Perú, que las puedes leer aquí.

Y por otro lado, dentro del extenso repertorio de México, se destaca la formidable representación de la Pasión de Cristo de Iztapala, que puedes leerla aquí.

 

ARGENTINA

El Vía Crucis más largo del mundo. En la provincia de Formosa, al noreste argentino, año tras  año, se viene realizando el Via Crucis más largo del mundo, tal como fue consagrado por el Libro Guinness de los Records. El trayecto abarca 512 kilómetros, dura 3 días y se realiza por la Ruta Nacional 81. Mientras los fieles van rezando y atravesando distintos pueblos que simbolizan las estaciones del Vía Crucis la gente se va turnando para llevar en crucifijo de madera y la imagen de la Virgen María.

La primera cruz está ubicada en la ciudad capital y la última levantada en el límite con la provincia de Salta. Son 14 cruces en madera de quebracho colorado y algarrobo, que son los árboles nativos más preciados. Cada una de las cruces ha sido montada como un homenaje a quienes participaron de la fundación de Formosa y a todos quienes se han destacado por su aporte al desarrollo de la provincia.

Peregrinación de la Virgen de Copacabana. Otra de las tradiciones más importantes de la Semana Santa argentina, es la de los peregrinos que llevan la imagen de la Virgen de Copacabana, desde el santuario de Punta Corral hacia Tilcara, en una larga caminada que puede durar hasta 8 horas entre los cerros, acompañada por grupos que entonan música tradicional Jujueña. Esto es en la provincia de Jujuy. 

El Viacrucis más largo del mundo en Formosa Argentina

 

BOLIVIA

Los 12 Platos. El Viernes Santo, la Iglesia Católica manda el ayuno en señal de duelo por el Cristo crucificado, sin embargo la costumbre entre la gente es preparar doce platos distintos que no contengan carne.

Peregrinación de 3 días. Los peregrinos que recorren los más de 150 kilómetros que hay de La Paz hasta Copacabana. La celebración dura tres días en los cuales miles de jóvenes y personas de todas las edades llegan al Santuario en peregrinación por devoción a la Virgen de Copacabana. En estas fechas también se conmemora en domingo de “Cuasimodo”, celebrando la entronización de la imagen de la Virgen en la Capilla Mayor, evento sucedido en 1614. Esta peregrinación también se realiza en Jujuy, Argentina.

Permiso para pecar. En la costumbre andina está la creencia de que el sábado de gloria se pueden cometer pecados porque “Dios está muerto y no ve lo que hacen los hombres. En algunos lugares lapso de tiempo es llamado tiempo santo. En los pueblitos suele ocurrir que se incrementan los hurtos de fruta y de enceres menores. Antiguamente existía la tradición de que los enamorados ‘secuestracen’ a su amada para entregarse a los pecados de la carne, ya que “no había delito ante los ojos del Señor aquel día”.

Fiesta de Judas. Cuando finaliza la Semana Santa en la ciudad de la Magdalena comienza la fiesta de judas que tiene inicio el sábado por la mañana al sonido de “la bombilla” (tamborita). Los hombres hacen los muñecos de Judas y de su esposa conocida como “Simona Judas”. En la tarde del lunes los muñecos son quemados y fusilados. Los Moros recogen sus cenizas y sus restos son tirados a las aguas del Itonama.

 

BRASIL

El pueblo de la Semana Santa. La Semana Santa en Brasil se vive de manera diferente al resto del mundo y concretamente hay un lugar donde la representan de manera bastante real, ya que construyen un pueblo que representa Jerusalén para poder escenificar todo lo que pasó Jesús hasta su muerte. Este lugar es Brejo da Madre De Deu, que se encuentra en Pernambuco. Aquí construyeron una ciudad que en cada Semana Santa representan la Pasión de Jesús de una manera lo más real posible. 

Procesion en Popayan

 

COLOMBIA

Procesiones. En todo el país se celebran procesiones y demás fiestas litúrgicas, destacándose la celebración en el municipio de Piedecuesta Santander con la Hermandad de Jesus Nazareno Parroquia San Francisco Javier de Piedecuesta. También está la de la ciudad Popayán que es mundialmente conocida, las cuales se realizan al menos desde 1556 (según archivos históricos en Popayán y Quito), fueron declaradas Patrimonio Cultural Nacional. También se destacan las celebraciones en Mompox, Pamplona, Tunja y Cali donde la más reconocida se celebra en el barrio Colseguros en la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro al sur de la ciudad con más de 23 pasos que recorren sus calles.

Semana chiquita. Una de las tradiciones más arraigadas en Colombia es la llamada “Semana Santa Chiquita”, que tiene lugar en la ciudad de Popayán, donde cada camino conduce a una iglesia, y como dicen, es bien cierto que en cada esquina hay una. Las procesiones chiquitas, reciben este nombre porque son los niños los que toman las calles vestidos de obispos, curas, alcaldes, etc. En estas procesiones están representados todos los personajes de la “Semana Santa Mayor.

 

COSTA RICA

Procesiones de Jesús Nazareno del Consuelo. En Santo Domingo de Heredia, donde los lugareños le rinden veneración a la Imagen tricentenaria de Jesús Nazareno del Consuelo, la cual es visitada para pedir y pagar favores concedidos, se desarrollan procesiones muy hermosas con andarios muy bellamente decorados que son los que recorren la ciudad saliendo desde la majestuosa Basílica de Santo Domingo y realizando los recorridos que se fijan para los días santos, puesto que el Nazareno es utilizado con los diferentes motivos que recuerdan la Pasión de Cristo, como Atado a la Columna en la flagelación el Miércoles Santo, o como Señor Rey de Burlas el Jueves Santo, y con la Cruz a Cuestas el Viernes Santo.

Procesión del Santo Entierro del Señor. El Viernes Santo en la tarde en todo Costa Rica se realiza la muy solemne y respetada procesión del Santo Entierro del Señor. Pasados los Oficios Litúrgicos de la Pasión del Señor inician estos recorridos procesionales que recuerdan el traslado del cuerpo del señor hasta el sepulcro, acompañados por la Imagen de la Virgen Nuestra Señora de los Dolores.

 

ECUADOR

En la Semana Santa Mayor. Algunas de las costumbres más populares entre los ecuatorianos por estas fechas son las de “tapar a los santos” y comer fanesca (sopa típica). Las ciudades viven rituales, procesiones y representaciones bíblicas. En algunos pueblos de la costa los ciudadanos se visten de negro entero. En varios pueblos se realiza la ceremonia del “Descendimiento”, donde el cuerpo de Cristo crucificado es colocado en el “Santo Sepulcro” y llevado en procesión por las calles de las ciudades. En algunos lugares los habitantes afirman que está prohibido bañarse el Viernes Santo bajo riesgo de convertirse en pez.

 

EL SALVADOR

Jesús Nazareno de Sonsonate. Es considerada como una de las celebraciones más solemnes de todo El Salvador. La Hermandad de Jesús Nazareno de Sonsonate data de 1859, cuando nació como cofradía, cuenta con una de las imágenes más hermosas probablemente de toda Latinoamérica además de que data de hace más de 400 años. La Hermandad tiene a cargo de celebrar las procesiones de lunes a viernes en la mañana con una duración promedio de 9 a 10 horas. Su salida el día viernes santo a las 5 de la tarde reúne aproximadamente a 20,000. La procesión tiene una duración de 14 horas saliendo el viernes a las 5:00 pm y regresando a Catedral de la Santísima Trinidad el día sábado a las 8:00 am aproximadamente.

Departamento de Cuscatlán, en Cojutepeque. Todos los años, miles de cargadores, cucuruchos, encargados, banda y feligreses se dan cita para ver el recorrido de Jesús Nazareno de la parroquia de san Juan, dicha parroquia cuenta con la hermandad más antigua del departamento: La Hermandad del Santo Entierro de Cristo

Chalchuapa (municipio de Santa Ana). También goza de tener tradiciones propias y únicas como: la lavada de la ropa del señor o las procesiones tradicionales en la que los cargadores cargan y caminan descalzos por las calles de la ciudad (considerándose un acto de piedad muy fuerte y especial). Además las imágenes de esta ciudad son muy antiguas y de alto valor y poseen una fama de ser milagrosas (Jesús Nazareno, El Señor de la Cruz y La Virgen de los Dolores, aunque existen otras imágenes estas son las milagrosas). Incluso la procesión del Santo Entierro de esta ciudad goza de tener una marcha procesional propia titulada «Christus Factus» que solo es sonada para esta procesión.

Alfombras de flores. Los salvadoreños invierten muchas horas en hacer complicadas alfombras de flores, sal o serrín, teñidas de diferentes colores.     

Alfombra para la procesión de Jesús de La Merced del Viernes Santo Antigua Guatemala

 

GUATEMALA

Alfombras en las calles. Se extienden alfombras de colores por las calles donde cruzarán las procesiones. Las alfombras son tejidas por las mujeres y las familias de la comunidad, quienes trabajan en la confección de los moldes, el teñido y la elaboración de las mismas. Son un gran atractivo para los turistas que disfrutan con su colorido y originalidad, siendo las más famosas las de la Antigua Guatemala.

Viernes y Domingo. El Santo Entierro, el Viernes Santo por la tarde-noche, son tres ciudades, las que se destacan por sus celebraciones de Semana Santa ó Semana Mayor, siendo éstas: la Antigua Guatemala, La Ciudad Capital y Quetzaltenango. Realizándose en las primeras dos, procesiones y velaciones durante todos los domingos de la cuaresma, con la imagen de Jesús con la cruz a cuestas -Jesús Nazareno- acompañado de la imagen de la Virgen de Dolores, San Juan y María Magdalena. Quetzaltenango es la única ciudad de este país y del mundo, en la que se realizan romerías todos los viernes de cuaresma en las diferentes iglesias que realizan procesiones durante la Semana Santa. (Un viernes le toca a cada iglesia).

La celebración en Antigua. La ciudad colonial de Antigua, a 40 kilómetros de la capital, celebra la Semana Santa de mayor relieve y devoción en Guatemala. En Antigua, la Semana Mayor tiene “sabor, olor y color”, debido a la variedad de platillos típicos que se elaboran para esas fechas y los adornos con que se decora toda la ciudad. Empanadas de salpor, dulces de colación, bebidas, bacalao a la vizcaína, curtido de vegetales y todo tipo de mariscos, representan la cocina tradicional del país. 

Semana Santa en México

 

MÉXICO

Viacrucis y Procesiones. México es un país dónde la Semana Santa tiene mucha importancia y siendo también donde se realiza la famosa representación del Viacrucis en Iztapalapa (ver otro post). Durante el Sábado de Gloria se queman los Judas. También son famosas las procesiones de San Luis Potosí, Puebla, San Miguel de Allende entre otras.

Visita de los siete templos. El Jueves Santo está la visita de los siete templos, donde se recrea cuando a Jesús de Nazareth fue enviado siete veces de Herodes a Pilatos dado que ninguno decidía tomar juicio sobre el asunto. Cabe señalar que como una tradición agregada a la visita se consumen tradicionales empanadas rellenas con frutas de temporada, capirotada y romeritos.

 

PANAMÁ

Pasión de Cristo. En la ciudad de Pese, se representa en vivo la Pasión de Cristo. El jueves santo se interpreta la “Última cena” y el viernes, el “Vía Crucis” y la “Crucifixión”.

Ofrendas a Cristo. En Atalaya, en la provincia de Veraguas, miles de peregrinos se concentran en la iglesia de la localidad para hacer ofrendas al Cristo en agradecimiento a las plegarias y milagros concedidos.   

Procesión de San Ignacio de Tanarandy se encienden más de 11000 velas Paraguay

 

PARAGUAY

Semana Santa en familia. Los paraguayos viven la Semana Santa con una mezcla entre celebraciones religiosas y tradiciones propias de la cultura del país.

El domingo de ramos la gente concurre a la misa de bendición de las palmas (pindo karai), que se elaboran artesanalmente en cada hogar y cada uno, a su gusto, le da la forma de su agrado.

El miércoles santo, es cuando en los hogares se reune toda la familia y se preparan en los tradicionales tatakua (horno) el chipa, la sopa paraguaya, y el chipa guasu, el asado de gallina, cerdo y oveja.

El jueves se aprovecha un suculento almuerzo en torno a una enorme mesa familiar, y a la noche, en la iglesia, todos concurren para la ceremonia del lavatorio de los pies. Allí también se podrá escuchar a los “Estacioneros” entonando sus lastimeros y melancólicos cantos que recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

Las siete iglesias. El viernes santo se percibe -aún en muchas localidades- un profundo silencio. A la tarde, la gente concurre a las iglesias para participar de la crucifixión de Jesucristo y de la recordación de las “siete palabras”. Luego, la imagen de Jesucristo se instala en el interior de las iglesias y la gente, en fila, revive la costumbre de la adoración (tupâitû). Seguidamente, algunos cumplen con la promesa de visitar otras iglesias para la adoración, hasta completar siete iglesias; práctica conocida con el nombre de “recorrido de las siete iglesias”.  

Procesión de Semana Santa en Nazca

 

PERÚ

En Lima. (ver otro post) son antiguas y tradicionales las procesiones o «Estaciones penitenciales» hacia la Plaza Mayor, saliendo desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Pascua procesiones de los diversos Templos de la Ciudad, con extraordinarias, variadas y hermosas esculturas que muestran los pasos de la Pasión y los Dolores de la Virgen, obras del esplendoroso pasado que le cupó por ser la más importante ciudad de los tiempos coloniales.

En Ayacucho. Se conmemoran las más célebres del territorio, con características andinas y tradiciones como la quema de chamiza y las andas decoradas con adornos de cera, siendo la procesión más famosa la del Encuentro el Miércoles Santo y el Domingo de Resurrección la imponente anda cubierta de velas del Cristo Resucitado.

En la Ciudad Del Cusco. Se celebra la famosa procesión del Señor De Los Temblores un Cristo de tez morena que procesiona con un mar de gente, rociado por una infinita lluvia de «ñucchu» flor andina de color rojo que simboliza la sangre emanada del mismo Cristo, luego se realiza en la plaza central de la ciudad una ceremonia conmovedora, el Cristo antes de ingresar de nuevo al recinto catedralicio de la ciudad se da vuelta para «observar» a su pueblo que se pone de rodillas, en un mar de lágrimas y rezos la imagen se inclina tres veces dando bendición y protección a la población para ingresar al recinto. Luego el jueves se visitan siete templos y el viernes la población desde la madrugada se dirige a los cerros colindantes acompañados de cruces, los padres tienen la costumbre de azotar a los niños por los pecados que cometieron y así «ayuden» a Cristo en su dolor, por la tarde de distintos templos recorre las calles de la ciudad la silenciosa procesión del Santo Sepulcro un Cristo yacente, Acompañado por su madre y Su apóstol más querido, Juan. La procesión se extiende a largas horas de la noche, el domingo la alegría cubre el dolor con un repique intenso de campanas que avisan a la población que Jesus.

