El Papa habló por pantalla gigante a los pobres de la ‘villa miseria” del Bajo Flores.
En la villa del Bajo Flores se emitió por pantalla gigante un mensaje donde, entre otras cosas, explicó por qué pide que recen por él: “Necesito que el pueblo de Dios me sostenga”. Fue la primera entrevista concedida a una radio comunitaria.
Fue en la parroquia villera (de villa miseria) Santa María Madre del Pueblo donde el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, daba misa para los inmigrantes bolivianos, paraguayos, peruanos.
A un año de haber sido ungido como Papa, Francisco eligió la villa para llevar su mensaje a los pobres, a los presos y a los curas villeros. Y explicó, además, el «recen por mí», un pedido que ya es su firma.
«Es que lo necesito, necesito que el pueblo de Dios me sostenga», dijo el máximo representante de la Iglesia Católica.
Francisco apareció en forma de entrevista, gestionada por la radio del barrio, FM Bajo Flores, que también prepara la salida de su canal de televisión. Ayer en la villa, los carteles que convocaban a la misa decían:
«El Papa de los villeros le habla al pueblo de Dios».
El rostro del Papa, proyectado sobre una pantalla gigante en un escenario ubicado frente a las aulas del flamante colegio secundario parroquial inaugurado hace una semana, era visto con atención por un grupo de vecinos de la villa que asentían con la cabeza a cada una de sus afirmaciones.
Antes de que Bergoglio ofreciera su mirada sobre el trabajo de la pastoral, hubo misa. La austeridad marcó la ceremonia: el altar era un banco de escuela. Sobre la mesa había dos velas que secundaban la imagen del Papa, un cáliz, el copón, y el misal.
«Vamos a dedicarle esta misa a nuestro papa Francisco, que conoce el barrio y lo tiene en un lugarcito de su corazón», avisó el párroco Gustavo Carrara.
En la celebración hubo palmas y cantos, una vela apagada y la noche que se derramaba sobre el potrero. Desde el año pasado una de las paredes de la canchita tiene la imagen de Francisco. El retrato ofrece la sonrisa de un Bergoglio Cuervo, hincha fanático de San Lorenzo, equipo del barrio.
El mensaje llegó cuando apagaron el único reflector que iluminaba el patio.
«Él estuvo caminando estas veredas y pasillos en forma anónima», dijo Eduardo Nájera, coordinador de FM Bajo Flores, antes de presentar el video que cuenta la historia de una vecina de la villa que, al encender la radio, escucha a Francisco.
En la entrevista el Papa se refirió primero a la educación y opinó que «a los jóvenes hay que acompañarlos en su crecimiento».
Le preguntaron qué piensa sobre la tarea de los curas villeros:
«Lo importante es que el trabajo que hacen los curas en las villas en Buenos Aires no es ideológico, es apostólico, y por lo tanto forman parte de una misma Iglesia. Los que piensan que es otra Iglesia no entienden cómo se trabaja en las villas de emergencia»
También fue contundente cuando se le preguntó su opinión sobre la obra de algunos curas que fueron a trabajar a las villas en los años 60 y 70, como Rodolfo Ricciardelli, Jorge Vernazza y Carlos Mugica.
«Algunos dicen que son curas comunistas. No. Éstos eran grandes sacerdotes que luchaban por la justicia», afirmó.
Y añadió que esos sacerdotes, muchos de los cuales integraban el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y fueron muy cuestionados por sectores conservadores o tradicionalistas de la Iglesia en la Argentina, eran,
«sacerdotes, hombres que rezaban, hombres que escuchaban al pueblo de Dios, hombres que enseñaban el catecismo y que luchaban por la justicia».
E inmediatamente, anticipándose quizás a alguna interpretación inadecuada, aseveró: «La justicia es un valor evangélico».
Al referirse a quienes critican a algunos de aquellos sacerdotes, avanzó:
«Son hombres que sufrieron mucho. Por ahí se equivocaron, o no, porque todos nos equivocamos en alguna cosita, pero su trabajo, su inspiración, no estaba equivocada».
También hubo palabras para los presos. Cuando le preguntaron «cómo evitar que haya tanta gente en las cárceles», Francisco respondió:
«El camino es la educación; ayudar, acompañar. Y buscar maneras de cumplir condenas que no necesariamente requieran la cárcel. Por ejemplo: algunas opciones para ciertas cosas son los trabajos voluntarios».
Luego repitió que, al pensar en los presos, lo fundamental es preguntarse
«¿Por qué él está preso y yo no? (…) Ellos están haciendo un camino de vida, cumpliendo una penitencia, pero son personas de carne y hueso, como vos y como yo».
Admitió que se hace esa pregunta que «lo acerca al hermano que está en la cárcel».
Y concluyó:
«Si no hice algo que merezca estar en una cárcel es por una ayuda especial de Dios».
¿Saben qué es lo que menos le gusta a Franscisco de ser Papa? Contestó él, con cierta resignación:
«Los trabajos con los papeles, los de oficina. Eso siempre me costó». Hubo quien sonrió bajo el tinglado.
Sobre los medios comunitarios dijo que es una forma «cálida y desinteresada de comunicar la realidad y la vida».
Eduardo Najera, de Radio Bajo Flores, al explicar por qué el Papa les concedió la entrevista, indicó:
«Debe recibir miles de pedidos de entrevista por día. Que haya aceptado el nuestro significa que somos vehículo de lo que él dice, no porque seamos más lindos o más santos que otros».
Afuera, sobre la canchita, la noche ya se había derrumbado y la oscuridad abrazaba los nudos donde empiezan los pasillos.
Fuentes: AICA, Signos de estos Tiempos