La oración y la fe logran milagros, incluso donde a veces los medicamentos no logran curar.

Y hay santuarios alrededor de todo el mundo que otorgan a los dolientes el clima y la historia necesarios como para que puedan pedir un milagro de sanación y se confirme.

El caso más conocido es el santuario de Lourdes, que incluso tiene una oficina médica manejada por médicos, en su mayoría ateos, que sin embargo han podido certificar milagros de curaciones, para los que no tienen ninguna explicación médica.

Y hay otro caso que nació de una aparición mariana, la única aparición aprobada por la Iglesia en EE.UU. hasta ahora, Nuestra Señora del Buen Socorro de Green Bay, en Wisconsin.

Aquí hablaremos sobre cómo las apariciones de Green Bay son un eco en América de las de Lourdes en las sanciones, y relataremos lo que sucedió en esas apariciones, que si bien sucedieron en 1859 fueron aprobadas recién en el 2010. 

El 11 febrero de 1858, Nuestra Señora se apareció a Santa Bernardita Soubirous en Lourdes, Francia, dando inicio a lo que hoy es el gran santuario mariano donde se producen grandes sanaciones, demostradas científicamente.

Y casi 2 años después, el 9 de octubre de 1859, Ella se apareció a Adele Brise en Green Bay, Wisconsin, EE.UU, como Nuestra Señora del Buen Socorro.

La que en el año 2010 se constituyó en la única aparición mariana aprobada por la Iglesia en EE.UU.

Su santuario hoy se conoce como la Lourdes de EE.UU. por la cantidad de sanaciones que se producen allí, convalidadas por la ciencia.

Hacemos hincapié en convalidadas por la ciencia, porque a veces se menosprecia el valor de la oración y la fe en las curaciones, basados en que eso no es científico, lo cual no es más que una reacción ideológica.

Hay un abundante cuerpo de investigaciones científicas que muestran la eficacia de la fe y la oración para mejorar la acción de los medicamentos.

Los medicamentos también son obra de Dios, de la misma forma que la fe, y aún los ateos más extremistas deberían reconocer que es bueno que actúen en conjunto, como lo recomiendan muchos médicos basados en el resultado de investigaciones científicas.

Adele Brise, la vidente, había nacido en Bélgica y junto con otras compañeras habían prometido a la Virgen convertirse en religiosas y dedicar su vida a las misiones extranjeras.

Las otras chicas siguieron su vocación, pero ella tuvo que emigrar con sus padres a EE.UU. debido a la pobreza en que vivían.

Pero su confesor le había dicho que si Dios quería, ella se convertiría en una hermana en Estados Unidos, y que él iba a orar por ella.

Y el 9 de octubre de 1859 Nuestra Señora se le apareció a Adele cuando tenía 28 años.

María estaba de blanco entre dos árboles, y poco a poco se desvaneció, dejando una nube detrás de ella.

El domingo siguiente, tuvo que pasar una vez más por ese lugar en su camino a la misa, a diecisiete kilómetros de su casa.

Iba con su hermana y una amiga.

Y cuando llegaron cerca de los árboles, la misma Señora de blanco se encontraba en el lugar donde Adele la había visto antes.

Adele se asustó de nuevo y dijo, en tono de fastidio «¡Oh, no, es esa señora otra vez», y no tuvo el valor para seguir adelante.

Luego consultó al padre Verhoef quien le dijo que si se trataba de un mensajero celestial, ella lo vería otra vez, y no le haría daño.

Y que preguntara, en nombre de Dios quien era, y lo que se deseaba.

Y luego sucedió la tercera aparición.

Cuando se acercaron al lugar donde la había visto las 2 veces anteriores, Adele pudo ver a la hermosa dama, vestida de un blanco deslumbrante, con una banda amarilla alrededor de su cintura.

Tenía una corona de estrellas alrededor de su cabeza, y un largo pelo rubio ondulado caía ligeramente sobre los hombros.

Una luz celestial brillaba a su alrededor, tanto que Adele no podía mirar hacia atrás de su dulce rostro.

Adele cayó de rodillas y preguntó,

«En nombre de Dios, ¿quién eres y qué quieres de mí?»

Y la Señora contestó

«Yo soy la Reina del Cielo, que reza por la conversión de los pecadores, y Yo deseo que tú hagas lo mismo.

Has recibido la Sagrada Comunión esta mañana, y eso es bueno.

Pero debes hacer más.

Haz una confesión general, y ofrece la comunión por la conversión de los pecadores.

Si no se convierten y hacen penitencia, mi hijo estará obligado a castigarlos».

Y en otra aparición la Señora le diría,

«¿Qué estás haciendo aquí en la ociosidad mientras tus compañeras están trabajando en la viña de Mi hijo?»

«¿Qué más puedo hacer, querida Señora?» dijo Adele llorando.