Sermón Santo. El tradicional sermón de las tres horas en el que se glosan las siete palabras de Cristo en la Cruz nació en 1650, creación del sacerdote jesuita Francisco del Castillo. Desde Lima este sermón del Viernes Santo se ha extendido progresivamente a toda la cristiandad.

Fuentes:

 

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La Formidable Pasión de Jesucristo en Iztapalapa, México

Una de las expresiones de religiosidad popular más importantes de Latinoamérica en Semana Santa.

Casi tres millones de mexicanos se congregan cada año en las estribaciones del Cerro de la Estrella en Iztapalapa, una barriada al sur de México D.F., para rememorar la Pasión de Cristo, un espectáculo vivo en el que participan más de 6000 personas. La Pasión de Jesucristo en Iztapalapa es famosa desde 1843.

Jesus cargando la cruz

Todo comenzó en 1833, cuando los habitantes de Iztapalapa rezaban e imploraban al Señor del Santo Entierro o “Señor de la Cuevita”, el patrono del barrio, que los salvara de una terrible epidemia de cólera morbus que diezmó este poblado. 

Cada año, 450 vecinos de todas las edades y los más de 5,000 nazarenos de este popular barrio mexicano participan en la representación de la Pasión de Iztapalapa. Durante la representación, millones de cristianos reviven el sufrimiento del Cristo de Iztapalapa. Algunos cargan cruces o caminan descalzos para acompañar el recorrido santo y buscando una expiación de sus propias culpas.

El que da vida a Cristo debe cargar una cruz de más de 75 kilos a lo largo de tres kilómetros, desde la plaza central de Iztapalapa hasta la cima del Cerro de la Estrella, centro de la crucifixión y antiguo centro ceremonial azteca donde se hacía la ceremonia del fuego nuevo.

Soldados Romanos
Jesus conducido por soldados

 

LA HISTORIA

En el año 1833, el pueblo de Iztapalapa en la Ciudad de México, sufrió un ataque epidémico de cólera morbus que prácticamente acabo con todas las personas mayores de esa localidad y muchas familias enteras desaparecieron.

Por tal motivo, los sobrevivientes encontraron una posible salida: pedir fervorosamente al Señor de la Cuevita que la enfermedad terminará pronto, a cambio, ofrecieron representar año con año la pasión de Cristo en Semana Santa.

Dicen las narraciones de aquella época que el milagro se cumplió de manera sorprendente y literalmente “de la noche a la mañana” la epidemia desapareció, la gente se curó y celebraron una fiesta para festejar esto.

Una década después, en 1843, el pueblo entero se entregó con una dedicación y una laboriosidad sorprendente para llevar a cabo lo prometido y agradecerle a su Santo patrono la ayuda que recibieron en los momentos de angustia y desesperación.

La fe de esta localidad pudo más que una epidemia mortal. Desde entonces, la representación de la muerte de Jesús es una de las más coloridas, apasionadas y significativas de todas las que se ven en nuestro país e incluso en el mundo.

 

LA PASIÓN

Año con año, cerca de millones de personas se acercan a las inmediaciones del Cerro de la Estrella (o Huizachtepetl) para ser partícipes de una de las demostraciones de fe más grande del mundo.

El jardín Cuitlahuac, las explanadas centrales, las iglesias y unos 20 kilómetros que incluyen el recorrido, son el espacio donde se desarrolla el evento y donde nace el alma y el corazón que mantiene unidos a los ocho barrios que conforman al pueblo de Iztapalapa y a la majestuosidad de su tradición.

Iztapalapa, que en náhuatl significa “agua atravesada” o “sobre las losas del agua”, es un poblado lleno de historia, sincretismo religioso y sobre todo. Desde tiempos prehispánicos, este lugar se caracterizó por ser fastuoso, elegante y mágico.

Con canales, templos y palacios, el centro de reunión era el templo dedicado a Tezcatlipoca, justo en el mismo lugar donde ahora se encuentra el Santuario del Calvario, recinto dedicado al Señor de la Cuevita.

Los episodios más importantes tienen lugar el Domingo de Ramos con la Procesión y la Bendición de las Palmas; el Jueves Santo en el Jardín Cuitláhuac, y el Viernes Santo con la secuencia de la sentencia, los azotes, la coronación de espinas y el Vía Crucis que culmina en el Cerro de la Estrella con la crucifixión.

La flagelacion a Jesus
Los acompañantes que llevan cada uno su cruz
Las tres cruces y los actores

 

LOS PROTAGONISTAS

Al conocerse los días en que va a caer la Semana Mayor, comienzan los preparativos y se selecciona a los protagonistas del drama, quienes inician los ensayos desde enero. El comité organizador también tiene que ver con los escenarios y la coordinación de los movimientos de los personajes en los diferentes lugares donde hay representaciones. Así mismo, concerta con las autoridades de la Delegación la suspensión del tráfico a determinadas horas en los días señalados, las calles por donde pasarán las procesiones, la seguridad de las multitudes que se concentran en las calles, las plazas y los jardines (donde además se establecen los puestos de comida, de antojitos, de diversiones, los juegos mecánicos, todo lo que conforma la feria).

Los papeles ya no se heredan familiarmente como se hacía en otras épocas. Soldados romanos y judíos, integrantes del Sanedrín, vírgenes del pueblo, mujeres de Herodes, romanas, se eligen de entre los habitantes de los diferentes barrios. Los nazarenos son aquellos que por promesa, manda o voluntad propia, se imponen la carga de una cruz a lo largo de todo el trayecto del Vía Crucis, atrás del Cristo. Los actores rivalizan por los papeles principales. Los criterios para seleccionar a los personajes son diversos, y los más estrictos son para designar a los actores principales: los apóstoles y la Virgen María. Cristo, por ejemplo, debe ser fuerte para soportar el recorrido cargando la cruz, soltero, originario de Iztapalapa, de familia cristiana, y poseer un físico que concuerde con la idea que la población tiene de Jesús. Él y otros personajes se dejan crecer el pelo, se lo tiñen.

En torno a él gira toda la actividad ritual y la emotividad afectiva; al dar énfasis a los aspectos humanos de la divinidad, se fomenta la religiosidad popular. 

Todos los detalles son objeto de minucioso cuidado: los vestidos, maquillajes, peinados; las pelucas de los soldados romanos, de Cristo, apóstoles y nazarenos. La escenografía, los aspectos visuales; los recorridos, la seguridad de los actores, de los penitentes que pagan mandas, de los devotos y del público asistente a la gran representación. Los parlamentos, la transmisión de los valores, la lección aprendida… en pocas palabras, la continuidad de la tradición popular.  Afuera de todos los lugares elegidos para la representación, se levantan miles de puestos-que pagan los derechos a la Delegación-;los ruidos de la música y de los vendedores se mezclan con las voces de los actores.

Jesus crucificado
Jesus crucificado con los ladrones
Maria recibe a Jesús muerto

 

EL DRAMA

El Domingo de Ramos, las casas y las calles se llenan de flores, las campanas se echan a vuelo, y un ángel con un niño inician la procesión que avanza lentamente. Los cientos de nazarenos llevan adornos de bandas blancas sobre las túnicas moradas; las vírgenes y las mujeres del pueblo adornan sus cabezas con coronas de flores, la Virgen, la MagdaIena, llevan atuendos únicos. Por momentos IztapaIapa se transforma en JerusaIén, la multitud se dirige al barrio de San Lucas para que el sacerdote bendiga las palmas, los ramos de manzanilla, romero y laurel (éstas se guardan, pues la gente les atribuye poderes curativos). Hay risas cuando se reciben en la cara las gotas de agua bendita; en el atrio se mezclan los olores de los puestos de comida, los gritos de los vendedores, la música de los juegos mecánicos: el pueblo mezcla lo bíblico con lo actual.

EI Jueves Santo, los adornos en las calles son de color blanco y morado; los actores llegan al lugar donde han ensayado; llena de flores y frutas está la cárcel que Cristo ocupará más tarde. De una casa, sale la procesión que inician el niño y el ángel, después las vírgenes, Jesús, los nazarenos, los sacerdotes y dignatarios romanos, flanqueados por los soldados. La procesión recorre las calles de los ocho barrios, y llega hasta la iglesia del Señor de la Cuevita, donde los presentes quieren tocar la urna y pedir gracias. Los nazarenos, que suman cientos, ahora llevan una corona de espinas con flores en la cabeza. Después de la alocución deI obispo en la iglesia, continúa la escena de la última Cena en el Jardín Cuitláhuac; sigue el Lavatorio de los Pies; el Prendimiento, y Ia Oración del Huerto. Los parlamentos no coinciden con Ia Sagrada Escritura, se han transformado al correr de los años según el gusto de los participantes; lo mismo sucede con otros episodios que los lugareños han agregado.

El Viemes Santo congrega multitudes; la presencia de los encargados de la seguridad y de los primeros auxilios a los visitantes es muy evidente. Llevan a Cristo de la cárcel a la explanada,donde hay una columna; ahí se suceden varios episodios. La gente se estremece conmovida por la representación, cuando Jesús vestido de blanco es azotado con unas ramas teñidas de rojo. El rumor aumenta cuando la muchedumbre inicia el recorrido al Calvario-Cerro. La subida es difícil para los penitentes, actores y espectadores que quieren presenciar la escena; algunos se conforman con los periscopios de cartón adquiridos allí mismo. Todos deben llegar al lugar de Ias tres caídas, del encuentro con Ia Verónica, la Samaritana y las santas mujeres.

La procesión avanza lentamente, entre los árboles, en medio de sollozos, lamentos, lágrimas, desmayados y gritos de quienes ofrecen su mercancÍa, desde comida y sombreros, hasta refrescos y aparatos para ver mejor el espectáculo. Los soldados romanos, los más de mil nazarenos que llevan sus cruces a cuestas, los judíos, se entremezclan con los espectadores, Ias santas mujeres, los apóstoles. Todos ellos, que han estado en todos los momentos, llegan hasta el lugar donde están Ias tres cruces. La actuación del Cristo, que llena de fervor a los espectadores e imparte intensa emoción a todas las ceremonias, llega a la culminación con Ia Crucifixión. En el lugar sagrado del cerro, en la cruz más grande se coloca a Jesús.

La mujer que hace el papel de la Virgen, vive sus mejores momentos cuando «Dolorosa» recibe el cuerpo del crucificado; le habla y lo conduce hasta donde se inicia, en la tarde, la Procesión del Silencio. Por las calles de los ocho barrios llevan una imagen del Señor de la Cuevita que cargan unos jóvenes encapuchados. La gente que ha vivido intensamente el drama de Ia Pasión regresa a sus casas.  Con el tiempo, la representación ha cambiado: de los atrios de los templos al cerro, de las imágenes y Cristos-niños a los jóvenes cuidadosamente seleccionados por su tipo y estatura, de los parlamentos originalmente hablados ahora cantados en algunos episodios. Han ocurrido transformaciones en las actuaciones, vestuarios, pelucas y maquillajes; en las escenografías y en la extensión del recorrido, aunque los elementos básicos se mantienen a través de los años.  Suspendida durante la Revolución, cuentan los lugareños que el propio general Zapata prestó los caballos necesarios para su realización.

La iglesia ahora alienta una representación paralela, diferente a la popular, que considera no está apegada a los textos bíblicos; es de hecho, el reconocimiento de dos puntos de vista: por una parte el de la tradición escrita y sancionada, la litúrgica en el interior del templo, y por otra la celebración callejera que va más allá de una escenificación, pues en ella convergen los ideales, las esperanzas de acabar con muchas de las dificultades de la vida; es más que teatro, es el enlace entre el pasado (el drama) y el presente, la búsqueda de reconocimiento de los organizadores y de los que participan, el gusto de los que toman parte como actores, o como espectadores. Todo ello permite que Ia fiesta, ceremonia o representación continúe por lo que significa no sólo para los de Iztapalapa sino para Ia nación entera.

Fuentes:


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Los Grandes Eventos de Semana Santa en Perú

En Perú podemos destacar dos fuentes populares de grandes eventos de Semana Santa. Por un lado la Semana Santa Andina, en que se destacan las procesiones y eventos de Ayacucho, Cuzco, Tarma y Huaraz.

Y por otro lado las procesiones de Lima, dominada por el despliegue de las hermandades o cofradías.

  

SEMANA SANTA ANDINA

En los Andes, se pueden apreciar multitudinarias procesiones por Semana Santa, llenas de colorido y fervor, donde se mezclan elementos del cristianismo con paganismo. Cada región se convierte en el centro de atención de peruanos y de extranjeros.

Las celebraciones que sobresalen en el Perú, sin desmerecer a otras, se realizan en el milenario Cusco, el pacífico pueblo de Ayacucho, la turística beldad de Huaraz y en Tarma, la Perla del Ande, en la zona central del Perú.

 

EN AYACUCHO

En la capital, Huamanga, las celebraciones se inician con el llamado «Viernes Doloroso», anterior al Domingo de Ramos, congregando miles de feligreses alrededor del Señor de la Agonía y de la Virgen Dolorosa, en un encuentro que personifica el sufrimiento de Cristo y el de su madre.

Minutos después del mediodía en el Domingo de Ramos se realiza la tradicional entrada de la «Chamiza» o retama -especie de planta seca- a la Plaza Principal, que consiste en el paso de una tropelía de acémilas y asnos -adornados con ramas de esta planta- jalada por los pobladores que, abriéndose paso entre la multitud, hacen estallar cohetes y bombardas. Al llegar a la Plaza Principal de la ciudad, la «chamiza» es depositada en un discreto emplazamiento al costado de la Catedral, donde permanecerá intacta hasta la madrugada del Domingo de Pascua antes de ser incinerada.

En el Viernes Santo acontece la Procesión más significativa de la Semana Santa. El Nazareno, ataviado con un traje de terciopelo morado bordado en oro y piedras que asemejan ser preciosas, se encuentra con la Virgen Dolorosa, con una túnica negra de encaje, llamando la atención los siete puñales que lleva en su pecho.

