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La Consagración de Rusia actuará sobre esta nación y sobre el mundo entero.

Cuando se habla de que la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María por el Papa, con el formato revelado en Fátima, traerá una época de paz al mundo, corremos el riesgo de pensar que se trata de algo mágico.

¿Cómo puede ser que cuando Rusia ya esparció sus errores por el mundo, su consagración al corazón de María pueda cambiar al planeta?

Dios no es un mago, por lo que tiene que haber una explicación racional, medianamente comprensible para los seres humanos para interpretar el mecanismo.

Si no todo, por lo menos en parte.

Y la respuesta parece estar en el pedido adjunto que hizo María cuando pidió la consagración de Rusia: la comunión reparadora de los primeros 5 sábados.

Aquí hablaremos sobre cómo la Santísima Virgen pidió conjuntamente ambas cosas, por qué las pidió y cómo podrían revelar algo del misterio del efecto que estas dos cosas pueden tener sobre el mundo.

Muchos católicos están rezando desde hace décadas para que un Papa consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María, cumpliendo estrictamente con la forma en que lo pidió Nuestra Señora.

Para así lograr que venga al mundo una época de paz.

En concreto, para que un Papa asuma la consagración, diciendo explícitamente que consagra Rusia al Inmaculado Corazón de María y lo haga en unión con todos los obispos del mundo.

Porque hasta ahora los 8 papas que pasaron desde las apariciones de Fátima para acá, han fallado.

No han mencionado específicamente a Rusia en la fórmula, por posibles problemas políticos con esa nación y de relacionamiento con la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Y por otro lado ha habido renuencia de los obispos a participar en la consagración, ningún Papa ha logrado alinear a los obispos detrás de él en este proyecto.

Pero además muchos no advierten que deben hacer también otra cosa que pidió Nuestra Señora en Fátima, la devoción reparadora de los primeros 5 sábados de mes.

O sea que no hay que esperar todo del Papa, el pueblo católico debe también aportar lo suyo.

No solo orar para que el Papa cumpla la consagración, sino haciendo también lo que la Virgen María pidió a los laicos específicamente, la comunión reparadora.

La solicitud del cielo de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, fue pedido como algo sumado a la comunión reparadora de los 5 primeros sábados.

Y ambos esfuerzos pedidos a la Iglesia, al pueblo por un lado y al Papa por otro, tenían el objetivo de combatir el pecado en el mundo para evitar el castigo de Dios y lograr que viniera sobre la tierra una era de paz.

Empecemos por el principio de esta historia.

El 13 de junio de 1917, en su segunda aparición en Fátima, la Virgen dijo que a los niños Jacinta y Francisco se los iba a llevar pronto, pero que Lucía se iba a quedar en el mundo un tiempo más, porque Jesús quería servirse de ella para establecer en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María.

Y allí Nuestra Señora promete que aquellos que abracen esta devoción, tendrán Su predilección y la salvación.

Y en la tercera aparición, del 13 de julio de 1917 les indica que el mundo está en falta, que se ha desviado y no hace caso, y que Dios va a castigarlo por los pecados, pero que dará una señal de cuándo lo hará.

Y que nosotros podemos hacer algo para impedir el castigo.

Ella dijo lo siguiente:

«Cuando viereis una noche alumbrada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre, de la persecución de la Iglesia y del Santo Padre».

O sea que la guerra, el hambre, y la persecución a la Iglesia y al Papa, son los castigos por los pecados.

Y luego menciona que revelará una fórmula más adelante para prevenir los pecados y los castigos subsiguientes, dice,

«Para impedir eso – o sea los pecados y el castigo -, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados». 

Y especifica lo que sucederá si se cumple y también si no se cumple con el pedido, dice,

«Si atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz.

Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones de la Iglesia: los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán aniquiladas».

Esto muestra que la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María y la Comunión Reparadora de los 5 primeros sábados son una unidad.

Se deben cumplir ambas cosas para combatir los pecados y evitar los castigos que vendrían como consecuencia.

O sea que no dependemos solamente de la decisión del Papa, sino también conjuntamente, de la decisión de los fieles de reparar.

Y 8 años después, el 10 de diciembre de 1925, le revela a Lucía la fórmula de la reparación. 

