Expresiones del laico de mayor rango en el Vaticano.
En la misma mesa redonda del Meeting de Rimini en que participó el Padre Pepe y de lo cual informáramos ayer (ver aquí), también estuvo el secretario de la Comisión Pontificia para América Latina, el uruguayo Guzmán Carriquiry, una persona muy cercana a Bergoglio por décadas. Virtió dos opiniones importantes que,
“Benedicto está feliz de que Bergoglio esté desmontando el pomposo aparato de la Curia”, y que Francisco «está haciendo lo que el papa emérito hubiera querido pero no logró hacer».
Agregó que es obra del demonio concentrarse excesivamente en la comparación entre el Papa Emérito y el Papa Francisco.
El secretario de la Comisión Pontificia para América Latina,Guzmán Carriquiry, dijo durante el Meeting de Rimini sobre la reforma de la curia,
que Francisco «está haciendo lo que el obispo emérito hubiera querido pero no logró hacer. Estoy convencido de que Benedicto está feliz de que Bergoglio esté desmontando el pomposo aparato de representación».
Carriquiry agregó que precisamente sobre la curia, en las próximas semanas
«habrá un consistente dossier objeto de las reflexiones entre el Papa y los ocho cardenales».
«Pero, no piensen», continúó, «que la revolución evangélica de Francisco, es cambiar los zapatos negros en lugar de los rojos… o el cambio del IOR y del equipo, a pesar de que Benedicto XVI también había querido liberar de cierto lastre curial. Este es el Papa de lejos, con un corazón misionero. Y muchos de los que se fueron ya se están acercando a la Iglesia Católica».
También expresó que,
«Es obra del demonio concentrarse excesivamente en la comparación entre el obispo emérito y el papa Francisco», agregó, afirmando que «la Providencia diseña la figura justa que necesita la Iglesia en un momento dado».
«Fue un gesto de gran humildad firmar la primera encíclica escrita a cuatro manos con Benedicto XVI. El Papa Francesco es un imprevisto en la Iglesia y el Espíritu sopla un cambio. Después del Papa Emérito, cuyo pontificado fue un gran Vía Crucis, Dios nos ha dado el Espíritu Pastor».
Concluyó luego que,
«para andar por las villas de Buenos Aires, lavar los pies en una cárcel romana, ir a Lampedusa o visitar una favela en Río de Janeiro, no hay necesidad de la Teología de la Liberación. Basta el Evangelio».
«Aparte de indigencia ideológica», dice Carriquiry. «La importancia y el valor de los pobres es quizás la mayor contribución que los latinoamericanos puede dar a toda la Iglesia. En el pobre hombre se encuentra con Dios, como le gusta repetir siempre Francisco ‘En la casa de los pobres Dios tiene su lugar»
Fuentes: Periodista Digital, Tempi, Signos de estos Tiempos