Ambos marchan juntos hacia el templo de Santa Clara, de donde salieron al principio de la jornada, acompañados por María Magadalena y San Juan, en andas.

Un mar de gente acompaña las andas del Cristo Resucitado en la Plaza principal de Ayacucho.

En el Sábado de Gloria, el ritual pagano se hace presente en el cerro Acuchimay, donde se organiza una feria popular en que se venden todo tipo de artesanías, bebidas típicas como chicha, quesos frescos, «pimientos detonantes» y sopas, servidas en mates.

La Semana Santa llega a su fin el Domingo de Pascua o de Resurrección, justo cuando el alba colorea con un rutilante celeste la ciudad. Este mismo día la población pasa de la pena y congoja por la muerte de Cristo al canto alegre de himnos de gloria por el Cristo resucitado.

Miles de fieles acompañan las andas de Cristo ante la bella arquitectura de la Catedral de Huamanga.

Bellos diseños hechos con flores y tierras de colores por artesanos ayacuchanos que esperan ansiosos el paso del Señor. El Señor hace su aparición en un anda monumental en forma de pirámide, mientras el humo de la quemante «chamiza» tiene como telón de fondo el doblar de las campanas, los cánticos y los fuegos artificiales, que señalan el epílogo de esta inolvidable semana ayacuchana que se repetirá con igual o más fervor el próximo año.

 

CUSCO: EL SEÑOR DE LOS TEMBLORES

Señor de los Temblores de Cuzco

La Capital Arqueológica de América y antigua cabeza principal del otrora poderoso Imperio del Tahuantinsuyo celebra la Semana Santa rindiendo culto a la imagen del Señor de los Temblores o Taitacha Temblores, en quechua.

Según algunas fuentes, la historia de este Cristo de rasgos descarnados y de sobrecogedora apariencia se remonta a cuando el emperador Carlos V envió la efigie a Cusco, hecha especialmente para los indios, copiando las bruscas facciones de éstos. Los españoles buscaban consolidar así la Conquista hecha por la espada e imponer su adoración.

Pero fue el 31 de mayo de 1650 cuando se encendió aún más la llamarada de fe del pueblo cusqueño por el Señor de los Temblores. Esa tarde, un terremoto azotó la ciudad echando abajo muchas casas y templos. Fue entonces en que ocurrió un milagro para muchos: indios, señores, esclavos y mestizos se mezclaron todos para adorar y pedir amparo al Cristo de los Temblores.

Su rostro labrado -cual fina roca oscura- muestra un gesto grave y triste, recogiendo en cada paso el clamor de los fieles hacia su «General de la Esperanza». Se cree que su cuerpo adquirió ese tono ennegrecido cuando salió por primera vez a las calles, al contacto del humo que se expandía de los cirios y velas de la gente.

Desde esa época, las andas de este Cristo mestizo salen en procesión cada Lunes Santo, seguidas por una multitud de feligreses que lo acompañan con humilde fervor. En las ventanas de las casas, por donde pasa la efigie, se colocan refinadas piezas de tapicerías aterciopeladas con franjas de oro, telas y alfombras brillantes, que las familias reservan especialmente para esta ocasión. Mientras tanto, los Camaretos o pequeños morteros, petardos y cohetes agitan el ambiente con su estruendo hacen casi inaudibles los cánticos y oraciones de la multitud.

En el Viernes Santo, al igual que en Ayacucho, acontece el encuentro de las andas del Cristo en el Santo Sepulcro y de la Virgen Dolorosa.
Ese día, a diferencia a lo que sucede en otros lugares, no es de abstinencia en el Cusco. La costumbre es degustar doce platos típicos distintos que incluyen desde variadas sopas y potajes ya sea a base de pescado seco, trigo y olluco, hasta los deliciosos postres como los dulces de manzana, maíz o choclo.

La Semana Santa llega a su fin el Domingo de Resurrección. Luego de la procesión y de la celebración de la misa, por las principales calles se percibe el aroma exquisito de los manjares que deleitan propios y extraños, como el sabroso caldo de gallina, las empanadas, el dulce de maíz blanco, los tamales y las tortas. Así, en forma pagana, se cierra en la milenaria ciudad imperial del Cusco la Semana Santa andina.

 

TARMA: LA BELLA PERLA DE LOS ANDES

La muerte de Cristo en el Viernes Santo venerado por fieles que recorren junto a él la ciudad de los 33 templos. La hermosa ciudad de Tarma, bautizada como la Bella Perla de los Andes, está ubicada en el nororiental departamento de Junín, y es escenario de una de las celebraciones más vistosas y pintorescas de la religiosidad andina, comparable sólo con la majestuosidad de la fiesta de Sevilla.

Esta festividad se inicia con la salida de la procesión de la Virgen de Dolores, que lleva pintado en su rostro una natural dulzura que muy pocos artistas han podido plasmar en escultura o pintura alguna.

Durante la celebración de la Semana Santa, se realizan desfiles y procesiones como en otros lugares de la serranía peruana, destacando especialmente la del Santo Sepulcro. Resalta la maravillosa ornamentación que adorna las calles del recorrido, donde se aprecian arcos y alfombras hechos de plantas y flores naturales del lugar, como el arrayán, el geranio, el alhelí y otras, recogidas para la ocasión.
No importa la edad, todos colaboran en la confección de las alfombras para el Señor.

A lo largo de la semana, se llevan a cabo concursos de elaboración de alfombras y arcos florales con la participación de las comunidades aledañas a Tarma. En las noches, los artesanos se solazan con el tradicional «calientito», licor de caña mezclado con té y limón «para mantener la inspiración y creatividad» hasta el Domingo de Resurrección.

 

HUARAZ: CUMBRES NEVADAS DE DEVOCION

Cristo de la Cruz de Huaraz

Al pie del Huascarán -uno de los más altos nevados del mundo- en la ciudad de Huaraz, la Semana Santa se impregna con la tradición y costumbres de su pueblo al conmemorar la muerte y resurrección de Jesucristo.

En Huaraz, conocida como la Suiza peruana, la gente se prepara con un año de antelación para representar el drama del Gólgota y la posterior resurrección de Cristo con gran realismo.

La festividad se inicia el Domingo de Ramos con el tradicional desfile de las palmas en que la efigie de Jesús sobre un burrito recorre triunfalmente por las principales calles de la ciudad, recibiendo el aplauso y homenaje de la población.

Cada día de la Semana Santa se celebra con absoluta entrega. En el Lunes Santo, el Señor de la Oración del Huerto -peculiar figura de Cristo de rodillas con singular belleza, que simboliza un diálogo con el Dios Padre- sale del convento de San Antonio.

El Martes Santo, el Cristo de las Columnas -imagen que evoca al Nazareno con Poncio Pilatos- recorre las calles, escoltado por guardias pretorianos como en la Roma Antigua.

El Miércoles Santo, la venerada imagen del Cristo Pobre sale cubierta con un manto color púrpura y una corona de espinas, y es alumbrada por cientos de cirios y velas en manos de los fieles.

En el Jueves Santo, estas celebraciones alcanzan su máximo esplendor con la consagración de la Santísima Eucaristía. Ese día, los pobladores, impulsados por su fe, visitan a los enfermos en hospitales, clínicas y domicilios, tal como indica su tradición.

También, se realiza el velatorio nocturno o «Huaraqui» -voz quechua que significa amanecer- del Nazareno en la iglesia de La Soledad, que se prolonga hasta la madrugada del Viernes Santo.

El Viernes Santo se lleva a cabo la procesión del Cristo de la Cruz, imagen que es precedida por las andas de la Virgen Dolorosa. Al igual que en otros lares de la Sierra peruana, van acompañados de las andas de San Juan y María Magdalena, empujados por los devotos que no se arredran a pesar de la lluvia.

Al caer la noche, en medio de la penumbra, algunos hombres con túnicas blancas realizan la ceremonia de la desclavación y colocan la imagen de Cristo en el Santo Sepulcro, urna de vidrio que luego llevan en procesión.

El Sábado de Gloria, los niños de todos los barrios fabrican muñecos que representan a Judas y, luego de recorrer mercados y casas, lo queman ante el alborozo de la gente.

Finalmente en el Domingo de Resurrección, el Cristo resucitado es llevado en procesión a la Plaza de Armas donde se encuentra con la Virgen Dolorosa.  

El Cristo se muestra ante la Virgen, mientras el vuelo de los pájaros y la quema de coloridos fuegos artificiales proclaman a los cuatro vientos que el Señor ha resucitado. 

 

SEMANA SANTA EN LIMA

 

VIERNES DE DOLORES

Viernes de Dolores en Lima

Es el convento de San Miguel de la orden de Redención de Cautivos de la Merced, quien organiza, junto con las cofradías y hermandades ahí radicadas, esta solemne y primera procesión con la que se abren los cultos públicos de la Semana Santa. Consta esta primera procesión de tres pasos: Jesús Nazareno, Santo Cristo del Auxilio y Nuestra Señora de la Piedad.

La primera imagen nos nuestra a Jesús con la cruz a cuestas camino al Calvario. Su anda es moderna de estilo neobarroco, tallada en madera con aplicaciones de relieves pasionarios y candelabros de madera dorada. El pesado arco de madera que desde hace pocos años alberga al Nazareno desmerece la esbeltez de la imagen.

El siguiente paso es el correspondiente al Santo Cristo del Auxilio, portentosa imagen de la gubia del divino Montañés, una de las imágenes crísticas más eminentes que conserva la ciudad de Lima, fechada hacia 1603, nos muestra un Cristo muerto de belleza apolínea, con un muy bien logrado trabajo de la anatomía. Fue imagen de mucha devoción en los tiempos virreinales, con capilla propia en la nave de la epístola de la iglesia mercedaria.

El tercer paso es el correspondiente a Nuestra Señora de la Piedad, una de las dolorosas más antiguas de Lima, con cofradía de titularidad Esclavitud de la Madre de Dios de la Piedad y Santo Entierro de Cristo, desde el año de 1559, y con capilla propia desde 1614 en la nave del Evangelio de la mencionada iglesia. Posee un anda de palio soportado por catorce varas de bronce, cuyo cielo o gloria es actualmente de malla con bordados sobrepuestos, delante de la imagen se dispone una sencilla candelería de varias filas de cirios.

 

DOMINGO DE RAMOS

Domingo de Ramos en Lima

Muy temprano por la mañana desde las 6:45 a.m. algunos conventos de monjas realizan una pequeña procesión del Señor del Triunfo, la cual recorre el interior de la clausura conventual para luego salir por la portería, recorrer el estrecho espacio del atrio de la iglesia e ingresar al templo para la misa matinal. Son procesiones muy breves, con una duración de 10 o 15 minutos (lo que toma en recorrer el atrio del templo), en las que la imagen que procesiona es la usual en las representaciones de la entrada en Jerusalén de acuerdo al relato evangélico, es decir, el Señor Jesús montado en un burro o pollino. Estas imágenes suelen ser de tamaño menor que el natural y el jumento es de talla. Podemos observar esta procesión en los monasterios de El Carmen, Santa Rosa de las Monjas y Nazarenas.

En el corazón de Barrios Altos, exactamente a la iglesia de Trinitarias, sale la procesión del Señor Cautivo de Trinitarias. De esta hermosa iglesia barroca salen cuatro andas: el Señor en la Oración del Huerto, el Señor Cautivo de Trinitarias, Cristo de la Caña y la Virgen del Mayor Dolor.
Esta procesión es organizada por la Hermandad del Señor Cautivo de Trinitarias y por la comunidad de monjas trinitarias, que desde principios del siglo XX ha desarrollado la devoción a esta imagen pasionaria.

Sale en primer lugar el anda del Señor en la Oración del Huerto, la imagen es una hermosa muestra de la estatuaria colonial y representa a Jesús en la escena de Su oración y agonía en el Huerto de los Olivos; se lo representa de rodillas, con la mirada hacia lo alto y las manos en actitud de súplica hacia el Padre. Usualmente se lo viste con túnica verde y el escapulario trinitario azulgrana en el pecho, lleva resplandor con potencias de plata y va sobre una peana antigua rojo lacre con perfiles dorados. Generalmente los jarrones esquineros van adornados con ramas de olivos en asociación a esta escena, aunque este paso ganaría mucho si se lo decora en la parte posterior con olivos en tronco, a manera de un “bosque de olivos”.

Sigue el anda del Señor Cautivo de Trinitarias, imagen de tamaño casi natural que representa al Señor Jesús presentado al pueblo, es decir que responde a la iconografía de los Ecce Homo, conocidos como “cautivos” por la piedad popular peruana. Se lo representa de pie y de manera frontal en una actitud muy hierática, maniatado y coronado de espinas, suele ir vestido con túnicas bordadas de tela roja o púrpura con el escapulario trinitario (cruz griega de vertical rojo y travesaño azul en campo blanco) sobre el pecho. Un resplandor con potencias ricamente labrado en plata y una gran peluca de cabellos naturales completan el aseo de la imagen. El anda propiamente dicha es del tipo usual para los Cristos de Lima, un arco con resplandores soportados por columnas salomónicas, jardinera en los flancos y cuatro ángeles tenantes en las esquinas, todo enchapado en plata labrada de estilo neobarroco. Esta anda tiene la peculiaridad de que el arco no es de medio punto sino de herradura de perfil carpanel.

La última anda es la de Nuestra Señora del Mayor Dolor, imagen de vestir de muy hermosa expresión. Dirige la mirada hacia arriba y a la izquierda, como mirando un crucifijo, por lo que es de suponer que originalmente perteneció a un calvario, la mano derecha sostiene un paño de lágrimas mientras que la izquierda se eleva en actitud de plegaria. La imagen va vestida con saya y manto, entre las la que destaca la saya color Burdeos con un bordado antiguo de cesto de flores; siendo el manto usualmente azul también bordado complemente. Complementan el vestuario de esta imagen un corazón con siete puñales labrado en plata y una corona imperial con resplandor en metal feble. La imagen es portada en un anda barroca de madera tallada y dorada, donde destaca la peana que podría ser talla antigua.

 

LUNES SANTO

Esta procesión de Lunes Santo suele pasar en su recorrido hacia la plaza de armas por el local de Congreso de la República donde llega hacia las 5:00 p.m. para recibir el homenaje de esta institución, prosigue su recorrido por el jirón Junín hasta la plaza de armas donde el Señor Jesús en los misterios de la oración del huerto y su cautividad, y la Virgen del Mayor Dolor reciben el homenaje de Palacio de Gobierno, Municipalidad de Lima y Arzobispado de Lima, terminados los cuales retorna hacia su templo.

