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La aparición del 13 de junio de 2017 es clave.

Nuestra Señora comienza a explicar su plan a los videntes.

Les habla de orar el Rosario, de salvar a los pecadores, de su Inmaculado Corazón herido.
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Y de la intención de Su Hijo de salvar el mundo a través del Triunfo de su Inmaculado Corazón.

Pero también les plantea a los videntes cuál es su plan para la vida de cada uno de los tres pastorcitos.

 

EL 13 DE JUNIO DE 1917 EN COVA DE IRÍA

En Portugal el 13 de junio es una gran fiesta, la fiesta de San Antonio de Padua, el Patrón de Lisboa, Portugal.

Este franciscano milagrero nació en Lisboa y había entrado en la vida religiosa como canónigo regular de los Agustinos, incardinado por primera vez en Coimbra.

Y luego, salió de la orden portuguesa a la nueva Orden de los Hermanos Menores Franciscanos.

Era, y es, la fiesta de los niños en Portugal, por lo que los padres de Lucía, naturalmente, pensaron que las festividades en la iglesia parroquial de Fátima la distraerían de la cita en la Cova.

Sin embargo, sin desanimarse por esta táctica, Lucía y los niños Marto se dirigieron al sitio de la aparición para mantener el encuentro al mediodía.

En esta segunda aparición, los videntes, Lucía, Francisco y Jacinta, una vez más vieron una gran brillantez, que llamaron un relámpago.

Algunas personas en el grupo de cincuenta espectadores se dieron cuenta de que la luz solar quedaba atenuada durante los primeros minutos de la conversación.

Otros dijeron que la parte superior de la encina donde los 3 videntes estaban, se inclinó, como si estuviera bajo el peso de algo.

Durante la conversación de la Virgen con los videntes, algunos de los que estaban allí escucharon un murmullo, como el zumbido de una abeja, pero no escuchaban las palabras.

Este mismo zumbido es el que se oye habitualmente en Medjugorje cuando los videntes reciben los mensajes.

 

EL CONTENIDO DE LA CONVERSACIÓN CON LA VIRGEN

Esto es contado por Sor Lucía.

Después de rezar el rosario con otras personas que estaban presentes (unas 50) vimos de nuevo el reflejo de la luz que se aproximaba, y que llamábamos relámpago.

Y en seguida a Nuestra Señora estaba en la encina, todo como en mayo.

-¿Qué es lo que quiere? -pregunté

Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el rosario todos los días

Y después de cada uno de los misterios, mis hijos, quiero que oren de esta manera:

“Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno.

Conduce a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia”.

Quiero que aprendáis a leer y escribir.

Después diré lo que quiero además.

-Le pedí la curación de una enferma. Nuestra Señora respondió:

-Si se convierte se curara durante el año.

Quisiera pedirle que nos lleve al cielo.

-Si, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve, pero tú te quedarás algún tiempo más.

Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar.
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Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.

A quien le abrazare prometo la salvación y serán queridas sus almas por Dios como flores puestas por mí para adornar su Trono.

-¿Me quedo aquí solita?- pregunte con dolor.

-No hija. ¿Y tú sufres mucho por eso? !No te desanimes! Nunca te dejaré.

Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios.

En ese momento abrió las manos y nos comunicó por segunda vez el reflejo de la luz inmensa que la envolvía.

Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de la luz que se elevaba hacia el cielo y yo en la que se esparcía sobre la tierra.

Delante de la palma de la mano derecha de nuestra Señora estaba un corazón rodeado de espinas que parecían clavarse en él.

Entendimos que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, y que quería reparación.

Francisco muy impresionado con lo que había visto, me pregunto después:

-¿Por qué es que la Virgen estaba con un corazón en la mano irradiando sobre el mundo aquella luz tan grande que es Dios?

Tú Lucía, estabas con Ella en la luz que bajaba a la tierra y Jacinta conmigo en la que subía al cielo.

Le respondí: –Es que tú, con Jacinta, iréis en breve al cielo. Yo me quedo con el Corazón Inmaculado de María en la tierra.

 

MARÍA ENSEÑA UNA JACULATORIA PARA EL ROSARIO

Nuestra Señora de Fátima dio algunos elementos esenciales durante su segunda aparición en Fátima.

Cuando nuestra Santa Madre se apareció en Fátima el 13 de junio de 1917, la primera dirección que dio fue continuar rezando el Rosario todos los días.
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La segunda fue una oración añadida al Rosario.

En 1208 la Virgen se apareció a Santo Domingo y le dio el rosario; el arma para lograr la victoria sobre las herejías.

Siete siglos más tarde aquí estaba en Fátima para incorporar otra parte al Rosario.

Después de cada uno de los misterios, mis hijos, quiero que oren de esta manera:

“Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno.

Conduce a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de Su misericordia”.

Si nuestra Santa Madre, la Virgen de Fátima, nos pide que incluyamos esta jaculatoria, se debe tener en cuenta que es algo esencial.

Más tarde destacará a los niños orar por los pobres pecadores. Misión en la que se destacó especialmente Francisco.

Durante los años muchas personas han recordado su orientación y dirección, y han incluido esta breve oración después de cada misterio.

 

ESTABLECE LA DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

En la aparición del 13 de junio de 1917 fue la primera vez que la Virgen habló de su Inmaculado Corazón.

Esta mención se produjo ante el pedido de los niños de ser llevados al Cielo.

Y ahí es donde la Santísima Virgen les informó la misión de cada uno. Recordémoslo de nuevo:

-Si, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve, pero tú te quedarás algún tiempo más.

Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar.

Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.

A quien le abrazare prometo la salvación y serán queridas sus almas por Dios como flores puestas por mí para adornar su Trono.

