Francisco no pretende cambiar la doctrina sino tomar en cuenta pastoralmente los casos individuales

Una nueva exposición mediática y pastoral del Papa.

 

El mediático papa Francisco ha concedido una ultima entrevista a Ferruccio de Bortoli, director del periódico italiano Corriere della Sera, que el diario argentino La Nación publica en forma simultánea, donde habla de su primer año de pontificado. Habla de varios temas: su relación con Benedicto XVI, su forma de gobernar la Iglesia, su mensaje pastoral, su rechazo a la “franciscomanía”, los abusos sexuales, la globalización, la cuestión de los divorciados vueltos a casar, los valores no negociables, el control de la natalidad…

 

papa francisco saluda

 

El tono general parece tolerante en varias cuestiones morales, que Francisco parece esbozar en la frase “El tema no es cambiar la doctrina sino que la pastoral tenga en cuenta las situaciones de cada persona”.

SOBRE BENEDICTO XVI

En primer lugar, Francisco aborda el papel del Papa emérito Benedicto XVI. Él admite que se trata de una nueva situación, que «no estábamos habituados». Sin embargo afirma enfáticamente que «el Papa emérito no es una estatua en un museo. Es una institución». Francisco va a Benedicto XVI cuando quiere el consejo, “cómo a los abuelos, que por su sabiduría, sus consejos le dan fuerza a la familia y que no merecen terminar en un asilo de ancianos».

Naturalmente, al final – además de la consulta no sólo con el Papa emérito, sino con los cardenales y obispos – «hay un tiempo, cuando se trata de tomar la decisión de poner una firma, en la que el Papa está solo con su sentido de la responsabilidad». La colegialidad no significa la subversión de la autoridad.

SOBRE EL MARXISMO

Al Papa Francisco no le gustan las mitologías que lo representan «como una especie de superhombre, una especie de estrella, y las acusaciones de marxismo» de los círculos estadounidenses por ciertos pasajes de la Evangelii Gaudium.

Su respuesta es «nunca he compartido la ideología marxista, porque no es verdad», al tiempo que afirma haber conocido «buena gente» que dice ser marxista.

SOBRE LAS ACUSACIONES DE PEDOFILIA

Con referencia a la iniciativa promovida por algunos intelectuales que lo invitaron a responder a las acusaciones a la Iglesia sobre el tema de los sacerdotes pedófilos, establece claramente que la Iglesia, en la lucha contra la pedofilia «ha hecho tanto, o quizá más que nadie».

«Las estadísticas sobre el fenómeno» muestran que hay más abusos en otros lugares.«La Iglesia Católica es quizás la única institución pública que se ha manejado con transparencia y rendición de cuentas. Nadie más lo ha hecho así. Sin embargo, la Iglesia es la única en ser atacada».

Estas palabras son muy importantes, y en perfecta armonía con la investigación y los datos de los sociólogos que han estudiado seriamente el tema.

SOBRE LA GLOBALIZACIÓN

Francisco habla en Evangelii Gaudium sobre la defensa de las raíces de cada pueblo, que debe preservar «su cultura» y no homologar «un solo pensamiento, un pensamiento débil» universal, dominado y manipulado por el dinero y poderes fuertes.

El mundo no debe ser una esfera «en el que cada punto está equidistante del centro y luego se pierden las peculiaridades de las personas», sino un poliedro, con sus caras todas diferentes, donde cada uno conserva su identidad.

Y sobre el ecumenismo – tal vez con la mirada puesta en Ucrania – el Papa reafirma la solidaridad con las Iglesias ortodoxas, con las que se puede «caminar y trabajar juntos».

SOBRE LA FAMILIA

Sobre la delicada cuestión de las «muchas familias rotas que han fracasado en el proyecto de vida en común», el Papa habla de «un largo camino», donde no tenemos que esperar soluciones inmediatas, y donde dijo que hay que evitar caer en «la casuística».

Repite los elogios del informe del cardenal Kasper en el consistorio extraordinario en la familia, y nos invita a reflexionar sobre el hecho de que consta de cinco puntos y todos han hablado sólo del quinto, sobre las segundas nupcias, sobre lo que hay un «intenso debate», que por cierto no está terminado.

SOBRE LOS VALORES NO NEGOCIABLES

Impresiona la frase: «Nunca he entendido la expresión de los valores no negociables», porque es una expresión típica de Benedicto XVI, en la que Francisco dice tener un diálogo contínuo.

El Papa Francesco no ama esta expresión – que ya había sido mencionado en una homilía de Santa Marta, el 18 de noviembre de 2013 – no porque él piense que los valores son negociables, sino al revés, porque piensa que no hay valores negociables. «Los valores son sólo valores, yo no entiendo en qué sentido pueden ser negociables».

El temor del Papa es que, una vez que ciertos valores son definidos como no negociables, otros se consideran negociables, y luego en realidad son abandonados. Ciertamente no era la intención de Benedicto XVI, pero las interpretaciones espurias y erróneas son siempre posibles.

SOBRE LAS UNIONES CIVILES HOMOSEXUALES

El Papa dice francamente: «Yo no soy un especialista en temas de bioética. Y me temo que cada frase mia pueda ser malinterpretada».

Se mueve aquí con un poco de habilidad ante las preguntas difíciles del periodista. En las uniones civiles. En primer lugar, establece claramente que «el matrimonio es entre un hombre y una mujer.» Pero los «estados seculares» quieren, «para regular los aspectos económicos entre las personas, tales como garantizar la atención de salud», «pactos de convivencia de diversos tipos», entonces «hay que ver los distintos casos y evaluarlos en su variedad.»

La posición parece similar a la expresada en repetidas ocasiones para Italia por el cardenal Bagnasco: no a cualquier forma de simil de matrimonio, sin embargo, llama a considerar caso por caso las propuestas relativas a los derechos de los que conviven.

SOBRE LA VIDA

A la pregunta sobre el testamento biológico, el Papa responde que siempre ha aconsejado los «cuidados paliativos», recordando la doctrina de la Iglesia sobre el encarnizamiento terapéutico.

Y cuando el periodista le recuerda que el cardenal Carlo Maria Martini (1927-2012) afirmó que había llegado el momento de deshacerse de la Humanae Vitae y abrirse al control de la natalidad, Francisco sostiene que, por el contrario, la encíclica tiene una «genialidad profética, que tuvo el valor de enfrentarse a la mayoría, para defender la disciplina moral, de imponer limitaciones culturales, para oponerse al neo-maltusianismo, presente y futuro».

Ya el Papa Pablo VI (1897-1978) «recomienda a los confesores mucha misericordia y la atención a las situaciones concretas». Sin embargo, «el problema no es cambiar la doctrina». Estas palabras evidentemente, se aplican a todo el campo de la moral, más allá del tema de los anticonceptivos.

Fuentes: La Nuova Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos

 

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