 

JUEVES SANTO

Jueves Santo en Lima

Como es un día dedicado exclusivamente a la Eucaristía, hoy no salen procesiones, por eso es costumbre que después asistir a los oficios del Jueves Santo, los fieles visiten los monumentos de siete iglesias, en recuerdo de los siete lugares que Jesús pasó durante su pasión: el huerto de Getsemaní, la casa de Anás, la casa de Caifás, el Pretorio con Pilato, la ida donde Herodes, la vuelta a Pilato y el Gólgota. Asimismo esta peregrinación piadosa por los monumentos se hace en recuerdo a las palabras de Jesús durante su agonía y oración en el huerto de Getsemaní: “Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo”. (Mateo 26,38)

Entre los monumentos levantados hoy día en las iglesias del centro de Lima se pueden destacar los siguientes:

Iglesia de San Pedro: En la capilla de la Penitenciaría de dicho templo se construye este monumento para el cual los padres de la Compañía de Jesús utilizan lo mejor de sus ornamentos litúrgicos; jarrones de porcelana, candelabros de cristal, blandones de metal cincelado, etc. ornamentan este monumento.

Iglesia de San Agustín: En la nave lateral se levanta este monumento que es uno de los más suntuosos de Lima, donde destaca el cuidado de los floreros, los ricos candelabros antiguos y sus grandes ángeles luciferarios.

Iglesia de Santa Rosa de las Monjas: Su monumento armado con gusto y dedicación destaca por el uso como peana de la antigua anda barroca de Santa Rosa, así como por el tabernáculo que representa al Agnus Dei sobre el libro de los siete sellos o cordero apocalíptico de cuyo lomo brota un corazón con resplandores.

Iglesia de Santa Catalina: Un monumento sencillo colocado en un anda de palio blanco y dorado, que alberga un tabernáculo en forma de pelícano eucarístico de metal labrado, en cuyo pecho se guarda la Hostia. En la iconografía cristiana, el pelícano representa a Cristo-Eucaristía, que da de comer su propia carne y sangre a sus hijos.

Iglesia de Santo Domingo: El retablo de la Virgen de Rosario alberga a este sencillo monumento que destaca por exhibir un antiguo tabernáculo de plata labrada y algunas piezas de platería antigua, restos del pasado esplendor del templo dominico.

Catedral de Lima: La iglesia Mayor arma un sencillo monumento en la nave de la Epístola con forma de tienda donde se alberga un Sagrario sencillo custodiado por ángeles antiguos tallados en madera. La importancia y jerarquía de la Iglesia catedral merece la elevación de un monumento con mayor ornato.

Iglesia de La Merced: La comunidad mercedaria construye el monumento eucarístico en el mismo retablo mayor, en cuyo tabernáculo se alberga el sagrario que contiene a Jesús Sacramentado; en los últimos años destaca el cuidado de los grandes arreglos florales y los grandes ángeles adoradores y luciferarios.

 

VIERNES SANTO   

Viernes Santo en Lima

Hoy día la iglesia se reúne para conmemorar la Pasión y Muerte del Salvador con el Oficio del Viernes Santo, que en Perú incluye el popular Sermón de las Siete Palabras o de las Tres Horas, invento limeño del Venerable padre Francisco del Castillo S.J.

Los templos silencian sus campanas, los altares desmantelados y desprovistos de flores, antiguamente las imágenes de los santos eran cubiertas con telas negras o moradas en señal de duelo, los sagrarios lucen vacíos y abiertos. Todo esto contribuye a dar un ambiente de pérdida, de despojo y de orfandad; la iglesia congregada al pie de la cruz especta el drama que nos dio la Redención.

Hoy por la tarde Lima ve pasar por sus cales tres procesiones organizadas por tres de las instituciones religiosas de mayor importancia: la Archicofradía de la Veracruz, la Cofradía de la Soledad y la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas.

La Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas saca hoy en procesión a su patrono rumbo a la Catedral, donde presidirá el Oficio de Viernes Santo, luego del cual retorna al monasterio de Nazarenas. Esta procesión no es tradicional dentro de la Semana Santa de Lima, es una innovación de tiempos muy recientes por deseo del actual cardenal.

La antiquísima Archicofradía de la Veracruz, decana de las cofradías y hermandades de Lima, fundada en 1540 por Don Francisco Pizarro y González con los primeros vecinos de la Lima hispánica, es la titular del Viernes Santo y hace su solemne recorrido procesional desde su propia sede, la Basílica de la Veracruz (vecina a la iglesia de Santo Domingo) y recorre la Plaza Mayor portando la preciosa reliquia de la Santa Cruz donde murió Cristo, conocida como Lignum Crucis, en un relicario bajo palio, acompañado por todos los archicofrades vestidos con túnicas de color negro con cruz quíntuple del Santo Sepulcro en el pecho.

Además forman parte de este tradicional cortejo tres pasos, la primera de las cuales, precedida por el estandarte de la Archicofradía y la cruz alta, es el de la Santa Cruz de Guía. Aquí se muestra una antigua cruz verde de tipo arbóreo -de la primera mitad del Siglo XVII- con un paño de tela blanca que representa el descendimiento del cuerpo de Cristo yaciente; el anda presenta algunos tallados de filiación barroca y cuatro hachones esquineros con cirios rojos que combinan con exornos florales de muy buen gusto..

La siguiente anda (paso) es la correspondiente al Señor del Santo Sepulcro. Se trata de una hermosa urna de madera tallada en el Siglo XIX en Cataluña y sobredorada con cuatro ángeles turíferos en las esquinas, base con relieves de las catorce estaciones del Vía Crucis, coronación de nubes con querubines y lados y tapa de cristal que dejan ver en su interior la inigualable imagen del Señor Cristo yaciente, obra que está inspirada en la estética de los grandes maestros de la escuela sevillana del siglo XVII. Una sobria decoración con claveles rojos completa el arreglo de esta anda.

La última anda es la de la Virgen de los Dolores de la Santa Veracruz, imagen traída de España a mediados del Siglo XVI, artísticamente decorada con candelería torneada y dorada compuesta por noventidos candelabros delante de la Madre de Dios y ocho jarrones con lilas, azucenas y jazmines; y, detrás ella una monumental cruz con paño y escaleras apoyadas en el travesaño en clara alusión al descendimiento de Cristo de la cruz.

La imagen sigue el tipo de las dolorosas de vestir que se encuentran dentro de arte colonial y va vestida con saya y manto negros ricamente bordados con hilos dorados y sobre la cabeza una diadema de oro labrado, coronada con cruz y enriquecida con veinticuatro esmeraldas.

Hay que hacer notar el detalle histórico de que esta Muy Antigua Archicofradía de la Veracruz fue durante varias décadas la única que procesionó durante la Semana Santa como titular de los días Jueves y Viernes Santo, manteniendo viva una tradición cuatricentenaria hasta que a fines de los años ochenta y bajo el gobierno arzobispal del recordado Cardenal Augusto Vargas Alzamora y los esfuerzos del obispo auxiliar de Lima, Mons. Alberto Brazzini Díaz Ufano, se revivió la costumbre de sacar procesiones pasionarias durante los días de la Semana Santa.

Otra curiosidad sobre esta Archicofradía de la Veracruz es que en tiempos coloniales su procesión trasladaba, además del Lignum Crucis, una imagen del crucificado llamado Cristo de la Veracruz que hoy se venera en el Altar Mayor de su Templo.

La siguiente corporación que procesiona este día es la Cofradía de la Soledad, muy antigua institución fundada en Lima a fines del siglo XVI en el convento de San Francisco, y que desde sus orígenes tuvo por titulares a Jesús en su Santo Sepulcro y a María Santísima de la Soledad, procesionando a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII los Viernes Santos por la tarde, llevando en andas al Señor del Santo Entierro y a la Virgen de la Soledad por las calles de la Lima virreinal. Al igual que otras hermandades y cofradías que actualmente procesionan durante la Semana Santa, la Cofradía de la Soledad volvió a sacar a su Virgen titular el año 1989 después unos 180 años de suspensión de esta procesión, gracias al apoyo de mons. Alberto Brazzini Díaz-Ufano quien incluso financió la compra de la nueva anda de la Virgen de la Soledad. Inicialmente se le asignó para su recorrido procesional el Sábado Santo en alusión a la soledad en que quedó María después de la muerte de Jesús, y hasta el año 2005 procesionó ese día acompañada de San Juan Apóstol, recuperando el día Viernes Santo a partir del año 2006. Los cofrades de La Soledad organizan un cortejo procesional bastante ordenado, muy diferente a lo común para las procesiones locales, e inspirado en la procesión virreinal que se aprecia en los cuadros coloniales de este tema dentro de la iglesia de La Soledad.

Estos cofrades visten un hábito compuesto de una túnica blanca y escapulario negro con el escudo de la Cofradía en el pecho y el cordón franciscano en la cintura por su identificación histórica con la orden franciscana, ya que esta cofradía de la Soledad de Lima es una de las cofradías de fundación franciscana en la ciudad. El color blanco de la túnica hace referencia a la pureza de la Virgen María y el negro de escapulario al color que se asocia tradicionalmente a la Virgen en el misterio de sus dolores.

Este cortejo procesional sale de la iglesia de La Soledad y se inicia con la cruz de guía flanqueada por portadores de cirios, luego el estandarte de la cofradía, sigue el anda de la Santa Cruz, continúa el anda de Señor del Santo Entierro y finalmente el anda de palio de la Virgen de la Soledad.

La primer anda corresponde al paso de la Santa Cruz, teniendo ésta la denominación propia de Santísima Cruz del Señor de Torrechayoc, devoción cuzqueña que tiene sede en la iglesia de la Soledad y que en estos días se asocia a la Cofradía para sacar en procesión a su santo madero. Va sobre anda tallada en madera natural y con un paño de tela blanca como único ornamento, flores rojas bordean esta anda que es flanqueada por filas de devotas y devotos del patrón de Urubamba.

La siguiente anda es la del Señor del Santo Entierro. Esta imagen representa a Cristo muerto y colocado en el sepulcro y es una de las imágenes pasionarias más importante de Lima, obra atribuida a Pedro de Noguera y fechada en 1609 presidió los cultos del Viernes Santo y procesionaba por las calles de Lima desde inicios del siglo XVII hasta la época de la Independencia en que se suspendió esta procesión. La talla muestra la pericia de Noguera en el tratamiento de la anatomía y el manejo del desnudo, siendo imagen articulada en los brazos y cabeza pues puede ser crucificado y luego descendido en una ceremonia que durante los siglos coloniales se realizaba en el atrio de la iglesia de San Francisco.

La siguiente y última anda es la de la Virgen de la Soledad, devota imagen que poseyó en tiempos virreinales muchísima popularidad y devoción; se representa a la Virgen María con la iconografía usual para la Virgen de la Soledad: las manos entrelazadas sobre el pecho y la cabeza inclinada hacia delante con la mirada perdida en la distancia, como desconsolada por la muerte de su hijo. Va vestida con túnica blanca y gran capa de terciopelo negro todo suntuosamente bordado con hilos dorados; un puñal y una corona imperial con resplandores, ambos ricamente labrados y dorados, completan el aderezo de esta imagen, que fuera dañada por el incendio del año 2005 y que a consecuencia de la restauración de la que fuera objeto perdió gran parte de su aspecto original.

Via Crucis Basilica de San Francisco. En horas de la tarde y después de los oficios del Viernes Santo, la comunidad de padres franciscanos organiza un Via Crucis alrededor de la plazuela de San Francisco, el cual es presidido por un antiguo crucifijo que es llevado en andas durante dicho ejercicio. La imagen que presidió este Via Crucis el año 2008 representa a Cristo ya muerto en la cruz, cuya cabeza cae hacia adelante mientras que el paño de pudor posee un dramático vuelo, lo que involucra esta talla dentro de la estética barroca de fines del siglo XVII. En años pasados se usaba al Crucificado de la portería del convento. La imagen va portada en una antigua anda neoclásica generalmente adornada con flores rojas, que ha sido lamentablemente repintada con esmaltes burdos.

Años atrás cuando la Cofradía de La Soledad procesionaba el Sábado Santo, la imagen de la Virgen de la Soledad acompañaba en su anda este Vía Crucis del convento franciscano, para luego regresar a su capilla para la velación de Señor del Santo Entierro.

 

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Domingo de Resurrección

Hoy nuevamente Cofradía de la Soledad realiza un recorrido procesional rumbo a la Catedral de Lima portando una imagen de su Virgen titular, ya de gloria y vestida de blanco riguroso, con el objetivo de hacer un encuentro con el Cristo Resucitado que se alberga en la Iglesia Mayor y de presidir la misa de Domingo de Pascua.

Terminada esta ceremonia la Virgen de la Soledad de gloria retorna a su capilla anexa al convento de San Francisco, tras un breve recorrido procesional por la plaza de armas de Lima. En esta ocasión la imagen es portada en una pequeña y sencilla anda decorada con flores blancas y amarillas, vistiendo túnica y capa blanca con bordados dorados y un resplandor de plata labrada auroleando su cabeza.

Un dato histórico sobre esta procesión del Domingo de Resurrección nos recuerda que desde principios de los años noventa hasta hace pocos años, era la comunidad de monjas del convento del Carmen de Barrios Altos y la Hermandad de la Santísima Virgen del Carmen de Lima los encargados de realizar esta procesión, que salía muy de mañana desde el templo barrioaltino hasta la Catedral, portando dos andas: una con el Señor Resucitado del convento del Carmen y la segunda con la Virgen de la Alegría, que era una Virgen del Carmen que en este día cambiaba su tradicional hábito marrón por una túnica y capa de color rosado; ambas portadas en andas decoradas con láminas de plata labrada. Dejó de venir esta procesión desde Barrios Altos por motivos de fuerza mayor.

Fuentes:

http://www.semanasantadelima.org/

 

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América Foros de la Virgen María Peregrinaciones y Santuarios

Alocuciones de Juan Pablo II peregrinando por los santuarios de América Latina

Desde su elección como Papa en 1978, Juan Pablo II visitó 26 países de América Latina, al que consideró el «continente de la esperanza» y de donde se llevó emocionantes recuerdos, según admitió en varias ocasiones.

Presentamos a continuación parte de homilías con contenido mariano, consagraciones y oraciones expresadas por él en esos viajes.

