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Hay fuerzas globales que está llevando a la descristianización de occidente.

Y la sociedad católica nominal está desapareciendo.

Lo que denominamos catolicismo cultural está muriendo.

El trayecto de los fieles es primero abandonar las verdades morales y teológicas de la fe. Y segundo, dejar de llamarse católicos.

La mala evangelización y la pobre o inexistente catequización esta ahora cobrando el peaje.

Pero también hay espacio para la evangelización cuerpo a cuerpo.

Donde católicos bien catequizados por lo menos acerquen a algunos de los católicos caídos nuevamente a la Iglesia.

Y dialoguen con los que no conocen la fe.

En este artículo damos datos de la caída del catolicismo en occidente y una explicación razonable del hundimiento de la fe.

Y mencionamos las salidas posibles, entre ellas mostrar los vicios que conspiran contra la evangelización efectiva.

   

LO QUE REVELAN LAS ENCUESTAS DE LA DESCRISTIANIZACIÓN DE EUROPA

Una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Pew, de mayo de 2018, ha mostrado la decadencia inexorable el cristianismo en Europa.

Hay dos datos que son centrales.

Uno es el crecimiento sostenido de las personas sin religión, los que se llaman nones en la jerga de estudios de religión.

El porcentaje de nones es muy variada según los países.

Va desde el 15% de la población sin religión en Irlanda, Italia y Portugal, hasta un 48% en Holanda 43% en Noruega y 42% en Suecia.

Sin embargo salvo en Holanda, la población se declara mayoritariamente cristiana.

Esto va desde un entorno del 80% en Portugal, Italia, Austria, a un entorno del 50% en Bélgica, Suecia y Noruega.

Hasta llegar a un 41% en Holanda, pero allí se registra que el 48% son nones y el 41% cristianos; o sea que ya los sin religión son más que los cristianos.

A título comparativo, en Estados Unidos el porcentaje que se declara cristiano es el 71%, cifra en el entorno a la registrada en el Reino Unido, Alemania y Suiza.

En los cuadros que presentamos se puede ver claramente el porcentaje de cristianos y de nones que hay en cada país de Europa occidental.

Pero él segundo dato es tan significativo como éste.

En todos los países de Europa occidental, la mayoría de los que definen como cristianos no practican la religión, salvo en Italia, donde está empatada en 40% la cantidad de cristianos que practican con los que no practican.

Esto podemos compararlo con Estados Unidos.

Mientras en Europa el 31% de los cristianos asiste al menos mensualmente a un servicio religioso, en Estados Unidos lo hace el 64%.

Y en Europa reza diariamente el 14% de los cristianos versus un 68% de los cristianos que lo hacen en Estados Unidos.

Porcentaje de nones o sea que no tienen religión por país.

Otro indicador llamativo es la cantidad de cristianos que creen en Dios.

En Europa creen en Dios con absoluta certeza el 23% de los cristianos mientras, que en Estados Unidos creen en Dios con absoluta certeza el 76% de los cristianos.

Y respecto a la importancia de la religión en su propia vida, 14% de los cristianos de Europa occidental dicen que la religión es muy importante en su vida versus el 68% de los cristianos estadounidenses.

Pero no podemos suponer que la creencia en Dios se refiere al Dios que describe la Biblia.

Tomemos el caso de los cristianos que practican la religión en Europa. El 64% de ellos creen en un Dios que es el descrito por la Biblia, pero el 32% cree en otro poder o fuerza espiritual y no en el Dios de la Biblia.

Y en el caso de los cristianos que no practican, sólo el 24% de los cristianos creen en el dios de la Biblia y un abultado 51% creen en otra fuerza divina que no es el dios de la Biblia.

¿Entonces qué está pasando en Europa con el cristianismo?

Primero parece claro que hay un fuerte crecimiento de los que no tienen religión, liderando esta tendencia Europa del Norte.

Segundo, hay una degradación de la fe en los que aún se siguen llamando cristianos.

Porque la mayoría que se llaman cristianos no asisten a los servicios religiosos.

Y además un tercio de los que concurren a los servicios religiosos no creen en el Dios de la Biblia.

Lo que nos hace pensar en una obra teatral en varios actos.

El primer acto parece ser la pérdida la fe en el Dios que describe la Biblia.
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El segundo acto parece ser dejar de asistir paulatinamente a los servicios religiosos.
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Y el tercer acto es dejar de llamarse cristiano.

O sea que primero se da una pérdida de fe en la doctrina pero se mantiene la cultura católica.

Y luego se produce un abandono del cristianismo cultural.

Esto es lo que parece haber sucedido en Irlanda, que era considerado por el imaginario popular como el país más católico del mundo.