Aquí aparece por primera vez en los mensajes la mención a su Inmaculado Corazón.

Y ahora vemos que es Jesús, su Hijo, que quiere hacer conocer la devoción y establecerla en el mundo.

Su Inmaculado Corazón no sólo será nuestra forma de amar a María, sino la forma en que Jesús nos conducirá a Dios.

No se puede tener más claro que eso que en este pasaje de la conversación de María.

Y es razón suficiente por la que nos debemos dedicar al Inmaculado Corazón.

Según lo dicho parecería que Lucía tendría la misión entonces de trabajar para difundir esa devoción al Inmaculado Corazón.

Haciendo un recuento de la aparición del 13 de junio, Lucía dio esta descripción de la escena.

En el momento en que dijo las últimas palabras, abriendo sus manos, transmitió en nosotros, por segunda vez, el reflejo de esa luz intensa.

En ella nos sentimos que estábamos sumergidos en Dios.

Jacinta y Francisco parecían estar en esa parte de la luz que se elevaba al cielo, y yo en la parte extiende sobre la tierra.

Frente a la palma de la mano derecha de la Virgen había un corazón rodeado de espinas que parecían perforarlo.

Entendimos que era el Inmaculado Corazón de María ofendido por los pecados de la humanidad, con ansia de reparación”.

Allí mismo, Lucía dio a entender por qué la Santísima Virgen más tarde pediría la reparación a su Corazón Inmaculado, instruyendo la devoción de los cinco primeros sábados.

A pesar de la alegría de esos momentos preciosos las tribulaciones de los niños continuaron en las siguientes semanas.

Aunque moderado por la creencia de muchísimos en la Cova ese día.

Sabían que había ocurrido algo inusual; vieron un aligeramiento del aire.

Algunos percibieron un cierto oscurecimiento del sol, otros una pequeña nube gris que iba y venía cuando la aparición tenía lugar.

Sin embargo, las dificultades con sus familias no disminuyeron, sobre todo con sus madres.

Que se alarmaron genuinamente que los eventos continuaran.

A esto se añadió la dolorosa actitud del párroco, que pensaba después de todo que podía ser real, pero de origen demoníaco.

 

MÁS ADELANTE SEGUIRÁ HABLANDO SOBRE LOS SU INMACULADO CORAZÓN Y LOS PECADORES

En la tercera aparición – y nos adelantamos un mes -, el 13 de julio, la Virgen dio a los niños esta breve oración:

“Haced sacrificios por los pecadores, y decid a menudo al hacer un sacrificio:

‘Oh Jesús, es por Tu amor, por la conversión de los pecadores, y en desagravio por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.’”

Recordemos que fue su Hijo Jesús quien solicitó esta devoción.

Y más en concreto la Virgen le dice a los niños, después que ella les ha enseñado el infierno, donde los pobres pecadores viven:

 Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.

Si hacen lo que les digo, se salvarán muchas almas y tendrán paz”.

Durante la misma aparición, la Virgen se refiere dos veces más a su Inmaculado Corazón.

En primer lugar, dice que la guerra (Primera Guerra Mundial) va a terminar.
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Pero si las personas no dejan de ofender a Dios, una más terrible estallará (la Segunda Guerra Mundial).

“Para evitar esto, voy a venir al mundo para pedir que Rusia sea consagrada a mi Corazón Inmaculado, y voy a pedir el primer sábado de cada mes comuniones de reparación en expiación por los pecados del mundo”.

Nuestra Santa Madre no dio los detalles de los cinco primeros sábados todavía.

Y aquí es donde entra la mención a Rusia como regulador del triunfo de Su Inmaculado Corazón.

“Si se cumplen mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz.

Si no, Rusia esparcirá sus errores por el mundo, trayendo nuevas guerras y persecuciones a la Iglesia.

Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir. Ciertas naciones serán aniquiladas.

Pero al final mi Corazón Inmaculado triunfará”.

De modo que el triunfo vendrá a través de su Inmaculado Corazón. Y de ninguna manera nadie impedirá esto.

 

MAS ADELANTE SOR LUCÍA RECIBIRÁ MAS MENSAJES

Para la hermana Lucía, las apariciones continuaron sobre este mismo tema.

El 10 de diciembre de 1925 Nuestra Señora apareció a Lucía en el convento en Pontevedra, España, con el Inmaculado Corazón en la mano, y a su lado se encontraba el Niño Jesús en una nube luminosa.

Jesús dijo:

“Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre, cubierto de espinas, que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay quien haga un acto de reparación para eliminarlas”.

A continuación, la Virgen María dijo a Lucía:

“Mira, mi hija, mi corazón, rodeado con la espinas que los hombres ingratos me clavan a cada momento con sus blasfemias e ingratitudes.

Al menos procura consolarme y di que yo prometo asistir en la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación.

A todos aquellos que, en el primer sábado de cinco meses consecutivos, se confiesen, reciban la Santa Comunión, reciten cinco décadas del Rosario, y sean mi compañía durante quince minutos mientras meditan sobre los quince misterios del Rosario, con la intención de hacerme reparación”.

Tres años más tarde, el 6 de junio de 1929 en el convento en Tuy, España, Lucía tuvo una visión de la Santísima Trinidad.

Jesús apareció crucificado, y desde la herida descendían gotas sobre la hostia y caían en el cáliz.

Lucía describe,

“Bajo el brazo derecho de la cruz estaba Nuestra Señora y en Su mano estaba Su Inmaculado Corazón.

Era Nuestra Señora de Fátima, con su Inmaculado Corazón en la mano izquierda, sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas”.

Fuentes:

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