DE LA HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN LA CANONIZACIÓN DE JUAN DIEGO CUAUHTLATOATZIN EN CIUDAD DE MÉXICO, 31 DE JULIO DE 2002

“Es conmovedor leer los relatos guadalupanos, escritos con delicadeza y empapados de ternura. En ellos la Virgen María, la esclava “que glorifica al Señor” (Lc 1, 46), se manifiesta a Juan Diego como la Madre del verdadero Dios. Ella le regala, como señal, unas rosas preciosas y él, al mostrarlas al Obispo, descubre grabada en su tilma la bendita imagen de Nuestra Señora”.
“El acontecimiento guadalupano -como ha señalado el Episcopado Mexicano- significó el comienzo de la evangelización con una vitalidad que rebasó toda expectativa. El mensaje de Cristo a través de su Madre tomó los elementos centrales de la cultura indígena, los purificó y les dio el definitivo sentido de salvación” (14.05.2002, n. 8). Así pues, Guadalupe y Juan Diego tienen un hondo sentido eclesial y misionero y son un modelo de evangelización perfectamente inculturada”.
“Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres” (Sal 32, 13), hemos recitado con el salmista, confesando una vez más nuestra fe en Dios, que no repara en distinciones de raza o de cultura. Juan Diego, al acoger el mensaje cristiano sin renunciar a su identidad indígena, descubrió la profunda verdad de la nueva humanidad, en la que todos están llamados a ser hijos de Dios en Cristo. Así facilitó el encuentro fecundo de dos mundos y se convirtió en protagonista de la nueva identidad mexicana, íntimamente unida a la Virgen de Guadalupe, cuyo rostro mestizo expresa su maternidad espiritual que abraza a todos los mexicanos. Por ello, el testimonio de su vida debe seguir impulsando la construcción de la nación mexicana, promover la fraternidad entre todos sus hijos y favorecer cada vez más la reconciliación de México con sus orígenes, sus valores y tradiciones”.

DE LA HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN LA INAUGURACIÓN DEL NUEVO SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE COROMOTO 10 DE FEBRERO DE 1996

“Desde el 8 de septiembre de 1652, Santa María de Coromoto acompaña la fe de los indios y los blancos, de los mestizos y los negros de la tierra venezolana. A Ella, la Madre tan amada, le digo una vez más: «Tú que has entrado tan adentro en los corazones de los fieles a través de la señal de tu presencia, … vive como en tu casa en estos corazones, también en el futuro»”
“Si a lo largo de los siglos se han multiplicado en tantos lugares de la tierra los santuarios marianos, si son tan numerosos en América Latina y también aquí en Venezuela, entre los que destaca éste de Coromoto donde nos reunimos hoy, es precisamente porque para la Iglesia, para todos nosotros, es muy importante el testimonio materno de María sobre Cristo. Con su solicitud acompaña la difusión del Evangelio en todas las naciones. Este testimonio de María tiene una importancia particular para el continuo crecimiento y expansión de la Iglesia. María es Madre de la Iglesia porque es la Madre de Cristo.
¡Qué profundas son pues las razones para que vuestra Nación cristiana repita en este Santuario: «Tú eres el orgullo de nuestro pueblo»! (Jdt 15, 9)”.

A los pies de Nuestra Señora quiero depositar una vez más todas estas súplicas:
Virgen y Madre nuestra de Coromoto,
que siempre has preservado la fe del pueblo venezolano,
en tus manos pongo sus alegrías y esperanzas,
las tristezas y sufrimientos de todos tus hijos.
Implora sobre los Obispos y presbíteros los dones del Espíritu,
para que, fieles a sus promesas sacerdotales,
sean infatigables mensajeros de la Buena Nueva,
especialmente entre los más pobres y necesitados.
Infunde en los religiosos y religiosas
el ejemplo de tu entrega total a Dios,
para que en el servicio abnegado a los hermanos
los acompañen en sus trabajos y necesidades.
Madre de la Iglesia, alienta a los fieles laicos,
comprometidos en la Nueva Evangelización,
para que, con la promoción humana y
la evangelización de la cultura,
sean auténticos apóstoles en el Tercer Milenio.
Protege a todas las familias venezolanas
para que sean verdaderas iglesias domésticas,
donde se custodie el tesoro de la fe y de la vida,
se enseñe y se practique siempre la caridad fraterna.
Ayuda a los católicos a ser sal y luz para los demás,
como auténticos testigos de Cristo, presencia salvadora del Señor,
fuente de paz, de alegría y de esperanza.
Reina y Madre Santa de Coromoto,
ilumina a quienes rigen los destinos de Venezuela,
para que trabajen por el progreso de todos,
salvaguardando los valores morales y sociales cristianos.
Ayuda a todos y cada uno de tus hijos e hijas,
para que con Cristo, nuestro Señor y Hermano,
caminen juntos hacia el Padre
en la unidad del Espíritu Santo.
Amén.

SOLEMNE ACTO DE CONSAGRACIÓN DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II A LA VIRGEN DE LOS TREINTA TRES. FLORIDA (URUGUAY) 8 DE MAYO DE 1988

1. ¡Feliz porque has creído, Madre del Redentor!
Ante tu imagen sagrada, oh Virgen de los Treinta y Tres,
todo el pueblo del Uruguay,
que te reconoce como Madre y Patrona,
se confía unánime a mis labios para ensalzarte:
“¡Feliz porque has creído!”,
y con inefable gratitud te aclama Maestra de su fe.
Tu mirada bondadosa acompaña los caminos de evangelización
y sostiene con amor solícito
la peregrinación de fe y de esperanza
de todo el Pueblo de Dios en esta sierra,
que en ti pone su confianza, a ti encomienda sus aspiraciones,
su futuro de paz, de progreso, de fidelidad a Cristo.

2. ¡Bendita entre las mujeres! ¡Bendito el fruto de tu seno!
Madre del Verbo de la vida, Virgen de Nazaret,
te encomiendo encarecidamente en este día
todas las familias del Uruguay.
Que sean felices afianzando más y más
el vínculo indisoluble y sagrado del matrimonio;
que sean benditas porque respetan la vida que nace,
como don que viene de Dios,
desde el mismo seno materno.
Haz que cada familia sea de veras una iglesia doméstica,
–a imagen de tu hogar de Nazaret–,
donde Dios esté presente
para hacer llevadero el yugo suave de su ley que es siempre amor,
y donde los hijos puedan crecer en sabiduría y gracia,
sin que les falte el alimento, la educación, el trabajo.
Que el amor de todos los uruguayos hacia ti,
se traduzca en respeto y promoción de la mujer,
ya que eres espejo de su vocación y dignidad,
con la Iglesia y en la sociedad.

3. ¡Virgen del Magnificat, fiel a Dios y a la humanidad!
Te ofrezco y pongo bajo tu amparo la Iglesia entera del Uruguay,
los obispos y los sacerdotes,
particularmente los recién ordenados,
los religiosos y religiosas,
los seminaristas y novicios
y cuantos están dedicados
al servicio de la evangelización
y del progreso de este pueblo:
los catequistas, los laicos comprometidos, los jóvenes.
Tú que eres la imagen perfecta y viva de la libertad,
de la unión indisoluble entre el amor de Dios
y el servicio a los hermanos,
entre la evangelización y la promoción humana,
enséñanos a poner en práctica
el amor preferencial de Dios por los pobres y humildes.
Que toda la Iglesia del Uruguay,
bajo tu valiosa ayuda y ejemplo,
trabaje sin descanso por implantar
el Evangelio de las bienaventuranzas,
garantía de libertad, de progreso, de paz;
promueva la solidaridad con las demás naciones hermanas,
y todos los uruguayos vivan en armonía y concordia,
conscientes de ser hijos de Dios y hermanos en Cristo,
sellados por el mismo Espíritu,
miembros de la misma Iglesia
e hijos tuyos, Madre del Redentor.
Amén.

ACTO DE CONSAGRACIÓN DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II A LA VIRGEN SANTÍSIMA DE COPACABANA, LA PAZ (BOLIVIA) – 10 DE MAYO DE 1988

Madre santísima de Copacabana,
al concluir esta celebración litúrgica
en la que hemos orado unidos
por las familias bolivianas,
imploro sobre ellas tu protección maternal.
Tú, que desde tu santuario nacional
acompañas con mirada bondadosa el caminar de este pueblo,
alienta con tu intercesión poderosa
a las familias de Bolivia,
que hoy confío a tus cuidados.
Protege e inspira
a las madres de familia de esta noble tierra,
que con dedicación admirable atienden
y dan consistencia a sus hogares,
guían a sus hijos por el camino del bien
y buscan su dignidad en lo cristiano y en lo humano.
Ilumina también a los padres
para que sepan ser siempre, en su vida familiar y social,
ejemplos de rectitud,
educadores responsables de sus hijos,
modelo de respeto a los valores religiosos y morales
que hacen estable y sana la familia.
Cuídate en especial de los hijos para que, a imitación de Jesús,
crezcan en edad, en sabiduría y en gracia,
recibiendo y difundiendo en su propio hogar
el amor y el respeto entre todos.
Modela su corazón joven
a fin de que, con comprensión y generosidad,
robustezcan la unión familiar,
vivan en obediencia a los principios cristianos
y sean así el apoyo de sus padres
y la esperanza de la sociedad boliviana.
Vela, Madre, con particular ternura
sobre las familias campesinas, que sufren el azote de la pobreza,
sobre los hogares de los mineros,
sobre los relocalizados, los que no tienen pan ni trabajo,
los más pobres y abandonados,
para que experimenten tu consuelo
y la solidaridad de los demás.
Enseña, finalmente,
a todos tus hijos bolivianos,
sin distinción de origen étnico o extracción social,
la fidelidad a la fe cristiana,
la valentía en la adversidad,
la convivencia de la idéntica dignidad de hijos y hermanos,
el empeño para mejorar la patria común,
el compromiso por la honestidad y la justicia,
la esperanza en un mundo nuevo
en el que reinen de veras el amor y la paz. Amén

RADIOMENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II AL PUEBLO BOLIVIANO DESDE EL SANTUARIO MARIANO NACIONAL DE COPACABANA (BOLIVIA) – 14 DE MAYO DE1988, DURANTE EL VIAJE APOSTÓLICO EN URUGUAY, BOLIVIA, LIMA Y PARAGUAY

Queridos hermanos y hermanas de Bolivia:
Llevo en mi corazón el gozo del encuentro con vosotros y el recuerdo consolador de vuestra fe y de vuestra vida cristiana. Al sobrevolar ahora el santuario mariano nacional de Copacabana, os dirijo gozoso y confiado este mensaje por radio, antes de dejar vuestro país.
Son las últimas palabras de mi viaje pastoral, mientras me siento todavía entre vosotros. Con ellas quisiera hacerme peregrino de amor al santuario de la Madre y Patrona de Bolivia, junto al pueblo católico boliviano.
A este lugar de gracia, Copacabana, donde la fe sembrada por religiosos dominicos, agustinos, franciscanos y sacerdotes diocesanos floreció en la presencia solícita y maternal de la Virgen de Candelaria, acudo yo también como peregrino entre los peregrinos. Quiero acompañar en su recorrido a los miles de devotos bolivianos, que como los antiguos romeros del Cusco, Juli, Potosí, Salta y tantos otros lugares, con todo medio de transporte o a pie, vienen a postrarse ante la Virgen Morena, la Virgen del Lago; de ese lago majestuoso que guarda tantas y tan antiguas tradiciones de vuestros pueblos.
En la meta del santuario, a los pies de la imagen bendita de María, Madre de Jesús y nuestra, no habiendo podido hacerlo físicamente, me postro espiritualmente, en este Año Mariano. Y quisiera que mi plegaria se uniese, hoy y siempre, a la de cada hermano y hermana de Bolivia:
Madre de Copacabana, Tú que en éste y en otros santuarios dedicados a ti recibes las súplicas y tantos testimonios de amor de tus hijos, los alientas en sus amarguras, inspiras sus deseos de conversión y les muestras a tu Hijo en brazos, haz que cada uno de nosotros encontremos el camino hacia Cristo; que recobremos el aliento para ayudar al hermano pobre, al que sufre, al que necesita paz y gracia. Tú, Madre de Candelaria, guíanos por el camino que conduce a Jesús, tu Hijo y Hermano nuestro, “luz para iluminar a todas las gentes”, Palabra del Padre y presencia del Espíritu.
Que el peregrinar a tu santuario no sea sólo para suplicarte dones de la tierra, sino también los dones del Espíritu que robustezcan la fe, acrecienten la esperanza, muevan a obras de caridad.
Enseña a tus hijos de Bolivia caminos de convivencia fraterna, de vida honesta, de moral renovada, de respeto a cada hermano, de compromiso con su patria.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Así sea.

SANTA MISA CELEBRADA POR EL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN LA EXPLANADA DEL SANTUARIO MARIANO DE CAACUPÉ (PARAGUAY) – 18 DE MAYO DE 1988, DURANTE EL VIAJE APOSTÓLICO A URUGUAY, BOLIVIA, LIMA Y PARAGUAY

“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1, 28).