Porcentaje que se dicen cristianos en cada país

    

EL CASO DE IRLANDA

Hoy el caso de Irlanda pega fuerte dentro del catolicismo, porque hay necesidad de explicar cómo el país más católico votó a favor del aborto en mayo de 2018, y antes a favor del matrimonio homosexual en mayo de 2015.

La explicación de esto pasa por distinguir el catolicismo cultural del catolicismo doctrinal.

Fue el catolicismo cultural el que construyó las grandes Iglesias de Irlanda.

Pero en el fondo era la expresión de una cultura nacional o étnica, que se oponía a los odiados ingleses.

El catolicismo de los irlandeses era parte de su identidad distintiva frente a los adversarios.

Pero una vez que se unieron en la Unión Europea y los ingleses resultaron no tan enemigos, se fue diluyendo el motivo de la identidad irlandesa basada en el catolicismo.

Fenómenos como este se aceleran cuando hay una catequesis deficiente, una cultura clericalista que basada en el poder de parte del clero, la corrupción financiera y los abusos sexuales.

Muy pocos se dieron cuenta que el catolicismo cultural en Irlanda enmascaraba el declive profundo de la fe.

Porque pensaban en la cantidad y no en la calidad.

No importaba demasiado si aquellos que iban a misa estaban en desacuerdo en muchos asuntos con la Iglesia.

Incluso hoy se descubre que muchos de lo que iban a misa no creían en Dios, pero se sentían con derecho a participar en la vida de la Iglesia.

Dos casos concretos que sucedieron luego del referéndum sobre el aborto marcan esta situación.

Está el caso del político John Halligan al que el Obispo Cullinan rechazo como padrino en una ceremonia de confirmación porque era ateo.

Pero el político dijo no comprender la situación.

Él se sentía con derecho a participar en la vida de la Iglesia aun siendo ateo.

El otro caso fue cuando en una ceremonia de primera comunión el sacerdote hablo en su homilía contra la ley del aborto.

Y algunos protestaron porque se estaba estropeando el gran día de un niño en su primera comunión.

Lo que demuestra la idea de que la comunión no tiene ninguna significado para la doctrina religiosa, sino que algunos piensan que se trata de un momento en la vida de la comunidad local de la Iglesia.

Esto nos lleva al problema del catolicismo cultural.

   

EL DESMEMBRAMIENTO DEL CATOLICISMO CULTURAL

El catolicismo cultural es un fenómeno en que las personas practican ciertas tradiciones de la fe católica, pero no profesan lo que la Iglesia enseña en términos de fe y de moral.

Un gran error que cometen algunos sacerdotes es pensar que los católicos actuales son distintos y practican de manera distinta el catolicismo.

No se dan cuenta que los católicos culturales han cambiado la creencia de la religión católica por una mezcla de secularismo, piedad popular y valores morales, algunos inspirados por el ethos judeo-cristiano y otros por la sociedad secularista.

Que en las grandes celebraciones cristianas las Iglesias se llenen de fieles, como el miércoles de ceniza y la vigilia pascual, no significa que las personas que concurren están volviendo a la fe.

Sino que es un indicador de un apego sentimental a ciertas prácticas sacramentales católicas.

Esto pasa en las sinagogas judías, en que los fieles ateos que concurren cantan los salmos, como si fueran expresiones de folklore y no religiosas.

Esto ahora se ve claramente que está sucediendo en el catolicismo y en el cristianismo todo.

Muchas de las personas bautizadas católicas y que concurren a misa, está mal evangelizadas y mal catequizadas y por lo tanto no conocen lo suficiente de la fe católica.

Lo que les hace concurrir a misa es su deseo de identificarse como católico en las costumbres culturales, pero no necesariamente en la doctrina.

Demasiados católicos creen que el catolicismo es sentirse bien con uno mismo, ser justo con los demás, intentar cambiar el mundo.

Pero para hacer esto no se necesita ir a misa ni compartir aspectos de la doctrina católica que son contraculturales, respecto a los valores del mundo secular.

Y esto ha sucedido porque las personas fueron aleccionadas en el rito y la liturgia, pero no evangelizadas.

Entonces cuando la cultura predominante en la sociedad cambio, ellos también lo hicieron.

El catolicismo cultural se podía sostener cuando no había una situación de persecución.

Pero los gobiernos y los organismos internacionales están convirtiendo la moralidad cristiana en crimen de odio.

Nuestra cultura actual se ha convertido al humanismo anticristiano, que considera a la doctrina católica como un mal en el mundo.

Esta idea controla la educación, los medios de comunicación, los negocios y la política.

Por lo tanto es natural que muchas personas mal evangelizadas adopten las posiciones del mundo secular, y en muchos casos sin darse cuenta que contradice la doctrina católica

Y en otros casos en que se dan cuenta que contradice la doctrina católica, el argumento es que el catolicismo se debe modernizar, lo que significa adoptar los valores del mundo.

