Una encíclica a cuatro manos.
El papa Francisco anunció que concluirá la encíclica sobre la fe «a cuatro manos» que comenzó su predecesor Benedicto XVI y que no pudo terminar al renunciar al pontificado el pasado 28 de febrero.
«Es un documento fuerte. He recibido esto, un gran trabajo, lo ha hecho él», dijo Francisco.
El papa Francisco recibió en audiencia a la secretaría del Sínodo de los Obispos, que está reunida en Asamblea en la Ciudad del Vaticano para abordar el tema de las evangelizaciones, y les confió que Benedicto XVI le entregó el borrador de la encíclica sobre la fe.
«Es un documento fuerte. He recibido esto, un gran trabajo, lo ha hecho él», les comentó a los miembros de la secretaría del Sínodo.
Benedicto XVI en sus casi ocho años de pontificado publicó tres encíclicas: «Deus caritas est» (2006); «Spe salvi» (2007) y «Caritas in veritate» (2009) y dejó pendiente una cuarta sobre el actual Año de la Fe, en la que ahora está trabajando el papa Francisco.
Una encíclica es considerada una carta solemne sobre asuntos de la Iglesia o determinados puntos de la doctrina católica dirigida por el papa a los obispos y fieles católicos de todo el mundo, considerada el documento más importante escrito por un Pontífice.
Se trata de la primera vez en la historia que un papa termina una encíclica de otro pontífice, aún vivo, el emérito Benedicto XVI.
Además, Francisco afirmó que publicará un documento general sobre la evangelización antes de que finalice el Año de la Fe, retomando contenidos del último Sínodo de Obispos sobre la nueva evangelización.
La exhortación sinodal es un documento papal tras la celebración de un Sínodo de Obispos, y el papa Francisco ha decidido convertirla en un documento general para que no sea ensombrecida por la publicación de la encíclica «a cuatro manos».
El papa explicó a los asistentes que «ya ha escrito algo» sobre el tema y aseguró que continuará con esta publicación durante el mes de agosto, ya que no tomará vacaciones y se quedará en el Vaticano en lugar de trasladarse a la residencia estival de los papas de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma.
El papa Francisco también está trabajando en un tratado sobre la pobreza, según confirmó recientemente el portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi.
MÁS COLEGIALIDAD
El papa Francisco quiere reforzar la colegialidad dentro de la Iglesia y crear una suerte de «consejo permanente» a partir de los sínodos, las reuniones de obispos de todo el mundo, un idea en la que trabaja junto con los ocho cardenales que designó para reformar la Curia Roma, el gobierno central, indicó este jueves al recibir a una delegación de religiosos.
«Se trata de un desafío. ¡Adelante, con libertad! ¡Necesito el aporte de los sínodos. Sin miedo!», instó Francisco a los miembros de la Secretaría del Sínodo de Obispos durante una charla informal en el Vaticano, durante la cual improvisó en numerosas ocasiones.
«Encontremos el camino para la coordinación entre el sínodo y el obispo de Roma», pidió.
Los sínodos son asambleas de obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas en el Vaticano para debatir libremente sobre diferentes temas y fomentar la unión estrecha entre el pontífice y los obispos, que suelen estar muy arraigados a la realidad de su propio territorio.
El Papa habló también de las numerosas sugerencias que están llegando a los ocho cardenales encargados de la reforma de la Curia Romana, blanco de críticas y escándalos.
Entre los temas que el Papa dijo que abordará con los ocho cardenales, que se reunirán por primera vez a inicios de octubre, figura también el de la crisis de la familia.
«La familia es un problema serio. En las reuniones que he tenido con obispos de varias nacionalidades siempre ha surgido ese asunto», reconoció.
«Hoy en día muchas parejas no se casan, conviven, inclusive aquellas católicas. El matrimonio se volvió provisional», comentó Francisco, tras anunciar que se está pensando elaborar «una pastoral de la familia», dijo.
«Es un problema que trataremos en octubre», precisó.
Un mes después de su elección en marzo como primer Papa latinoamericano y jesuita de la historia, Francisco designó a un grupo de ocho cardenales para asesorarlo en la reforma del gobierno central de la Iglesia, sacudida por una serie de escándalos por intrigas y corrupción.
Entre los ocho cardenales figuran el hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, presidente de Caritas Internationalis, conocido por sus posiciones a favor de una renovación del gobierno central de la Iglesia, y el chileno Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile, con experiencia en la maquinaria vaticana.
Fuentes: Periodista Digital, Signos de estos Tiempos