1. ¡Cuántas personas han saludado a María con estas venturosas palabras, pronunciadas par primera vez en Nazaret! ¡En cuántas lenguas y escritos de la gran familia humana!
“Llena de gracia”. Así se dirige el mensajero divino a la Virgen María.
Estas palabras son un eco de la eterna bendición con que Dios ha vinculado la humanidad redimida a su Eterno Hijo: “El nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mondo…, predestinándonos a ser sus hijos adoptivos” (Ef 1, 4-5).
Al aceptar la Virgen el mensaje traído por el ángel, la eterna bendición divina descendió con la virtud del Altísimo sobre Ella y la cubrió con su sombra: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.. María respondió: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 31. 38).
Estamos viviendo en toda la Iglesia, amadísimos hermanos y hermanas, el Año Mariano. En este año dedicado a María, me es grato poder visitar el Pueblo de Dios que vive en esta tierra del Paraguay: un país, podríamos decir, eminentemente mariano, ya que en su geografía ha quedado claramente inscrito, en hermosa secuencia de nombres, el Evangelio de los misterios de María: Concepción, Encarnación, Asunción.
Che corazoité güivé, po ma maiteí; ha hianteté cheve Ñandeyara ta pende rovasá ha to hykuavó pende apytepe i mborayhú ha i ñe’e marangatú (De todo corazón os saludo y deseo que Dios os bendiga y derrame entre vosotros su amor y su palabra santa)

2. En este santuario nacional de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé quiero abrazar, en mi saludo de fe y amor a la Virgen, al Pastor de la diócesis, junto con todos los hermanos en el Episcopado que nos acompañan; asimismo saludo con afecto a los sacerdotes y seminaristas, a los religiosos y religiosas y a toda la Iglesia en el Paraguay que viene a este santuario como a su propio hogar, porque es la casa de la Madre común.
Contemplando la imagen bendita de Nuestra Señora de Caacupé, parece como si se rehiciera la misteriosa trama de una historia secular, en la que coincide felizmente para esta nación la llegada del mensaje cristiano de salvación y la presencia maternal de María en estas tierras.
Se ha cumplido también aquí lo que tantas veces hemos visto en otros lugares: con la llegada del Evangelio, anunciando a Cristo, se hace a la vez presente su Madre, que es también Madre de los discípulos de Jesús y que congrega a todos sus hijos en la Iglesia, que es la familia de Dios. De este modo se realiza sin cesar el misterio de la comunidad eclesial, reunida en torno a María, como en el Cenáculo.
Caacupé es el lugar que María misma quiso elegir –como atestiguan los sencillos signos y testimonios que nos ha transmitido la historia de este santuario– para quedarse en medio de vosotros, para fijar en medio de estas montañas su morada, con un gesto exquisito de amor maternal y de fidelidad a su misión universal.
Este santuario nacional, con su fuerza “atractiva y irradiadora”, es lugar bendito donde encontraréis siempre a la Madre que Cristo nos ha entregado en el testamento de amor de la cruz (cf Jn 19, 27) .
Peregrinar a Caacupé, como soléis hacer con tanto fervor en torno al 8 de diciembre, cuando desde los cuatro puntos cardinales del Paraguay venís para congregaros aquí, es ir a ese encuentro con la Madre de Dios para consolidar la fe y la gracia de Dios en vosotros, y poder abrir de par en par los espacios de vuestro corazón a Cristo, el Redentor (cf. Redemptoris Mater, 28)
Caacupé es el núcleo de esa geografía mariana, tan plásticamente expresada en los nombres de vuestras ciudades, que perpetúan la memoria de los principales misterios de María.
Por ello, os aliento a conservar con sano orgullo las mejores tradiciones y costumbres de vuestro pueblo, a cultivar el idioma, las expresiones artísticas y, sobre todo, a afianzar más y más el profundo sentimiento religioso. Defendiendo vuestra identidad, además de prestar un servicio, cumplís un deber: el deber de transmitir vuestra cultura y vuestros valores a las generaciones venideras. De este modo, la nación entera se sentirá enriquecida, al mismo tiempo que la común fe católica impulsará a todos a abrir el corazón a los hermanos, sin excluir a nadie, en un esfuerzo solidario por trabajar con tesón en favor de la patria y del bien común.
Es bien sabido, amados hermanos y hermanas, que tanto en la vida de los nativos como de los campesinos no faltan dificultades y problemas. No pocas veces han sido objeto de marginación y olvido. La Iglesia de hoy, como hizo la Iglesia del pasado con figuras como San Roque González, fray Luis Bolaños y tantos otros misioneros, quiere apoyar decididamente las demandas de respeto a sus legítimos derechos, sin por ello dejar de recordarles sus deberes.
Este caminar solidario con los hermanos, potenciando sus valores y animando desde dentro su cultura, ocupa una parte sustancial en la perspectiva y en la realidad cumplida por el misterio de la Encarnación. Misterio de una presencia de Dios entre nosotros, de una comunión de Dios con nosotros, de la unidad indisoluble entre el amor a Dios y el amor a los hermanos, porque con su Encarnación el Hijo de Dios “se ha unido en cierto modo con cada hombre” (Gaudium et spes, 22).
Los paraguayos han experimentado en lo íntimo la presencia continua de la Madre de Dios en este paraje, sereno y de singular belleza, casi oculto entre montes y cerros. Y han comprobado la eficacia de su mediación por los frutos de gracia y de santidad que desde aquí ha derramado sin cesar sobre su pueblo querido. En las horas difíciles de la historia de la nación, en los momentos de tribulación y de dolor, los paraguayos han dirigido su mirada hacia Caacupé, faro luminoso de su fe, en el cual han encontrado energías suficientes para motivar el heroísmo, la generosidad, la esperanza.
La mirada retrospectiva hacia el pasado de una maravillosa historia de fe, no nos exime del deber de una confrontación con los problemas presentes y con el futuro de la Iglesia y de la nación.
María, la mujer nueva, desde Caacupé, con su presencia eclesial, con su mediación materna, a la que con tanta hondura religiosa se encomiendan todos los paraguayos, os está diciendo que no se puede construir el futuro sin la luz del Evangelio.
Virgen de Caacupé, que irradias luz desde esta serranía, te pido de todo corazón que bendigas y que cuides en todo tiempo a esta nación paraguaya.

ACTO DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN CAACUPÉ, PRONUNCIADA POR EL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN EL SANTUARIO MARIANO DE CAACUPÉ (PARAGUAY) 18 DE MAYO DE 1988

1. ¡Salve María, Estrella de la mañana!
Con todo el pueblo del Paraguay,
Santísima Virgen de Caacupé,
Purísima en tu Concepción Inmaculada,
Señora de los Milagros y Madre de la patria,
vengo a ratificar en tu presencia
la ofrenda de amor y de fidelidad
que te presentan agradecidos
los hijos de esta tierra
a quienes acompañas en su peregrinación en la fe.
Tu imagen nos habla de unión
entre Evangelio y cultura nativa,
del arraigo de la religiosidad popular,
del atractivo que ejercen desde siglos
tu nombre y tu santuario.

2. ¡Virgen Inmaculada, llena de gracia!
Ante tu imagen se inclinaron las generaciones pasadas,
y todos los paraguayos te reconocen como Patrona y guía.
En este día venturoso te ofrezco y te confío
la Iglesia entera del Paraguay,
los Pastores y los fieles,
los sacerdotes, los religiosos y religiosas,
los seglares, las familias, los jóvenes.
Encomiendo a tus solícitos cuidados la fidelidad del Paraguay
a su vocación y a sus raíces cristianas,
para que bajo tu continua protección
pueda alcanzar la plena realización
que Tú, María, nos indicas en tu Hijo
verdadero Dios y verdadero hombre.

3. ¡María de Nazaret, signo de consuelo y de esperanza!
A Ti que precedes y guías nuestro camino de fe,
nuestra peregrinación hacia el futuro,
encomendamos la nueva evangelización
que comienza en este santuario de Caacupé,
al igual que comenzó en Nazaret
con el misterio de la Encarnación,
y en el Cenáculo de Pentecostés
con la venida del Espíritu Santo.
Tú que eres primicia de la humanidad nueva,
salvaguarda los valores de la cultura autóctona,
la fe que arraiga en los corazones sencillos,
la profunda religiosidad del pueblo.

4. ¡Reina y Señora del Paraguay!
Reaviva en las mentes y en los corazones
el fervor de tus misterios,
grabados en lo más profundo
de nuestra fe y de nuestra cultura,
esos misterios que canta la geografía de la nación.
Tu Concepción: el amor del Padre que te llenó de gracia,
signo de la victoria sobre el pecado y sobre el mal.
La Encarnación: el misterio del Hijo de Dios hecho hombre,
la cercanía y el amor de nuestro Dios
que nos ha llegado por Ti.
Tu Asunción: el destino definitivo de la Iglesia
que resplandece en tu glorificación
a la derecha de Cristo, el Redentor Resucitado.
Hoy anhelamos y rogamos por tu intercesión
que toda la Iglesia del Paraguay,
reunida en torno a tu imagen,
como los Apóstoles en Pentecostés,
reciba una renovada efusión del Espíritu
para proclamar el Evangelio
con la entereza de una fe profunda
y la fecundidad del testimonio cristiano.
Sé Tú, oh María, el signo de la verdadera libertad
de todos los hijos de Dios en el Paraguay,
congregados en la unidad de la Iglesia
de la que Tú eres modelo perfecto
y Madre amorosa. Amén.

ACTO DE CONSAGRACIÓN DE CHILE A LA VIRGEN DEL CARMEN PRONUNCIADO POR SU SANTIDAD JUAN PABLO II EN EL SANTUARIO NACIONAL DE MAIPÚ (SANTIAGO DE CHILE) 3 DE ABRIL DE 1987

1. Te bendecimos, ¡oh Dios nuestro!, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, porque elegiste a María, desde antes de la creación del
mundo, para ser santa e inmaculada ante Ti por el amor.
En previsión de los méritos de Cristo,
la redimiste y constituiste Madre del mismo Redentor.
Por virtud del Espíritu Santo hiciste de Ella para siempre
templo de tu gloria, una nueva criatura,
primicia de la nueva humanidad.
¡Bendito seas por siempre, Señor!

2. ¡Bendita Tú entre las mujeres, Virgen María,
y bendito el fruto de tu seno, Jesús!
En Ti, la llena de gracia, se refleja la bondad de Dios
y el destino de la criatura humana,
para alabanza de la gloria de su gracia
con la que nos enriqueció en su Hijo muy amado,
que es nuestro Hermano e Hijo tuyo, Jesucristo.
Tú, la humilde sierva del Señor,
eres el modelo de los discípulos de Cristo
que consagran su vida a realizar la voluntad del Padre
para la venida de su reino.

3. ¡Santa María, Madre de Cristo,
Madre de Dios y Madre nuestra!
Bajo tu amparo nos acogemos,
a tu intercesión maternal nos confiamos.
Como Tú te consagraste totalmente a Dios,
nosotros, siguiendo tu ejemplo
y en comunión contigo,
nos consagramos a Cristo el Señor;
nos consagramos también a Ti, nuestro modelo,
porque queremos hacer en todo la voluntad del Padre,
y ser como Tú fieles a las inspiraciones del Espíritu.

4. ¡Virgen del Carmen de Maipú,
Reina y Patrona del pueblo chileno!
A tu corazón de Madre encomiendo la Iglesia
y todos los habitantes de Chile:
los Pastores y los fieles,
todos los hijos de esta nación.
Que bajo tu protección maternal,
Chile sea una familia unida en el hogar común,
una patria reconciliada en el perdón
y en el olvido de las injurias,
en la paz y en el amor de Cristo.
Tú que eres la Madre de la Vida verdadera,
enséñanos a ser testigos del Dios vivo,
del amor que es más fuerte que la muerte,
del perdón que disculpa las ofensas,
de la esperanza que mira hacia el futuro
para construir, con la fuerza del Evangelio,
la civilización del amor en una patria reconciliada y en paz.

5. ¡Santa María de la Esperanza,
Virgen del Carmen y Madre de Chile!
Extiende tu escapulario, como manto de protección,
sobre las ciudades y los pueblos, sobre la cordillera y el mar,
sobre hombres y mujeres, jóvenes y niños,
ancianos y enfermos, huérfanos y afligidos,
sobre los hijos fieles y sobre las ovejas descarriadas.
Tú, que en cada hogar chileno tienes un altar familiar,
que en cada corazón chileno tienes un altar vivo,
acoge la plegaria de tu pueblo, que ahora, con el Papa, de nuevo se consagra a Ti.
Estrella de los mares y Faro de luz,
consuelo seguro para el pueblo peregrino,
guía los pasos de Chile en su peregrinar terreno,
para que recorra siempre senderos de paz y de concordia,
caminos de Evangelio, de progreso, de justicia y libertad.
Reconcilia a los hermanos en un abrazo fraterno;
que desaparezcan los odios y los rencores,
que se superen las divisiones y las barreras,
que se unan las rupturas y sanen las heridas.
Haz que Cristo sea nuestra Paz,
que su perdón renueve los corazones,
que su Palabra sea esperanza y fermento en la sociedad.

6. ¡Madre de la Iglesia y de todos los hombres!
Inspira y conserva la fidelidad a Cristo
en la nación chilena y en el continente latinoamericano.
Mantén viva la unidad de la Iglesia bajo la cruz de tu Hijo.
Haz que los hombres de todos los pueblos,
reconozcan su mismo origen y su idéntico destino,
se respeten y amen como hijos del mismo Padre,
en Cristo Jesús, nuestro único Salvador,
en el Espíritu Santo que renueva la faz de la tierra,
para gloria y alabanza de la Santísima Trinidad.
Amén.

ACTO DE CONSAGRACIÓN DE ARGENTINA A LA VIRGEN DE LUJÁN PRONUNCIADO POR EL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN BUENOS AIRES (ARGENTINA) 12 DE ABRIL DE 1987

1.¡Dios te salve, María, llena de gracia,
Madre del Redentor!
Ante tu imagen de la Pura y Limpia Concepción,
Virgen de Luján, Patrona de Argentina,
me postro en este día aquí, en Buenos Aires,
con todos los hijos de esta patria querida,
cuyas miradas y cuyos corazones convergen hacia Ti;
con todos los jóvenes de Latinoamérica
que agradecen tus desvelos maternales,
prodigados sin cesar en la evangelización del continente
en su pasado, presente y futuro;
con todos los jóvenes del mundo,
congregados espiritualmente aquí,
por un compromiso de fe y de amor;
para ser testigos de Cristo tu Hijo
en el tercer milenio de la historia cristiana,
iluminados por tu ejemplo, joven Virgen de Nazaret,
que abriste las puertas de la historia al Redentor del hombre,
con tu fe en la Palabra, con tu cooperación maternal.

2. ¡Dichosa tú porque has creído!
En el día del triunfo de Jesús,
que hace su entrada en Jerusalén manso y humilde,
aclamado como Rey por los sencillos,
te aclamamos también a Ti,
que sobresales entre los humildes y pobres del Señor;
son éstos los que confían contigo en sus promesas,
y esperan de E1 la salvación.
Te invocamos como Virgen fiel y Madre amorosa,
Virgen del Calvario y de la Pascua,
modelo de la fe y de la caridad de la Iglesia,
unida siempre, como Tú,
en la cruz y en la gloria, a su Señor.