«Reúne a los niños de este país y enséñales lo que deben saber para la salvación».

«Pero, ¿cómo va a enseñarles quien sabe poco de eso?» respondió Adela.

«Enséñales el catecismo, como hacer la señal de la Cruz, y cómo acercarse a los sacramentos, es lo que quiero que hagas», respondió la Señora.

«Ve y nada de miedo. Yo te ayudaré».

Y así sucedió, Adele adquirió una fuerza sobrehumana para desarrollar un convento y una escuela, para los necesitados de instrucción religiosa, buscando donaciones por toda la zona.

Junto con otras consagradas que se le fueron uniendo.

Vivían sólo de donaciones y experimentó lo mismo que Don Bosco y otros misioneros que confiaron ciegamente en la Divina Providencia, cuando parecía que se iba a terminar la comida, de repente aparecía alguna donación imprevista, nunca les faltaba nada. 

Pero el suceso que definitivamente disipó cualquier tipo de duda, de que ahí estaba la mano de Dios actuando, fue el gran incendio de Peshtigo, que se extendió a Green Bay, el 8 de octubre de 1871, que quemó 3 mil kilómetros cuadrados de tierra y produjo 2000 muertos, el mayor en la historia de EE.UU.

Fue descrito como un muro de llamas de 1 kilómetro y medio de alto, y 8 kilómetros de ancho, que viajaba a 100 kilómetros por hora, arrasando todo a su paso.

Los habitantes de la zona buscaron refugio en la capilla de la hermana Adele y suplicaron a Nuestra Señora que los salvara.

Levantaron la estatua de María, y de rodillas, la llevaron en procesión alrededor de su santuario durante horas. 

Cuando el viento y el fuego los asfixiaba, ellos daban vuelta en otra dirección, y así continuaban rezando el Rosario. 

Después de horas de horror, el cielo envió un aguacero y el fuego fue extinguido.

A la mañana siguiente había desolación en kilómetros alrededor de la capilla.

Pero el convento, la escuela, la capilla, y el terreno consagrado a la Virgen María brillaban como una isla esmeralda en un mar de cenizas.

Esto hizo famoso al santuario, que comenzó a ser un lugar de peregrinación.

Y a partir de allí se convirtió en un lugar de grandes sanaciones, que incluso es comparado con Lourdes.

Hay un muro de bastones que la gente dejó a lo largo de los años, por los favores de volver a caminar que recibieron.

Hay historias fascinantes documentadas en el santuario.

Sam, un niño de 3 años, estuvo en un hospital en Wisconsin durante 11 meses recibiendo tratamientos de quimioterapia para la leucemia. 

Al final de los tratamientos, sus médicos dijeron que la quimioterapia no le había servido de nada y que solo tenían una posibilidad más para intentar una remisión o cura, un trasplante de médula ósea.

Pero era muy peligrosa, porque dijeron que solo tenía un 3% de posibilidades de sobrevivir después de este trasplante

Y con la orientación de los médicos lo llevaron al Santuario de Nuestra Señora del Buen Socorro. 

La familia y el pequeño oraron para su mejora en la cripta frente a la estatua de María, que está en el lugar donde se le apareció a Adele.

Y a la mañana siguiente, en el Saint Vincent’s Hospital de Green Bay, Sam recibió las pruebas preliminares para el trasplante de médula ósea, que los médicos estaban preparados para realizar.

El médico anonadado les informó que las pruebas no mostraron absolutamente ninguna célula leucémica en su cuerpo, y les dijo, «¡No tengo explicación!»

En la actualidad, Sam tiene 15 años, y es un fornido muchacho jugador de fútbol.

Pero los milagros de sanación no sólo suceden presencialmente, como en Lourdes.

Por ejemplo Lisa fue diagnosticada con cáncer de colon en etapa cuatro. 

Una semana antes del comienzo de la quimioterapia de Lisa, se hizo una prueba de natera, después de que le extirparon tumores del hígado. 

Esta prueba puede medir la cantidad más minúscula de cáncer en el cuerpo de una persona, tan solo una célula.

La familia se contactó con el Santuario de Nuestra Señora del Buen Socorro y les enviaron una novena para la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, para pedir por la curación de Lisa

Luego comenzó la quimioterapia el 11 de agosto.

Y el 13 de agosto recibió el resultado de otra prueba de natera que mostraba que no tenía cáncer.

Se siguió haciendo pruebas y todas resultaron negativas para el cáncer, un milagro.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las apariciones de Green Bay, donde la oración, la fe y los milagros son el trío responsable de tantos tipos diferentes de curaciones en Wisconsin

Y me gustaría preguntarte si conoces casos de personas a quienes los medicamentos no pudieron curarlas y que recibieron un milagro, puedes contar el milagro.

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