Esta idea la vemos en muchos fieles y lo que es peor en muchos sacerdotes.

   

UNA RECIENTE ENCUESTA EN EE.UU. RESPALDA ESTA INTERPRETACIÓN

Una reciente encuesta en EE.UU. también del Pew Center revela que la mayoría de los que se definen como católicos en Estados Unidos no aceptan la doctrina católica sobre la anticoncepción, el divorcio las segundas nupcias, la conveniencia del matrimonio y que el matrimonio debe es entre un hombre y una mujer.

Y prefieren que la Iglesia cambie sus declaraciones sobre estos temas, modernizando su doctrina.

La mayoría de los católicos por ejemplo dicen que es aceptable que los hijos sean criados por padres no casados solteros o divorciados o por parejas del mismo sexo.

Y la mayoría también cree que los divorciados vueltos a casar deben ser admitidos en la comunión.

Además la encuesta revela que la mitad de los que se criaron como católicos abandonaron la Iglesia y ocho de cada diez de ellos no pueden imaginar que regresen alguna vez.

Esto pinta un panorama similar al de Europa pero en un estadio anterior de desarrollo.

Los europeos están en una etapa más adelantada de apostasía, pero los católicos estadounidenses van por el mismo camino.

Primero es la rebelión contra la doctrina de la Iglesia y luego el abandono del catolicismo.

Y esto nos pone frente a dos visiones dentro de la Iglesia, que es válido para Estados Unidos, Europa y América Latina.

Una visión es seguir apostando a la cantidad de fieles, por lo cual la estrategia es modificar de hecho la doctrina para que sintonice con aquellos que están apostatando, o sea los que se están pasando a los valores del mundo.

Y la otra estrategia es apostar a la calidad, que implica admitir que una buena parte de los católicos no seguirán siéndolo, lo que significará una Iglesia con fieles más apegados a la doctrina que ha sostenido el catolicismo en los últimos siglos.

Aunque esto tiene una dificultad adicional: el mantenimiento de la estructura actual de la Iglesia.

La Iglesia no tendrá los fondos suficientes como para mantener los edificios y la estructura actual. Y eso no es un problema menor.

   

EL CATOLICISMO ESTA SIENDO PODADO

La conclusión de todo esto es que el catolicismo está siendo podado por los hechos.

Las sociedades premodernas tenían muchos motivos utilitarios y mundanos para ser católicas, incluso si no aceptaban la doctrina oficial católica.

El catolicismo popular veía útiles las prácticas católicas qué llamaban a la oración para pedir milagros de sanación, escapar de la pobreza, etc.

Pero estas creencias utilitarias se fueron desvaneciendo con la adopción del cientificismo.

De modo que esos motivos utilitarios para ser católico han desaparecido, porque vivimos en una sociedad con una medicina moderna y más próspera económicamente.

Y entonces el catolicismo utilitario no es tan esencial para la vida diaria.

Por ejemplo tomemos el caso de la castidad.

La castidad prematrimonial estaba fundamentada en gran medida por un tema utilitario de evitar el embarazo, aunque doctrinalmente tiene su sentido religioso.

Pero con la llegada de los anticonceptivos la castidad no es necesaria para evitar el embarazo.

De modo que seguirán eligiendo la castidad solamente aquellos que la reconocen como una virtud católica, pero no aquellos que la pensaban con una visión utilitaria.

Lo que significa que los católicos meramente utilitarios profundizarán su alejamiento de la Iglesia en este tema, mientras que los que permanecerán serán los que descubran lo esencial en la religión católica.

Entonces lo que quedará será el remanente de los católicos doctrinalmente firmes, que puede traer el renacimiento de la religión a largo plazo.

La historia de la evangelización en los primeros siglos muestra que cuando los católicos creen en el evangelio y son fieles a las enseñanzas de la Iglesia practicando su fe en la vida diaria, transforman cualquier cultura en la que se encuentren.

Así los primeros cristianos evangelizaron al mundo romano y los monjes de la Edad Media transformaron la cultura de su tiempo.

Cuanto más ferviente sea la práctica de la fe mayor será el impacto del modelo en las personas que están en la búsqueda espiritual.

En cambio cuando la cultura y los ritos no apuntan a la conversión de la vida hacia Jesucristo, la cultura católica se desintegra en un catolicismo meramente cultural que da paso a la secularización definitiva.

¿Y cuál es el camino actual?

No sabemos todo el recorrido, pero parece que el inicio de ese camino es volver a las realidades sobrenaturales de la fe.
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Y a la conversión de vida con el modelo de Jesucristo y los apóstoles.

Juan Pablo II llamó a evangelizar dentro de la Iglesia porque había percibido el deterioro de la fe doctrinal.

Pero hay que tener en cuenta que es difícil evangelizar a personas que ya piensan que su catolicismo es el adecuado y que quieren modificar la doctrina general para que se adecue a sus valores.