3. ¡Madre de Cristo y Madre de la Iglesia!
Te acogemos en nuestro corazón,
como herencia preciosa que Jesús nos confió desde la cruz.
Y en cuanto discípulos de tu Hijo,
nos confiamos sin reservas a tu solicitud
porque eres la Madre del Redentor y Madre de los redimidos.
Te encomiendo y te consagro, Virgen de Luján,
la patria argentina, pacificada y reconciliada,
las esperanzas y anhelos de este pueblo,
la Iglesia con sus Pastores y sus fieles,
las familias para que crezcan en santidad,
los jóvenes para que encuentren la plenitud de su vocación,
humana y cristiana,
en una sociedad que cultive sin desfallecimiento
los valores del espíritu.
Te encomiendo a todos los que sufren,
a los pobres, a los enfermos, a los marginados;
a los que la violencia separó para siempre de nuestra compañía,
pero permanecen presentes ante el Señor de la historia
y son hijos tuyos, Virgen de Luján, Madre de la Vida.
Haz que Argentina entera sea fiel al Evangelio,
y abra de par en par su corazón
a Cristo, el Redentor del hombre,
la Esperanza de la humanidad.

4. ¡Dios te salve, Virgen de la Esperanza!
Te encomiendo a todos los jóvenes del mundo,
esperanza de la Iglesia y de sus Pastores;
evangelizadores del tercer milenio,
testigos de la fe y del amor de Cristo
en nuestra sociedad y entre la juventud.
Haz que, con la ayuda de la gracia,
sean capaces de responder, como Tú,
a las promesas de Cristo,
con una entrega generosa y una colaboración fiel.
Haz que, como Tú, sepan interpretar los anhelos de la humanidad;
para que sean presencia saladora en nuestro mundo
Aquel que, por tu amor de Madre, es para siempre
el Emmanuel, el Dios con nosotros,
y por la victoria de su cruz y de su resurrección
está ya para siempre con nosotros,
hasta el final de los tiempos.
Amén.

DE LA HOMILÍA DEL SANTO PADRE, JUAN PABLO II, DURANTE LA CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA EN EL CAMPO “JUAN PABLO II” DE CHIQUINQUIRÁ (COLOMBIA) JULIO DE 1986

1. ¡Dichosa Tú que has creído! (cf. Lc 1, 45)
Como peregrino a tu santuario de Chiquinquirá, me postro ante Ti, oh Madre de Jesús, pronunciando las palabras con las que te saludó Isabel, la esposa de Zacarías, en el umbral de su casa.
2. ¡Dichosa Tú, que has creído!
Son muchos los lugares en la tierra desde los cuales los hijos del Pueblo de Dios, nacidos de la Nueva Alianza, te repiten a porfía las palabras de esta bienaventuranza: “Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mi?” (Lc 1, 42-43)
Y uno de esos lugares, que Tú has querido visitar, como la casa de Isabel, es éste: el santuario mariano del Pueblo de Dios en tierra colombiana.
Aquí en Chiquinquirá quisiste, oh Madre, disponer para siempre tu morada. Durante cuatro siglos, tu presencia vigilante y valerosa ha acompañado ininterrumpidamente a los mensajeros del Evangelio en estas tierras para hacer brotar en ellas, con la luz y la gracia de tu Hijo, la inmensa riqueza de la vida cristiana. Bien podemos repetir hoy, recordando las palabras de mi venerado predecesor el Papa Pío XII, que “Colombia es jardín mariano, entre cuyos santuarios domina, como sol entre las estrellas, Nuestra Señora de Chiquinquirá”.
Amadísimos hermanos y hermanas: Al cumplirse el cuarto centenario de la Renovación de esta venerada imagen, me sumo gozosamente a vosotros en esta peregrinación de fe y de amor. He venido a este lugar a postrarme a los pies de la Virgen, deseoso de confortaros en la fe, esto es, en la verdad de Jesucristo, de la cual forma parte la verdad de María y la verdadera devoción hacia Ella. Quiero también orar con vosotros por la paz y la prosperidad de esta amada nación, ante Aquella que proclamáis Reina de la Paz y que con afecto filial invocáis como Reina de Colombia.
3. En mi peregrinación a este santuario, quiero abrazar en mi saludo de fe y de amor a la Virgen, a todos cuantos están viviendo con vuestra presencia o en espíritu estos momentos de gracia: en primer lugar a mis hermanos en el Episcopado, en particular, a los Pastores de la provincia eclesiástica de Tunja: los obispos de Chiquinquirá, Duitama, Garagoa y Casanare. Asimismo a las autoridades, encabezadas por el Señor Presidente de la República; a los Pueblo de Dios que en este santuario de María se encuentra como en su propia casa, por ser casa de la Madre común. Mis manos se alargan, en aras de fervor mariano, para estrechar de modo singular en el mismo abrazo a todos vosotros, los campesinos, quienes a base de esfuerzo y de sudor cultiváis esta tierra, participando en el misterio de Dios, creador y providente: Dios que da la lluvia para que la tierra dé sus frutos (cf. Sal 85 [84], 13). …
La devoción a la Virgen María, tan firmemente arraigada en vuestra genuina religiosidad, tan popular, no puede y no debe ser instrumentalizada, por nadie; ni como freno a las exigencias de justicia y prosperidad que son propias de la dignidad de los hijos de Dios; ni como recurso para un proyecto puramente humano de liberación que muy pronto se revelaría ilusorio. La fe que los pobres ponen en Cristo y la esperanza de su reino tienen como modelo y protectora a la Virgen María.
María, aceptando la voluntad del Padre, abre el camino de la salvación y hace posible que con la presencia del reino de Dios se haga su voluntad en esta tierra así como ya se hace en el cielo. María, proclamando la fidelidad de Dios por todas las generaciones, asegura la victoria de los pobres y de los humildes; esa victoria que ya se refleja en su vida y por la cual todas las generaciones la llamarán bienaventurada (cf. Lc 1, 46-53).

ORACIÓN DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II A LA VIRGEN DEL ROSARIO, PRONUNCIADA EN LA BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ (COLOMBIA) EL 3 DE JULIO DE 1986

1. ¡Dios te salve María!
Te saludamos con el Ángel: Llena de gracia.
El Señor está contigo.
Te saludamos con Isabel: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¡Feliz porque has creído a las promesas divinas!
Te saludamos con las palabras del Evangelio: Feliz porque has escuchado la Palabra de Dios y la has cumplido.

2. Tú eres la ¡llena de gracia!
Te alabamos, Hija predilecta del Padre.
Te bendecimos, Madre del Verbo divino.
Te veneramos, Sagrario del Espíritu Santo.
Te invocamos, Madre y Modelo de toda la Iglesia.
Te contemplamos, imagen realizada de las esperanzas de toda la humanidad.

3. ¡EI Señor está contigo!
Tú eres la Virgen de la Anunciación, el Sí de la humanidad entera al misterio de la salvación.
Tú eres la Hija de Sión y el Arca de la nueva Alianza en el misterio de la visitación.
Tú eres la Madre de Jesús, nacido en Belén, la que lo mostraste a los sencillos pastores y a los sabios de Oriente.
Tú eres la Madre que ofrece a su Hijo en el templo, lo acompaña hasta Egipto, lo conduce a Nazaret.
Virgen de los caminos de Jesús, de la vida oculta y del milagro de Caná.
Madre Dolorosa del Calvario y Virgen gozosa de la Resurrección.
ú eres la Madre de los discípulos de Jesús en la espera y en el gozo de Pentecostés.

4. Bendita porque creíste en la Palabra del Señor,
porque esperaste en sus promesas,
porque fuiste perfecta en el amor.
Bendita por tu caridad premurosa con Isabel,
por tu bondad materna en Belén,
por tu fortaleza en la persecución,
por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo,
por tu vida sencilla en Nazaret,
por tu intercesión en Caná,
por tu presencia maternal junto a la cruz,
por tu fidelidad en la espera de la resurrección,
por tu oración asidua en Pentecostés.
Bendita eres por la gloria de tu Asunción a los cielos
por tu materna protección sobre la Iglesia
por tu constante intercesión por toda la humanidad.

5. ¡Santa María, Madre de Dios!
Queremos consagrarnos a Ti.
Porque eres Madre de Dios y Madre nuestra.
Porque tu Hijo Jesús nos confió a todos a Ti.
Porque has querido ser Madre de esta Iglesia de Colombia y has puesto aquí en Chiquinquirá tu santuario.
Nos consagramos a Ti todos los que hemos venido a visitarte en esta celebración solemne de los cuatrocientos años de la renovación de tu imagen.
Te consagro toda la Iglesia de Colombia, con sus Pastores y sus fieles:
Los obispos, que a imitación del Buen Pastor velan por el pueblo que les ha sido encomendado.
Los sacerdotes, que han sido ungidos por el Espíritu.
Los religiosos y religiosas, que ofrendan su vida por el reino de Cristo.
Los seminaristas, que han acogido la llamada del Señor.
Los esposos cristianos en la unidad e indisolubilidad de su amor con sus familias.
Los seglares comprometidos en el apostolado.
Los jóvenes que anhelan una sociedad nueva.
Los niños que merecen un mundo más pacífico y humano.
Los enfermos, los pobres, los encarcelados, los perseguidos, los huérfanos, los desesperados, los moribundos.
Te consagro toda esta nación de Colombia de la que eres, Virgen de Chiquinquirá, Patrona y Reina.
Que resplandezcan en sus instituciones los valores del Evangelio.

6. ¡Ruega por nosotros pecadores!
Madre de la Iglesia, bajo tu patrocinio nos acogemos y a tu inspiración nos encomendamos.
Te pedimos por la Iglesia de Colombia, para que sea fiel en la pureza de la fe, en la firmeza de la esperanza, en el fuego de la caridad, en la disponibilidad apostólica y misionera, en el compromiso por promover la justicia y la paz entre los hijos de esta tierra bendita.
Te suplicamos que toda la Iglesia de Latinoamérica se mantenga siempre en perfecta comunión de fe y de amor, unida a la Sede de Pedro con estrechos vínculos de obediencia y de caridad.
Te encomendamos la fecundidad de la nueva evangelización, la fidelidad en el amor de preferencia por los pobres y la formación cristiana de los jóvenes, el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, la generosidad de los que se consagran a la misión, la unidad y la santidad de todas las familias.

7. “Ahora y en la hora de nuestra muerte”.
¡Virgen del Rosario, Reina de Colombia, Madre nuestra! Ruega por nosotros ahora.
Concédenos el don inestimable de la paz, la superación de todos los odios y rencores, la reconciliación de todos los hermanos.
Que cese la violencia y la guerrilla.
Que progrese y se consolide el diálogo y se inaugure una convivencia pacífica.
Que se abran nuevos caminos de justicia y de prosperidad.
Te lo pedimos a Ti a quien invocamos como Reina de la Paz.
¡Ahora y en la hora de nuestra muerte!
Te encomendamos a todas las víctimas de la injusticia y de la violencia, a todos los que han muerto en las catástrofes naturales, a todos los que en la hora de la muerte acuden a Ti como Madre y Patrona.
Sé para todos nosotros, Puerta del Cielo, vida, dulzura y esperanza, para que juntos podamos contigo glorificar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
¡Amén!

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO A LA VIRGEN DE COROMOTO, PRONUNCIADA POR SANTO PADRE JUAN PABLO II, EN CARACAS, 27 DE ENERO DE 1985

Y ahora con gran confianza en su maternal ayuda queremos hacer esta mañana el acto de ofrecimiento de todos los hijos de Venezuela a Nuestra Señora de Coromoto.
A Ti, Madre Santísima, que has sido la protectora de la fe del pueblo venezolano, te confío hoy la fe de este pueblo. Defiéndela contra los peligros del laicismo, de los ataques que la amenazan, del consumismo, de la visión horizontalista de la vida que atenta contra su vigor.
En tus manos, oh María, Madre de Cristo y nuestra, pongo las alegrías y las tristezas, las esperanzas y sufrimientos, los desvelos y necesidades de todas las familias venezolanas. Cuida en ellas la vida, aun la no nacida, protege a sus niños y jóvenes, conforta a sus enfermos y ancianos, aumenta el amor de los esposos, para que caminen siempre en la luz de tu Hijo y busquen la estabilidad de su unión en el sacramento. Asiste asimismo a las familias emigrantes, especialmente a las venidas de Cuba, de la República Dominicana, de Colombia, del Ecuador y de Europa, que son las más numerosas.
Te encomiendo, oh María, Madre de la Iglesia, a los ministros de tu Hijo, a las almas consagradas, a los que sintieron la llamada a su servicio y al de sus hermanos. Alienta sus anhelos apostólicos, afianza su fidelidad, inspírales deseos de santidad, acompaña su generosa entrega eclesial. Te confío también el problema de la escasez de vocaciones.
Inspira a esta Iglesia para que redoble su vitalidad, suscitando en su seno abundantes y selectas vocaciones. Bendice a cuantos con su trabajo honrado procuran el bienestar de los hermanos: al campesino y al obrero, al empresario y al artesano, a los profesionales y a quienes tienen responsabilidades de dirección en la sociedad. Ayúdales a ejercer su misión con gran sentido de honradez, diligencia y moralidad, escuchando el fuerte clamor de justicia que brota de tantos corazones.
Virgen Santa de Coromoto, en unión colegial con mis hermanos obispos de Venezuela, te pido: ilumina los destinos de Venezuela; guía esta noble nación, por los caminos de la paz y del progreso cristiano; ayuda a todos sus hijos, para que de la mano con Cristo, nuestro Señor y Hermano, caminen hacia el Padre común en la unidad del Espíritu Santo. Amén.

