Pide oración a toda la Iglesia.

 

“No nos resignamos a pensar en un Oriente Medio sin cristianos” dijo el papa Francisco a los patriarcas de las iglesias católicas de rito oriental, hablando a la  Asamblea Plenaria de la Congregación de la Iglesias Orientales.

 

audiencia general del papa francisco

 

Aseguró hoy que no descansará mientras haya “hombres y mujeres, de cualquier religión, golpeados en su dignidad, privados de lo necesario para su supervivencia, y a quienes han robado el futuro y obligados a ser refugiados o prófugos”.

El papa recordó como los cristianos en muchas partes de Oriente Medio sufren

“de manera particularmente dura las consecuencias de las tensiones y los conflictos” en la región, donde “Siria, Irak, Egipto y Tierra Santa se deshacen en lágrimas”.

Jorge Bergoglio pidió a sus interlocutores que no se resignen a pensar en un

“Oriente Medio sin cristianos, que desde hace dos mil años participan en la vida social, cultural y religiosa de las naciones a las que pertenecen”.  

El Pontífice después recordó la historia del Medio Oriente,

“tierra bendita en la que Cristo vivió, murió y resucitó. En ella (y lo advierto también hoy en la voz de los Patriarcas presentes) la luz de la fe no se ha apagado, es más resplandece con vivacidad. Cada católico, por ello, tiene una deuda de reconocimiento hacia las Iglesias que viven en aquella región. De ellas podemos, entre otras cosas, aprender la fatiga del ejercicio cotidiano de espíritu ecuménico y de diálogo interreligioso”.

“El obispo de Roma no se dará tregua hasta que haya hombres y mujeres, de cualquier religión, que vean afectada su dignidad, que se vean privados de lo necesario para la supervivencia, a quienes hayan robado el futuro y que se vean «obligados a la condición de prófugos y refugiados. Hoy, en compañía de los pastores de las Iglesias de Oriente, hacemos un llamado para que se respete el derecho de todos a una vida digna y de profesar libremente su fe. No nos resignamos a pensar en un Oriente Medio sin los cristianos, que desde hace dos mil años confiesan el nombre de Jesús, insertados como ciudadanos de pleno derecho en la vida social, cultural y religiosa de las naciones a las que pertenecen”.

Al final, el Papa pronunció la siguiente exhortación:

“Me dirijo, por tanto, a toda la Iglesia para exhortar a la oración, que sabe conseguir del corazón misericordioso de Dios, la reconciliación y la paz. La oración desarma la necedad y genera un diálogo allí donde hay un conflicto abierto. Si es sincera y perseverante, hará a nuestra voz humilde y firme, capaz de ser escuchada incluso por los líderes de las naciones”.

Fuentes: Vaticano, Signos de estos Tiempos

 

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