La Virgen visita a Lucía en Pontevedra con un corazón cercado de espinas en la mano pidiendo compasión, porque los hombres ingratos se las clavan continuamente, a través de blasfemias e ingratitudes, sin que haya nadie que haga un acto de reparación para arrancárselas.

Y entonces enseña la devoción para reparar Su corazón,

«A todos aquellos que durante cinco meses seguidos, en el primer sábado, se confiesen y reciban la Santa Comunión, recen el Santo Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación».

O sea que el desagravio a la Virgen tiene también la gracia de la salvación.

Y unos meses más adelante, el 15 de febrero de 1926, Lucía se encontró en la puerta del convento con un niño al que le había enseñado la jaculatoria «Oh Madre mía del cielo, dame a tu Hijo Jesús»

Y le preguntó si la había orado.

A lo que el niño le respondió,

«¿Y tú has difundido en todo el mundo lo que te pidió la Madre del Cielo?»

Y entonces el cuerpo del niño comenzó a brillar y se produjo un diálogo entre el niño Jesús y Lucía, en que ella le explica todos los peros que le habían puesto su superiora y su confesor a la comunión reparadora.

El niño las rebate todas e incluso le dice que si las almas tienen dificultad para confesarse el sábado, pueden hacerlo en la siguiente confesión.

De modo que el niño amonesta a Lucía y le dice cómo argumentar a sus superiores para instaurar la devoción.

Y posteriormente, en la noche del 29 al 30 de mayo de 1930, estando Lucía en Tuy, Jesús se le aparece y le responde a la pregunta que había hecho el confesor, sobre por qué 5 sábados y no 9 o 7 para la comunión reparadora.

Y entonces Jesús le dice,

«Hija mía, el motivo es el siguiente, son cinco las principales clases de blasfemias cometidas contra el Inmaculado Corazón de María:

Primero, las blasfemias contra la Inmaculada Concepción

Segundo, las blasfemias contra su Virginidad.

Tercero, las blasfemias contra su Maternidad Divina, negándose al mismo tiempo a reconocerla como Madre de los hombres.

Cuarto, las blasfemias de aquellos que públicamente tratan de infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia esta Madre Inmaculada.

Y quinto, las ofensas de aquellos que la ultrajan directamente en sus Sagradas Imágenes«.

Y le agrega, que fue la propia Santísima Virgen quien le sugirió pedir esta reparación. 

Y en consideración a Ella, Su misericordia actuó para perdonar a las almas que han tenido la desgracia de ofender a Su Madre.

Todo esto es un gran misterio. 

Dios no es un mago ni nos pide que pensemos en términos mágicos.

Debería haber una explicación racional y comprensible para los seres humanos, sobre cómo la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María podría traer al mundo una era de paz.

Sobre todo cuando los errores de Rusia pasaron a occidente.

Pero si lo analizamos en conjunto con el otro pedido que la Virgen hizo en el mismo momento, la comunión reparadora de los 5 primeros sábados, adquiere sentido.

Porque si suficientes personas tienen una devoción activa al Inmaculado Corazón de María y reparan permanentemente los agravios que se le hacen.

Y además un Papa puede vencer los obstáculos políticos y de obediencia, alineando a todos los obispos detrás de él para consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María, entonces estaremos transformando el mundo.

No habrá tantos pecadores y los castigos de la guerra, el hambre, y las persecuciones a la Iglesia desaparecerían.

Ahí parece residir el misterio del poder de la consagración de Rusia y no en su poder mágico.  

De modo que la comunión reparadora de los 5 primeros sábados debe verse en conjunto con la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, para potenciar la devoción a la Virgen María.

Mientras la consagración es algo que tiene que hacer la cabeza de la Iglesia, el Papa, venciendo los obstáculos políticos y de obediencia, la reparación de los primeros 5 sábados lo debe hacer el pueblo venciendo la incredulidad.

Entonces, mientras los papas no realicen la consagración de Rusia, los laicos deberían orar para que la realicen y hacer la comunión reparadora permanentemente.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el misterio de cómo funciona la consagración de Rusia y la comunión reparadora de los primeros 5 sábados.

Y me gustaría preguntarte si alguna vez completaste esta comunión reparadora durante 5 sábados. 

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