En Fátima y el Escapulario Verde está la clave de la operación del Cielo para el triunfo del Corazón de María.
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Hoy queremos hablar sobre el triunfo del Inmaculado Corazón de María.
¿Qué significa el Triunfo del Inmaculado Corazón de María?
Que el corazón de Su hijo Jesús reine en el corazón de cada persona.
Y así las personas se salvarán de la condenación eterna.
Y habrá en el mundo menos tribulaciones, porque las sociedades se regirán por la ley del amor.
Para esto Ella ha dado instrumentos, tanto para conducir a la conversión de cada persona como para las naciones.
Aquí hablaremos sobre los poderosos instrumentos que Ella ha proporcionado para procesar el triunfo de Su Inmaculado Corazón, y especialmente sobre el poco conocido Escapulario Verde.
En 1917, en las apariciones de Fátima, la Virgen María les dijo a los tres niños pastores, que Dios deseaba establecer en el mundo la devoción a Su Inmaculado Corazón.
Y refirió que la devoción al Inmaculado Corazón era para salvar a las personas del infierno: “Han visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores.
Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón”.
Y más adelante prometería Su triunfo, más allá de las adversidades que pasarían en la Tierra: “Al fin, Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Y les dio a los pastorcitos una demostración de lo que puede hacer Su Inmaculado Corazón.
Dijeron: “Mientras hablaba estas palabras, Ella abrió sus manos, y de ellas brotó una luz que penetró en nuestros corazones.
Desde ese día en adelante, nuestros corazones se llenaron de un amor más ardiente por el Inmaculado Corazón de María”.
Además, el Inmaculado Corazón de María también sería el custodio de la buena salud del mundo y su reformador.
En 1929 la Virgen le pidió a Sor Lucía que el Papa consagrara Rusia a Su Inmaculado Corazón, junto con todos los obispos del mundo.
Porque de otra forma Rusia esparciría sus errores por el mundo.
Y también había pedido la devoción de los primeros sábados de mes.
La mística portuguesa Alejandrina de Balazar tuvo entre 1936 y 1941 una serie de revelaciones de Cristo, que pidió la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María.
Pío XII realizó la consagración con un mensaje de radio transmitido a Fátima el 31 de octubre de 1942.
Tras el atentado de 1981 san Juan Pablo II, volvió a consagrar al mundo al Inmaculado Corazón el 25 de marzo de 1984.
Y el 25 de marzo de 2022 el papa Francisco consagró Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María.
Ninguna de estas consagraciones fue de la forma exacta en que pidió la Virgen, no obstante, se le asigna, a la consagración de Juan Pablo II en 1984, la caída del Muro de Berlín de 1989, y la disolución de la URSS en 1991, sin ningún enfrentamiento bélico.
En las apariciones de Fátima quedó claro que la devoción al Inmaculado Corazón de María es un plan de Dios, para indicar el camino de la conversión hacia Su Hijo, de la que depende la salud del mundo.
Pero este plan viene de lejos, con la Virgen entregando un sacramental para consolidar la buena salud física y espiritual de las personas.
Nuestra Señora se apareció en la década de 1840 a una monja con un escapulario verde, el escapulario del Inmaculado Corazón de María, destinado a la conversión de las almas y preservar la buena salud de las personas.
Esto sucedió en la Rue du Bac de París, en el Convento de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, donde en 1830 Nuestra Señora se le apareció a Santa Catalina Labouré, para entregarle la Medalla Milagrosa.
La historia del Escapulario Verde empieza en la misma Capilla, pero nueve años después, con la Hermana Justina Bisqueyburu.
El 28 de enero de 1840, Justina estaba en su retiro de noviciado orando en la Capilla del convento.
Cuando de pronto tuvo una aparición de la Santísima Virgen sin decir palabra, y así sucedió varias veces.
Después que Sor Justina hizo su profesión religiosa, la congregación la envió a un pueblo llamado Blangy.
Y allí se le apareció la Virgen como anteriormente, pero tenía algo diferente: en su mano izquierda sostenía lo que parecía ser un Escapulario.
A diferencia de otros Escapularios, como el carmelita por ejemplo, éste tenía un sólo cuadrado de tela en lugar de dos.
El cuadrado de tela estaba atado con cordones verdes.
En él estaba una imagen de la Virgen de la misma forma en que se la había aparecido a Sor Justina en sus anteriores visiones, sosteniendo en su mano derecha Su Inmaculado Corazón.
Y al voltear la imagen, la religiosa vio “un Corazón ardiendo con rayos más deslumbrantes que el sol y tan transparente como el cristal”, según expresó
Durante esta visión se le dio a conocer por una revelación interior el significado.
Esta visión representaba un nuevo medio para alcanzar gracias: el Escapulario del Inmaculado Corazón.
Que sería un poderoso instrumento para la conversión de almas, particularmente aquellas que no tienen Fe.
Y que, por medio de él, la Santísima Virgen obtendría para ellos, mediante su Hijo, la gracia de una muerte en gracia de Dios.
Le hizo saber también a la religiosa, el deseo de que el escapulario fuese propagado por todas partes, para que estas gracias particulares lleguen a todas las almas que abracen esta devoción.
La forma de este escapulario consiste en un trozo de tela verde, con una doble representación gráfica.
En el anverso lleva la imagen de la Virgen María, mostrando su corazón virginal, en el centro de su pecho, sosteniéndolo con sus manos inmaculadas.
Su Corazón aparece traspasado por una espada y coronado de llamas.
Este mismo Corazón, en gran tamaño, aparece en el reverso, rodeado por un óvalo que forma esta inscripción: “Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte”
Y presidiendo el óvalo de la inscripción figura una cruz dorada.
Pío IX aprobó este sacramental en 1863.
El fin específico de este escapulario es la invitación a orar, a recurrir al Inmaculado Corazón de María con confianza y pedir, sobre todo, por los pecadores.
Hay que recitar, dijo Sor Justina, por lo menos una vez al día la jaculatoria del reverso.
Y no requiere ninguna fórmula particular de investidura, sino solo la bendición de algún sacerdote católico.
Este escapulario ha sido dado por Nuestra Señora, particularmente como un don para las personas en el final de la vida y para los enfermos.
Se le puede poner en sus ropas, en su cama o en su habitación.
Si la persona a quien se le aplica no dijera la jaculatoria, el que le haya proporcionado el escapulario, puede decirla por el enfermo.
Los prodigios que ha producido el escapulario verde atestiguan la bendición y el cumplimiento de la promesa de la Virgen a todos los que lo lleven y digan la jaculatoria, porque según la Virgen:
“Hará grandes conversiones, particularmente para alcanzar una buena muerte a los pecadores y a los que no tienen fe”.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre los instrumentos que la Virgen entregó para lograr la buena salud del mundo y de las personas, para así lograr el triunfo de Su Inmaculado Corazón, que significa que el corazón de Su hijo Jesús reine en el corazón de cada persona.
Y me gustaría preguntarte si habías oído hablar del Escapulario Verde del Inmaculado Corazón de María o no.
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