DE LA HOMILÍA DURANTE LA SANTA MISA CELEBRADA POR EL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN EL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE SUYAPA EN TEGUCIGALPA (HONDURAS), 8 DE MARZO DE 1983

Un mismo nombre, María, modulado con diversas advocaciones, invocado con las mismas oraciones, pronunciado con idéntico amor. En Panamá se la invoca con el nombre de la Asunción; en Costa Rica, Nuestra Señora de los Ángeles; en Nicaragua, la Purísima; en El Salvador se la invoca como Reina de la Paz; en Guatemala se venera su Asunción gloriosa; Belice ha sido consagrada a la Madre de Guadalupe y Haití venera a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Aquí, el nombre de la Virgen de Suyapa tiene sabor de misericordia por parte de María y de reconocimiento de sus favores por parte del pueblo hondureño…
5. Queridos hermanos e hijos de este pueblo de Honduras, de donde han salido preciosas iniciativas de catequesis y de proclamación de la Palabra, para llevar el Evangelio a los más pobres y sencillos a quienes Jesús reconoce esa sabiduría que viene del Padre (cf. Lc 10, 21): Quisiera resumiros en dos palabras la sublime lección del Evangelio de María: La Virgen es Madre; la Virgen es Modelo.
No podemos acoger plenamente a la Virgen como Madre sin ser dóciles a su palabra, que nos señala a Jesús como Maestro de la verdad que hay que escuchar y seguir: “Haced lo que El os diga”. Esta palabra repite continuamente María, cuando lleva a su Hijo en brazos o lo indica con su mirada. …
“He aquí a tu Madre”. El Papa peregrino os repite la palabra de Jesús. Acogedla en vuestra casa; aceptada como Madre y Modelo. Ella os enseñará los senderos del Evangelio. Os hará conocer a Cristo y amar a la Iglesia; os mostrará el camino de la vida; os alentará en vuestras dificultades. En Ella encuentra siempre la Iglesia y d cristiano un motivo de consuelo y de esperanza, porque “Ella precede con su luz al Pueblo de Dios peregrino en esta tierra, como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor” (cf. Lumen Gentium, 68).
Con esta esperanza, como signo de compromiso filial por parte de todos y como manifestación de la confianza que hemos depositado en María, Madre y Modelo, quiero dirigir a la Virgen nuestra Señora esta plegaria de ofrecimiento de todos los pueblos de América Central que he visitado en mi viaje apostólico:
Ave, llena de gracia, bendita entre las mujeres, Madre de Dios y Madre nuestra, Santa Virgen María.
Peregrino por los países de América Central, llego a este santuario de Suyapa para poner bajo tu amparo a todos los hijos de estas naciones hermanas, renovando la confesión de nuestra fe, la esperanza ilimitada que hemos puesto en tu protección, el amor filial hacia ti, que Cristo mismo nos ha mandado.
Creemos que eres la Madre de Cristo, Dios hecho hombre, y la Madre de los discípulos de Jesús. Esperamos poseer contigo la bienaventuranza eterna de la que eres prenda y anticipación en tu Asunción gloriosa. Te amamos porque eres Madre misericordiosa, siempre compasiva y clemente, llena de piedad.
Te encomiendo todos los países de esta área geográfica. Haz que conserven, como el tesoro más precioso, la fe en Jesucristo, el amor a ti, la fidelidad a la Iglesia.
Ayúdales a conseguir, por caminos pacíficos, el cese de tantas injusticias, el compromiso en favor del que más sufre, el respeto y promoción de la dignidad humana y espiritual de todos sus hijos.
Tú que eres la Madre de la paz, haz que cesen las luchas, que acaben para siempre los odios, que no se reiteren las muertes violentas. Tú que eres Madre, enjuga las lágrimas de los que lloran, de los que han perdido a sus seres queridos, de los exiliados y lejanos de su hogar; haz que quienes pueden, procuren el pan de cada día, la cultura, el trabajo digno.
Bendice a los Pastores de la Iglesia, a los sacerdotes, a los diáconos, a los religiosos y religiosas, a los seminaristas, catequistas, laicos apóstoles y delegados de la Palabra. Que con su testimonio de fe y de amor sean constructores de esa Iglesia de la que tú eres Madre.
Bendice a las familias, para que sean hogares cristianos donde se respete la vida que nace, la fidelidad del matrimonio, la educación integral de los hijos, abierta a la consagración a Dios. Te encomiendo los valores de los jóvenes de estos pueblos; haz que encuentren en Cristo el modelo de entrega generosa a los demás; fomenta en sus corazones el deseo de una consagración total al servicio del Evangelio.
En este Año Santo de la Redención que vamos a celebrar, concede a todos los que se han alejado, el don de la conversión; y a todos los hijos de la Iglesia, la gracia de la reconciliación; con frutos de justicia, de hermandad, de solidaridad.
Al renovar nuestra entrega de amor a ti, Madre y Modelo, queremos comprometernos, como tú te comprometiste con Dios, a ser fieles a la Palabra que da la vida.
Queremos pasar del pecado a la gracia, de la esclavitud a la verdadera libertad en Cristo, de la injusticia que margina a la justicia que dignifica, de la insensibilidad a la solidaridad con quien más sufre, del odio al amor, de la guerra que tanta destrucción ha sembrado, a una paz que renueve y haga florecer vuestras tierras.
Señora de América, Virgen pobre y sencilla, Madre amable y bondadosa, tú que eres motivo de esperanza y de consuelo, ven con nosotros a caminar, para que juntos alcancemos la libertad verdadera en el Espíritu que te cubrió con su sombra;. en Cristo que nació de tus entrañas maternas; en el Padre que te amó y te eligió como primicia de la nueva humanidad. Amén.

ACTO DE OFRECIMIENTO A LA VIRGEN DE LUJÁN DURANTE LA SANTA MISA CELEBRADA POR EL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN EL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN EN BUENOS AIRES (ARGENTINA) 11 DE JUNIO DE 1982

A la Madre de Cristo y Madre de cada uno de nosotros queremos pedir que presente a su Hijo el ansia actual de nuestros corazones doloridos y sedientos de paz.
A Ella que, desde los años de 1630, acompaña aquí maternalmente a cuantos se la acercan para implorar su protección, queremos suplicar hoy aliento, esperanza, fraternidad.
Ante esta bendita imagen de María, a la que mostraron su devoción mis predecesores Urbano VIII, Clemente XI, León XIII, Pío XI y Pío XII, viene también a postrarse, en comunión de amor filial con vosotros, el Sucesor de Pedro en la cátedra de Roma.
La tradición del santuario de Luján ha colocado estas palabras en el centro mismo de la liturgia, a cuya participación invita a todos los peregrinos. Es como si quisiera decir: aprended a mirar al misterio que constituye la gran perspectiva para los destinos del hombre sobre la tierra, y aun después de la muerte. Sabed ser también hijos e hijas de esta Madre, que Dios en su amor ha dado al propio hijo como Madre.
Aprended a mirar de esta manera, particularmente en los momentos difíciles y en las circunstancias de mayor responsabilidad; hacedlo así en este instante en que el Obispo de Roma quiere estar entre vosotros como peregrino, rezando a los pies de la Madre de Dios en Luján, santuario de la nación argentina.
Al santuario de Luján hemos venido hoy en el espíritu de esa entrega. Y yo – Obispo de Roma – vengo también para pronunciar este acto de ofrecimiento a Ti de todos y cada uno.
De manera especial te confío todos aquellos que, a causa de los recientes acontecimientos, han perdido la vida: encomiendo sus almas al eterno reposo en el Señor. Te confío asimismo los que han perdido la salud y se hallan en los hospitales, para que en la prueba y el dolor sus ánimos se sientan confortados.
Te encomiendo todas las familias y la nación. Que todos sean partícipes de esta elevación del hombre en Cristo proclamada por la liturgia de hoy. Que vivan la plenitud de la fe, la esperanza y la caridad como hijos e hijas adoptivos del Padre Eterno en el Hijo de Dios.
Que por tu intercesión, oh Reina de la paz, se encuentren las vías para la solución del actual conflicto, en la paz, en la justicia y en el respeto de la dignidad propia de cada nación.
Escucha a tus hijos, muéstrales a Jesús, el Salvador, como camino, verdad, vida y esperanza. Así sea.

DE LA HOMILÍA DE LA SANTA MISA CELEBRADA POR EL SANTO PADRE JUAN PABLO II EN LA BASÍLICA DE GUADALUPE (MÉXICO) 27 DE ENERO DE 1979

1. ¡Salve, María!
CUÁN PROFONDO es mi gozo, queridos Hermanos en el Episcopado y amadísimos hijos, porque los primeros pesos de mi peregrinaje, como Sucesor de Pablo VI y de Juan Pablo I, me traen precisamente aquí. Me traen a Ti, María, en este Santuario del pueblo de México y de toda América Latina, en el que desde hace tantos siglos se ha manifestado tu maternidad.
Congregados aquí el Sucesor de Pedro y los sucesores de los Apóstoles, nos damos cuenta de cómo esas palabras se han cumplido, de manera admirable, en esta tierra.
En efecto, desde que en 1492 comienza la gesta evangelizadora en el Nuevo Mundo, apenas una veintena de años después llega la fe a México. Poco más tarde se crea la primera sede arzobispal regida por Juan de Zumárraga, a quien secundarán otras grandes figuras de evangelizadores, que extenderán el cristianismo en muy amplias zonas. …
De hecho los primeros misioneros llegados a América, provenientes de tierras de eminente tradición mariana, junto con los rudimentos de la fe cristiana van enseñando el amor a Ti, Madre de Jesús y de todos los hombres. Y desde que el indio Juan Diego hablara de la dulce Señora del Tepeyac, Tú, Madre de Guadalupe, entras de modo determinante en la vida cristiana del pueblo de México. No menor ha sido Tu presencia en otras partes, donde Tus hijos te invocan con tiernos nombres, como Nuestra Señora de la Altagracia, de la Aparecida, de Luján y tantos otros no menos entrañables, para no hacer una lista interminable, con los que en cada Nación y aun en cada zona los pueblos latinoamericanos Te expresan su devoción más profunda y Tú les proteges en su peregrinar de fe.
El Papa – que proviene de un País en el que tus imágenes, especialmente una: la de Jasna Gora, son también signo de Tu presencia en la vida de la nación, en su azarosa historia – es particularmente sensible a este signo de Tu presencia aquí, en la vida del Pueblo de Dios en México, en su historia, también ella no fácil y a veces hasta dramática. Pero estás igualmente presente en la vida de tantos otros pueblos y naciones de América Latina, presidiendo y guiando no sólo su pasado remoto o reciente, sino también el momento actual, con sus incertidumbres y sombras. Este Papa percibe en lo hondo de su corazón los vínculos particulares que Te unen a Ti con este Pueblo y a este Pueblo contigo. Este Pueblo, que afectuosamente Te llama “ la Morenita ”. Este Pueblo – e indirectamente todo este inmenso Continente – vive su unidad espiritual gracias al hecho de que Tú eres la Madre.Una Madre que, con su amor, crea, conserva, acrecienta espacios de cercanía entre sus hijos….
4. Permite pues que yo, Juan Pablo II, Obispo de Roma y Papa, junto con mis Hermanos en el Episcopado que representan a la Iglesia de México y de toda la América Latina, en este solemne momento, confiemos y ofrezcamos a Ti, sierva del Señor, todo el patrimonio del Evangelio, de la Cruz, de la Resurrección, de los que todos nosotros somos testigos, apóstoles, maestros y obispos.

¡Oh Madre! Ayúdanos a ser fieles dispensadores de los grandes misterios de Dios. Ayúdanos a enseñar la verdad que Tu Hilo ha anunciado y a extender el amor, que es el principal mandamiento y el primer fruto del Espíritu Santo. Ayúdanos a confirmar a nuestros hermanos en la fe, ayúdanos a despertar la esperanza en la vida eterna. Ayúdanos a guardar los grandes tesoros encerrados en les almas del Pueblo de Dios que nos ha sido encomendado.
Te ofrecemos todo este Pueblo de Dios. Te ofrecemos la Iglesia de México y de todo el Continente. Te la ofrecemos como propiedad Tuya. Tú que has entrado tan adentro en los corazones de los fieles a traves de la señal de Tu presencia, que es Tu imagen en el Santuario de Guadalupe, vive como en Tu casa en estos corazones, también en el futuro. Sé uno de casa en nuestras familias, en nuestras parroquias, misiones, diócesis y en todos los pueblos.
Y hazlo por medio de la Iglesia Santa, la cual, imitándote a Ti, Madre, desea ser a su vez una buena madre, cuidar a les almas en todas sus necesidades, enunciando el Evangelio, administrando los Sacramentos, salvaguardando la vida de les familias mediante el sacramento del Matrimonio, reuniendo a todos en la comunidad eucarística por medio del Santo Sacramento del altar, acompañándolos amorosamente desde la cuna hasta la entrada en la eternidad.
¡Oh Madre! Despierta en les jóvenes generaciones la disponibilidad al exclusivo servicio a Dios. Implora para nosotros abundantes vocaciones locales al sacerdocio y a la vida consagrada.
¡Oh Madre! Corrobora la fe de todos nuestros hermanos y hermanas laicos, para que en cada campo de la vida social, profesional, cultura! y política, actúen de acuerdo con la verdad y la ley que Tu Hijo ha traído a la humanidad, para conducir a todos a la salvación eterna y, al mismo tiempo, para hacer la vida sobre la sierra más humana, más digna del hombre.
La Iglesia que desarrolla su labor entre les naciones americanas, la Iglesia en México, quiere servir con todas sus fuerzas esta causa sublime con un renovado espíritu misionero. ¡Oh Madre! haz que sepamos servirla en la verdad y en la justicia. Haz que nosotros mismos sigamos este camino y conduzcamos a los demás, sin desviarnos jamás por senderos tortuosos, arrastrando a los otros.
Te ofrecemos y confiamos todos aquellos y todo aquello que es objeto de nuestra responsabilidad pastora!, confiando que Tú estarás con nosotros, y nos ayudarás a realizar lo que Tu Hijo nos ha mandado. Te traemos esta confianza ilimitada y con ella, yo, Juan Pablo II, con todos mis Hermanos en el Episcopado de México y de América Latina, queremos vincularte de modo todavía más fuerte a nuestro ministerio, a la Iglesia y a la vida de nuestras naciones. Deseamos poner en Tus manos nuestro entero porvenir, el porvenir de la evangelización de América Latina.
¡Reina de los Apóstoles! Acepta nuestra prontitud a servir sin reserva la causa de Tu Hijo, la causa del Evangelio y la causa de la paz, basada sobre la justicia y el amor entre los hombres y entre los pueblos.
¡Reina de la Paz! Salva a les Naciones y a los Pueblos de todo el Continente, que tanto confían en Ti, de les guerras, del odio y de la subversión.
Haz que todos, gobernantes y súbditos, aprendan a vivir en paz, se eduquen para la paz, hagan cuanto exige la justicia y el respeto de los derechos de todo hombre, para que se consolide la paz.
Acepta esta nuestra confiada entrega, oh sierva del Señor. Que tu materna! presencia en el misterio de Cristo y de la Iglesia se convierta en fuente de alegría y de libertad para cada uno y para todos; fuente de aquella libertad por medio de la cual “ Cristo nos ha liberado ”, y finalmente fuente de aquella paz que el mundo no puede dar, sino que sólo la da El, Cristo.
Finalmente, oh Madre, recordando y confirmando el gesto de mis Predecesores Benedicto XIV y Pío X, quienes Te proclamaron Patrona de México y de toda la América Latina, Te presento una diadema en nombre de todos tus hijos mexicanos y latinoamericanos, para que los conserves bajo tu protección, guardes su concordia en la fe y su fidelidad a Cristo, Tu Hijo. Amén.



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