La gran mayoría de los católicos mal catequizados y mundanos creen que la Iglesia está yendo mal porque no se moderniza a los valores del mundo.

Pero la historia del cristianismo y las estadísticas nos revelan que es exactamente al revés.

Hoy las denominaciones que optan por abandonar los principios de la doctrina y pasarse a los valores seculares son las que están sufriendo más la implosión de fieles.

En cambio las denominaciones que crecen en número son aquellas que guardan más celosamente la doctrina.

Esto es estadística pura, no es un invento, y por ahí está el camino.

Pero las correcciones a esto que hemos diagnosticado hay que operarlas en la evangelización.

Y esto exige erradicar vicios comunes en este momento.

   

¿QUE VICIOS ESTÁN CONSPIRANDO CONTRA LA EVANGELIZACIÓN HOY?

Hay varias razones entre los propios católicos qué conspiran contra la eficacia de la evangelización.

Una razón son los pecados más dañinos que han sucedido en los últimos tiempos, como por ejemplo el abuso sexual qué parte de sacerdotes.

Que ha sido usado por los enemigos para estigmatizar al catolicismo.

Pero se ha convertido también en un argumento recurrente y fácil de verbalizar, pero que a veces se esconde detrás otras razones de alejamiento de la fe.

Sobre esto debe trabajar la institución eclesial mostrando realmente que está combatiendo el flagelo con medidas de fondo.

Pero el tema que queremos tratar en esta parte del artículo es la dificultad para evangelizar de parte de los propios católicos.

Una primera dificultad la podemos encontrar en el cuasi universalismo que ha impregnado últimamente a la iglesia.

Qué denota una falsa comprensión de la teología y de los requisitos bíblicos para la salvación.

Si un católico piensa que la gente buena va al cielo de todos modos ¿porque evangelizar a otras personas?

Si un católico piensa que todas las religiones son iguales ¿porque esforzarse en que las personas lleguen a Jesús?

Si todos se salvan y no hay nadie condenado al infierno ¿porque hay que buscar la santidad?

Una adecuada actitud para evangelizar parte de comprender cuál es la teología del catolicismo.

Los católicos creemos que el cielo y el infierno son reales.

Que la salvación es por la gracia de Dios y no por los méritos de uno mismo.

Qué para ser salvados tenemos que aceptar a Jesús como nuestro salvador, arrepentirnos de nuestros pecados en los hechos concretos, y ser bautizados.

Y que Jesús es el único camino al cielo.

Pero supongamos que nos estamos refiriendo a los católicos bien catequizados y que comprenden las bases de la fe cristiana y no cometen herejías, aún en estas personas hay algunas cosas qué les limitan en su capacidad de evangelizar.

Cuando hablamos con otras personas que no son cristianas o son cristianos caídos a veces usamos palabras católicas comunes, sin considerar que a veces tienen diferentes sentidos para ellos.

Por ejemplo la palabra amor significa distintas cosas para un católico que para uno que no lo es.

La argumentación a favor del matrimonio homosexual es el amor.

Sin embargo, aunque la palabra es la misma que utilizan los católicos, es una acepción del amor que no es la que maneja los católicos.

Para los católicos el amor es comportarse como se hubiera comportado Jesús ante otras personas y no solamente restringirlo al amor romántico.

Otra dificultad es que muchos católicos practicantes no tienen amigos cristianos y la evangelización requiere relaciones significativas para poder conversar distendidamente y en profundidad.

Otra dificultad es que podemos llegar a ver el mundo a través de una lente política en vez de una lente católica

O sea asociar la visión católica del mundo y de las cosas a posiciones políticas, y eso es altamente negativo porque podemos estar hablando con una persona que no tiene las mismas ideas políticas que el evangelizador.

Otra dificultad es que oímos poco a la gente, privilegiando nuestro monólogo de las razones por la que hay que tener fe.

Y a veces en nuestro monólogo estamos respondiendo preguntas que la gente no hace y no estamos enfocando la real razón por la que las personas no son católicas o han abandonado el catolicismo.

Pero además la gente quiere ser escuchada, quiere ser comprendida y atendida, y sentir que le importas.

Por lo tanto 90% de escucha y 10% de hacer proposiciones.

Otra razón es no comprender bien el proceso de conversión.

Según lo que se ha experimentado las relaciones son fundamentales para evangelizar.

Las relaciones preceden al cambio de comportamiento.

Y también la conversión precede al arrepentimiento.

Además la aceptación del Evangelio precede a la transformación de hábitos.

Otra cosa que complica la evangelización es la idea de que hay que evangelizar a las personas dónde están.

Pero a veces esto se confunde con dejarlas dónde están.

La conversión es un cambio radical de vida y a eso hay que ir apuntando.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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